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Críticas ordenadas por utilidad
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6,2
25.374
5
26 de mayo de 2019
26 de mayo de 2019
56 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues ya está entre nosotros, después de algunas polémicas (entorno a las primeras fotos y trailers), el remake en acción real del clásico de Disney “Aladdin”, que era y es una maravilla, y una de las mejores películas de dicha productora.
Era un reto complicado igualar el antecedente (lo de superar ya es imposible), y los (fallidos) intentos anteriores (con esta absurda moda de rodar en acción real clásicos Disney que no necesitan actualización ninguna), no auguraban nada bueno. La verdad es que muchos esperaban (me incluyo) una catástrofe, visto lo visto.
No obstante, las críticas no han sido tan negativas como cabría esperar (regulares más bien), y de momento es un éxito en la taquilla (aunque dudo que logre recuperar su desorbitado presupuesto en suelo estadounidense). Pues bien, ahora toca dar mi opinión. Pero como siempre, mejor ir por partes, que hay mucha tela que cortar.
La elección de mi querido Guy Ritchie (uno de mis directores favoritos, aunque más bien por sus primeros trabajos, ya que ahora ya no hay quien lo reconozca), como director de la cinta fue una apuesta arriesgada por parte de Disney. Una cosa es segura, se nota que se ha rendido a los mandatos del estudio, porque no se aprecia su personalidad y su buen hacer en un solo fotograma de la cinta. Ni su mala baba ni su ritmo frenético asoman en ningún minuto, aunque se puede entender porque estamos ante una cinta familiar. Por lo tanto, una dirección que no aporta nada y se queda en tierra de nadie.
También es seguro que Ritchie ha sido muy torpe al haber gastado la friolera de 185 millones de dólares (que se dice pronto), cuando estos no lucen jamás en pantalla (y que nadie espere por el final a cierta serpiente, ya que el clímax tampoco cumple), con unos efectos especiales que nunca están a la altura (aunque tampoco dañan a la vista), y unos diseños y escenarios muy mejorables. Yo no volvería a confiarle una producción de esta magnitud, eso seguro, porque todo luce como si hubiese costado la mitad, siendo generosos.
Por otro lado, tenemos el guion. Tan sencillo como decir que las aportaciones originales se quedan en tierra de nadie (nuevas canciones, nuevos personajes, bailes, y demás…) y la desaparición de grandes momentos de la cinta animada son una puñalada al corazón del fan.
Y bueno, luego tenemos a los personajes… Ninguno de ellos está jamás a la altura de los animados, pero es que hay casos bochornosos. Por un lado, tenemos a Aladdin, al que le falta la astucia y humor del original (que era un personaje redondo), aunque el actor hace lo que puede y no es tan flojo como se podía intuir al principio, pero poco que ver un personaje con otro, ya que este es mucho más torpe e inocente, por lo tanto, con menos gracia.
Luego tenemos a Jasmín, con un buen trabajo de la actriz, pero que tampoco tiene la fuerza de la original. Y qué decir del Sultán… Mientras que en la de Disney era un bonachón entrañable, en esta es un individuo serio, y que apenas aporta nada a la cinta. Luego tenemos a unos Iago y Abu digitales, y sin alma o gracia, al contrario que en la cinta original, donde aportaban mucho al conjunto final. Aquí no tienen gracia ni se les coge cariño, lo cual es un sacrilegio.
Pero quien se lleva la palma de la mediocridad es el villano, Jafar, en uno de los peores errores de casting de la historia. No me creo que no haya mejores actores que puedan dotar de la carisma, mala baba y sarcasmo que si tenía el villano de Disney. Quizás la culpa también sea del guion, al despreciar al villano de la función (porque no puede estar peor dibujado, y me refiero a su personalidad), cuando era un elemento importante de la original, pero es que el actor actúa con desgana y no tiene gracia ninguna, siendo una actuación plana y que es mejor olvidar. Yo le daba el premio Razzie (anti-oscar) de este año, sin dudarlo. Lamentable es poco.
Y por último, pero no menos importante, tenemos a Will Smith como el Genio. La sombra de Robin Williams (o Josema Yuste en España) es demasiado alargada, y era imposible superar el material original. Will Smith siempre ha sido un actor con carisma, y se nota un esfuerzo y dedicación por ofrecer un Genio digno, pero jamás está a la altura del original, aunque, sin duda, estamos ante lo mejor de la película (gracias a su mencionada carisma y sentido del humor, algo que le falta a la película, y mucho), y lo más logrado, que tampoco era muy difícil, por otro lado.
En cuanto a la banda sonora, se repiten las mismas canciones (lo cual no me parece mal), pero (debido a la floja dirección), jamás están a la altura de las originales (son mucho más impresionantes y logradas en la original… y hablamos de una producción de hace treinta años), y las nuevas aportaciones musicales no aportan absolutamente nada, es más, hay una por el final que provoca vergüenza ajena y está metida con calzador.
Sin lugar a dudas, estamos ante una floja adaptación y un producto fallido y olvidable, aunque entretenido, pero que no aporta nada al clásico original. Y es que los añadidos dejan mucho que desear (es más, se los podrían haber ahorrado, porque la película dura casi dos horas y se hace larga), cortan partes imprescindibles (que comentaría, pero no sé si es hacer spoiler), le falta humor y le sobra seriedad a la cinta, y dejan un sabor agridulce, ya que el material original era muy potente y podría haber dado más de si.
En conclusión, si no has visto la original quizás seas sorprendido, pero si no es el caso, te la puedes ahorrar, ya que jamás está ni a la mitad de lo logrado por la original, y no aporta nada interesante. No obstante, no es el despropósito que muchos auguraban, y se deja ver, sin ser un producto mediocre, pero si olvidable y muy mejorable. Ni una cosa ni la otra. Y por favor, que acabe ya esta horrible moda…
Más críticas: ocioworld.net
Era un reto complicado igualar el antecedente (lo de superar ya es imposible), y los (fallidos) intentos anteriores (con esta absurda moda de rodar en acción real clásicos Disney que no necesitan actualización ninguna), no auguraban nada bueno. La verdad es que muchos esperaban (me incluyo) una catástrofe, visto lo visto.
No obstante, las críticas no han sido tan negativas como cabría esperar (regulares más bien), y de momento es un éxito en la taquilla (aunque dudo que logre recuperar su desorbitado presupuesto en suelo estadounidense). Pues bien, ahora toca dar mi opinión. Pero como siempre, mejor ir por partes, que hay mucha tela que cortar.
La elección de mi querido Guy Ritchie (uno de mis directores favoritos, aunque más bien por sus primeros trabajos, ya que ahora ya no hay quien lo reconozca), como director de la cinta fue una apuesta arriesgada por parte de Disney. Una cosa es segura, se nota que se ha rendido a los mandatos del estudio, porque no se aprecia su personalidad y su buen hacer en un solo fotograma de la cinta. Ni su mala baba ni su ritmo frenético asoman en ningún minuto, aunque se puede entender porque estamos ante una cinta familiar. Por lo tanto, una dirección que no aporta nada y se queda en tierra de nadie.
También es seguro que Ritchie ha sido muy torpe al haber gastado la friolera de 185 millones de dólares (que se dice pronto), cuando estos no lucen jamás en pantalla (y que nadie espere por el final a cierta serpiente, ya que el clímax tampoco cumple), con unos efectos especiales que nunca están a la altura (aunque tampoco dañan a la vista), y unos diseños y escenarios muy mejorables. Yo no volvería a confiarle una producción de esta magnitud, eso seguro, porque todo luce como si hubiese costado la mitad, siendo generosos.
Por otro lado, tenemos el guion. Tan sencillo como decir que las aportaciones originales se quedan en tierra de nadie (nuevas canciones, nuevos personajes, bailes, y demás…) y la desaparición de grandes momentos de la cinta animada son una puñalada al corazón del fan.
Y bueno, luego tenemos a los personajes… Ninguno de ellos está jamás a la altura de los animados, pero es que hay casos bochornosos. Por un lado, tenemos a Aladdin, al que le falta la astucia y humor del original (que era un personaje redondo), aunque el actor hace lo que puede y no es tan flojo como se podía intuir al principio, pero poco que ver un personaje con otro, ya que este es mucho más torpe e inocente, por lo tanto, con menos gracia.
Luego tenemos a Jasmín, con un buen trabajo de la actriz, pero que tampoco tiene la fuerza de la original. Y qué decir del Sultán… Mientras que en la de Disney era un bonachón entrañable, en esta es un individuo serio, y que apenas aporta nada a la cinta. Luego tenemos a unos Iago y Abu digitales, y sin alma o gracia, al contrario que en la cinta original, donde aportaban mucho al conjunto final. Aquí no tienen gracia ni se les coge cariño, lo cual es un sacrilegio.
Pero quien se lleva la palma de la mediocridad es el villano, Jafar, en uno de los peores errores de casting de la historia. No me creo que no haya mejores actores que puedan dotar de la carisma, mala baba y sarcasmo que si tenía el villano de Disney. Quizás la culpa también sea del guion, al despreciar al villano de la función (porque no puede estar peor dibujado, y me refiero a su personalidad), cuando era un elemento importante de la original, pero es que el actor actúa con desgana y no tiene gracia ninguna, siendo una actuación plana y que es mejor olvidar. Yo le daba el premio Razzie (anti-oscar) de este año, sin dudarlo. Lamentable es poco.
Y por último, pero no menos importante, tenemos a Will Smith como el Genio. La sombra de Robin Williams (o Josema Yuste en España) es demasiado alargada, y era imposible superar el material original. Will Smith siempre ha sido un actor con carisma, y se nota un esfuerzo y dedicación por ofrecer un Genio digno, pero jamás está a la altura del original, aunque, sin duda, estamos ante lo mejor de la película (gracias a su mencionada carisma y sentido del humor, algo que le falta a la película, y mucho), y lo más logrado, que tampoco era muy difícil, por otro lado.
En cuanto a la banda sonora, se repiten las mismas canciones (lo cual no me parece mal), pero (debido a la floja dirección), jamás están a la altura de las originales (son mucho más impresionantes y logradas en la original… y hablamos de una producción de hace treinta años), y las nuevas aportaciones musicales no aportan absolutamente nada, es más, hay una por el final que provoca vergüenza ajena y está metida con calzador.
Sin lugar a dudas, estamos ante una floja adaptación y un producto fallido y olvidable, aunque entretenido, pero que no aporta nada al clásico original. Y es que los añadidos dejan mucho que desear (es más, se los podrían haber ahorrado, porque la película dura casi dos horas y se hace larga), cortan partes imprescindibles (que comentaría, pero no sé si es hacer spoiler), le falta humor y le sobra seriedad a la cinta, y dejan un sabor agridulce, ya que el material original era muy potente y podría haber dado más de si.
En conclusión, si no has visto la original quizás seas sorprendido, pero si no es el caso, te la puedes ahorrar, ya que jamás está ni a la mitad de lo logrado por la original, y no aporta nada interesante. No obstante, no es el despropósito que muchos auguraban, y se deja ver, sin ser un producto mediocre, pero si olvidable y muy mejorable. Ni una cosa ni la otra. Y por favor, que acabe ya esta horrible moda…
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15 de junio de 2019
15 de junio de 2019
44 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un años (más o menos), por sorpresa, se anunció esta suerte de nueva entrega/spin-off de la popular saga de ciencia-ficción y humor, "Men in Black". Como ya os comenté en mi artículo sobre a trilogía original (aquí), la saga es tan irregular como entrañable, y sinceramente, creo que tuvo un cierre estupendo en la tercera entrega (que por cierto, me parece la mejor de todas).
Parece ser que a la productora le parecía buena idea cambiar a los protagonistas y proponer una nueva historia, esta vez por Europa y otros lugares del mundo. Pues bien, creo que eran los únicos que veían potencial en algo así, ya que la crítica la ha machacado sin piedad (incluso más que a la segunda parte, que ya es decir) y ya se ha confirmado como un rotundo fracaso, aunque seguramente podrá recuperar lo invertido, gracias a su reducido presupuesto de 110 millones... ahí si han sido listos, mira tú por donde.
La verdad, es que es una lástima que no se llegase a dar luz verde al crossover que juntaba a los protagonistas de "Infiltrados en clase (21 y 22 Jump Street)" con los hombres de negro. Creo que esa idea si hubiese tenido sentido, por alocada y divertida, pero al final nos hemos tenido que conformar con un producto vacío y sin garra, porque eso es lo que es esta película... y mira que se veía venir.
La dirección de F. Gary Gray (Fast & Furious 8) es bastante floja, y no hay ninguna escena o momento que destaque, siendo, cualquiera de la trilogía original, muy superior. Y hablamos de películas de hace dos décadas... Tampoco el clímax está a la altura, y no hay nada que sorprenda, ya que, hasta los efectos especiales, son de hace años y se nota el recorte presupuestario (que de nuevo, me parece inteligente haber invertido poco en una idea así...). Y por cierto, casi todo lo destacable (por llamarlo de alguna forma), está en los trailers... si es que son...
El guion no tiene garra ni tiene gracia (aunque lo intenta), y sus dos protagonistas no están a la altura (ni de lejos) de los originales, así como los secundarios. La película te deja frío y con la sensación de haber visto algo sin originalidad y ya visionado. Y la trama... más predecible no puede ser, sinceramente.
Por cierto, que nadie espere al perro Frank, que veo que aparece en algunos posters. Hace un cameo. Lo aviso para que nadie se lleve las manos a la cabeza. No obstante, introducen un personaje secundario con algo de gracia y que aporta los únicos momentos divertidos de la cinta (dos, siendo generoso). Algo es algo.
En cuanto al reparto, Chris Hemsworth y Tessa Thompson hacen lo que pueden con los personajes que les han dado. El primero repite su papel en "Thor: Ragnarok", con algunos toques del remake de "Cazafantasmas", y es cierto que se le da bien la comedia, pero no es de sus mejores interpretaciones, y le falta algo.
En cuanto a Thompson, le han dado un papel serio y nada divertido, dando el equivocado mensaje (y visto en tantas películas) de que las mujeres no saben divertirse ni pueden ser gamberras. Es curioso, porque la película lanza un par de dardos feministas y se cuelga la medalla, cuando podrían haber perfilado mejor este personaje, en vez de hacerla tan estirada y sin gracia. Y es que para Hollywood, el feminismo es una moda, y lo van a explotar por quedar bien, como sucede con tantos proyectos (hola, Capitana Marvel). La actriz está mucho mejor en "Thor: Ragnarok", eso seguro.
En cuanto a los secundarios, Liam Neeson tiene cara de querer coger el cheque e irse cuanto antes, en una interpretación carente de carisma (algo impropio de él), Emma Thompson es casi un cameo y Rebecca Fergurson tampoco aporta demasiado.
Y es sangrante ver la carencia de un villano en casi todo el metraje. Es cierto que uno de los puntos débiles de la trilogía original eran los villanos, ya que no estaban a la altura, en ningún caso, pero es que aquí ni se molestan en presentar a alguien amenazante o divertido.
En conclusión, como se preveía, estamos ante un producto innecesario y sin gracia, que se ve olvida tan rápido como se ve, y que no tiene razón de ser. Era mejor cerrar la trilogía, que no aventurarse en experimentos extraños que nadie pedía (y ya van unos cuantos este año...). Es obvio que estamos ante el final de los hombres de negro, y creo que ya tuvieron su tiempo, aunque no le haría ascos al mencionado crossover.
¿Es un bodrio? No, pero tampoco una buena película, y le falta mala baba, buenos momentos, una mejor pareja protagonista, unos mejores efectos especiales y humor (sobre todo esto último). Al final se ha confirmado lo que nos temíamos: otro producto que quería hacer mucho ruido, pero que habremos olvidado en unos meses. Adiós, MIB.
Más críticas: ocioworld.net
Parece ser que a la productora le parecía buena idea cambiar a los protagonistas y proponer una nueva historia, esta vez por Europa y otros lugares del mundo. Pues bien, creo que eran los únicos que veían potencial en algo así, ya que la crítica la ha machacado sin piedad (incluso más que a la segunda parte, que ya es decir) y ya se ha confirmado como un rotundo fracaso, aunque seguramente podrá recuperar lo invertido, gracias a su reducido presupuesto de 110 millones... ahí si han sido listos, mira tú por donde.
La verdad, es que es una lástima que no se llegase a dar luz verde al crossover que juntaba a los protagonistas de "Infiltrados en clase (21 y 22 Jump Street)" con los hombres de negro. Creo que esa idea si hubiese tenido sentido, por alocada y divertida, pero al final nos hemos tenido que conformar con un producto vacío y sin garra, porque eso es lo que es esta película... y mira que se veía venir.
La dirección de F. Gary Gray (Fast & Furious 8) es bastante floja, y no hay ninguna escena o momento que destaque, siendo, cualquiera de la trilogía original, muy superior. Y hablamos de películas de hace dos décadas... Tampoco el clímax está a la altura, y no hay nada que sorprenda, ya que, hasta los efectos especiales, son de hace años y se nota el recorte presupuestario (que de nuevo, me parece inteligente haber invertido poco en una idea así...). Y por cierto, casi todo lo destacable (por llamarlo de alguna forma), está en los trailers... si es que son...
El guion no tiene garra ni tiene gracia (aunque lo intenta), y sus dos protagonistas no están a la altura (ni de lejos) de los originales, así como los secundarios. La película te deja frío y con la sensación de haber visto algo sin originalidad y ya visionado. Y la trama... más predecible no puede ser, sinceramente.
Por cierto, que nadie espere al perro Frank, que veo que aparece en algunos posters. Hace un cameo. Lo aviso para que nadie se lleve las manos a la cabeza. No obstante, introducen un personaje secundario con algo de gracia y que aporta los únicos momentos divertidos de la cinta (dos, siendo generoso). Algo es algo.
En cuanto al reparto, Chris Hemsworth y Tessa Thompson hacen lo que pueden con los personajes que les han dado. El primero repite su papel en "Thor: Ragnarok", con algunos toques del remake de "Cazafantasmas", y es cierto que se le da bien la comedia, pero no es de sus mejores interpretaciones, y le falta algo.
En cuanto a Thompson, le han dado un papel serio y nada divertido, dando el equivocado mensaje (y visto en tantas películas) de que las mujeres no saben divertirse ni pueden ser gamberras. Es curioso, porque la película lanza un par de dardos feministas y se cuelga la medalla, cuando podrían haber perfilado mejor este personaje, en vez de hacerla tan estirada y sin gracia. Y es que para Hollywood, el feminismo es una moda, y lo van a explotar por quedar bien, como sucede con tantos proyectos (hola, Capitana Marvel). La actriz está mucho mejor en "Thor: Ragnarok", eso seguro.
En cuanto a los secundarios, Liam Neeson tiene cara de querer coger el cheque e irse cuanto antes, en una interpretación carente de carisma (algo impropio de él), Emma Thompson es casi un cameo y Rebecca Fergurson tampoco aporta demasiado.
Y es sangrante ver la carencia de un villano en casi todo el metraje. Es cierto que uno de los puntos débiles de la trilogía original eran los villanos, ya que no estaban a la altura, en ningún caso, pero es que aquí ni se molestan en presentar a alguien amenazante o divertido.
En conclusión, como se preveía, estamos ante un producto innecesario y sin gracia, que se ve olvida tan rápido como se ve, y que no tiene razón de ser. Era mejor cerrar la trilogía, que no aventurarse en experimentos extraños que nadie pedía (y ya van unos cuantos este año...). Es obvio que estamos ante el final de los hombres de negro, y creo que ya tuvieron su tiempo, aunque no le haría ascos al mencionado crossover.
¿Es un bodrio? No, pero tampoco una buena película, y le falta mala baba, buenos momentos, una mejor pareja protagonista, unos mejores efectos especiales y humor (sobre todo esto último). Al final se ha confirmado lo que nos temíamos: otro producto que quería hacer mucho ruido, pero que habremos olvidado en unos meses. Adiós, MIB.
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6,2
5.894
7
26 de octubre de 2019
26 de octubre de 2019
42 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que supe de este proyecto (exclusivo de Netflix) tuve muchas ganas de echarle el guante, ya que me encanta Eddie Murphy (actor que vivió tiempos mejores) y me atraía tanto la propuesta como el resto del reparto.
La película ha gustado mucho a la crítica (y eso que en la misma hay un dardo envenenado hacia estos), atesorando en Rotten Tomatoes la nada despreciable puntuación de 97%, que la convierte casi en perfecta (según esos parámetros).
Ya puedo confirmar que no estamos ante ninguna obra maestra, pero sí ante un biopic entretenido, divertido, ameno y hecho con el corazón, al igual que productos tan hilarantes y reivindicables como Bowfinger (también con Murphy) o The Disaster Artist.
En el film se nos cuenta la historia real de Rudy Ray Moore, cómico que comenzó a despuntar (caracterizado como el personaje Dolemite) en los escenarios gracias a sus monólogos (o inicios de rap) y que alcanzó la fama al arriesgarse e introducirse en el negocio del cine, con la película Dolemite.
Técnicamente la película no tiene ningún reproche, gracias a una dirección correcta (que luce más en las escenas de rodaje), pero donde radica la magia de la cinta es en el guion y en el reparto. Respecto al primero, se agradece que la propuesta no apueste por el drama (estoy harto de biopics así) y se decida por el humor y la hilaridad del conjunto.
Eso hace que la película sea más amena, también gracias a un ritmo que hace que no te aburras en sus casi dos horas de duración, aunque quizás a la película le cuesta arrancar un poco al principio y le sobran un par de minutos.
La película se podría dividir en dos partes, la de la primera mitad, con el ascenso de Moore en el mundo de los clubs, y la segunda (más interesante y lograda) con el rodaje de la película, que recuerda a las producciones mencionadas, y que es absolutamente desternillante y supone una carta abierta de amor y melancolía al Hollywood de antaño, poniendo énfasis en el género de la blaxploitation (que tanto ama Tarantino).
Una cosa no se le puede quitar a la película, y es tener corazón y muy buenas intenciones, dejando un sabor agradable al finalizar la historia, y parte de ese mérito es del señor Murphy.
El gran Eddie está fabuloso en su interpretación de Moore, y vuelve a dejar patente que es uno de los actores más infravalorados de la historia, ya que los años pasan y no dejan de despreciarlo y exiliarlo en el olvido, del que, afortunadamente, de vez en cuando es rescatado (como sucedió hace más de una década con la olvidada Dreamgirls).
No me sorprendería una nominación al Oscar, porque se la merece, pero este año está muy reñido y la producción es de Netflix (cosa que no gusta nada en Hollywood). Suya es la película, al ser el alma de la misma. Más papeles así para este maestro de la comedia.
En cuanto al resto del reparto, están todos y cada uno de ellos fabulosos, pero me gustaría destacar al también recuperado Wesley Snipes en un papel hilarante y sorprendente. Se puede decir exactamente lo mismo de él que de Murphy, ya que es una pena que un actor con esa carisma (y esa vis cómica) sea relegado a películas de videoclub.
Ambos actores merecen segundas (o terceras) oportunidades, ya que lo dan todo en esta producción y derrochan mucho más carisma y saber hacer que actores que actualmente se llenan los bolsillos sin mover un músculo de la cara. Ahí lo dejo.
En conclusión, estamos ante una propuesta desenfadada y muy recomendable, con un pletórico Eddie Murphy (y Snipes), y que es un canto de amor al cine. Se agradece cuando un biopic apuesta por contar una historia desde la comedia y la emoción, y no recurrir a lo de siempre. Una de las películas más simpáticas del año. Gracias, señor Murphy.
Más críticas: ocioworld.net
La película ha gustado mucho a la crítica (y eso que en la misma hay un dardo envenenado hacia estos), atesorando en Rotten Tomatoes la nada despreciable puntuación de 97%, que la convierte casi en perfecta (según esos parámetros).
Ya puedo confirmar que no estamos ante ninguna obra maestra, pero sí ante un biopic entretenido, divertido, ameno y hecho con el corazón, al igual que productos tan hilarantes y reivindicables como Bowfinger (también con Murphy) o The Disaster Artist.
En el film se nos cuenta la historia real de Rudy Ray Moore, cómico que comenzó a despuntar (caracterizado como el personaje Dolemite) en los escenarios gracias a sus monólogos (o inicios de rap) y que alcanzó la fama al arriesgarse e introducirse en el negocio del cine, con la película Dolemite.
Técnicamente la película no tiene ningún reproche, gracias a una dirección correcta (que luce más en las escenas de rodaje), pero donde radica la magia de la cinta es en el guion y en el reparto. Respecto al primero, se agradece que la propuesta no apueste por el drama (estoy harto de biopics así) y se decida por el humor y la hilaridad del conjunto.
Eso hace que la película sea más amena, también gracias a un ritmo que hace que no te aburras en sus casi dos horas de duración, aunque quizás a la película le cuesta arrancar un poco al principio y le sobran un par de minutos.
La película se podría dividir en dos partes, la de la primera mitad, con el ascenso de Moore en el mundo de los clubs, y la segunda (más interesante y lograda) con el rodaje de la película, que recuerda a las producciones mencionadas, y que es absolutamente desternillante y supone una carta abierta de amor y melancolía al Hollywood de antaño, poniendo énfasis en el género de la blaxploitation (que tanto ama Tarantino).
Una cosa no se le puede quitar a la película, y es tener corazón y muy buenas intenciones, dejando un sabor agradable al finalizar la historia, y parte de ese mérito es del señor Murphy.
El gran Eddie está fabuloso en su interpretación de Moore, y vuelve a dejar patente que es uno de los actores más infravalorados de la historia, ya que los años pasan y no dejan de despreciarlo y exiliarlo en el olvido, del que, afortunadamente, de vez en cuando es rescatado (como sucedió hace más de una década con la olvidada Dreamgirls).
No me sorprendería una nominación al Oscar, porque se la merece, pero este año está muy reñido y la producción es de Netflix (cosa que no gusta nada en Hollywood). Suya es la película, al ser el alma de la misma. Más papeles así para este maestro de la comedia.
En cuanto al resto del reparto, están todos y cada uno de ellos fabulosos, pero me gustaría destacar al también recuperado Wesley Snipes en un papel hilarante y sorprendente. Se puede decir exactamente lo mismo de él que de Murphy, ya que es una pena que un actor con esa carisma (y esa vis cómica) sea relegado a películas de videoclub.
Ambos actores merecen segundas (o terceras) oportunidades, ya que lo dan todo en esta producción y derrochan mucho más carisma y saber hacer que actores que actualmente se llenan los bolsillos sin mover un músculo de la cara. Ahí lo dejo.
En conclusión, estamos ante una propuesta desenfadada y muy recomendable, con un pletórico Eddie Murphy (y Snipes), y que es un canto de amor al cine. Se agradece cuando un biopic apuesta por contar una historia desde la comedia y la emoción, y no recurrir a lo de siempre. Una de las películas más simpáticas del año. Gracias, señor Murphy.
Más críticas: ocioworld.net

6,5
19.600
6
5 de abril de 2023
5 de abril de 2023
61 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las expectativas no son buenas compañeras de viaje. Nunca lo han sido. Y es que quizás esperaba demasiado de la adaptación del mítico videojuego de Super Mario Bros, uno de los más populares de la historia. Si obviamos ese desastre de la década de los 90, han tenido casi cuarenta años para traernos una película a la altura de la leyenda. Y lanzo la pregunta, ¿estamos ante la mejor adaptación de un videojuego?
La verdad es que tampoco lo tenía difícil, a pesar de algunos pequeños milagros como la Mortal Kombat de 2021 o la primera de Sonic, cintas bastante simpáticas y efectivas, pero, en fin, en esta ocasión tampoco ha podido ser, siendo para un servidor una oportunidad perdida de ofrecer un gran espectáculo a la altura de las circunstancias.
A la crítica no le ha convencido y, sin que sirva de precedente, lo entiendo, porque estamos ante una propuesta sencilla, dirigida a los más pequeños de la casa, y que está diseñada también para los fans más acérrimos. Yo soy muy fan del Mario Kart, pero es justo reconocer que no entro en ese círculo de absolutos devotos, entendiendo que éstos hayan sido recompensados con un catálogo de guiños distribuidos por toda la cinta para tapar las evidentes carencias de un film conformista y que jamás quiere ser algo más.
Como si ya tuviesen el trabajo hecho por ser una película de Mario, cuando había potencial y material para mucho más. Y es que la historia no puede ser más sencilla, no arriesgando en ni un solo momento, con un humor que a veces funciona, y otras no, y un esquema argumental básico, no vaya a ser que nadie se pierda. Que nadie me malinterprete, tampoco esperaba Hamlet, pero me ha quedado la sensación de que no han querido ir más allá, apostando todo a la marca, y no es suficiente.
Dejémonos de historias y excusas. Esta película estaba destinada a ser la mejor adaptación de un videojuego, y otra vez han fracasado, con una horrible maldición que no nos abandona a los que amamos ese mundillo. Y llegados a este punto, puede parecer que la película no me ha gustado, y no es el caso, pero la palabra decepción definiría muy bien mis sensaciones al salir del cine. Quizás me montase mi propia película, pero los destripadores tráilers prometían una cinta de animación épica, y al final hemos recibido otra Sonic, es decir, otro producto simpático y disfrutable, pero nada más. Mario merecía algo mejor.
Pero repito, no todo es malo, como la estupenda animación, con un diseño de personajes muy fiel, y unas texturas asombrosas, sin nada que envidiar a Pixar. Les están adelantando por la derecha, y ni se han dado cuenta. También he disfrutado de los momentos de Bowser, un villano ejemplar, el enfrentamiento contra Donkey Kong, aunque se me antoja muy breve, o algunas escenas específicas, como la de Mario Kart, en las que la película sí brilla, pero no dejan de ser pequeños destellos en una producción que acaba sabiendo a poco. La marca pesa demasiado, y han tenido mucho tiempo para esmerarse más en la parte argumental, que es donde flaquea la propuesta.
Y bueno, ya que he visto la cinta en versión original, permitidme que os diga que todas las voces cumplen, algunas más que otras, destacando a un fabuloso Jack Black como Bowser, a un increíble Keegan-Michael Key como Toad, o un sensacional Charlie Day como Luigi. Respecto a Chris Pratt como Mario, me ha sorprendido gratamente, aunque me funciona más cuando intenta meter acento italiano, como al principio del film, que cuando se relaja y nos recuerda quien está doblando al personaje. Pero no el desastre que muchos vociferaban, así que podéis apagar las antorchas.
Y bueno, no quiero hacer más leña del árbol caído, siendo la película de Super Mario una producción en la que destaca la animación y algunos momentos concretos, pero que no deja de ser una más, cuando creo que todos coincidimos en que estos personajes se merecían una película para el recuerdo y un nuevo clásico de culto, pero se han conformado con un fan service que también contente a los más pequeños de la casa.
Sólo hay que fijarse en el evidente y perezoso soundtrack (con canciones más que sobadas) para darse cuenta de lo prediseñada que está la cinta para gustar a todo el público posible, dejándose la magia por el camino. Ése es el gran problema, que no hay magia, por mucho que todo luzca como tal. La primera gran decepción del año. Todo no se puede tener…. ¿o sí?
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La verdad es que tampoco lo tenía difícil, a pesar de algunos pequeños milagros como la Mortal Kombat de 2021 o la primera de Sonic, cintas bastante simpáticas y efectivas, pero, en fin, en esta ocasión tampoco ha podido ser, siendo para un servidor una oportunidad perdida de ofrecer un gran espectáculo a la altura de las circunstancias.
A la crítica no le ha convencido y, sin que sirva de precedente, lo entiendo, porque estamos ante una propuesta sencilla, dirigida a los más pequeños de la casa, y que está diseñada también para los fans más acérrimos. Yo soy muy fan del Mario Kart, pero es justo reconocer que no entro en ese círculo de absolutos devotos, entendiendo que éstos hayan sido recompensados con un catálogo de guiños distribuidos por toda la cinta para tapar las evidentes carencias de un film conformista y que jamás quiere ser algo más.
Como si ya tuviesen el trabajo hecho por ser una película de Mario, cuando había potencial y material para mucho más. Y es que la historia no puede ser más sencilla, no arriesgando en ni un solo momento, con un humor que a veces funciona, y otras no, y un esquema argumental básico, no vaya a ser que nadie se pierda. Que nadie me malinterprete, tampoco esperaba Hamlet, pero me ha quedado la sensación de que no han querido ir más allá, apostando todo a la marca, y no es suficiente.
Dejémonos de historias y excusas. Esta película estaba destinada a ser la mejor adaptación de un videojuego, y otra vez han fracasado, con una horrible maldición que no nos abandona a los que amamos ese mundillo. Y llegados a este punto, puede parecer que la película no me ha gustado, y no es el caso, pero la palabra decepción definiría muy bien mis sensaciones al salir del cine. Quizás me montase mi propia película, pero los destripadores tráilers prometían una cinta de animación épica, y al final hemos recibido otra Sonic, es decir, otro producto simpático y disfrutable, pero nada más. Mario merecía algo mejor.
Pero repito, no todo es malo, como la estupenda animación, con un diseño de personajes muy fiel, y unas texturas asombrosas, sin nada que envidiar a Pixar. Les están adelantando por la derecha, y ni se han dado cuenta. También he disfrutado de los momentos de Bowser, un villano ejemplar, el enfrentamiento contra Donkey Kong, aunque se me antoja muy breve, o algunas escenas específicas, como la de Mario Kart, en las que la película sí brilla, pero no dejan de ser pequeños destellos en una producción que acaba sabiendo a poco. La marca pesa demasiado, y han tenido mucho tiempo para esmerarse más en la parte argumental, que es donde flaquea la propuesta.
Y bueno, ya que he visto la cinta en versión original, permitidme que os diga que todas las voces cumplen, algunas más que otras, destacando a un fabuloso Jack Black como Bowser, a un increíble Keegan-Michael Key como Toad, o un sensacional Charlie Day como Luigi. Respecto a Chris Pratt como Mario, me ha sorprendido gratamente, aunque me funciona más cuando intenta meter acento italiano, como al principio del film, que cuando se relaja y nos recuerda quien está doblando al personaje. Pero no el desastre que muchos vociferaban, así que podéis apagar las antorchas.
Y bueno, no quiero hacer más leña del árbol caído, siendo la película de Super Mario una producción en la que destaca la animación y algunos momentos concretos, pero que no deja de ser una más, cuando creo que todos coincidimos en que estos personajes se merecían una película para el recuerdo y un nuevo clásico de culto, pero se han conformado con un fan service que también contente a los más pequeños de la casa.
Sólo hay que fijarse en el evidente y perezoso soundtrack (con canciones más que sobadas) para darse cuenta de lo prediseñada que está la cinta para gustar a todo el público posible, dejándose la magia por el camino. Ése es el gran problema, que no hay magia, por mucho que todo luzca como tal. La primera gran decepción del año. Todo no se puede tener…. ¿o sí?
Más críticas: ocioworld.net

5,7
4.022
3
19 de diciembre de 2020
19 de diciembre de 2020
61 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se anunció La madre del blues (Ma Rainey’s Black Bottom) como el trabajo póstumo del recientemente fallecido Chadwick Boseman (Black Panther), mi interés en el proyecto aumentó de manera exponencial. Si a eso le añadimos la presencia de la siempre fascinante Viola Davis, el trato está más que hecho. Alabada por la crítica (99% en Rotten Tomatoes), estamos ante otro drama que ha sido aplaudido por motivos obvios, ya que no hay película de la misma índole que no haya sido reseñada con entusiasmo en este año, cuando la mayoría no lo merecen, como es el caso de la que nos ocupa.
Y es que una vez vista, cuesta asimilar las reseñas tan positivas, cuando estamos ante un film excesivo, caótico y ciertamente insufrible, en el que sólo funciona su estupendo reparto. Muchos hablan de Oscar, lo que sería bastante lamentable, y más teniendo en cuenta que han marginado sin compasión películas muy superiores a lo largo de los años, como Fences o el biopic de James Brown (que le dio la fama a Boseman), sin ir más lejos. Pero son otros tiempos, y estamos en la dictadura de lo políticamente correcto (por no decir del miedo), por lo que valorar negativamente una película de estas características debería estar penado por la ley. Pero bueno, como a mí me da igual todo y digo lo que me da la gana, aquí estoy para deciros el gran desastre que me ha parecido la nueva decepción de Netflix (llevan un año…).
La dirección no se podría destacar ni queriendo, ya que es de corte teatral e intimista, en prácticamente un mismo escenario. Por supuesto, ese hecho no impide que pueda realizarse una labor encomiable tras las cámaras, pero no es el caso, con un trabajo perezoso, rudimentario y conformista, relegando toda la responsabilidad a su inspirado elenco actoral. Y es que, no nos engañemos… Sin esos dos actores (y las terribles circunstancias recientes), nadie le habría hecho tanto caso a la cinta, siendo un fallido drama que todos habremos olvidado en breves, aunque algo me dice que, por motivos ajenos a la calidad del film (que es más bien poca), ésta sí se va a colar en la temporada de premios, siendo desde ya una tomadura de pelo. Pero ya lo hemos visto todo en los premios de Hollywood, así que sorpresas cero.
El guion es un cúmulo de verborrea incesante y supuestamente profunda (yo diría más bien vacía), que no da respiro al espectador y que hace interminables sus noventa minutos de duración. No hay emoción, alma o garra en todo su metraje, siendo un conjunto que quizás tenga su sentido como obra teatral, pero que como película no funciona, por mucho que saquen el talonario para cautivarnos con sus actores, como los mencionados Davis y Boseman, ambos con unos personajes insufribles (casi se llevan la palma como los peores del año), saliendo airosos de la difícil papeleta, gracias a su talento innato.
Y que no falte el supuesto alegato contra el racismo, cuando en la película no para de escucharse la crítica al “hombre blanco”. Otra moralina aleccionadora que adolece de lo que pretende denunciar, como en tantos otros filmes. Quizás sea el único que se da cuenta, pero dejan a los blancos como la peste. Si ese es el camino, que no me esperen. Por supuesto, todos a aplaudir como borregos (y sí, me refiero a los críticos “profesionales”) no vaya a ser que se produzca la Tercera Guerra Mundial… Nos está quedando un mundo precioso, oiga…
No es ningún misterio que Viola Davis es una de las mejores actrices del momento, y ella lo sabe, desplegando su fuerza en una de sus mejores interpretaciones, aunque su complicado personaje quizás no la ayude a llevarse otro premio a casa. Avisar que es más bien secundaria de su propia película, ya que comparte el protagonismo con su compañero de reparto, un Chadwick Boseman que ofrece una actuación sorprendente y fascinante (ojo a sus monólogos), pero que no creo que sea la mejor de su carrera (como ya están anunciando…), ya que ahí tenemos a su James Brown de la olvidada I Feel God (Get on Up), papel por el que, por cierto, ni siquiera le nominaron al Oscar. Eran otros tiempos…
Obviamente ahora sí lo harán, y seguramente le den el codiciado premio de forma póstuma, pero hay que pararse a pensar las cosas, ya que en otras circunstancias me temo que no lo habrían ni nominado. Soy de los primeros que se quedó en shock cuando anunciaron su inesperada muerte, siendo un mazazo terrible, pero tampoco considero justo forzar las cosas, aunque le tenía tanta estima al actor que, si se lo dan, tampoco me oiréis quejarme. Tampoco sería justo no mencionar al resto del elenco, ya que están todos estupendos, destacando a un genial Colman Domingo (visto en Fear the Walking Dead).
En conclusión, estamos ante otro caso de Mucho ruido y pocas nueces, siendo un decepcionante drama que todos habremos olvidado en breves, a pesar de las más que predecibles nominaciones (y algún premio le caerá seguro), cuando es un film al que no se le habría prestado ninguna atención de no ser por ese reparto y por los tiempos que corren. Otro ejemplo de la manipulación que estamos padeciendo y una prueba más de que el catálogo de Netflix cada vez es más lamentable. Qué pena que ésta sea la última película del gran Chadwick Boseman, pero agradezco su presencia en ella, ya que solamente por verle desplegar su gran talento una última vez, merece la pena tragarse este castigo, cortesía de la plataforma. De lo peor del año.
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Y es que una vez vista, cuesta asimilar las reseñas tan positivas, cuando estamos ante un film excesivo, caótico y ciertamente insufrible, en el que sólo funciona su estupendo reparto. Muchos hablan de Oscar, lo que sería bastante lamentable, y más teniendo en cuenta que han marginado sin compasión películas muy superiores a lo largo de los años, como Fences o el biopic de James Brown (que le dio la fama a Boseman), sin ir más lejos. Pero son otros tiempos, y estamos en la dictadura de lo políticamente correcto (por no decir del miedo), por lo que valorar negativamente una película de estas características debería estar penado por la ley. Pero bueno, como a mí me da igual todo y digo lo que me da la gana, aquí estoy para deciros el gran desastre que me ha parecido la nueva decepción de Netflix (llevan un año…).
La dirección no se podría destacar ni queriendo, ya que es de corte teatral e intimista, en prácticamente un mismo escenario. Por supuesto, ese hecho no impide que pueda realizarse una labor encomiable tras las cámaras, pero no es el caso, con un trabajo perezoso, rudimentario y conformista, relegando toda la responsabilidad a su inspirado elenco actoral. Y es que, no nos engañemos… Sin esos dos actores (y las terribles circunstancias recientes), nadie le habría hecho tanto caso a la cinta, siendo un fallido drama que todos habremos olvidado en breves, aunque algo me dice que, por motivos ajenos a la calidad del film (que es más bien poca), ésta sí se va a colar en la temporada de premios, siendo desde ya una tomadura de pelo. Pero ya lo hemos visto todo en los premios de Hollywood, así que sorpresas cero.
El guion es un cúmulo de verborrea incesante y supuestamente profunda (yo diría más bien vacía), que no da respiro al espectador y que hace interminables sus noventa minutos de duración. No hay emoción, alma o garra en todo su metraje, siendo un conjunto que quizás tenga su sentido como obra teatral, pero que como película no funciona, por mucho que saquen el talonario para cautivarnos con sus actores, como los mencionados Davis y Boseman, ambos con unos personajes insufribles (casi se llevan la palma como los peores del año), saliendo airosos de la difícil papeleta, gracias a su talento innato.
Y que no falte el supuesto alegato contra el racismo, cuando en la película no para de escucharse la crítica al “hombre blanco”. Otra moralina aleccionadora que adolece de lo que pretende denunciar, como en tantos otros filmes. Quizás sea el único que se da cuenta, pero dejan a los blancos como la peste. Si ese es el camino, que no me esperen. Por supuesto, todos a aplaudir como borregos (y sí, me refiero a los críticos “profesionales”) no vaya a ser que se produzca la Tercera Guerra Mundial… Nos está quedando un mundo precioso, oiga…
No es ningún misterio que Viola Davis es una de las mejores actrices del momento, y ella lo sabe, desplegando su fuerza en una de sus mejores interpretaciones, aunque su complicado personaje quizás no la ayude a llevarse otro premio a casa. Avisar que es más bien secundaria de su propia película, ya que comparte el protagonismo con su compañero de reparto, un Chadwick Boseman que ofrece una actuación sorprendente y fascinante (ojo a sus monólogos), pero que no creo que sea la mejor de su carrera (como ya están anunciando…), ya que ahí tenemos a su James Brown de la olvidada I Feel God (Get on Up), papel por el que, por cierto, ni siquiera le nominaron al Oscar. Eran otros tiempos…
Obviamente ahora sí lo harán, y seguramente le den el codiciado premio de forma póstuma, pero hay que pararse a pensar las cosas, ya que en otras circunstancias me temo que no lo habrían ni nominado. Soy de los primeros que se quedó en shock cuando anunciaron su inesperada muerte, siendo un mazazo terrible, pero tampoco considero justo forzar las cosas, aunque le tenía tanta estima al actor que, si se lo dan, tampoco me oiréis quejarme. Tampoco sería justo no mencionar al resto del elenco, ya que están todos estupendos, destacando a un genial Colman Domingo (visto en Fear the Walking Dead).
En conclusión, estamos ante otro caso de Mucho ruido y pocas nueces, siendo un decepcionante drama que todos habremos olvidado en breves, a pesar de las más que predecibles nominaciones (y algún premio le caerá seguro), cuando es un film al que no se le habría prestado ninguna atención de no ser por ese reparto y por los tiempos que corren. Otro ejemplo de la manipulación que estamos padeciendo y una prueba más de que el catálogo de Netflix cada vez es más lamentable. Qué pena que ésta sea la última película del gran Chadwick Boseman, pero agradezco su presencia en ella, ya que solamente por verle desplegar su gran talento una última vez, merece la pena tragarse este castigo, cortesía de la plataforma. De lo peor del año.
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