You must be a loged user to know your affinity with PROT
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7,8
150.368
8
11 de julio de 2011
11 de julio de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que es muy buena MEMENTO, en resumidas cuentas.
Porque, aunque no me convenció la primera vez, MEMENTO es muy buena, en resumidas cuentas. Y quizá porque tenía yo un mal día, o porque mi mente no estaba para farolillos aquella tarde, que no es en la memoria sino en los hechos donde está la verdad, MEMENTO, que es muy buena, no me convenció la primera vez.
Porque tenía yo un mal día o porque no estaba mi mente para farolillos, decía, no me convenció la primera vez MEMENTO, o porque Guy Pearce me produce un efecto sedante, a lo peor.
A lo peor porque Guy Pearce me produce un efecto sedante, y sigo, MEMENTO, que es muy buena, no me convenció la primera vez. Y pudiera haber ocurrido que no estuviese mi mente para farolillos aquella tarde, o que tuviera yo un mal día, pero que Guy Pearce me produce un efecto sedante es tan cierto como que es en los hechos y no en la memoria donde está la verdad. Y es un hecho y una verdad que MEMENTO es muy buena y que no me convenció la primera vez. Quizá porque no tuviese yo un buen día, o porque no estuviera mi mente para farolillos. O porque, a lo peor, Guy Pearce me produce un efecto sedante.
Pues con L.A. Confidential me pasó también: que no me convenció la primera vez, como MEMENTO, que es muy buena. Y puede que no tuviera yo un buen día aquel remoto 1 de Enero, cuando vi L.A. Confidential, o que no estuviese mi mente para farolillos. O que el protagonista de MEMENTO, Guy Pearce, y esto es un hecho, es uno de los protagonistas de L.A.Confidential y, a lo peor, me produce un efecto sedante, un total embotamiento, un pasmo absoluto, un letargo irreverente, una atonía imperdonable que sólo puede ser subsanada, un pasmo, un letargo, un embotamiento y un efecto sedante que sólo pueden ser corregidos en la segunda revisión. Una segunda revisión que viene a taponar con cemento armado los orificios y defectos de la memoria, que no es, por desgracia, donde está la verdad.
Como en MEMENTO. Que, escrito sea por otra parte, es muy buena, en resumidas cuentas.
Porque, aunque no me convenció la primera vez, MEMENTO es muy buena, en resumidas cuentas. Y quizá porque tenía yo un mal día, o porque mi mente no estaba para farolillos aquella tarde, que no es en la memoria sino en los hechos donde está la verdad, MEMENTO, que es muy buena, no me convenció la primera vez.
Porque tenía yo un mal día o porque no estaba mi mente para farolillos, decía, no me convenció la primera vez MEMENTO, o porque Guy Pearce me produce un efecto sedante, a lo peor.
A lo peor porque Guy Pearce me produce un efecto sedante, y sigo, MEMENTO, que es muy buena, no me convenció la primera vez. Y pudiera haber ocurrido que no estuviese mi mente para farolillos aquella tarde, o que tuviera yo un mal día, pero que Guy Pearce me produce un efecto sedante es tan cierto como que es en los hechos y no en la memoria donde está la verdad. Y es un hecho y una verdad que MEMENTO es muy buena y que no me convenció la primera vez. Quizá porque no tuviese yo un buen día, o porque no estuviera mi mente para farolillos. O porque, a lo peor, Guy Pearce me produce un efecto sedante.
Pues con L.A. Confidential me pasó también: que no me convenció la primera vez, como MEMENTO, que es muy buena. Y puede que no tuviera yo un buen día aquel remoto 1 de Enero, cuando vi L.A. Confidential, o que no estuviese mi mente para farolillos. O que el protagonista de MEMENTO, Guy Pearce, y esto es un hecho, es uno de los protagonistas de L.A.Confidential y, a lo peor, me produce un efecto sedante, un total embotamiento, un pasmo absoluto, un letargo irreverente, una atonía imperdonable que sólo puede ser subsanada, un pasmo, un letargo, un embotamiento y un efecto sedante que sólo pueden ser corregidos en la segunda revisión. Una segunda revisión que viene a taponar con cemento armado los orificios y defectos de la memoria, que no es, por desgracia, donde está la verdad.
Como en MEMENTO. Que, escrito sea por otra parte, es muy buena, en resumidas cuentas.
Serie

5,8
9.625
10
21 de diciembre de 2023
21 de diciembre de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Venir en la actualidad a cantar las alabanzas de EL SHOW DE BENNY HILL en la España en la que vivimos es jugarse el todo por el todo, que si en nuestro país el solo acto de piropear está en vías de ser tipificado como delito en el Código Penal, puntuar con un notable 8, con un muy buen 9 o con un excelente 10 el espacio del inefable inglés le puede suponer a uno, sin más fórmula de juicio, dos meses de reclusión menor.
Benny Hill, nacido como Alfred Hawthorne, trabajó como lechero y chófer, fue rechazado por tres mujeres a las que pidió en matrimonio, hablaba cinco idiomas, vivió con su madre durante casi toda su vida y murió solo, siendo su cuerpo encontrado días más tarde por el que había sido su productor. Admirado por Michael Caine o por Charlie Chaplin, entre otros, protagonizó desde 1969 hasta 1989 su grande obra, EL SHOW, consiguiendo, con ello, que varias generaciones de espectadores de todo el mundo fueran un poco más felices.
La cosa se estropea, bajo el sol de hoy, a pasos agigantados. Ya no hay cuentos de hadas en Navidad y los depredadores, agazapados u ocultos entre la fronda, como las figuras del recinto infantil en el Overlook, andan a la caza de lo que no es idóneo en base a su pobre nivel, de lo que no es conforme a sus criterios de escasa estatura. Pero no todo era tan feo hace demasiado. Y, sin tantos muros, sin tantos buenos y malos por decreto, no faltaron los que supieron encontrar en los gags y en los chistes del otrora lechero Hill algo bonito e inocente, ni los que sonreían de oreja a oreja al escuchar las alegres notas del siempre alegre Yakety Sax.
Benny Hill, nacido como Alfred Hawthorne, trabajó como lechero y chófer, fue rechazado por tres mujeres a las que pidió en matrimonio, hablaba cinco idiomas, vivió con su madre durante casi toda su vida y murió solo, siendo su cuerpo encontrado días más tarde por el que había sido su productor. Admirado por Michael Caine o por Charlie Chaplin, entre otros, protagonizó desde 1969 hasta 1989 su grande obra, EL SHOW, consiguiendo, con ello, que varias generaciones de espectadores de todo el mundo fueran un poco más felices.
La cosa se estropea, bajo el sol de hoy, a pasos agigantados. Ya no hay cuentos de hadas en Navidad y los depredadores, agazapados u ocultos entre la fronda, como las figuras del recinto infantil en el Overlook, andan a la caza de lo que no es idóneo en base a su pobre nivel, de lo que no es conforme a sus criterios de escasa estatura. Pero no todo era tan feo hace demasiado. Y, sin tantos muros, sin tantos buenos y malos por decreto, no faltaron los que supieron encontrar en los gags y en los chistes del otrora lechero Hill algo bonito e inocente, ni los que sonreían de oreja a oreja al escuchar las alegres notas del siempre alegre Yakety Sax.
Mediometraje

6,0
86
8
19 de noviembre de 2021
19 de noviembre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No siempre tiene uno la posibilidad de conocer en tiempo real la obra de un autor con mucho potencial desde sus comienzos. Pero por una de esas cosas raras que ocurren en la vida, Allan y Ellen vinieron a la mía y vieron y vencieron.
Hay alguna reminiscencia del barroco Terry Gilliam en el mediometraje. Y los primos lejanos de los juguetes de JF Sebastian están en la casa de Allan. Sin embargo, aunque es más que lógico que en esos inicios mencionados uno sea más susceptible a las influencias, hay, dentro de ALLAN ELLEN, un germen de historia grande.
Es de esperar de un joven director que domina lo visual y lo sonoro, y que se mueve a impulsos del corazón, una pronta conversión en ese maestro de ceremonias presto a regalar al mundo, transformado en lo más bonito, lo que muchas veces, por desgracia, queda oculto entre lo que otros, sin tanta vista, olvidamos.
Hay alguna reminiscencia del barroco Terry Gilliam en el mediometraje. Y los primos lejanos de los juguetes de JF Sebastian están en la casa de Allan. Sin embargo, aunque es más que lógico que en esos inicios mencionados uno sea más susceptible a las influencias, hay, dentro de ALLAN ELLEN, un germen de historia grande.
Es de esperar de un joven director que domina lo visual y lo sonoro, y que se mueve a impulsos del corazón, una pronta conversión en ese maestro de ceremonias presto a regalar al mundo, transformado en lo más bonito, lo que muchas veces, por desgracia, queda oculto entre lo que otros, sin tanta vista, olvidamos.

4,6
9.351
7
17 de noviembre de 2021
17 de noviembre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más cosas de Hollywood: a pesar de ser un fanático de la Semana Santa malagueña, qué raro es ver a Antonio
Banderas con vestidura talar. Y qué curioso que uno de los hermanos franciscanos de fray Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa aparezca en THE BODY convertido en cardenal. Y que uno de los que organizaron la matanza de Munich a las órdenes de Spielberg campe en la cinta de McCord a sus anchas por Jerusalén.
THE BODY es de esas películas construidas al revés: teniendo la conclusión, la enseñanza, hagamos que todas las circunstancias, que todo lo mostrado a partir de los títulos de crédito, conduzca inexorablemente a ese final.
Cuánta atracción hay en todo lo que rodea a Jesús de Nazaret y a sus circunstancias. Y qué potencialmente peligrosa resulta esa atracción. Sin embargo, a la luz de la razón, a la luz de la fe, nada debería dar tanto miedo. Pues se puede mirar cómo las aves del cielo no siembran ni siegan ni recogen en graneros, y su Padre celestial las alimenta, y comprobar que no faltan en este mundo corderos que marchan en medio de lobos.
Banderas con vestidura talar. Y qué curioso que uno de los hermanos franciscanos de fray Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa aparezca en THE BODY convertido en cardenal. Y que uno de los que organizaron la matanza de Munich a las órdenes de Spielberg campe en la cinta de McCord a sus anchas por Jerusalén.
THE BODY es de esas películas construidas al revés: teniendo la conclusión, la enseñanza, hagamos que todas las circunstancias, que todo lo mostrado a partir de los títulos de crédito, conduzca inexorablemente a ese final.
Cuánta atracción hay en todo lo que rodea a Jesús de Nazaret y a sus circunstancias. Y qué potencialmente peligrosa resulta esa atracción. Sin embargo, a la luz de la razón, a la luz de la fe, nada debería dar tanto miedo. Pues se puede mirar cómo las aves del cielo no siembran ni siegan ni recogen en graneros, y su Padre celestial las alimenta, y comprobar que no faltan en este mundo corderos que marchan en medio de lobos.

7,4
65.003
10
6 de junio de 2020
6 de junio de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en que no me parecía tan bonita MEMORIAS DE ÁFRICA. Quizá porque, como un aventurero amante de las buenas historias, y de Mozart, también andaba buscando mi lugar en el mundo. Un tiempo, ese tiempo, en el que se lee y se viaja, y se prestan libros y pierden amigos, y se encienden hogueras. No tanto para ser situadas por los que están lejos, por supuesto que no, sino para jugar a verlo todo a través de los ojos de Dios.
Con los años, que transcurren, con la vida, que es lo que te pasa mientras tú te empeñas en hacer otro planes, he vuelto a África, a los pies de las colinas de Ngong. Puede que porque la tierra sea redonda; puede que porque los dioses quisieron castigarme y atendieron mis plegarias. O porque, aun siendo libre de irme, la necesito, igual que necesito la música de John Barry, que ya vuela entre las estrellas en un avión de papel. Igual que necesito todas esas cosas que vale la pena tener y vienen con un alto precio que pagar.
No creí que acabaría gustándome tanto.
Con los años, que transcurren, con la vida, que es lo que te pasa mientras tú te empeñas en hacer otro planes, he vuelto a África, a los pies de las colinas de Ngong. Puede que porque la tierra sea redonda; puede que porque los dioses quisieron castigarme y atendieron mis plegarias. O porque, aun siendo libre de irme, la necesito, igual que necesito la música de John Barry, que ya vuela entre las estrellas en un avión de papel. Igual que necesito todas esas cosas que vale la pena tener y vienen con un alto precio que pagar.
No creí que acabaría gustándome tanto.
Más sobre PROT
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here