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Críticas ordenadas por utilidad
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7,6
105.974
4
16 de febrero de 2014
16 de febrero de 2014
43 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he aburrido como una fucking ostra viendo esta fucking película que dura tres fucking horas y no cuenta más que fucking cosas que ya estaban contadas de antes y bastante fucking mejor. De haber sabido que era tan fucking aburrida me hubiese dedicado desde el principio a contar los “fucking” para entretenerme con fucking algo. Debe haber como dos millones, o así. Ya sé que esto no es fucking novedad en las pelis del fucking Scorsese, pero aquí se fucking supera, o eso me ha fucking parecido. ¿Pero qué fucking forma de hablar es esa? Joder.
Yo no entiendo la manía que tiene este hombre de hacer las pelis tan largas. Hay por ahí relatos que necesitan de mucho tiempo para desarrollarse, pero es que no es el caso. El lobo de Wall Street se podría perfectamente haber contado en la mitad de tiempo, y hubiese quedado precioso.
Como fucking decía arriba, el argumento de original no tiene nada. Otra vez el sueño americano de las narices, que los yanquis abusan más del tema que nosotros de la guerra civil. La peli nos cuenta la historia de un Ciudadano Kane que vive sus días en plan Uno de los nuestros, aderezado todo con un humor al más puro estilo American Pie, cosa que, personalmente, he encontrado insufrible. Scorsese, tras probar suerte con el cine para niños, se ha pasado a la comedia adolescente. Si Porky’s hubiese sido una superproducción, se parecería mucho a esta.
La mitad de la película resulta grotesca; si hubiese sido la peli entera me parecería bien, pero esto no lo entiendo. Es como si fuese una caricatura de algo, pero no sé decir de qué. ¿Desmadre a la americana, tal vez?... El caso es que a DiCaprio dan ganas de pegarle un guantazo, y al otro gordo dentón ni te cuento.
La peli tiene un empaque visual de lujo, todo muy bien planificado, con alguna secuencia notable, e incluso alguna divertida, pero por diosss bendito, que alguien le regale a Scorsese unas tijeras y, de paso, le explique que está ya muy mayor para acometer estas gansadas pubescentes.
Excesiva, en el peor de los sentidos. Una abusiva matraca.
Yo no entiendo la manía que tiene este hombre de hacer las pelis tan largas. Hay por ahí relatos que necesitan de mucho tiempo para desarrollarse, pero es que no es el caso. El lobo de Wall Street se podría perfectamente haber contado en la mitad de tiempo, y hubiese quedado precioso.
Como fucking decía arriba, el argumento de original no tiene nada. Otra vez el sueño americano de las narices, que los yanquis abusan más del tema que nosotros de la guerra civil. La peli nos cuenta la historia de un Ciudadano Kane que vive sus días en plan Uno de los nuestros, aderezado todo con un humor al más puro estilo American Pie, cosa que, personalmente, he encontrado insufrible. Scorsese, tras probar suerte con el cine para niños, se ha pasado a la comedia adolescente. Si Porky’s hubiese sido una superproducción, se parecería mucho a esta.
La mitad de la película resulta grotesca; si hubiese sido la peli entera me parecería bien, pero esto no lo entiendo. Es como si fuese una caricatura de algo, pero no sé decir de qué. ¿Desmadre a la americana, tal vez?... El caso es que a DiCaprio dan ganas de pegarle un guantazo, y al otro gordo dentón ni te cuento.
La peli tiene un empaque visual de lujo, todo muy bien planificado, con alguna secuencia notable, e incluso alguna divertida, pero por diosss bendito, que alguien le regale a Scorsese unas tijeras y, de paso, le explique que está ya muy mayor para acometer estas gansadas pubescentes.
Excesiva, en el peor de los sentidos. Una abusiva matraca.

6,7
48.783
7
1 de septiembre de 2009
1 de septiembre de 2009
43 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
PERSONAJES: Dos hombres (llamémosles H1 y H2) y dos mujeres (llamémoslas M1 y M2)
ESCENA 1:
M1 se pasea por la calle, grácil cual gacela, ensimismada en si misma y sin importarle un pijo que la acera esté atestada, cual via crucis en Sevilla, y que la calzada esté al límite de su capacidad de vehículos sedientos de avanzar unos metrillos. Ella se gusta tanto y está tan empanada que, aunque dedica un segundín a preguntarse “coño, ¿de dónde saldrá tanta gente?”, cruza sin mirar, y ¡ZASCAS!, la atropella un taxi… Pero no pasa nada… porque despavorido al lugar del accidente llega corriendo H1, un ejemplar de perfil de dios griego que ya le había echado el ojo a la moza según bajaba por la acera y que se arrodilla ante ella, cual tenorio ante una monja. Ante tal acontecimiento, M1 abre sus ojazos, sin más (sin contusión, sin un mal ¡ay¡), los clava en los del bello H1 y le suelta “Hola, desconocido”, comentario éste de lo más común es los recién atropellados.
Después de esto, claro está, se hacen novios.
UNAS POCAS ESCENAS MÁS TARDE:
H2 es víctima de una bromilla que le lleva a presentarse en un acuario, ataviado con su bata de doctor y cachondo perdido. Entonces encuentra a M2, una mujer desocupada que pasa las horas muertas mirando los peces con cara de tener un arrebato místico. El caso es que H2 se le acerca babeante para comentarle unas cosillas…nada del otro mundo… que si te voy a poner mirando pa´ Triana, que si eres una guarra sedienta de leche… no sé, lo normal, lo que cualquier muchacha que está tranquilamente pasando la tarde en el acuario espera oír. Y, lógicamente, M2 lejos de sentirse acosada u ofendida por lo grosero del caballero, le mira con una sonrisilla de esas de mera urbanidad, como la que le dedicas a alguien que se te acerca a preguntar la hora. Aunque tanta pachorra por parte de M2 es comprensible… porque lo que tiene ante sus ojos es un pedazo de hombretón hombretoneando, con un stock de testosterona que se le sale por la orejas. Si estas dulzuras te las suelta otro cualquiera llamas a la poli, o le arrojas un ladrillo, pero si te las suelta H2, claro está, te haces su novia.
Pero pese a tanta soplapollez, la verdad es que la película está muy bien. Mola mogollón. Es muy disfrutable, pero en absoluto creíble. Porque en la vida real estas cosas no suceden así. Cuando te atropella un coche el que te socorre es un señor regordete del Samur, y el que se te aproxima a decirte obscenidades suele ser un adefesio de ésos con vestigios de no haber mojado el churro en lustros.
Es una de esas películas en las que pretenden hacer una adaptación de un libreto de teatro, y lo que les sale es el libreto tal cual rodado en escenarios ajenos al de un teatro. Lo que tiene de especial es ese soberbio catálogo de bajezas humanas muy bien interpretado por todos, destacando con soltura H2 y toda su testosterona testosteroneando.
Lo mejor: la secuencia en que H1 embauca a H2 para que se presente en el acuario.
ESCENA 1:
M1 se pasea por la calle, grácil cual gacela, ensimismada en si misma y sin importarle un pijo que la acera esté atestada, cual via crucis en Sevilla, y que la calzada esté al límite de su capacidad de vehículos sedientos de avanzar unos metrillos. Ella se gusta tanto y está tan empanada que, aunque dedica un segundín a preguntarse “coño, ¿de dónde saldrá tanta gente?”, cruza sin mirar, y ¡ZASCAS!, la atropella un taxi… Pero no pasa nada… porque despavorido al lugar del accidente llega corriendo H1, un ejemplar de perfil de dios griego que ya le había echado el ojo a la moza según bajaba por la acera y que se arrodilla ante ella, cual tenorio ante una monja. Ante tal acontecimiento, M1 abre sus ojazos, sin más (sin contusión, sin un mal ¡ay¡), los clava en los del bello H1 y le suelta “Hola, desconocido”, comentario éste de lo más común es los recién atropellados.
Después de esto, claro está, se hacen novios.
UNAS POCAS ESCENAS MÁS TARDE:
H2 es víctima de una bromilla que le lleva a presentarse en un acuario, ataviado con su bata de doctor y cachondo perdido. Entonces encuentra a M2, una mujer desocupada que pasa las horas muertas mirando los peces con cara de tener un arrebato místico. El caso es que H2 se le acerca babeante para comentarle unas cosillas…nada del otro mundo… que si te voy a poner mirando pa´ Triana, que si eres una guarra sedienta de leche… no sé, lo normal, lo que cualquier muchacha que está tranquilamente pasando la tarde en el acuario espera oír. Y, lógicamente, M2 lejos de sentirse acosada u ofendida por lo grosero del caballero, le mira con una sonrisilla de esas de mera urbanidad, como la que le dedicas a alguien que se te acerca a preguntar la hora. Aunque tanta pachorra por parte de M2 es comprensible… porque lo que tiene ante sus ojos es un pedazo de hombretón hombretoneando, con un stock de testosterona que se le sale por la orejas. Si estas dulzuras te las suelta otro cualquiera llamas a la poli, o le arrojas un ladrillo, pero si te las suelta H2, claro está, te haces su novia.
Pero pese a tanta soplapollez, la verdad es que la película está muy bien. Mola mogollón. Es muy disfrutable, pero en absoluto creíble. Porque en la vida real estas cosas no suceden así. Cuando te atropella un coche el que te socorre es un señor regordete del Samur, y el que se te aproxima a decirte obscenidades suele ser un adefesio de ésos con vestigios de no haber mojado el churro en lustros.
Es una de esas películas en las que pretenden hacer una adaptación de un libreto de teatro, y lo que les sale es el libreto tal cual rodado en escenarios ajenos al de un teatro. Lo que tiene de especial es ese soberbio catálogo de bajezas humanas muy bien interpretado por todos, destacando con soltura H2 y toda su testosterona testosteroneando.
Lo mejor: la secuencia en que H1 embauca a H2 para que se presente en el acuario.

7,7
69.985
9
15 de octubre de 2014
15 de octubre de 2014
42 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Michael Douglas de Un Día de Furia era una nenaza comparado con el Ricardo Darín de Relatos Salvajes.
Excelente tesis sobre el estrés, el brote transitorio, la locura perenne, la corrupción, la mala hostia, el odio, la venganza y otras virtudes humanas, todo envuelto en un halo de naturalidad de lo más cotidiana y creíble (bueno, menos lo del avión), rodado con destreza, interpretado con maestría y relatado con el más exquisito y brutal humor negro.
Un magnífico compendio de relatos, en realidad, aterradores. Un revulsivo delicioso.
Excelente tesis sobre el estrés, el brote transitorio, la locura perenne, la corrupción, la mala hostia, el odio, la venganza y otras virtudes humanas, todo envuelto en un halo de naturalidad de lo más cotidiana y creíble (bueno, menos lo del avión), rodado con destreza, interpretado con maestría y relatado con el más exquisito y brutal humor negro.
Un magnífico compendio de relatos, en realidad, aterradores. Un revulsivo delicioso.

6,2
9.569
3
14 de octubre de 2015
14 de octubre de 2015
78 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kurzel lo tenía todo: obra de Shakespeare, presupuesto holgado, actores de lujo… y coge todo eso y nos presenta este mejunje de batallas a cámara super lenta, montaje confuso y contemplativo, violines chirriantes, narrativa cachazuda y fotografía sombría, que no hay quien vea un pijo ahí. Tras ver la peli, tienes que ir derecho al oculista a que te gradúe, porque tanta vela y tanta bruma propicia el desarrollo indiscriminado de las dioptrías, cual si fuesen setas de monte en noviembre.
Esta nueva versión de Macbeth, lejos de ser una gesta épica, es un coñazo. Lo podría decir más fino, pero no me da la gana. Es como querer degustar una exquisitez en un restaurante de postín y que te terminen sirviendo un Mcpollo.
No acierto a comprender cómo con estas mimbres Kurzel ha facturado semejante bodrio.
Esta nueva versión de Macbeth, lejos de ser una gesta épica, es un coñazo. Lo podría decir más fino, pero no me da la gana. Es como querer degustar una exquisitez en un restaurante de postín y que te terminen sirviendo un Mcpollo.
No acierto a comprender cómo con estas mimbres Kurzel ha facturado semejante bodrio.

8,2
79.689
10
2 de diciembre de 2008
2 de diciembre de 2008
39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en 1954. No tienes, por tanto, ordenador, ni DVD, ni canal digital.
Te acabas de romper una pierna, por lo que estás en silla de ruedas encerrado en casa y te aburres.
Eres fotógrafo, lo que te tiene acostumbrado a perseguir imágenes, escenas... y además te posibilita poseer un zoom de flipar (para lo que es la tecnología de la época)
¿TÚ QUÉ HARÍAS?...
Harías lo mismo que yo, que cualquiera, que el personaje de James Stewart...
Y si de tanto fisgar a los vecinos empezases a tener sospechas siniestras sobre alguno... Tu incapacidad del momento te obligaría a involucrar a los de tu alrededor... poco a poco, hasta que ellos tampoco pudiesen pasar sin esa historia.
Creo que es la película que he visto más veces en mi vida. Y no me importa volver a verla, una y otra vez, porque siempre me sorprende, está viva.
Hitchcock poseía la maestría increíble de dotar a sus películas de ese tipo de escenas que, aunque ya te sepas de memoria, te dejan pegado al asiento por el suspense que desprenden (la escena de Grace Kelly en el piso del vecino sospechoso, ante la atenta mirada de su impotente novio) -lo de impotente no tiene conmotación sexual, eh?, que la peli no profundiza en esas cosas-
Con un excelente reparto, en el que brilla sobre todos la estupenda Thelma Ritter y los modelitos de la Kelly.
Y con un final perfecto, a juego con el inicio y el desarrollo.
Desde la primera vez que la ví, hace como veinte años, he sido incapaz de evitar mirar hacia las ventanas encendidas cada vez que voy por la calle.
Te acabas de romper una pierna, por lo que estás en silla de ruedas encerrado en casa y te aburres.
Eres fotógrafo, lo que te tiene acostumbrado a perseguir imágenes, escenas... y además te posibilita poseer un zoom de flipar (para lo que es la tecnología de la época)
¿TÚ QUÉ HARÍAS?...
Harías lo mismo que yo, que cualquiera, que el personaje de James Stewart...
Y si de tanto fisgar a los vecinos empezases a tener sospechas siniestras sobre alguno... Tu incapacidad del momento te obligaría a involucrar a los de tu alrededor... poco a poco, hasta que ellos tampoco pudiesen pasar sin esa historia.
Creo que es la película que he visto más veces en mi vida. Y no me importa volver a verla, una y otra vez, porque siempre me sorprende, está viva.
Hitchcock poseía la maestría increíble de dotar a sus películas de ese tipo de escenas que, aunque ya te sepas de memoria, te dejan pegado al asiento por el suspense que desprenden (la escena de Grace Kelly en el piso del vecino sospechoso, ante la atenta mirada de su impotente novio) -lo de impotente no tiene conmotación sexual, eh?, que la peli no profundiza en esas cosas-
Con un excelente reparto, en el que brilla sobre todos la estupenda Thelma Ritter y los modelitos de la Kelly.
Y con un final perfecto, a juego con el inicio y el desarrollo.
Desde la primera vez que la ví, hace como veinte años, he sido incapaz de evitar mirar hacia las ventanas encendidas cada vez que voy por la calle.
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