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6,0
3.670
7
17 de diciembre de 2016
17 de diciembre de 2016
31 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recién terminada de ver, solo puedo decir que me ha gustado bastante.
Soy un cinéfago de historias, no tanto de estilismos o autorismos que dejan la historia de lado para centrarse en otros aspectos del cine muy amados en según qué salones cinéfilos. Soy más de fondo, no de formas, aunque ni mucho menos las rehúya. Quizá sea por eso que aunque la puesta en escena sea tradicional, correcta; aunque el guion no sea nada del otro mundo, aun estando bien hilado judicialmente a pesar de ciertos saltos que se supone que debemos rellenar al estar basada en una historia real, y aunque las interpertaciones no sean para lucirse con ese gesto impertérrito que debe poner todo el mundo en un juicio, lo que hace apasionante la película es, como casi siempre, la historia que trata.
O las historias.
Porque se habla de Historia y de cómo, quiénes y por qué nos cuentan la Historia; y de que dos proposiciones que se excluen entre sí no pueden ser ambas verdaderas; y de que la libertad de expresión se ha de basar en la veracidad, el camino más probable para encontrar la verdad; y de que Hitler no podía estar a favor del extermino y, a la vez, estar en contra del genocidio judío; y de que cuando estas dos versiones se enfrentan y el ciudadano de a pie se ve confundido acerca de qué creer, quizá lo mejor es decidir qué es verdad y qué no en los tribunales, esos sitios donde los sentimientos de las víctimas no importan, donde todo tiende a ser más aséptico pese a que, paradójicamente, sea donde podemos encontrar los momentos más emocionales de la cinta que nos ocupa y donde los personajes, en su circunspección, nos muestran en verdad lo que sienten, por más disfrazado de estrategia que esté.
Es una buena historia basada en hechos reales.
Y lo triste es que esté basada en hecho reales.
Animaos a verla. No veréis una gran película de hallazgos técnicos, creativos, interpretativos, de fotografía, banda sonora, montaje, guion o sonido.
Solo es una historia que, desgraciadamente, ocurrió.
Y aún ocurre.
Para mí, es más que suficiente. Es notable.
Besos y quesos.
Soy un cinéfago de historias, no tanto de estilismos o autorismos que dejan la historia de lado para centrarse en otros aspectos del cine muy amados en según qué salones cinéfilos. Soy más de fondo, no de formas, aunque ni mucho menos las rehúya. Quizá sea por eso que aunque la puesta en escena sea tradicional, correcta; aunque el guion no sea nada del otro mundo, aun estando bien hilado judicialmente a pesar de ciertos saltos que se supone que debemos rellenar al estar basada en una historia real, y aunque las interpertaciones no sean para lucirse con ese gesto impertérrito que debe poner todo el mundo en un juicio, lo que hace apasionante la película es, como casi siempre, la historia que trata.
O las historias.
Porque se habla de Historia y de cómo, quiénes y por qué nos cuentan la Historia; y de que dos proposiciones que se excluen entre sí no pueden ser ambas verdaderas; y de que la libertad de expresión se ha de basar en la veracidad, el camino más probable para encontrar la verdad; y de que Hitler no podía estar a favor del extermino y, a la vez, estar en contra del genocidio judío; y de que cuando estas dos versiones se enfrentan y el ciudadano de a pie se ve confundido acerca de qué creer, quizá lo mejor es decidir qué es verdad y qué no en los tribunales, esos sitios donde los sentimientos de las víctimas no importan, donde todo tiende a ser más aséptico pese a que, paradójicamente, sea donde podemos encontrar los momentos más emocionales de la cinta que nos ocupa y donde los personajes, en su circunspección, nos muestran en verdad lo que sienten, por más disfrazado de estrategia que esté.
Es una buena historia basada en hechos reales.
Y lo triste es que esté basada en hecho reales.
Animaos a verla. No veréis una gran película de hallazgos técnicos, creativos, interpretativos, de fotografía, banda sonora, montaje, guion o sonido.
Solo es una historia que, desgraciadamente, ocurrió.
Y aún ocurre.
Para mí, es más que suficiente. Es notable.
Besos y quesos.
7
22 de diciembre de 2017
22 de diciembre de 2017
29 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muchos años, salió un serie de libros cuyo nombre no recuerdo donde en la vida real existían dragones, orcos, elfos, enanos, humanos, magos... etcétera. Esa saga no me llamó la atención. Desconozco si Bright se basa de alguna manera en ellos porque no leí la saga. Por entonces estaba con El Señor de los anillos, La Rueda del tiempo, Añoranzas y Pesares, Elenium, Crónicas de Mallorea y de Belgarath, La madición del dragón y similares.
Bien, pues esta peli recoge la esencia de estos libros de fantasía épica y la idea principal de esa saga no leída y la convierte en una peli de persecuciones y policías, bandas, renegados y magia. Una idea que muy, muy, muy rara vez (por no decir nunca) se había visto en la televisión. Habían puesto a un robot y un policía o a aliens y policías. Supongo que faltaba esto.
Si Tolkien convirtió a los enanos, grotescos, orejones y primitivos elfos en los seres más bellos y finos de su mundo, en Bright son los más pijos, los ricos, los poderosos. Por contra, los orcos son el equivalente a los desfavorecidos, a los negros, gitanos, moros... emigrantes en general, siempre posibles objetivos de una policía corrupta y violenta. El equivalente a las bandas humanas son los clanes orcos. Los humanos están ahí, en una especie de clase media.
Y en vez de proteger una bolsa de diamantes, de dinero, una grabación importante o a un testigo protegido contra todos, deben proteger una varita mágica (que puede hacer maravillas) y a una portadora renegada de una secta de elfos mortíferos que quieren traer al Señor Oscuro para que sojuzgue al mundo.
Como veis, todos los elementos de la fantasía épica están ahí: hérore, villano, antihéroe, magia, pistolas y escopetas en vez de lanzas, arcos y flechas y espadas. Todos los persiguen y ellos debe salvar a la Bright (quien puede usar la varita) y a la propia varita. Los persiguen bandas, federales, los elfos asesinos... y ellos escapando como pueden.
Toda esta mezcla hace que la película sea entretenida, se deje ver muy bien y no engañe a nadie salvo a quien quiera dejarse engañar por no ver el tráiler o leer las sinposis antes de verla.
Pasaréis un rato agradable con una historia adrenalítica y donde los personajes están decentemente construidos y con un humor muy de la televisión y de las películas de hoy.
No pidáis más. Ni menos.
Espero que la disfrutéis.
Bien, pues esta peli recoge la esencia de estos libros de fantasía épica y la idea principal de esa saga no leída y la convierte en una peli de persecuciones y policías, bandas, renegados y magia. Una idea que muy, muy, muy rara vez (por no decir nunca) se había visto en la televisión. Habían puesto a un robot y un policía o a aliens y policías. Supongo que faltaba esto.
Si Tolkien convirtió a los enanos, grotescos, orejones y primitivos elfos en los seres más bellos y finos de su mundo, en Bright son los más pijos, los ricos, los poderosos. Por contra, los orcos son el equivalente a los desfavorecidos, a los negros, gitanos, moros... emigrantes en general, siempre posibles objetivos de una policía corrupta y violenta. El equivalente a las bandas humanas son los clanes orcos. Los humanos están ahí, en una especie de clase media.
Y en vez de proteger una bolsa de diamantes, de dinero, una grabación importante o a un testigo protegido contra todos, deben proteger una varita mágica (que puede hacer maravillas) y a una portadora renegada de una secta de elfos mortíferos que quieren traer al Señor Oscuro para que sojuzgue al mundo.
Como veis, todos los elementos de la fantasía épica están ahí: hérore, villano, antihéroe, magia, pistolas y escopetas en vez de lanzas, arcos y flechas y espadas. Todos los persiguen y ellos debe salvar a la Bright (quien puede usar la varita) y a la propia varita. Los persiguen bandas, federales, los elfos asesinos... y ellos escapando como pueden.
Toda esta mezcla hace que la película sea entretenida, se deje ver muy bien y no engañe a nadie salvo a quien quiera dejarse engañar por no ver el tráiler o leer las sinposis antes de verla.
Pasaréis un rato agradable con una historia adrenalítica y donde los personajes están decentemente construidos y con un humor muy de la televisión y de las películas de hoy.
No pidáis más. Ni menos.
Espero que la disfrutéis.
Episodio

6,8
5.075
8
1 de mayo de 2014
1 de mayo de 2014
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buen capítulo piloto, y eso que no me gustan ni las películas ni las series de terror por la sencilla razón de que no me creo nada de lo que me cuentan y sus historias no me atraen.
Pero no sé qué tiene esta Penny Dreadful, si la magistral ambientación del Londres decimonónico, las tomas totalmente cinematográficas que se vierten de tanto en tanto, las magníficas interpretaciones de Eva Green y Dalton (quién le ha visto y quién le ve... ahora para bien) o cómo han hilado las tramas de las diferentes historias de siempre, que ha logrado que toda una hora haya pasado en un suspiro y la serie valga más que el penique que costaba las tiras de terror de Penny Dreadful originales del XIX.
Sí, sí, por supuesto que es un remix y lo seguirá siendo en el desarrollo de los capítulos al estilo de otras series que mezclan criaturas y leyendas del terror, pero esta, para mi gusto, lo hace de una forma excelente. Todavía no sé, eso sí, si desarrollarán la serie con capítulos autoconclusivos con una historia central que se irá desarrollando o será una única historia central en la que irán apareciendo sucesos.
Sea como sea, creo que es recomendable para todo aquél amante del género de terror y para los que no lo somos tanto.
Ojalá no se aniquile así misma yéndose por los cerros de Úbeda.
Disfrutadla.
Pero no sé qué tiene esta Penny Dreadful, si la magistral ambientación del Londres decimonónico, las tomas totalmente cinematográficas que se vierten de tanto en tanto, las magníficas interpretaciones de Eva Green y Dalton (quién le ha visto y quién le ve... ahora para bien) o cómo han hilado las tramas de las diferentes historias de siempre, que ha logrado que toda una hora haya pasado en un suspiro y la serie valga más que el penique que costaba las tiras de terror de Penny Dreadful originales del XIX.
Sí, sí, por supuesto que es un remix y lo seguirá siendo en el desarrollo de los capítulos al estilo de otras series que mezclan criaturas y leyendas del terror, pero esta, para mi gusto, lo hace de una forma excelente. Todavía no sé, eso sí, si desarrollarán la serie con capítulos autoconclusivos con una historia central que se irá desarrollando o será una única historia central en la que irán apareciendo sucesos.
Sea como sea, creo que es recomendable para todo aquél amante del género de terror y para los que no lo somos tanto.
Ojalá no se aniquile así misma yéndose por los cerros de Úbeda.
Disfrutadla.

5,7
943
7
10 de enero de 2018
10 de enero de 2018
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los perros de pelea se los entrena y alimenta para que maten al contrario. Mientras lo venzan y sean útiles, son cuidados. Cuando fracasan, si no han muerto antes, se los deja tirados con las heridas de la pelea hasta que mueren. Nadie les cuida, nadie les tiene en cuenta.
Cientos de miles de veteranos de guerra son tratados así por Estados Unidos. Desde Vietnam, pasando por Corea hasta la invasión de Iraq. Mientras están en campaña, son alimentados, se les entrega armamento de calidad y se les paga (más mal que bien). Tras acabar sus "tours" o sus "rounds", ya da igual que tengan estrés postraumático, falte un cacho de crerebro o uno o varios miembros... allá se las apañen.
No en vano, 22 veteranos y veteranas de guerra se suicidan cada día en EEUU.
Sí, cada día.Unos 8.000 al año.
Thank You for Your Service refleja como casi ninguna otra el trato que reciben estos ex soldados.
La película es levantada por sus protagonistas y por el montaje. El guion es tirando a trillado, aunque sí es cierto que tiene momentos muy buenos como el del mando echando en cara al sargento que está en una fila para solicitar ayuda psicólogica que verlo allí es malo para a la moral del ejército, que un poquito de por favor.
El trauma está muy bien retratado y la historia se hace amena, sobre todo porque cada uno de los tres soldados protagonistas es un mundo y están muy bien bosquejados y desarrollados.
Obviamente, aquí podríamos traer a colación el monólogo del caído en desgracia Louis CK de "Of course... but maybe" (por supuesto, pero quizá).
Por supuesto que todos lamentamos que un semejante sufra amputaciones o que regrese a casa con estrés postraumático por estar en una contienda. Y que sea deshauciado o dado de lado o no cuidado por los propios que lo mandaron allí. Por supuesto. Pero quizá si no hubiera ido, no hubiera pasado.
No en vano, la guerra es una masacre entre gente que no se conoce para provecho de gente que sí se conoce pero no se masacra; y se apunta quien quiere. Y aunque señala de vez en cuando que el hecho de volver a un segundo tour es una locura y quien lo haga necesita un psiquiatra, muchos terminan volviendo porque o no tienen recursos económicos, o no saben hacer otra cosa... o son muy patriotas. Y esas cosas.
Todo esto, repito, queda muy bien reflejado en la peli.
Tema interesante, de veras, aunque cinematográficamente tampoco sea la octava maravilla.
Cientos de miles de veteranos de guerra son tratados así por Estados Unidos. Desde Vietnam, pasando por Corea hasta la invasión de Iraq. Mientras están en campaña, son alimentados, se les entrega armamento de calidad y se les paga (más mal que bien). Tras acabar sus "tours" o sus "rounds", ya da igual que tengan estrés postraumático, falte un cacho de crerebro o uno o varios miembros... allá se las apañen.
No en vano, 22 veteranos y veteranas de guerra se suicidan cada día en EEUU.
Sí, cada día.Unos 8.000 al año.
Thank You for Your Service refleja como casi ninguna otra el trato que reciben estos ex soldados.
La película es levantada por sus protagonistas y por el montaje. El guion es tirando a trillado, aunque sí es cierto que tiene momentos muy buenos como el del mando echando en cara al sargento que está en una fila para solicitar ayuda psicólogica que verlo allí es malo para a la moral del ejército, que un poquito de por favor.
El trauma está muy bien retratado y la historia se hace amena, sobre todo porque cada uno de los tres soldados protagonistas es un mundo y están muy bien bosquejados y desarrollados.
Obviamente, aquí podríamos traer a colación el monólogo del caído en desgracia Louis CK de "Of course... but maybe" (por supuesto, pero quizá).
Por supuesto que todos lamentamos que un semejante sufra amputaciones o que regrese a casa con estrés postraumático por estar en una contienda. Y que sea deshauciado o dado de lado o no cuidado por los propios que lo mandaron allí. Por supuesto. Pero quizá si no hubiera ido, no hubiera pasado.
No en vano, la guerra es una masacre entre gente que no se conoce para provecho de gente que sí se conoce pero no se masacra; y se apunta quien quiere. Y aunque señala de vez en cuando que el hecho de volver a un segundo tour es una locura y quien lo haga necesita un psiquiatra, muchos terminan volviendo porque o no tienen recursos económicos, o no saben hacer otra cosa... o son muy patriotas. Y esas cosas.
Todo esto, repito, queda muy bien reflejado en la peli.
Tema interesante, de veras, aunque cinematográficamente tampoco sea la octava maravilla.
8 de diciembre de 2017
8 de diciembre de 2017
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tendemos a menospreciar las películas de superación y de dramas cotidianos hasta que somos protagonistas de uno de ellos o nos toca cerca a través de un familiar o amigo. Entonces todo lo que nos parecía en la pantalla maniqueo, lacrimógeno o panfletario se torna real, cercano y cotidiano.
Desde mi punto de vista, este es el mayor problema de la cinta, que es cotidiana, insulsa. No por el tema, sino por cómo nos la han envuelto. Salvo por las magníficas actuaciones de ese excelente actor que es Jake Gyllenhaal, y de Tatiana Maslany y MIranda Richardson, asistimos a la vida rutinaria de un borrachín antes y después de los atentados cuya vida no es más interesante que la de nuestro vecino del quinto. Y eso pesa en la cinta. En igual medida, el diseño de producción, la banda sonora, la fotografía y el resto de los aspectos cinematográficos son igualmente llanos y, por tanto, olvidables,
Sin embargo, Jeff cobra protagonismo debido a que tiene la "suerte" de estar de pie y de que le vuelen las dos piernas por el aire en un atentado terrorista. Como él mismo dice, "¿por eso soy un héroe?". Pues sí porque vive en un país con tendencia a lo panfletario, a utilizar para el merchandising cualquier cosa, a cualquier persona; donde desde algunos clubes deportivos y presentadoras de televisión archiconocidas hasta la propia familia (que intenta aprovechar el hecho de que ha sido testigo ocular de los perpetradores y gracias a su testimonio los apresan) intentan utilizarlo para sus propios intereses, dando igual, excepto a su novia, lo que pueda estar sintiendo el propio afectado.
A lo largo de esa lucha para separarse del protagonismo y/o aprovecharlo, asistimos a la rehabilitación (presentada casi con desgana), los problemas sentimientales de la pareja (muy bien trabajados), los traumas del herido (mal elaborados) a lo largo de un montaje que se va haciendo cada vez más monótono hasta terminar con esa sensación de estar viendo una película de Estrenos TV de cinco euros el kilo, salvo cuando llega el final, donde remonta medianamente aunque el patrioterismo entre a la carga, como no podía ser de otra manera.
No hay épica, no hay pelos de punta y, afortunadamente y en esto acierta, no hay regodeo en la carnaza, pues para eso ya están los conspiranoicos estilo "el hombre no ha estado en la luna" que aseguraron que todo el atentado fue una escenificación y Jeff, un actor contratado. En serio. Y que incluso ya tenía las piernas amputadas antes del atentado, lo que sería todo un logro conspirativo, pues tendrían que haber silenciado a la novia, familia, amigos, enfermeras del hospital, asistentes, al que le ayudó, a los fisioterapeutas, periodistas.., A más de mil personas, más o menos, de ahí que en un momento de la película, cuando en un bar alguien le lanza semejante memez, le diga que se vaya a tomar por culo a la derecha y que utilice el dolor de otros para fundamentar su idiotez existencial, que si todo había sido una escenificación para seguir la guerra en Oriente Medio, ya estaban en guerra y no era necesario. Con toda razón.
En resumen, una película que se deja ver, que no aporta nada especial y que está mucho peor narrada, pero magníficamente intepretada, que otras muchas miles que se han hecho de este estilo.
Desde mi punto de vista, este es el mayor problema de la cinta, que es cotidiana, insulsa. No por el tema, sino por cómo nos la han envuelto. Salvo por las magníficas actuaciones de ese excelente actor que es Jake Gyllenhaal, y de Tatiana Maslany y MIranda Richardson, asistimos a la vida rutinaria de un borrachín antes y después de los atentados cuya vida no es más interesante que la de nuestro vecino del quinto. Y eso pesa en la cinta. En igual medida, el diseño de producción, la banda sonora, la fotografía y el resto de los aspectos cinematográficos son igualmente llanos y, por tanto, olvidables,
Sin embargo, Jeff cobra protagonismo debido a que tiene la "suerte" de estar de pie y de que le vuelen las dos piernas por el aire en un atentado terrorista. Como él mismo dice, "¿por eso soy un héroe?". Pues sí porque vive en un país con tendencia a lo panfletario, a utilizar para el merchandising cualquier cosa, a cualquier persona; donde desde algunos clubes deportivos y presentadoras de televisión archiconocidas hasta la propia familia (que intenta aprovechar el hecho de que ha sido testigo ocular de los perpetradores y gracias a su testimonio los apresan) intentan utilizarlo para sus propios intereses, dando igual, excepto a su novia, lo que pueda estar sintiendo el propio afectado.
A lo largo de esa lucha para separarse del protagonismo y/o aprovecharlo, asistimos a la rehabilitación (presentada casi con desgana), los problemas sentimientales de la pareja (muy bien trabajados), los traumas del herido (mal elaborados) a lo largo de un montaje que se va haciendo cada vez más monótono hasta terminar con esa sensación de estar viendo una película de Estrenos TV de cinco euros el kilo, salvo cuando llega el final, donde remonta medianamente aunque el patrioterismo entre a la carga, como no podía ser de otra manera.
No hay épica, no hay pelos de punta y, afortunadamente y en esto acierta, no hay regodeo en la carnaza, pues para eso ya están los conspiranoicos estilo "el hombre no ha estado en la luna" que aseguraron que todo el atentado fue una escenificación y Jeff, un actor contratado. En serio. Y que incluso ya tenía las piernas amputadas antes del atentado, lo que sería todo un logro conspirativo, pues tendrían que haber silenciado a la novia, familia, amigos, enfermeras del hospital, asistentes, al que le ayudó, a los fisioterapeutas, periodistas.., A más de mil personas, más o menos, de ahí que en un momento de la película, cuando en un bar alguien le lanza semejante memez, le diga que se vaya a tomar por culo a la derecha y que utilice el dolor de otros para fundamentar su idiotez existencial, que si todo había sido una escenificación para seguir la guerra en Oriente Medio, ya estaban en guerra y no era necesario. Con toda razón.
En resumen, una película que se deja ver, que no aporta nada especial y que está mucho peor narrada, pero magníficamente intepretada, que otras muchas miles que se han hecho de este estilo.
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