#Puan (2023). En verdad quería que me gustara esta película sobre el ambiente académico de la Universidad de Buenos Aires. Ciertamente tenía todo lo puede llegar a interesarme en el cine local: humor sobre la realidad argentina, un toque de filosofía existencialista y Leonardo Sbaraglia. Y, sin embargo, no logré conectar con lo que quiere contar. O al menos con la forma que eligió para hacerlo.

Puan es el nombre de la calle donde se encuentra la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. De ahí que muchas veces, algunos llamen coloquialmente a esta institución como “Puan”. La película capta bien esa marca identitaria y la representa con bastante fidelidad en la pantalla.

La obra estuvo presente en la sección oficial del Festival de San Sebastián (2023), donde terminó haciéndose con el premio a “Mejor guion” y el de “Mejor interpretación” para Marcelo Subiotto, quien es realmente el protagonista. Acá Sbaraglia no se luce realmente. Hasta su participación me pareció medio desperdiciada.

El relato inicia con algunos buenos gags y discusiones filosóficas interesantes, pero la trama se va desdibujando (y politizando) rápidamente a medida que avanza. El conflicto nunca llega a escalar lo suficiente y siento que, al final del día, no me dejó nada más que un par de chascarrillos. El gran duelo filosófico entre Sbaraglia y Subiotto nunca escala ni llega a generar una emoción visceral. Todo es muy tibio.

¡Qué picardía no haber aprovechado a Leonardo Sbaraglia lo suficiente! Su personaje podría haber sido mucho más jugoso. Ese elitismo académico que representa el personaje de Rafael le pinta muy bien, y uno se queda con ganas de más.

“Puan” termina siendo la típica comedia costumbrista argentina que se aprovecha de la nostalgia y abusa de un discurso político victimista. Sin duda es una obra muy política y que se cree más intelectual de lo que es. Ah, y ese cameo de Lali Espósito como que da un poquito de vergüenza ajena, ¿no?

Lo que no le voy a negar es su excelente timing. “Puan” llega al streaming (en este caso, Amazon Prime Video) en un momento en donde la educación argentina está en crisis, con un Peluca queriendo recortar presupuesto por todos lados. Esto es ser docente en Argentina, y también es transitar una universidad pública dónde faltan recursos y los docentes se preguntan si ya cobraron o no. En fin…

==>> CONCLUSIÓN: “Puan” es más cine político de denuncia que comedia existencialista. Una reflexión agridulce sobre la educación universitaria argentina que no termina de convencer por no saber exactamente lo que quiere ser o decir. Entretiene, sí, pero no mucho más. La encuentran en Amazon Prime. <<==

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La nueva producción de Alex Garland es, notablemente, su primer esfuerzo como director de salirse completamente del género sci-fi, si bien previamente ya había coqueteado con elementos de terror surreal y ciencia ficción en “Annihilation” (2018).

Por cierto, otra casualidad loca es que la trama de “Men” se asemeja bastante a otro thriller de este año que disfruté (aunque no tanto): “Watcher” (2022). En ambos casos tenemos acosadores y una protagonista a la que nadie le cree (el famoso concepto de “gaslighting”).

“Men” no solo está impecablemente filmada y actuada, sino que tampoco sigue las normas y estructuras clásicas del género. Es súper anti-hollywood, en este sentido, y tiene más de un punto de contacto con una de mis películas favoritas del año pasado (“The Green Knight”). El más importante quizás sea el uso del folkclore inglés relacionado con el Hombre Verde.

Por si acaso, aclaro que no es una película de terror para todo el mundo y la recomendaría con reservas porque cuenta con numerosos elementos de body-horror, escenas súper inquietantes y un desenlace surrealista que no debería tomarse literalmente.

De hecho, nada en la historia tiene que tomarse de forma literal. “Men” se basa, en gran medida, en la regla del simbolismo. Lo más destacado es el hecho de que todos los hombres de Cotson tienen el mismo rostro (lo que hace Rory Kinnear acá es espectacular), aunque la narración nunca lo reconoce directamente.

Luego está el misterioso acosador, que se supone que es la figura mítica del Hombre Verde. Podría seguir, pero ya sería entrar fuertemente en terreno de spoilers. Lo único que quiero destacar es que el clímax es tan extraño, insólito y sombrío que llama la atención.

Sólo una distribuidora como A24 (famosa por permitir a los directores completar sus visiones artísticas sin restricciones) podría haber autorizado algo tan grotesco y excéntrico como lo que Garland presenta en los últimos 30 minutos de “Men”.

Más allá de los elementos de terror involucrados, la obra nos habla del trauma como un dolor que nunca desaparece por completo. Funciona como una metáfora de cómo lidiar con ese dolor y alcanzar cierto tipo de redención.

Siento que resonó conmigo en ese nivel, en la manera en que se puede reprogramar nuestra consciencia para que los eventos traumáticos vivan con nosotros siempre, si bien con las herramientas para controlarlos y coexistir con ellos. Que una película de terror pueda lograr este nivel de reflexión para mí es súper valorable.

==> CONCLUSIÓN: “Men” no sólo posee imágenes impactantes, una banda sonora eufórica y actuaciones dignas de un Oscar para Jessie Buckley y Rory Kinnear. Además, logra ser tenebrosamente atmosférica, significativa y emocional. Una de las fundamentales de este 2022. <==

#BonusTrack: un post sobre actores que interpretan varios roles en una misma película

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Como prácticamente todo el pueblo argentino, hace casi 10 años que estoy esperando lo nuevo de Damián Szifrón, el creador de “Los Simuladores” (2002), comedias atemporales (“Tiempo de Valientes”, 2005) y antologías muy osadas (“Relatos Salvajes”, 2014). De más está decir que la vara estaba muy alta y cumplir con estas expectativas iba a ser, de por sí, muy difícil.

Por este motivo, me apena admitir que “Misántropo” no está a la altura de las circunstancias. No es una mala película, para nada. Es sólo que debió haber sido un +9 y me terminó pareciendo una más del montón. Pese a que está filmada con evidente maestría –amé algunos planos y la cinematografía en general– no hay demasiada originalidad en el argumento planteado.

Ésta es la primera producción hollywoodense de Szifrón y seguramente hubo varios cocineros echándole sal a la olla, porque todo se siente muy yanqui y cliché. De hecho, en una entrevista el director cuenta que hubo una serie de cuestiones que no pudo manejar libremente. Una de ellas fue el título para su distribución internacional, que no podría haber sido más genérico: “To Catch A Killer”.

Así y todo, considerando la época agitada de crímenes que está viviendo Estados Unidos, me sorprende la crudeza con la que esta película relata ciertas secuencias.

Entre los puntos positivos, la pareja protagonista tiene una gran química. Shailene Woodley (quien ya había destacado en “Big Little Lies”) ofrece una actuación muy fuerte y creíble como una oficial de turno precaria. Ben Mendelsohn es también un convincente detective senior. Para mí, ambos se van pasando la batuta de la excelencia uno a otro, escena por escena.

“Misántropo” es un regreso a los thrillers policiales de los años ´90, aunque definitivamente no es “El silencio de los inocentes” como escuché decir a algunos críticos exagerados. Para mí se siente más como una versión cinematográfica de lo que podría ser un episodio de “Criminal Minds”.

Comienza con una gran puesta en escena. La apertura de un asesino en serie bien preparado y motivado que mata a 29 y se sale con la suya está muy bien construida. El segundo acto es muy atrapante… un juego de gato y ratón que incluye una escena súper tensa en un shopping. Lamentablemente, luego de eso el argumento se vuelve bastante más convencional.

Algunos comentarios sociales se van intercalando cada tanto (el problema del control de armas, juegos de poder por parte de las fuerzas del orden, políticos con las prioridades alteradas, etc), aunque lo entretenido acá es ver a Mendelsohn y Woodley demostrar sus respectivos talentos. Es de esas películas lo suficientemente llevaderas como para no mirar el reloj que, sin embargo, se pueden olvidar fácilmente.

==>> CONCLUSIÓN: Puede que “Misántropo” sea un thriller policial del montón, pero la forma elegante de filmar de Damian Szifrón es difícil de ignorar. El misterio es atractivo y la actuación es de primera categoría. <<==

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¿Una de las grandes sorpresas de 2021? Sí, probablemente. “Pig” es una producción independiente –filmada en apenas 20 días y con un presupuesto muy limitado– que está sonando bastante no tanto por lo que es, sino más bien por lo que NO es: la Anti - John Wick.

Desde el momento en el que conocemos al Rob de Nicolas Cage, entendemos que es un hombre que perdió la fe en todo, siendo su cerdo mascota lo único real que le queda. En realidad, el protagonista es un chef de clase mundial (que muchos reconocen de un vistazo en la comunidad gastronómica de Portland) e ir descubriendo a aquel personaje es una delicia.

Lo interesante de la ópera prima de Michael Sarnoski es que hay varios momentos donde parece que esto se va a convertir en un thriller de venganza a lo John Wick, pero entonces el argumento gira magistralmente para otro lado.

En este sentido, es fantástica la escena en la que Cage se infiltra en un sombrío círculo de lucha dirigido por la escena culinaria de Portland. Otro gran momento, que se está destacando en todos lados, es la conversación de 5 minutos que tiene Nic Cage con un chef, donde lo da vuelta como a una tortilla.

Ahora: todo el conflicto central de “Pig” es súper extraño y hasta bizarro. Sin embargo, todo está trabajado con una seriedad que logra emocionarte. De esa forma, es una película difícil de explicar y más difícil todavía de recomendar.

Sí, el comienzo de la historia trata sobre un hombre destrozado que busca a su cerdo trufero perdido, pero la progresión real de la historia se va dando a través de las emociones de Robin Feld. Esta no es una película sobre “sanar”, sino sobre romper nuestras propias barreras y empezar a sanar.

Nic Cage es el protagonista absoluto, si bien acá no brinda la actuación exagerada e histriónica que lo caracteriza. Me encanta ese actor absolutamente desquiciado de películas “Mandy” (2018) o “Color Out of Space” (2019) –que son grandes placeres culposos– pero acá tiene un rol más solemne que demuestra que el tipo es capaz de todo.

El dúo protagónico se completa con Alex Wolff en un rol donde no apesta tanto. Al parecer, Nic Cage es su actor favorito (y el de muchos de nosotros también) por lo que le debe haberle puesto un poco más de ganas a su actuación.

Hay mucho, muchísimo, para discutir que no puedo mencionar por entrar en terreno de spoilers, pero yo celebro cada decisión que se toma. No son muchas las veces que vemos que el Big Bad de la historia es vencido de esta forma tan peculiar. Realmente es una obra inclasificable que resultó ser una de las más inesperadas del año.

Otro aspecto atractivo es que la película dura unos meros 90 minutos, con lo cual uno tampoco tiene que invertir tanto tiempo. La comparo con otras más pretenciosas y largas que vi en este último tiempo y el balance es muy positivo. Nuestro tiempo vale, chicos.

==> CONCLUSIÓN: “Pig” es una película tan hermosa como sorprendente, y no sería raro que encabeza varias listas de favoritas este 2021. Subvierte varios elementos del género y presenta una de las mejores interpretaciones de Nicolas Cage hasta la fecha. <==

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La inauguración oficial para el Festival de Cannes es una producción muy extraña, pero no porque la hija de Adam Driver y Marion Cotillard (ambos excelentes en su rol) sea una marioneta. En todo caso, aquello es una metáfora conveniente, aunque perfecta, del personaje de Annette.

Más bien, esta película del director francés Leos Carax es rara por la manera en la que condensa el carácter operístico de la ópera con su esencia y el stand-up con su esencia.

Hay muchos musicales sobre musicales y sobran las películas metatextuales / conscientes de sí mismas en todos los géneros. Carax está capturando ambos aspectos en este glorioso dos por uno, que primero muestra todos sus componentes para luego proceder a confundirlos y mixearlos.

“Annette” es una producción de Amazon Studios que, curiosamente, aún no llegó al servicio de streaming. Al menos en Latinoamérica. Similar a cómo ocurrió con “Pig” o “Green Knight” (¡qué 2021 raro que venimos teniendo!), esta película va completamente en contra de todos los estándares hollywoodenses y, sólo por eso, vale la pena su visionado.

Aclaro que, si bien me gustó mucho, no la terminé de sentir tan “rara” como la anterior obra de Carax, que había salido casi 10 años antes. Y es que “Holy Motors” (2012) es una de las películas más únicas y extravagantes de la década anterior. Un fantasmagórico viaje a través de la vida de varios personajes parisinos, con un multifacético Denis Lavant a la cabeza.

Volviendo a “Annette”, sus protagonistas están súper bien ambos. Driver siempre ha sido una presencia imponente en la pantalla, pero Carax lo transforma en un bruto salvaje y odiable. Lo que hizo Adam Driver en “Marriage Story” fue increíble, pero acá está a otro nivel. Su escena final con Annette representa uno de los mejores cierres del cine 2021.

Otro actor que sorprende –si bien en un papel más chiquito– es Howard de “The Big Bang Theory” (Simon Helberg). Destaca con cada pequeña aparición, y especialmente en una escena fantástica donde dirige una orquesta mientras brinda un monólogo, canta y la cámara va girando a su alrededor sin cortar.

Como tragedia operística, “Annette” se disfruta bastante. Funciona en sus mensajes (que son bastante claros, no hay misterio ni ambigüedad acá) y en el soberbio apartado técnico. Sin embargo, no voy a negar que se me hizo un tanto larga. Hay canciones muy repetitivas y momentos que se estiran un poquito demasiado. Sus 140 minutos de duración se sienten.

==> CONCLUSIÓN: “Annette” es una película agresivamente no accesible. Requiere de un gusto particular por cierto tipo de musicales, es deliberadamente atípica y salvajemente confrontacional. Un acercamiento experimental que no deja a nadie indiferente. <==

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