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Documental

7,2
184
7
3 de enero de 2012
3 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
1976, Dublín (Irlanda)
En ese año y en esa ciudad cuatro jóvenes iban a unirse para hacer algo muy grande, ni ellos mismos podían pensar que 36 años después seguirían juntos como U2, como amigos y como familia. Pocos grupos pueden decir lo mismo.
Gran documental en el que podemos conocer más a fondo varios aspectos de la banda. Hacen ligeras referencias a sus inicios pero podemos decir que se centra a partir del año 1987. Ese año tocan el cielo con "The Joshua Tree" (en mi opinión su mejor album), premios, dinero, fama, portadas de revistas, conciertos y mas conciertos hasta que algo pasa...
El grupo pierde la ilusión por algunas críticas tras "Rattle and Hum", se encuentran cansados física e intelectualmente y decide tomarse un tiempo para hacer algo nuevo. Esa podría ser la versión oficial, pero gracias a este material descubrimos cosas tan sorprendentes como que Bono en esa época no disfrutaba en el escenario, sentía demasiada responsabilidad, estaba tenso. Eso, unido a los problemas personales de Edge hacen que busquen un periodo de reflexión.
El documental gana enteros en su segunda parte cuando el grupo busca un cambio en su música, hacer algo nuevo, encontrar su estilo, acabar con sus complejos. En Berlín y en sus calles encuentran la inspiración. Las calles de Berlín si tienen nombre y los estudios Hansa iban a ser el epicentro.
Era el año 1990 y Berlín y U2 tiran su muros y vuelven a unirse. De los malos ratos y de esa unión nace "Achtung Baby". Sin duda, la mejor parte del documental, realmente emotivo y precioso ver como el talento sale a relucir en Bono y empieza los acordes y a tararear una cancion que cambiaría el grupo, "One". Bonita escena ver a los 4 tocando la canción cada uno en su papel.
Lo dicho, buen material biográfico desde sus inicios hasta Glastonbury 2011 centrandose en ese "Acthung Baby" que marca un antes y un después en el grupo como seguro que ellos han marcado en más de uno de nosotros.
Lo mejor:
- Poder descubrir infinidad de detalles de una banda gracias a las grabaciones de video y audio de la época. Incluso a los que no les guste el grupo les resultara agradable ver a una banda de esta entidad por dentro.
- Los minutos en el que se muestra como nace "One". Todo un lujo ver a Bono improvisar.
Lo peor:
- Se centra en finales de los 80 y principios de los 90. Hubiera sido agradable ver algo de su etapa actual o más detalles de sus formación.
En ese año y en esa ciudad cuatro jóvenes iban a unirse para hacer algo muy grande, ni ellos mismos podían pensar que 36 años después seguirían juntos como U2, como amigos y como familia. Pocos grupos pueden decir lo mismo.
Gran documental en el que podemos conocer más a fondo varios aspectos de la banda. Hacen ligeras referencias a sus inicios pero podemos decir que se centra a partir del año 1987. Ese año tocan el cielo con "The Joshua Tree" (en mi opinión su mejor album), premios, dinero, fama, portadas de revistas, conciertos y mas conciertos hasta que algo pasa...
El grupo pierde la ilusión por algunas críticas tras "Rattle and Hum", se encuentran cansados física e intelectualmente y decide tomarse un tiempo para hacer algo nuevo. Esa podría ser la versión oficial, pero gracias a este material descubrimos cosas tan sorprendentes como que Bono en esa época no disfrutaba en el escenario, sentía demasiada responsabilidad, estaba tenso. Eso, unido a los problemas personales de Edge hacen que busquen un periodo de reflexión.
El documental gana enteros en su segunda parte cuando el grupo busca un cambio en su música, hacer algo nuevo, encontrar su estilo, acabar con sus complejos. En Berlín y en sus calles encuentran la inspiración. Las calles de Berlín si tienen nombre y los estudios Hansa iban a ser el epicentro.
Era el año 1990 y Berlín y U2 tiran su muros y vuelven a unirse. De los malos ratos y de esa unión nace "Achtung Baby". Sin duda, la mejor parte del documental, realmente emotivo y precioso ver como el talento sale a relucir en Bono y empieza los acordes y a tararear una cancion que cambiaría el grupo, "One". Bonita escena ver a los 4 tocando la canción cada uno en su papel.
Lo dicho, buen material biográfico desde sus inicios hasta Glastonbury 2011 centrandose en ese "Acthung Baby" que marca un antes y un después en el grupo como seguro que ellos han marcado en más de uno de nosotros.
Lo mejor:
- Poder descubrir infinidad de detalles de una banda gracias a las grabaciones de video y audio de la época. Incluso a los que no les guste el grupo les resultara agradable ver a una banda de esta entidad por dentro.
- Los minutos en el que se muestra como nace "One". Todo un lujo ver a Bono improvisar.
Lo peor:
- Se centra en finales de los 80 y principios de los 90. Hubiera sido agradable ver algo de su etapa actual o más detalles de sus formación.

7,5
78.893
9
28 de agosto de 2011
28 de agosto de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro a Clint Eastwood pero era un poco reticente a ver la película, no sé, no me llamaba ver una historia de amor que no fuera protagonizada por una páreja joven, típica película que dejas pasar y pasan los años sin verla. Menudo error.
Clint Eastwood, ¿qué decir?, el vaquero, el duro, el sucio, el gruñon del cine, ese estereotipo de hombre clásico que en esta película sucumbe ante Meryl Streep. Y como para no hacerlo, !qué mujer!, !qué actriz!. En papeles tan míticos como el de "Kramer contra Kramer" no logró convencerme pero aquí simplemente caigo rendido a sus pies. La química entre ambos es preciosa, te hechiza desde el primer momento, con la escena del ramo de flores ya pensé "menudo peliculón voy a ver" o "esta es una de las mías".
Meryl Streep esta preciosa, esa sonrisa hace perder la cabeza a cualquiera, primero la vemos temerosa, frágil y de repente sale esa espontaneidad, esa alegría, esa mirada que sólo ella tiene.
Clint está grande en todo, en la dirección con unos planos grandiosos y en la acción con un cambio de registro bárbaro, ya no se ven sus miradas desafiantes, ya no busca un puñado de dólares, ahora nos encontramos a un aventurero, a un galán.
Poco a poco la película gana en intensidad, los diálogos son magníficos, hacen que treinta minutos parezcan apenas cinco, la pasión y la fuerza que transmiten algunas escenas son realmente conmovedoras. Spielberg dijo, "Confieso que lloré con absoluta sinceridad al ver la película", y así es, cualquier humano, cualquiera con un poco de sensibilidad, cualquiera que tenga corazón tiene que sentirse al menos una vez "tocado" por esa belleza. Otros resultarán tocados y hundidos.
En fin, una de las mejores de los 90 y una obra maestra del género.
Lo mejor:
- Los diálogos, magníficas las conversaciones que mantienen en la cocina.
- La química entre los personajes, te hacen vivirlo en primera persona. Bordan su papel.
- La belleza de los planos, muy cuidados, con la BSO en el momento justo.
- El final, prodigioso, de genio, el semáforo en rojo más largo de mi vida. Histórico.
Lo peor:
- Por decir algo, hay un pequeño tramo en el que la película pierde fuerza.
- Clint dice en la película, "las cosas cambian, siempre lo hacen", yo digo, "las cosas se acaban, siempre lo hacen". Esta maravilla tambien tiene un final.
Clint Eastwood, ¿qué decir?, el vaquero, el duro, el sucio, el gruñon del cine, ese estereotipo de hombre clásico que en esta película sucumbe ante Meryl Streep. Y como para no hacerlo, !qué mujer!, !qué actriz!. En papeles tan míticos como el de "Kramer contra Kramer" no logró convencerme pero aquí simplemente caigo rendido a sus pies. La química entre ambos es preciosa, te hechiza desde el primer momento, con la escena del ramo de flores ya pensé "menudo peliculón voy a ver" o "esta es una de las mías".
Meryl Streep esta preciosa, esa sonrisa hace perder la cabeza a cualquiera, primero la vemos temerosa, frágil y de repente sale esa espontaneidad, esa alegría, esa mirada que sólo ella tiene.
Clint está grande en todo, en la dirección con unos planos grandiosos y en la acción con un cambio de registro bárbaro, ya no se ven sus miradas desafiantes, ya no busca un puñado de dólares, ahora nos encontramos a un aventurero, a un galán.
Poco a poco la película gana en intensidad, los diálogos son magníficos, hacen que treinta minutos parezcan apenas cinco, la pasión y la fuerza que transmiten algunas escenas son realmente conmovedoras. Spielberg dijo, "Confieso que lloré con absoluta sinceridad al ver la película", y así es, cualquier humano, cualquiera con un poco de sensibilidad, cualquiera que tenga corazón tiene que sentirse al menos una vez "tocado" por esa belleza. Otros resultarán tocados y hundidos.
En fin, una de las mejores de los 90 y una obra maestra del género.
Lo mejor:
- Los diálogos, magníficas las conversaciones que mantienen en la cocina.
- La química entre los personajes, te hacen vivirlo en primera persona. Bordan su papel.
- La belleza de los planos, muy cuidados, con la BSO en el momento justo.
- El final, prodigioso, de genio, el semáforo en rojo más largo de mi vida. Histórico.
Lo peor:
- Por decir algo, hay un pequeño tramo en el que la película pierde fuerza.
- Clint dice en la película, "las cosas cambian, siempre lo hacen", yo digo, "las cosas se acaban, siempre lo hacen". Esta maravilla tambien tiene un final.
9
8 de octubre de 2013
8 de octubre de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo dudas, Gravity es la mejor experiencia que he vivido jamás en un sala de cine. He visto mejores películas, pero nunca había experimentado las sensaciones que produce esta cinta. Es de esas películas que hay que ver sí o sí en la pantalla grande.
Por fin el 3D tiene sentido. No sólo es la película que mejor usa esta tecnología, sino que es la única que ha justificado su uso. La profundidad en los planos, el volumen de los cuerpos, el relieve de las imágenes, todo ello es necesario para entender la magnitud y las características del espacio y que el espectador sienta una inmersión total.
Y es que Alfonso Cuarón nos sube al espacio y nos hace flotar durante 90 minutos. El efecto de la gravedad está totalmente conseguido. Todo es más lento, los objetos ondulan por la pantalla, la cámara alardea de suavidad y fluidez en sus movimientos. El sonido es notable pero aquí mandan los silencios. Son silencios contundentes, silencios que de repente cortan la acción y acongojan al espectador. La guinda la ponen los planos subjetivos –al más puro estilo Mirror’s Edge- desde el casco del traje. En la secuencia en la que Sandra Bullock trepa por la estación, somos testigos de como la cámara empieza a rotar y somos nosotros los que estamos enfundados en un traje espacial.
No hay palabras para describir ese cúmulo de sensaciones. El 28 de abril del año 2001 Dennis Tito se convirtió –previo pago de 20.000.000$- en el primer turista espacial de la historia. Usted, por menos de 10€ , va a probar la simulación más real que jamás ha existido a esa experiencia. Y la cosa no acaba aquí. La recreación de las estaciones espaciales, el interior de las naves o las vistas de la Tierra son realmente alucinantes. Se mezclan imágenes imponentes técnicamente con otras realmente preciosas por su forma y significado.
El guión es fino, apenas dos protagonistas, no abunda el diálogo y aparentemente solo hay una “simple” lucha por la supervivencia. Pero la película (a parte de contar con un par de sorpresas inesperadas) esconde bastante más. Con una mínima pincelada de las vidas de los protagonistas, ya sabemos a dónde quiere llegar Cuarón. Si Kubrick filosofaba sobre el futuro de la humanidad y su relación con las máquinas; ya saben, si estas llegarían a ser más listas que nosotros y podrían controlarnos, el mexicano escarba en el humanismo. Y no hay mejor escenario para hacerlo que desde el espacio. Juega con la vulnerabilidad de un ser humano dolido como Ryan y lo simboliza con el abismo que supone la dimensión del universo para un mero astronauta. Es una lucha de David contra Goliat. Por cierto, no es una película para que destaquen las interpretaciones, pero George Clooney responde con optimismo y simpatía, y Sandra Bullock logra intimidad y complicidad con el espectador.
Con lo técnico y lo existencial encima de la mesa, llegamos al tramo final. Una culminación que bajo mi punto de vista alcanza la apoteosis. Es una coctelera de sentimientos, luces y color. Son minutos arrebatadores, con los nervios a flor de piel, con unos planos antológicos –Bullock cerrando la exclusa de la estación china sin ir más lejos- y un despliegue visual que alcanza su cota máxima. Espectacular la panorámica de la secuencia del extintor, la iluminación y el contraste son una preciosidad.
Después, el ritmo crece, la música sube, aparecen las llamas, luchamos contra el agua y tocamos la arena con los dedos. La tranquilidad y la heroicidad invade nuestro cuerpo, los 15 o 20 minutos de pura agonía habían llegado su fin. Sin embargo, pese a la extenuación que nos abruma, todavía quedaba lo más importante. Quedaba ponerse en pie y pisar por fin tierra firme. Quedaba decirse a uno mismo y en silencio “ya estoy aquí”. Es un final sublime, Cuaron nos humaniza y nos devuelve a nuestro lugar.
Declaraba James Cameron: “me dejo absolutamente derrotado”. Sin duda, esa es la mejor reflexión posible de Gravity. Una película espectacular por fuera y preciosa por dentro, con momentos que suponen toda una experiencia vital, un film absolutamente imprescindible y que perdurará con el paso de los años. Cuando la película termina, uno se siente vacío, cansado, totalmente vencido, y no sabe por qué ni por quién. Parece que has recibido una mala noticia y sin embargo, acabas de visualizar un milagro cinematográfico, una obra maestra de nuestro tiempo.
Por fin el 3D tiene sentido. No sólo es la película que mejor usa esta tecnología, sino que es la única que ha justificado su uso. La profundidad en los planos, el volumen de los cuerpos, el relieve de las imágenes, todo ello es necesario para entender la magnitud y las características del espacio y que el espectador sienta una inmersión total.
Y es que Alfonso Cuarón nos sube al espacio y nos hace flotar durante 90 minutos. El efecto de la gravedad está totalmente conseguido. Todo es más lento, los objetos ondulan por la pantalla, la cámara alardea de suavidad y fluidez en sus movimientos. El sonido es notable pero aquí mandan los silencios. Son silencios contundentes, silencios que de repente cortan la acción y acongojan al espectador. La guinda la ponen los planos subjetivos –al más puro estilo Mirror’s Edge- desde el casco del traje. En la secuencia en la que Sandra Bullock trepa por la estación, somos testigos de como la cámara empieza a rotar y somos nosotros los que estamos enfundados en un traje espacial.
No hay palabras para describir ese cúmulo de sensaciones. El 28 de abril del año 2001 Dennis Tito se convirtió –previo pago de 20.000.000$- en el primer turista espacial de la historia. Usted, por menos de 10€ , va a probar la simulación más real que jamás ha existido a esa experiencia. Y la cosa no acaba aquí. La recreación de las estaciones espaciales, el interior de las naves o las vistas de la Tierra son realmente alucinantes. Se mezclan imágenes imponentes técnicamente con otras realmente preciosas por su forma y significado.
El guión es fino, apenas dos protagonistas, no abunda el diálogo y aparentemente solo hay una “simple” lucha por la supervivencia. Pero la película (a parte de contar con un par de sorpresas inesperadas) esconde bastante más. Con una mínima pincelada de las vidas de los protagonistas, ya sabemos a dónde quiere llegar Cuarón. Si Kubrick filosofaba sobre el futuro de la humanidad y su relación con las máquinas; ya saben, si estas llegarían a ser más listas que nosotros y podrían controlarnos, el mexicano escarba en el humanismo. Y no hay mejor escenario para hacerlo que desde el espacio. Juega con la vulnerabilidad de un ser humano dolido como Ryan y lo simboliza con el abismo que supone la dimensión del universo para un mero astronauta. Es una lucha de David contra Goliat. Por cierto, no es una película para que destaquen las interpretaciones, pero George Clooney responde con optimismo y simpatía, y Sandra Bullock logra intimidad y complicidad con el espectador.
Con lo técnico y lo existencial encima de la mesa, llegamos al tramo final. Una culminación que bajo mi punto de vista alcanza la apoteosis. Es una coctelera de sentimientos, luces y color. Son minutos arrebatadores, con los nervios a flor de piel, con unos planos antológicos –Bullock cerrando la exclusa de la estación china sin ir más lejos- y un despliegue visual que alcanza su cota máxima. Espectacular la panorámica de la secuencia del extintor, la iluminación y el contraste son una preciosidad.
Después, el ritmo crece, la música sube, aparecen las llamas, luchamos contra el agua y tocamos la arena con los dedos. La tranquilidad y la heroicidad invade nuestro cuerpo, los 15 o 20 minutos de pura agonía habían llegado su fin. Sin embargo, pese a la extenuación que nos abruma, todavía quedaba lo más importante. Quedaba ponerse en pie y pisar por fin tierra firme. Quedaba decirse a uno mismo y en silencio “ya estoy aquí”. Es un final sublime, Cuaron nos humaniza y nos devuelve a nuestro lugar.
Declaraba James Cameron: “me dejo absolutamente derrotado”. Sin duda, esa es la mejor reflexión posible de Gravity. Una película espectacular por fuera y preciosa por dentro, con momentos que suponen toda una experiencia vital, un film absolutamente imprescindible y que perdurará con el paso de los años. Cuando la película termina, uno se siente vacío, cansado, totalmente vencido, y no sabe por qué ni por quién. Parece que has recibido una mala noticia y sin embargo, acabas de visualizar un milagro cinematográfico, una obra maestra de nuestro tiempo.

8,5
193.891
10
17 de mayo de 2012
17 de mayo de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace 15 años que se estrenó, unos 12 desde que la vi por primera vez, no se cuantos desde la penúltima y apenas unas horas del ultimo visionado. !Qué placer!
Dejémonos de su maravillosa ambientación, de su primorosa dirección y de la actuación de leyenda de Benigni. En esta película todo eso parece superfluo si lo comparamos con su contenido.
Decenas de escenas directas al corazón, al alma y a la memoria, a la que la agradezco que me falle porque volver a verlas como si fuera la primera vez ha sido algo indescriptible.
No pararemos de reír, de llorar (telita…), de sentir admiración por Guido, de sentir amor por las mujeres. Ellas verán al hombre perfecto, a ese del que no se enamorarían nunca a primera vista pero que con un par de “Buenos días Princesa” y unos trucos hará que se vuelvan locas. ¿Nosotros?, nosotros veremos lo que tiene ser un hombre y un marido en la vida.
Ojala todos fuéramos como él, ojala todos tuviéramos ese amor por la vida y por las personas, ojala tuviéramos ese sentido del humor, ojala nos tomáramos las cosas serias con una sonrisa, ojala tuviéramos ese valor en los momentos difíciles, ojala hiciéramos feliz así a una mujer, ojala todos eduquemos así a nuestro hijo, ojala hubieran ganado todos los 1000 puntos y ojala… ojala existiera una maquina del tiempo.
Para poder usarla, volver a la segunda guerra mundial y cambiar la historia. Esta película no se debería haber hecho nunca. Nunca debería haber pasado lo que pasó. Pero pasó, y Roberto nos hizo un regalo para que nosotros no olvidemos que siempre habra bellos momentos por los que merece la pena vivir.
Lo mejor:
- Un Clasico instantáneo y el tiempo le ha dado la razón, desde 1997 no se ha hecho nada mejor.
- Una película es grande por los momentos grandes que deja, no hay una sola película que deje tantas escenas grandiosas.
- Todo un ejemplo de los valores que hay que tener en la vida.
- Una Obra imperecedera, quedará para los restos. Algún día espero sentarme con mi hijo y volver a sentir como si fuera la primera vez porque gente como Guido hacen que la vida sea bella.
- El final, el niño en el carro blindado y ese abrazo maternal derramará las últimas gotas que te queden.
- La BSO, 10/10. Cada vez que la escuchemos se nos hará un nudo en la garganta.
- ¿Cuantas películas hacen llorar y reir a la vez?. Algo mágico y único.
- En fin, como decía la niña del anuncio: "Todo, todo y todo".
Lo Peor:
- No me perdonaría jamás poner algo, me niego a poner un pero a una de las películas de mi vida.
Dejémonos de su maravillosa ambientación, de su primorosa dirección y de la actuación de leyenda de Benigni. En esta película todo eso parece superfluo si lo comparamos con su contenido.
Decenas de escenas directas al corazón, al alma y a la memoria, a la que la agradezco que me falle porque volver a verlas como si fuera la primera vez ha sido algo indescriptible.
No pararemos de reír, de llorar (telita…), de sentir admiración por Guido, de sentir amor por las mujeres. Ellas verán al hombre perfecto, a ese del que no se enamorarían nunca a primera vista pero que con un par de “Buenos días Princesa” y unos trucos hará que se vuelvan locas. ¿Nosotros?, nosotros veremos lo que tiene ser un hombre y un marido en la vida.
Ojala todos fuéramos como él, ojala todos tuviéramos ese amor por la vida y por las personas, ojala tuviéramos ese sentido del humor, ojala nos tomáramos las cosas serias con una sonrisa, ojala tuviéramos ese valor en los momentos difíciles, ojala hiciéramos feliz así a una mujer, ojala todos eduquemos así a nuestro hijo, ojala hubieran ganado todos los 1000 puntos y ojala… ojala existiera una maquina del tiempo.
Para poder usarla, volver a la segunda guerra mundial y cambiar la historia. Esta película no se debería haber hecho nunca. Nunca debería haber pasado lo que pasó. Pero pasó, y Roberto nos hizo un regalo para que nosotros no olvidemos que siempre habra bellos momentos por los que merece la pena vivir.
Lo mejor:
- Un Clasico instantáneo y el tiempo le ha dado la razón, desde 1997 no se ha hecho nada mejor.
- Una película es grande por los momentos grandes que deja, no hay una sola película que deje tantas escenas grandiosas.
- Todo un ejemplo de los valores que hay que tener en la vida.
- Una Obra imperecedera, quedará para los restos. Algún día espero sentarme con mi hijo y volver a sentir como si fuera la primera vez porque gente como Guido hacen que la vida sea bella.
- El final, el niño en el carro blindado y ese abrazo maternal derramará las últimas gotas que te queden.
- La BSO, 10/10. Cada vez que la escuchemos se nos hará un nudo en la garganta.
- ¿Cuantas películas hacen llorar y reir a la vez?. Algo mágico y único.
- En fin, como decía la niña del anuncio: "Todo, todo y todo".
Lo Peor:
- No me perdonaría jamás poner algo, me niego a poner un pero a una de las películas de mi vida.
8
3 de febrero de 2013
3 de febrero de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La felicidad está en las cosas gratis. "Paperman" lo demuestra. Un fogonazo de belleza, creatividad y romanticismo con atmósfera clásica.
Y se puede ver gratis en Youtube. Me quito el sombrero.
Y se puede ver gratis en Youtube. Me quito el sombrero.
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