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6,1
43.826
4
28 de diciembre de 2017
28 de diciembre de 2017
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
1- La película es caótica, inconsistente y demasiado larga para lo que cuenta. Me gustan las películas largas y no suelo mirar el reloj. Con ésta, sí.
2- Vaya si se nota que Disney compró Star Wars (y lo que parece, también ha comprado a buena parte de la crítica profesional). La peli es algo infantil, y a quien dice que George Lucas pensó la primera hace 40 años como una historia para jóvenes, se le puede decir que no es lo mismo ser un niño a finales de los 70 y principios de los 80 (y 90) que en 2017. Desde luego, "El retorno del jedi" fue infantil a ratos. Pero era otra movida...
3- Acusa "marvelización", en efecto. Esos chistes que rompen escenas serias, esas coñitas típicas del maldito Tony Stark, ese tono a "Guardianes de la Galaxia"... Star Wars es otra cosa y encima es anterior a todo eso, colegas.
4- Desde luego, se dice y con razón, que se ha hecho una nueva trilogía de Star Wars para los jóvenes de hoy, es decir, los de menos de 18 años, hijos o nietos de los que se criaron con la trilogía antigua y los que crecieron con la segunda trilogía. Vale. La cuestión es...¿por qué no una trilogía con otros personajes, distintos a los de la historia de hace más de 30 años? ¿Tan acuciante era seguir abusando de los héroes, ahora en su vejez? (Al menos han roto con el tópico del perdedor y Luke no está alcoholizado, que se sepa) ¿Había tanta necesidad de destruir leyendas? En fin, esto es común a la industria del cine, más ocupada en remakes y secuelas de pelis míticas ("Blade Runner 2049" es el ejemplo más reciente) que en construir nuevas historias. No es sorprendente que en "Los últimos jedi" los momentos más emocionantes son los relacionados con los viejos personajes (naves incluidas).
5- Todo se muestra, nada se insinúa. Todo bien masticadito y digerido, de fácil comprensión. Muy acorde a nuestro tiempo.
6- Corrección política, feminismo e inclusividad a tope, y que no falte moralina sin aportar nada a la trama (como lo del casino). Y demos una intensa vuelta de tuerca, que se note que estamos en 2017 y le tenemos que dar a todo el toque actual. Luego, personajes como Finn siguen sin destacar en nada y siguen sobrando, pero claro, había que incluir a un afroamericano.
7- Los villanos son todos de risa, endebles y lastimosos. Mucho ruido y pocas nueces, tanto Darth Millennial como el Emperador Orco (spoiler 1).
8- El poder de la fuerza que tienen los jóvenes deja en vulgares aprendices a los viejos jedi. Poder conseguido además, en un par de días con entrenamientos de chiste sin el mínimo esfuerzo ni disciplina (recordemos a Luke tragando barro con Yoda en "El Imperio Contraataca"). O cuando otros personajes más veteranos realizan hazañas sacadas de la chistera (spoiler 2).
9- Por supuesto, la trilogía original tiene sus fallos e incoherencias y no son películas perfectas. Sin duda. Pero las tres películas entre 1977 y 1983 contenían algo de lo que carecen las de la actualidad: esencia, misticismo, grandeza.
10- En fin, la película es espectacular, que no disfrutable, con un par de escenas increíbles, y algún personaje interesante y jugoso como el de Benicio del Toro (DJ), otro carismático como el de Oscar Isaac (Poe), pero globalmente es irregular, desordenada y se le ven las intenciones a kilómetros. Las hay mucho peores pero no llega al aprobado. Qué le voy a hacer, me gustaba más el cine cuando no buscaba aleccionarte, ni adoctrinarte, y te tenía en más consideración; respeto a quien esté disfrutando con esta nueva saga, pero yo no la compro. Y, por cierto, si expresar tu opinión y ponerte en contra de una parte del sentir general, es ser un "hater" (palabro de moda), pues sí, seré un hater.
2- Vaya si se nota que Disney compró Star Wars (y lo que parece, también ha comprado a buena parte de la crítica profesional). La peli es algo infantil, y a quien dice que George Lucas pensó la primera hace 40 años como una historia para jóvenes, se le puede decir que no es lo mismo ser un niño a finales de los 70 y principios de los 80 (y 90) que en 2017. Desde luego, "El retorno del jedi" fue infantil a ratos. Pero era otra movida...
3- Acusa "marvelización", en efecto. Esos chistes que rompen escenas serias, esas coñitas típicas del maldito Tony Stark, ese tono a "Guardianes de la Galaxia"... Star Wars es otra cosa y encima es anterior a todo eso, colegas.
4- Desde luego, se dice y con razón, que se ha hecho una nueva trilogía de Star Wars para los jóvenes de hoy, es decir, los de menos de 18 años, hijos o nietos de los que se criaron con la trilogía antigua y los que crecieron con la segunda trilogía. Vale. La cuestión es...¿por qué no una trilogía con otros personajes, distintos a los de la historia de hace más de 30 años? ¿Tan acuciante era seguir abusando de los héroes, ahora en su vejez? (Al menos han roto con el tópico del perdedor y Luke no está alcoholizado, que se sepa) ¿Había tanta necesidad de destruir leyendas? En fin, esto es común a la industria del cine, más ocupada en remakes y secuelas de pelis míticas ("Blade Runner 2049" es el ejemplo más reciente) que en construir nuevas historias. No es sorprendente que en "Los últimos jedi" los momentos más emocionantes son los relacionados con los viejos personajes (naves incluidas).
5- Todo se muestra, nada se insinúa. Todo bien masticadito y digerido, de fácil comprensión. Muy acorde a nuestro tiempo.
6- Corrección política, feminismo e inclusividad a tope, y que no falte moralina sin aportar nada a la trama (como lo del casino). Y demos una intensa vuelta de tuerca, que se note que estamos en 2017 y le tenemos que dar a todo el toque actual. Luego, personajes como Finn siguen sin destacar en nada y siguen sobrando, pero claro, había que incluir a un afroamericano.
7- Los villanos son todos de risa, endebles y lastimosos. Mucho ruido y pocas nueces, tanto Darth Millennial como el Emperador Orco (spoiler 1).
8- El poder de la fuerza que tienen los jóvenes deja en vulgares aprendices a los viejos jedi. Poder conseguido además, en un par de días con entrenamientos de chiste sin el mínimo esfuerzo ni disciplina (recordemos a Luke tragando barro con Yoda en "El Imperio Contraataca"). O cuando otros personajes más veteranos realizan hazañas sacadas de la chistera (spoiler 2).
9- Por supuesto, la trilogía original tiene sus fallos e incoherencias y no son películas perfectas. Sin duda. Pero las tres películas entre 1977 y 1983 contenían algo de lo que carecen las de la actualidad: esencia, misticismo, grandeza.
10- En fin, la película es espectacular, que no disfrutable, con un par de escenas increíbles, y algún personaje interesante y jugoso como el de Benicio del Toro (DJ), otro carismático como el de Oscar Isaac (Poe), pero globalmente es irregular, desordenada y se le ven las intenciones a kilómetros. Las hay mucho peores pero no llega al aprobado. Qué le voy a hacer, me gustaba más el cine cuando no buscaba aleccionarte, ni adoctrinarte, y te tenía en más consideración; respeto a quien esté disfrutando con esta nueva saga, pero yo no la compro. Y, por cierto, si expresar tu opinión y ponerte en contra de una parte del sentir general, es ser un "hater" (palabro de moda), pues sí, seré un hater.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1- La ridícula muerte de Snoke, otro que parecía iba a ser de los más temibles de todos los tiempos, y luego lo mata su aprendiz en un plis y como a un imbécil.
2- Lo de Leia volando por el espacio ya... (ni Palpatine ni Darth Vader en la cumbre de su maligno poderío soñaron algo así)...no sé si lo incluyeron como homenaje a la fallecida Carrie Fisher o porque dijeron "bah, ya que hemos hecho lo que nos ha dado la gana con la mitología de Star Wars, una más...", o ambas cosas.
2- Lo de Leia volando por el espacio ya... (ni Palpatine ni Darth Vader en la cumbre de su maligno poderío soñaron algo así)...no sé si lo incluyeron como homenaje a la fallecida Carrie Fisher o porque dijeron "bah, ya que hemos hecho lo que nos ha dado la gana con la mitología de Star Wars, una más...", o ambas cosas.

7,8
17.252
10
4 de marzo de 2015
4 de marzo de 2015
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El gatopardo" pertenece claramente a ese grupo de películas características de una época muy concreta y a un modo de hacer cine que ya no se estila. Luchino Visconti, uno de los grandes directores de la historia de Italia y a la vez un reconocido esteta famoso por la elegancia impregnada de decadencia y tristeza de sus pausadas películas, parecía uno de los más idóneos para realizar la adaptación de la inmortal novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, fallecido en 1957 sin poder ver la trascendencia que iba a alcanzar su obra, pues acababa de publicarse.
El libro trata fundamentalmente del cambio de los tiempos, el fin de un mundo y la llegada de otra realidad, lo viejo y lo nuevo y la decadencia, todo ello con la Reunificación italiana de 1860-1861 como trasfondo y en Sicilia en particular, que Lampedusa como siciliano aprovecha para reflexionar sobre la isla, su carácter, su idiosincrasia, su pasado y su futuro. Y Visconti se centra en el triunfo y la tragedia y en el paso del tiempo, deteniéndose en las emociones de los personajes principales.
Todo en "El gatopardo" es deslumbrante, excesivo, desbordante, esplendoroso, onírico y melancólico: desde la pictórica fotografía de Giuseppe Rotunno a la maravillosa banda sonora de Nino Rota, pasando por el guión escrito entre cinco con fragmentos calcados a los de la novela, el esmerado vestuario de Piero Tosi (nominado al Oscar) que te sumerge en la época, los decorados reales (palacios, calles y paisajes) sicilianos, y el reparto, muy equilibrado, repleto de italianos competentes, con dos famosos "extranjeros".
Burt Lancaster demostró una vez más que pasaría a la historia del cine no sólo por sus primeros papeles de acróbata y encarnó de manera gloriosa al orgulloso y lúcido Príncipe de Salina, el verdadero gatopardo del blasón de la familia; de tal forma que, cuando se lee y relee la novela, es imposible imaginarse a otro que no sea el norteamericano. Alain Delon encarnó correctamente a su avispado sobrino y Claudia Cardinale a la prometida de éste, hija de un "nuevo rico". La bella italiana siempre suele maravillar y perturbar, y aquí no fue la excepción: su Angelica altera lógicamente al Príncipe y además forma parte con él de la famosa secuencia del baile, tal vez la escena más famosa de la película y la más importante.
En el libro el baile no es tan crucial, y de hecho Visconti realizó una película tan meticulosa y detallista que, pese a su larga duración, aún faltan varios capítulos importantes de la novela de Lampedusa. Con todo, es una obra de arte "de las que ya no se hacen" y toda una experiencia dejarse llevar por la presencia de Lancaster, que se come la película, de la de Cardinale, de los paisajes sicilianos, o de escenas como, al igual que en el libro, cuando la familia Salina es recibida en el pueblo mientras se toca "Noi siamo zingarelle", de La Traviata.
Lo mejor:
- Vestuario, guión, banda sonora, producción, reparto, interpretaciones, fotografía, el esmero minucioso, la calidad en general y esa característica elegancia decadente similar a la de la novela.
Lo peor:
- No es exactamente malo, pero no es una película para todos los públicos, en el sentido que es lenta, pausada y como no cuenta demasiado a primera vista, la historia puede carecer de gancho para muchos. Encima, es Visconti, característico por sus largometrajes aún más lánguidos y selectos, aunque esta es tal vez su obra más redonda.
"El gatopardo" es especialmente recomendable si te fascinó el libro, y si además te gustan las películas reposadas y este modo de hacer cine, ya prácticamente extinto.
El libro trata fundamentalmente del cambio de los tiempos, el fin de un mundo y la llegada de otra realidad, lo viejo y lo nuevo y la decadencia, todo ello con la Reunificación italiana de 1860-1861 como trasfondo y en Sicilia en particular, que Lampedusa como siciliano aprovecha para reflexionar sobre la isla, su carácter, su idiosincrasia, su pasado y su futuro. Y Visconti se centra en el triunfo y la tragedia y en el paso del tiempo, deteniéndose en las emociones de los personajes principales.
Todo en "El gatopardo" es deslumbrante, excesivo, desbordante, esplendoroso, onírico y melancólico: desde la pictórica fotografía de Giuseppe Rotunno a la maravillosa banda sonora de Nino Rota, pasando por el guión escrito entre cinco con fragmentos calcados a los de la novela, el esmerado vestuario de Piero Tosi (nominado al Oscar) que te sumerge en la época, los decorados reales (palacios, calles y paisajes) sicilianos, y el reparto, muy equilibrado, repleto de italianos competentes, con dos famosos "extranjeros".
Burt Lancaster demostró una vez más que pasaría a la historia del cine no sólo por sus primeros papeles de acróbata y encarnó de manera gloriosa al orgulloso y lúcido Príncipe de Salina, el verdadero gatopardo del blasón de la familia; de tal forma que, cuando se lee y relee la novela, es imposible imaginarse a otro que no sea el norteamericano. Alain Delon encarnó correctamente a su avispado sobrino y Claudia Cardinale a la prometida de éste, hija de un "nuevo rico". La bella italiana siempre suele maravillar y perturbar, y aquí no fue la excepción: su Angelica altera lógicamente al Príncipe y además forma parte con él de la famosa secuencia del baile, tal vez la escena más famosa de la película y la más importante.
En el libro el baile no es tan crucial, y de hecho Visconti realizó una película tan meticulosa y detallista que, pese a su larga duración, aún faltan varios capítulos importantes de la novela de Lampedusa. Con todo, es una obra de arte "de las que ya no se hacen" y toda una experiencia dejarse llevar por la presencia de Lancaster, que se come la película, de la de Cardinale, de los paisajes sicilianos, o de escenas como, al igual que en el libro, cuando la familia Salina es recibida en el pueblo mientras se toca "Noi siamo zingarelle", de La Traviata.
Lo mejor:
- Vestuario, guión, banda sonora, producción, reparto, interpretaciones, fotografía, el esmero minucioso, la calidad en general y esa característica elegancia decadente similar a la de la novela.
Lo peor:
- No es exactamente malo, pero no es una película para todos los públicos, en el sentido que es lenta, pausada y como no cuenta demasiado a primera vista, la historia puede carecer de gancho para muchos. Encima, es Visconti, característico por sus largometrajes aún más lánguidos y selectos, aunque esta es tal vez su obra más redonda.
"El gatopardo" es especialmente recomendable si te fascinó el libro, y si además te gustan las películas reposadas y este modo de hacer cine, ya prácticamente extinto.
9
7 de marzo de 2019
7 de marzo de 2019
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y para mí no lo es porque le sobran algunos minutos y por caer en los manidos estereotipos. No ya sólo por los típicos personajes atormentados por los fantasmas de la guerra o carcomidos por el racismo, o por "todos somos malos, todos somos buenos" como alguien apunta...es que también incide en el ya clásico estilo del western actual, es decir, ritmo lánguido, pesimismo, tristeza, existencialismo-nihilismo, música prácticamente fúnebre...Bien están las películas descarnadas y trágicas, pero tanta repetición de esto ya cansa un poco. Y desde luego esto no es como las de John Ford como dicen algunos.
Con todo, "Hostiles" es una magnífica película, con grandes virtudes, como la estupenda ambientación en 1892, la soberbia fotografía, los hermosos paisajes norteamericanos, y sobre todo un reparto muy compensado y de valorar pese a los comentados estereotipos. Por encima de todos un amostachado Christian Bale encarnando a un capitán parco en palabras, de vuelta de todo, que ha matado a todo bicho viviente, que es racista y que sólo cumple con su deber (¿les suena de algo?). También está Rosamund Pike en un sufrido papel o Rory Cochrane como el amigo veterano del capitán, otro martirizado soldado devorado por los remordimientos, el pasado y el alcohol (también les sonará de algo). El indio malo de "El último mohicano" hace aquí de jefe sanguinario que en sus últimas semanas de vida compone el clásico nativo sabio y de frases profundas.
Muy recomendable y a la altura de los mejores westerns del siglo XXI, como "Valor de ley", "Comanchería", "Open Range", "El tren de las 3:10" y otras.
Con todo, "Hostiles" es una magnífica película, con grandes virtudes, como la estupenda ambientación en 1892, la soberbia fotografía, los hermosos paisajes norteamericanos, y sobre todo un reparto muy compensado y de valorar pese a los comentados estereotipos. Por encima de todos un amostachado Christian Bale encarnando a un capitán parco en palabras, de vuelta de todo, que ha matado a todo bicho viviente, que es racista y que sólo cumple con su deber (¿les suena de algo?). También está Rosamund Pike en un sufrido papel o Rory Cochrane como el amigo veterano del capitán, otro martirizado soldado devorado por los remordimientos, el pasado y el alcohol (también les sonará de algo). El indio malo de "El último mohicano" hace aquí de jefe sanguinario que en sus últimas semanas de vida compone el clásico nativo sabio y de frases profundas.
Muy recomendable y a la altura de los mejores westerns del siglo XXI, como "Valor de ley", "Comanchería", "Open Range", "El tren de las 3:10" y otras.

6,9
932
9
27 de abril de 2016
27 de abril de 2016
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico largometraje de 1967, a medio camino entre el drama neorrealista y la película social, estamos ante un film áspero, duro y melancólico, pese a los eventuales toques de humor y desparrame. En él se cuenta el drama real de los emigrantes del sur de España, obligados por las circunstancias a dejar su tierra y emprender el camino, normalmente por vía férrea, de Cataluña, región que ya desde los tempranos años 50 se encontraba más desarrollada que la empobrecida Andalucía, pero que en los 60 cuenta con el añadido del turismo, el cual ya empezaba a ser internacional.
La película, amén de su indudable valor artístico, con esa fotografía en blanco y negro, seca y austera, y tan próxima que casi podemos oler las gotas de sudor o de alcohol, o esos flashbacks tan oportunos y bien construidos, como el de la boda o el del terrateniente, tiene un innegable valor histórico, pues tan real es la historia de los campesinos andaluces, murcianos, extremeños y manchegos que huyeron hacia Cataluña en busca de una vida mejor, no contando siempre con la simpatía y comprensión de los catalanes, tan real es eso, repito, como la situación que a la larga se ha creado en esta región, la de los charnegos independentistas, simbolizado en esa profética frase de la película: "los hijos de éstos serán más catalanistas que usted".
Rodada en los polvorientos barrios-cueva de Guadix, Purullena y en la estación de Benalúa (todo en Granada), en la ciudad de Valencia, en la de Barcelona y en la Costa Brava, la película se sustenta también por las estupendas actuaciones de los actores protagonistas, ese Antonio Iranzo que conforma un albañil andaluz, trabajador pero embrutecido y arrastrado por las circunstancias, o Marta May como su sufrida, inocente y melancólica mujer, quien con su mirada lo expresa todo. Ciertos personajes son tan reales que parecen sacados verdaderamente de la estepa accitana. Enternecen los pasajes de los niños pidiendo comida o refrescos, o cuando los campesinos recurren a las canciones de su tierra para darse ánimos. También sorprenden algunas escenas y diálogos, por su contundencia y significado; no obstante, la censura cortó ciertas cosas.
En resumen, una película muy recomendable, dura, realista, necesaria e inexplicablemente olvidada.
La película, amén de su indudable valor artístico, con esa fotografía en blanco y negro, seca y austera, y tan próxima que casi podemos oler las gotas de sudor o de alcohol, o esos flashbacks tan oportunos y bien construidos, como el de la boda o el del terrateniente, tiene un innegable valor histórico, pues tan real es la historia de los campesinos andaluces, murcianos, extremeños y manchegos que huyeron hacia Cataluña en busca de una vida mejor, no contando siempre con la simpatía y comprensión de los catalanes, tan real es eso, repito, como la situación que a la larga se ha creado en esta región, la de los charnegos independentistas, simbolizado en esa profética frase de la película: "los hijos de éstos serán más catalanistas que usted".
Rodada en los polvorientos barrios-cueva de Guadix, Purullena y en la estación de Benalúa (todo en Granada), en la ciudad de Valencia, en la de Barcelona y en la Costa Brava, la película se sustenta también por las estupendas actuaciones de los actores protagonistas, ese Antonio Iranzo que conforma un albañil andaluz, trabajador pero embrutecido y arrastrado por las circunstancias, o Marta May como su sufrida, inocente y melancólica mujer, quien con su mirada lo expresa todo. Ciertos personajes son tan reales que parecen sacados verdaderamente de la estepa accitana. Enternecen los pasajes de los niños pidiendo comida o refrescos, o cuando los campesinos recurren a las canciones de su tierra para darse ánimos. También sorprenden algunas escenas y diálogos, por su contundencia y significado; no obstante, la censura cortó ciertas cosas.
En resumen, una película muy recomendable, dura, realista, necesaria e inexplicablemente olvidada.

5,8
18.264
8
15 de noviembre de 2018
15 de noviembre de 2018
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en 2018 y 23 años después de su estreno, "Historias del Kronen", pese a que en algunos aspectos no ha envejecido bien, sigue conservando parte de su encanto, acaso por la nostalgia. Es todo un viaje a toda pastilla a esos añorados (u odiados) 90 y a esa España de hace décadas. Otra cuestión es que vi la película hace 3 años y me acabo de leer el libro de José Ángel Mañas (1994) en el que se basa, y es innegable que Armendáriz inventa bastante, pese a que el escritor parece que tomó parte en el guión.
Dichas diferencias las detallo en zona spoiler, y es significativo que la escena más conocida de la película, cuando se cuelgan del puente sobre la autovía, no aparece en la novela; de hecho se incluyó porque Armendáriz se fue de farra con unos jóvenes para "documentarse" sobre la noche madrileña de los noventas y unos niñatos desfasados lo hicieron.
Como han dicho varias veces, la película, siendo excesiva, es una versión "edulcorada" de la obra de Mañas, tiene un cierto tono moralista que no aparece en el libro, el final no concuerda y es peor, muchos personajes desaparecen y el protagonista, Carlos, siendo un imbécil en la peli, es más positivo que en la novela, en la que parece casi un psicópata, además de que Armendáriz rebaja un escalón el nivel social de la chavalada, poniéndolos como de clase media; en el libro son claramente de alta con casa en La Moraleja y chalet de verano en Santander o Marbella.
Por lo demás, acierta al retratar en parte una generación, la X o la JASP, esa nacida en los estertores del franquismo que creció ya en democracia y en los ilusionantes años 90 alcanzó la mayoría de edad o la veintena. Vemos su hedonismo, su vacío existencial, su desubicación y su desencanto (interesante la conversación del protagonista con su abuelo), que no se llena ni con sexo ni con drogas ni con el bebercio. Es cierto que no toda la juventud se metía coca y hubo mucha gente que simplemente se ponía ciega a alcohol, pero es un buen retrato de época.
A destacar el siempre inquietante Jordi Mollà, Juan Diego Botto cuando aún prometía, un lozano Armando del Río, la estética noventera y la vibrante banda sonora, con el himno "Chup, Chup" de Australian Blonde en cabeza, más temas de Hamlet, Reincidentes o canciones "bakalao".
Dichas diferencias las detallo en zona spoiler, y es significativo que la escena más conocida de la película, cuando se cuelgan del puente sobre la autovía, no aparece en la novela; de hecho se incluyó porque Armendáriz se fue de farra con unos jóvenes para "documentarse" sobre la noche madrileña de los noventas y unos niñatos desfasados lo hicieron.
Como han dicho varias veces, la película, siendo excesiva, es una versión "edulcorada" de la obra de Mañas, tiene un cierto tono moralista que no aparece en el libro, el final no concuerda y es peor, muchos personajes desaparecen y el protagonista, Carlos, siendo un imbécil en la peli, es más positivo que en la novela, en la que parece casi un psicópata, además de que Armendáriz rebaja un escalón el nivel social de la chavalada, poniéndolos como de clase media; en el libro son claramente de alta con casa en La Moraleja y chalet de verano en Santander o Marbella.
Por lo demás, acierta al retratar en parte una generación, la X o la JASP, esa nacida en los estertores del franquismo que creció ya en democracia y en los ilusionantes años 90 alcanzó la mayoría de edad o la veintena. Vemos su hedonismo, su vacío existencial, su desubicación y su desencanto (interesante la conversación del protagonista con su abuelo), que no se llena ni con sexo ni con drogas ni con el bebercio. Es cierto que no toda la juventud se metía coca y hubo mucha gente que simplemente se ponía ciega a alcohol, pero es un buen retrato de época.
A destacar el siempre inquietante Jordi Mollà, Juan Diego Botto cuando aún prometía, un lozano Armando del Río, la estética noventera y la vibrante banda sonora, con el himno "Chup, Chup" de Australian Blonde en cabeza, más temas de Hamlet, Reincidentes o canciones "bakalao".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las diferencias entre libro y película son abundantes, además del descenso en el nivel social:
- Carlos pasa bastante de su abuelo y le resulta indiferente cuando se muere.
- En casa de Carlos la sirvienta es filipina, no española.
- Carlos no se pone cachondo con su hermana, de hecho la desprecia continuamente llamándola "gorda".
- La obsesión homosexual de Roberto con Carlos es más latente en el libro.
- Varios personajes secundarios desaparecen, otros más importantes como Fierro se "fusionan" con el de Pedro, el diabético que muere. Otros cambian de nombre, como la parejita de la pandilla.
- Nadie de la pandilla toca en un grupo como en la película, y de hecho ellos van a los conciertos (Nirvana, Elton John), no dan ninguno.
- El final es más demoledor si cabe en el libro, que retrata a Carlos casi como un asesino, un tipo frío y sin escrúpulos sin ningún atisbo de remordimiento.
- Carlos pasa bastante de su abuelo y le resulta indiferente cuando se muere.
- En casa de Carlos la sirvienta es filipina, no española.
- Carlos no se pone cachondo con su hermana, de hecho la desprecia continuamente llamándola "gorda".
- La obsesión homosexual de Roberto con Carlos es más latente en el libro.
- Varios personajes secundarios desaparecen, otros más importantes como Fierro se "fusionan" con el de Pedro, el diabético que muere. Otros cambian de nombre, como la parejita de la pandilla.
- Nadie de la pandilla toca en un grupo como en la película, y de hecho ellos van a los conciertos (Nirvana, Elton John), no dan ninguno.
- El final es más demoledor si cabe en el libro, que retrata a Carlos casi como un asesino, un tipo frío y sin escrúpulos sin ningún atisbo de remordimiento.
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