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Críticas 97
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
6
24 de abril de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El año pasado descubrí una pequeña joya sci-fy canadiense, que quizás pasara algo desapercibida, pero que mayormente cosechó buenas críticas de la prensa especializada y que, contra todo pronóstico, consiguió ser renovada. Estoy hablando de "Orphan Black".

Una de las grandes bazas de la serie es su actriz protagonista, la hasta la fecha poco conocida y camaleónica Tatiana Maslany, que realiza un verdadero tour de force interpretativo, llegando a caracterizar a un montón de personajes distintos con diferentes registros, con diferentes acentos y, lo mejor de todo, resultando convincente y brillante en todos ellos. Así la podemos ver en su vertiente más cómica, interpretando a Alison Hendrix (una ama de casa maruja frustrada), en su vertiente más nerd, interpretando a Cosima Niehaus (una graduada en desarrollo evolutivo), en su vertiente más loca y psicópata, interpretando a Helena (una fanática asesina profesional ucraniana) y en su vertiente más sofisticada, interpretando a Rachel Duncan (una ejecutiva de la Dyad Institution). En la primera temporada sólo tuvimos el gusto de conocer a estos clones, pero seguro que la segunda temporada nos reserva más personajes con los que Maslany podrá seguir demostrándonos lo mucho que vale, dado que lo hace con la sufciente maestría como para que lleguemos a creer que nos encontramos ante personas distintas, con vidas y personalidades completamente opuestas, que sólo parecen tener en común una cosa: un mismo rostro. Incluso en algún momento interpreta a uno de los clones haciéndose pasar por otro; vamos, que la chica tiene un verdadero don para la interpretación. También tengo que hacer una mención especial a la variedad de acentos y a las múltiples pelucas que luce Maslany para interpretar a todos estos personajes, que son estupendas, y que me han hecho recordar una serie que también creó su propia mitología: "Alias".

Otro as de la serie es Felix, o Fee como le llama Sarah (interpretado por Jordan Gavaris), el inseparable amigo de Sarah. Crecieron juntos en el mismo centro de acogida y desde entonces siempre se han tenido el uno al otro para sacarse las castañas del fuego y ayudarse en todo lo que han podido. Felix es descarado, deslenguado, sarcástico, extravagante, manipulador, libertino y, por todo ello, resulta sumamente divertido a la par que ferozmentye leal a Sarah y a sus gemelitas huérfanas. Además es evidente la clara química existente entre Maslany y Garvaris, una química que traspasa la pantalla y hace que percibamos su relación y su estrecho vínculo afectivo como algo totalmente creíble.

La serie toca temas que ya han sido tratados en diversas ocasiones, pero que no por ello resultan menos interesantes. El tema de la doble identidad fue tratado, sin ir más lejos, por la mediocre "Ringer". Todos los fans de "Buffy" que se tragaron "Ringer" por su actriz protagonista (yo tuve que dejarla hacia la mitad, porque era verdaderamente infumable, con sus vergonzosos diálogos y sus espantosas escenas grabadas sobre descaradas pantallas verdes, que hacían que las de "Once Upon a Time" parecieran incluso reales) tendrán su recompensa viendo "Orphan Black", que podríamos decir que es su versión mejorada. En ella se tratan temas interesantes como cuan diferente puede resultar una misma persona si se cría en un entorno o en otro, o el peligro de llevar la ciencia a niveles a los que no debería llegar.

El clon Alison (la encantadora e hilarante "desperate housewife") nos ha ofrecido los mejores momentos cómicos y es sin duda uno de mis clones favoritos. Esa ama de casa desquiciada, una fantástica mezcla de Gabby, Bree, Lynette y Susan. Se trata de una neurótica empedernida, que practica el yoga y la meditación para hacer frente a sus múltiples trastornos (es adicta a las pastillas, tiene una peligrosa afición a las armas y nunca le dice que no a una buena copa de Chardonnay). Me encanta cuando se pone guerrera porque la situación lo requiere.

Se trata de una serie bien escrita que, aún y con toda la complejidad de sus tramas y subtramas, nunca pierde el norte, muestra un pulso firme y siempre mantiene un ritmo adrenalínico, que no permite que te aburras ni un solo momento. La serie es una buena mezcla de varios ingredientes: tiene ciencia ficción, acción, humor e intriga. La serie está creando su propia mitología, al igual que hicieron otras series como "Alias" con todo el tema de Rambaldi. Con "Alias" también coincide en el tema de las chicas guerreras (¡cómo me gusta ver a estas superheroínas pegar patadas, saltar por los aires y ser mucho más letales que los hombres!). En mi opinión, la serie tiene ese inexplicable factor X que a otras series del mismo género les ha faltado (veáse "Dollhouse" o incluso la en mi opinión sobrevalorada "Fringe").

Ahora nos queda por ver qué nos depara esta segunda temporada, que por el momento ha recibido alabadoras reviews por parte de la crítica especializada.
9 de octubre de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Sabéis esos días que uno se despierta con ganas de destruir algo, lo que sea? Pues yo tengo uno de esos días. Así que, ante todo, mis disculpas a Edward Kitsis y a Adam Horrowitz (los creadores) por todo lo que voy a decir sobre su exitosa serie (audiencias que han llegado a los más de 12 millones de espectadores en USA claramente pueden considerarse un éxito, incompresible sí, pero un éxito...). La serie ha sido tremendamente oportunista, queriendo sacar provecho del filón de películas que revisionan y adaptan para las nuevas generaciones los cuentos de toda la vida. Estos últimos años tenemos varias muestras de ello: "Blancanieves (Mirror, Mirror)", "Blancanieves y la leyenda del cazador", "Caperucita Roja (¿A qué tienes miedo?)", "Hansel & Gretel: Cazadores de brujas", "Alicia en el País de la Maravillas", entre otras. Y agarraros que esto no para aquí: vienen un "Pinocho", una "Maléfica", una "Bella Durmiente", una "Cenicienta", una "Bella y la bestia", y segundas partes de las que mencionábamos antes...

Entiendo también que una de las gracias de la serie es ir viendo aparecer a los diferentes personajes de los cuentos, y ver quien los interpretará (aunque a veces tengan algunas salidas de tono, como por ejemplo, ¿qué pinta el Dr. Frankenstein en todo esto?). Pero esta idea tampoco es del todo original. En los años 80, ya hubo una serie presentada y narrada por Shelley Duval (la sufrida esposa de Jack Nicholson en "El resplandor"), que se llamaba "Cuentos de las estrellas", cuyos capítulos fueron dirigidos por cineastas de la talla de Tim Burton o Francis Ford Coppola, y donde era realmente gracioso ver a estrellas como Helen Mirren, Jennifer Beals, Matthew Broderick, Billy Crystal, Jeff Goldblum, Carrie Fisher, Vincent Price, Christopher Lee, Liza Minnelli, Christopher Reeve, Mick Jagger, Jeff Bridges, Joan Collins o Robin Williams, entre muchos otros paseándose por los cuentos más famosos de la historia.

Ciertamente, no puedo decir lo mismo de "Once Upon a Time", donde algunos actores lo hacen mal, pero mal de verdad; creo que he visto representaciones de "Els pastorets" del teatrillo de mi barrio, donde los niños lo hacían mejor. Especial mención a Emilie de Ravin (quien fuera Claire en "Lost", aquí interpretando el papel de Bella), que ya era justilla en "Lost", pero aquí su trabajo ya resulta escandaloso. La actriz sigue jugando con el color y la textura de su pelo, como en la última temporada de "Lost" (me encantaban aquellos grupos de Facebook que decían cosas como "Yo también le haría el alisado japonés a Claire"), yo tengo la teoría de que esta pobre chica se quedará calva... Todo este "bad acting" resulta chocante, sobre todo por el alto nivel de interpretación al que nos tienen acostumbrados los americanos y los británicos. Comprendo que tienen que exagerar para dar ese aire de "cuento" y tal, pero es que chirría por todas partes, haciendo incluso que llegues a desconectar de lo que está sucediendo. Parece una serie ochentera y no en el buen sentido de la palabra.

Quizás uno de los motivos por el que los actores andan como perdidos son esos decorados virtuales, como no ven nada de lo que están haciendo, ni por donde andan, pues están como piezas de ajedrez fuera de su tablero de juego. Pinta de estar sufriendo, la verdad es que sí que tienen...Estos cromas o pantallas verdes son demasiado descarados, ni una sola piedra o trozo de césped es real en el país de los cuentos, ya me molestaba en el "Alicia en el país de las maravillas" de Tim Burton, pero es que aquí ya me resulta perturbante por su mala calidad (hay programas del tiempo que insertan mejor al meteorólogo en el mapa de las previsiones para el día siguiente que los responsables de efectos especiales de "Once Upon a Time"). Yo creo que los actores hay veces que no saben ni con quien hablan, ni contra quien o qué luchan, si están volando, andando por un puente colgante, nada!

Creo que la serie también ha caído en su propia trampa, quiero decir que lo que era uno de sus mayores atractivos (ir conociendo a los diferentes personajes de cuentos) se ha convertido en una arma de doble filo, ya que la serie no puede sostener tantos personajes. Algunas tramas de personajes se quedan colgadas completamente. Otras, como la vuelta de tuerca de Caperucita Roja, aquí convertida en una mujer loba que se zampa a sus novietes, no son explotadas todo lo que querríamos. Es como si la trama andara tan perdida como los actores entre tanto croma. Incluso a la hora de definir quien es el malvado del cuento, tampoco han sido muy claros: es la reina malvada (Regina) y sus manzanas envenenadas, es Rumple-no-sé-qué-iskin (paso de aprendérmelo...), es Garfio, es la madre de Regina (Cora). Y si hablamos de la pareja protagonista, las orejas de soplillo de Blancanieves y su Príncipe Encantador, son la pareja más sosa y asexuada de la televisión. ¿Cómo llegaron a hacer el amor y concebir a Emma? Nunca lo sabré y nunca jamás podré llegar a imaginármelo...

Este año de momento ya nos han presentado a Peter Pan y en el piloto ha tenido lugar un ataque de sirenas asesinas que ya sirve de pequeña preview para la entrada de otro personaje, que yo personalmente (por motivos que ahora no vienen al caso) tenía especialmente ganas de ver. Se trata de Ariel (alias "La Sirenita"). Sigo pensando que los guionistas no sabrán encontrarle ninguna buena historia a este personaje y que lo desaprovecharán como han hecho con tantos otros, pero tengo que reconocer que me genera curiosidad (yo creo que ver "1, 2, 3 Splash" de tan pequeño me traumó o algo..., quizás se lo comente a mi psicólogo el lunes...).

Y colorín colorado, para mí este cuento ya hace tiempo que ha terminado...
Homeland (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos2011
7,6
43.763
Howard Gordon (Creador), Alex Gansa (Creador) ...
7
10 de octubre de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy del grupo de gente que cuando descubrió "Homeland", su episodio piloto me cautivó. Encontré genial el hecho de que su protagonista Carrie Mathison (Claire Danes), una oficial de operaciones de la CIA asignada al Centro de Contraterrorismo, sufriera de bipolaridad. Este magnífico recurso hace que como espectador, Carrie te contagie su obsesión, su paranoia, que de alguna manera no sepas si sus sospechas conspiratorias son realidad o son sólo desvaríos fruto de su enfermedad mental. Por otra parte, su premisa, la liberación de un preso de guerra de Al-Qaeda, que llega a Estados Unidos y que coincide con un chivatazo que Carrie recibe de un activo que le advierte de que un prisionero de guerra se ha unido al grupo terrorista de Al-Qaed, no resulta del todo original, dado que podría tratarse de la premisa de cualquiera de las temporadas de "24". Lo verdaderamente original e intrigante es que Carrie es tremendamente inestable, en ocasiones incluso vemos cómo deja de tomarse la medicación que la mantiene tocando de pies al suelo, por lo que tanto a nosotros como a los personajes que la rodean, nos resulta difícil creerla o no... Como decía la promo de la serie: "La nación ve una héroe, ella ve una amenaza..."

Cierto es que la cara de loca de Claire Danes le iba que ni pintada al personaje de Carrie. A mí personalmente sus tics, sus ojos abiertos como platos y su constante cara de "estreñía" me han llegado a poner bastante nervioso a lo largo de sus tres temporadas, y además creo que raya la sobreactuación. Durante la primera temporada se realizaba constantemente un juego de prismas o puntos de vista muy interesante. Si veíamos la historia a través de los desquiciados ojos de Carrie, teníamos clarísimo que Nicholas Brody (Damian Lewis), el prisionero de guerra liberado, era un terrorista en potencia al que le habían lavado el cerebro y que bajo su apariencia de héroe de la nación que había vivido un infierno de torturas y que había conseguido sobrevivir y volver sano y salvo a Estados Unidos, se encontraba un ser sin compasión que cuando se ganara la confianza del pueblo americano, llevaría a cabo un atentado terrorista del calibre del sucedido el fatídico 11S. En cambio, si veíamos la historia desde la perspectiva de otros personajes, podíamos ver a Brody como un verdadero héroe, que se merecía halagos y reconocimiento, por el calvario que le había tocado vivir. En el piloto ya hubo una escena donde se establecía de forma muy clara este juego de prismas. En la presentación oficial del regreso de Brody que es televisado para todo el pueblo americano, Brody hacía un repetido movimiento con los dedos de la mano, en lo que muchos podrían ver un tic, fruto del nerviosismo, Carrie ve una señal que Brody pueda estar lanzando a los simpatizantes del grupo terrorista Al-Qaeda, que puedan estar viendo la retransmisión en ese momento, para comenzar a poner en marcha un posible atentado terrorista contra los Estados Unidos.

La trama de la primera temporada siguió avanzando por lindares muy intersantes, cuando la obsesión de Carrie llega a tal punto en el que se pone a espiar de manera compulsiva todos los movimientos de Brody, llegando a colocar cámaras ocultas en su residencia para poder captar cualquier hecho extraño que pueda dar alguna vista de sus verdaderas intenciones. Pero de tanto espiarlo, acaba enamorándose enfermizamente de él. Estos dos personajes atormentados, ella por su enfermedad mental y por creer que no hizo todo lo que estaba en sus manos para evitar que ocurrieran los atentados del 11S, él por las torturas a las que fue sometido durante los años que fue retenido preso en Irak, encuentran la manera de entenderse, a pesar de las circunstancias, y de darse exactamente lo que necesitan el uno del otro. Esta relación se convierte en una especie de atracción fatal, una especie de espiral destructiva en la que entran estos dos personajes y que desde el minuto cero sabes como espectador que acabará mal, lo que no sabes es para quién de los dos... Si antes hemos hablado de la cara de susto de Danes, el rostro de Lewis también resulta de lo más inquietante y eso juega a favor de su papel, un personaje que en ocasiones parece la oveja y en otras el lobo, que nunca acabas de saber cuál es su verdadero rostro. Además el actor es inquietantemente pelirrojo, de un color de pelo casi diabólico, a lo Chucky... y de eso no puede salir nada bueno...

La segunda temporada bajó un poco el nivel de la primera. Comenzaron a introducir subtramas poco interesantes, como la de la hija de Brody (Dana), personaje cansino donde los haya ¿a quién le importaba si se escapaba con el coche y atropellaba a alguien por accidente? A mí no desde luego... Dicen las malas lenguas, que durante esta temporada la relación entre Claire Danes y Damian Lewis no fue muy buena y eso hizo peligrar su futuro en la tercera temporada. De hecho, en la tercera temporada no aparecieron prácticamente juntos... Eso sí, la serie tuvo un final de temporada digno.

Los problemas vinieron en la tercera temporada. La serie parecía navegar sin rumbo, las tramas parecían totalmente inconexas. Algunos personajes parecía que seguían en la serie sólo porque su contrato todavía no había terminado (como es el ejemplo de Morena Baccarin, que interpretaba a la mujer de Brody, Jessica; afortunadamente la actriz estaba escandalosamente embarazada y sólo pudo aparecer en unos pocos episodios... su personaje ya no tenía nada que hacer allí, ahora que Brody se había visto obligado a exiliarse del país...). Esta temporada tuvo un polémico final, donde los guionistas tuvieron que tomar una decisión difícil, pero tengo que decir que coherente, que no voy a revelar, para no dar ningún disgusto/spoiler a nadie...

Veremos si "Homeland" sabe recuperarse del bache que supuso su tercera temporada y sabe devolvernos el interés perdido...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con el final de la tercera temporada, la serie parecía haberse cerrado, dejó un pequeño frente abierto para su continuación, pero estaba claro que si la serie tenía que continuar, que se confirmó que sí, que tendría una cuarta temporada, tenía que hacer un reset en toda regla. Esto nos sitúa en el domingo pasado, día en que se estrenó la cuarta temporada de la serie, que llegó con un episodio doble, más de una hora y media de "Homeland". La verdad es que, sin llegar a tener el pulso de su primera temporada, el piloto consiguió resultar lo suficientemente emocionante, con alguna secuencia de acción realmente palpitante, como la que tiene lugar en una calle de Pakistan, donde Carrie y dos personajes más están atrapados en un coche y una masa de gente les ataca como si fuera un enjambre de zombies. Y ver a Carrie intentando ser una madre normal, que no lo es, con el pequeño vástago de Brody (el niño es "clavaíco a su padre", los cuatro pelos que tiene son rojos como el infierno y tiene la inquietante mirada azul de su progenitor...), sobre todo en el momento bañera, en el que Carrie está bañando al niño y por un momento parece que vaya a dejar que se ahogue... Carrie está muy mal de lo suyo, si la seguridad de Estados Unidos está en sus manos ... God Bless America...
29 de abril de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marc Cherry repite el cóctel de ingredientes que funcionó en DH y le añade un toque de culebrón latino que funcionó bastante bien en "Ugly Betty". De hecho, el episodio piloto de la serie estaba basado en la serie mejicana Ellas son la alegría del hogar. Interpretaciones súper exageradas, personajes intencionadamente estereotipados, aunque no por ello deshumanizados, secretos depravados, mentiras, sexo, intrigas, asesinatos, infidelidades, cotilleos, triángulos amorosos, todo vale para mantener el interés de este culebrón ambientado en las ostentosas mansiones de Beverly Hills.

En esta serie está claro que las latinas dominan el mundo y lo hacen la mar de bien; son ellas las que cortan el bacalao, quizás no tengan tanto dinero, ni tantas influencias, pero son más listas, más espaviladas y no están exentas de glamour. Ellas son Marisol, Zoila, Carmen y Rosie, respectivamente y todas han sabido hacerse suyos los personajes y convertirlos en mujeres con las que nos divertimos, nos reímos, sufrimos y con las que pasar 43 minutos semanales resulta malvadamente delicioso.

La serie vuelve a repetir el patrón del misterio por temporada, que tan bien funcionó durante las ocho temporadas de DH, donde cada nuevo vecino que venía a vivir a Wisteria Lane escondía un oscuro secreto o se encontraba tras un crudo asesinato. La primera temporada arranca con el asesinato de la sirvienta Flora Hernandez, cuyo cuerpo sin vida cae desde un balcón a la piscina del jardín de la mansión de los Powell durante la celebración de una de sus sofisticadas fiestas de alto copete. Toda la temporada tiene como columna vertebral esta intriga, mostrada muy a lo "Cluedo", donde te pasas los episodios planteándote si fue la Srta. Amapola con la pistola en la biblioteca o el Dr. Pizarro con el candelabro en la sala de billar.

Como he dicho antes, la serie juega con los estereotipos de las latinas que trabajan como sirvientas en las lujosas mansiones de Beverly Hills, pero precisamente la serie usa esos estereotipos para destruirlos, como dice Zoila en un momento de la serie "Ser sirvientas es lo que hacemos, no lo que somos." Estas latinas son autosuficientes, inteligentes, fabulosas y totalmente capaces de contraatacar a sus jefes con un afilado ingenio y son multiempleadas: amas de casa de día y detectives privados/cantantes/madres coraje por las noches.

Aunque las latinas de esta serie son las que manejan el cotarro, no por ello debemos olvidarnos de otros personajes de la alta sociedad que también han hecho nuestras delicias durante la primera temporada. Concretamente, quiero destacar a Genevieve Delatour. Genevieve es estilo, elegancia, pero también la ingenuidad en estado puro. Ha ido pasando de marido en marido y no sabe lo que es trabajar para ganar dinero, lo que sí sabe es cómo gastarlo. La superficialidad de algunos de sus one-liners no tiene desperdicio:

¿Qué sentido tiene vivir si no tienes nada que ponerte?

Genevieve: Cuando me he mirado en el espejo hoy, me he encontrado una nueva arruga.
Zoila: ¿En serio ... sólo una?

Y tampoco nos queremos olvidar de Evelyn Powell, la propietaria de la mansión donde servía Flora hasta el día de su muerte. Es enigmática, estirada, dura, insensible, altiva, parece que lleve un palo de escoba metido en el trasero, pero a la vez también es frágil, perdió a su bebé y eso la convirtió en una mujer fría, que ama y odia a su marido por igual. Evelyn está harta de que su marido se líe con todas las sirvientas. Pero por lo que pudimos ver en el piloto de la segunda temporada, la diversión está garantizada desde el momento en que el matrimonio Powell se ve obligado a contratar los servicios de un guarda de seguridad en la casa, tras ser asaltados en su propia mansión. Evelyn inmediatamente siente una fuerte atracción sexual hacia la nueva incorporación masculina de la casa. Sus one-liners tampoco tienen desperdicio:

Evelyn: Estoy encantada de que vuelvas con Philippe.
Genevieve: ¿Es tu favorito de todos mis maridos?
Evelyn: Está sin duda en el top 3.

[a un bebé que no para de llorar] Por favor, para. Acabo de tomar un Valium y me estás arruinando toda la diversión.

Tenemos un dicho aquí en Beverly Hills. Robarle el marido a una amiga es de mala educación. Para robarle la criada es imperdonable.

[a su sirvienta] Creo que lo que haceis es heroico. Laváis ropa que nunca podréis permitiros. Pulís una plata en la que nunca comeréiss. Limpiáis suelos para gente que ni se molesta en aprenderse vuestros apellidos, y todavía os atrevéis a soñar con una vida mejor (...) Dicho esto, si no paras de cepillarte a mi marido, voy a tener que deportarte. Tú comprender?

"Devious Maids" es la serie ideal para todos aquellos que echamos de menos DH. Un atractivo elenco femenino, un uso inteligente de los estereotipos, desternillantes one-liners que hacen las delicias de los espectadores, un regustillo petardo, muy camp con esa musiquilla que yo creo que han reciclado, literalmente, de "Desperate" y constantes apariciones de rostros conocidos de DH; yo espero un cameo de Eva Longoria lo antes posible, crucemos los dedos para que esto suceda, queremos volver a ver a la Sra. Solis en su esplendor. Por todos estos motivos "Devious Maids" es uno de esos placeres inconfesables, lo que los americanos llaman un guilty pleasure, una de esas series que no queda bien decir que las sigues, pero que luego, en la solitaria privacidad de tu casa, disfrutas como un gorrino viéndola.
8
3 de julio de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sydney Bristow era una Wonder Woman. Sus habilidades rayaban lo sobrenatural. Desconozco la fórmula de las pastillitas mágicas que se tomaba esta buena mujer, que le permitían llevar siempre dos misiones a la vez, una para los malos (SD-6) y otra para los buenos (la CIA), luciendo siempre fantástica, sin que sus amigos y profesores de la universidad se dieran cuenta de nada, llegando siempre fresca como una rosa a casa (en un episodio Sydney reconoce que tiene que llevar un montón de maquillaje para disimular los moretones...). Los modelitos y pelucas de todos los tamaños y colores que lucía Sydney eran lo más; cuando sabías que iba a comenzar una de esas misiones sin sentido que tenían lugar durante toda la serie, no veías el momento de ver el modelito que nos tenían preparado para la ocasión.
Uno de los platos fuertes de la serie fue su conseguidísimo URST. La chispas entre Sydney y Michael traspasaban la pantalla. Sus encuentros clandestinos en esa especie de oscuro alamacén, donde, contra todo pronóstico, surge el amor no tenían desperdicio. O las constantes "pseudo-citas" en los lugares menos pensados (tiendas de flores, estaciones, transportes públicos, supermercados, etc), siempre sin poder mirarse a los ojos, lugares en los que quedaban tras la llamada de Michael a casa de Sydney preguntando por Joey's Pizza, a lo que ella respondía "Lo siento se equivoca..." y ya sabía que tenía que acudir a la ansiada cita con su mentor. Sin olvidar al amigo de toda la vida de Sydney, Will Tippin que estaba enamorado de su amiga en secreto, con lo que ya teníamos asentado el triángulo amoroso. Incluso si estiramos un poco la cosa, podemos decir que entre Sydney y Sark (uno de los malos malísimos de la serie) había una cierta atracción a lo Buffy/Spike. Otro rubio más para añadir a esta colección de muchachos que podríamos llamar "los rubitos de la Bristow".
Las misiones eran lo de menos, buscando siempre los malditos artilugios de ese visionario de la época medieval llamado Milo Rambaldi. Quién era Rambladi y para qué servían sus quiméricos artefactos poco nos importaba. A veces eran sólo una excusa para disfrutar de entretenidas secuencias de acción y de los diferentes modelitos de la Bristow. Lo que buscaban en las misiones era lo que Hitchcock en sus películas llamaba el "MacGuffin" (un elemento de suspense que hace que los personajes avancen en la trama, pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí). Eso sí, con las misiones de la serie se recorrieron todo el mundo "sin salir de L.A", cerrando lo suficientemente los planos y con decorados más o menos convincentes, te hacían creer que estabas en el Polo Norte, en Panamá o incluso en Barcelona.
El mayor logro de la segunda temporada fue, sin menospreciar al malvado Arvin Sloane y el muy interesante personaje de su mujer Emily, fue la incursión de la madre de Sydney (Irina Derevko), a la que creíamos muerta durante gran parte de la primera temporada. Su aparición fue bastante espectacular, sobre todo cuando al principio de la segunda temporada se entrega a la CIA y es encerrada en una especia de celda de cristal a lo Hannibal Lecter.
Las escenas de Sydney hablando con su querida mamá a través del cristal tienen un magnetismo televisivo brutal, sobre todo porque nunca sabes si Irina quiere realmente colaborar o todo forma parte de un doble juego. Su pausada y calmada forma de hablar, su intrigante y bello rostro, su atractivo, sus posturas de meditación, sus ajustadas vestimentas negras, dando siempre la sensación de ser una persona serena. Y la extraña relación con su marido (el padre de Sydney, Jack Bristow), que aunque dice no fiarse, claramente sigue enamorado de ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como hemos dicho antes los Cliffhangers de final de temporada eran impresionantes, demostraban ya la buena mano de Abrams para el medio televisivo. El giro argumental tras el cliffhanger de la segunda temporada en el que Sydney aparecía inconsciente en un sótano de Hong Kong, cuando despierta han transcurrido dos años de su vida de los que no recuerda nada... Durante esos dos años, Vaughn ha abandonado la CIA, es profesor de francés y se ha casado (nuevo triángulo amoroso entre Sydney, Michael y Lauren, la nueva esposa de Vaughn); el padre de Sydney está en la cárcel por haber colaborado con Irina, intentando encontrar a Sydney y Sloane ahora es un "buen samaritano" que lleva una fundación que ayuda a curar el cáncer...
Desgraciadamente, la serie tuvo una conclusión muy por debajo de sus expectativas. La serie comenzó a perder gas a partir de su cuarta temporada, que coincidió con el momento en qué Abrams se enfrascó en su nuevo proyecto ("Lost") y dejó "Alias" un poco a la deriva. Si a esto le sumamos que en la quinta temporada Jennifer Garner se quedó embarazada y no pudo encargarse de su papel, como a nosotros nos gustaba verla..., la fórmula no acabó de funcionar. Aún así, tenemos que reconocer que la serie nos ofreció grandes momentos, grandes giros, grandes secuencias de acción y unos personajes para la posteridad
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