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Críticas ordenadas por utilidad
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9
6 de febrero de 2007
6 de febrero de 2007
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sólo me gusta Béla Tarr. Y últimamente estoy muy interesado en el anime; en lo que éste género puede ofrecernos, ya que dada su libertad a la hora de crear, la experimentación y la indagación en el lenguaje cinematográfico está servida. Y bueno, también es cierto que soy muy ecléctico en el cine, no como me ocurre por ejemplo en la literatura (siempre leo las mismas cosas); menos el melodrama y las películas de época y romances ñoños me gusta todo. Y el cine comercial es a veces un desahogo, y tan necesario como el cine de serie B zafio, las películas contemplativas o los diálogos pedantes de los franceses...
Y sí, quizá peque de sentir debilidad por todo tipo de cine, pero qué le vamos a hacer.
Entonces, lo que yo busco al ver estas pelis, no le pidamos peras al olmo, es gran espectáculo, que digas "¡qué pasada!" y te quedes con la boca abierta, como nos ocurrió a todos con Matrix. Yo no pido un argumento coherente, unos personajes profundos, para todo eso existe otro tipo de cine.
Táchenla de maniquea, de estúpida, de lo que sea, pero yo me lo pasé de puta madre viéndola; no sé, quizás sea demasiado poco exigente.
La estética es tan impactante y tan sublime que sobrecoge; la acción, que en éste caso no es lo más importante, está muy bien. Tiene ciertas reminiscencias con Ghost In The Shell, pero en casi nada se parece su estilo y su temática. Obviamente, tiene un guión sin pies ni cabeza (en verdad no tanto), pero ¿quién se enteró de algo en "Silent Hill", o, sobretodo, en "Ghost In The Shell: Innocence"?; pero ¿a quién no se le llenó el espíritu de emoción al contemplar aquella cabalgata mística al final de ésta?
Una cosa que me gusta, y que aquí encaja soberbiamente, es la incorporación del 3D, de las imágenes generadas por ordenador, al anime tradicional. El Estudio Gonzo lo hace muy bien, a Enki Bilal no le queda tan mágico, pero son otros medios. Aquí queda fabuloso.
No se la pierdan aquellos buscadores de sensaciones nuevas.
Y sí, quizá peque de sentir debilidad por todo tipo de cine, pero qué le vamos a hacer.
Entonces, lo que yo busco al ver estas pelis, no le pidamos peras al olmo, es gran espectáculo, que digas "¡qué pasada!" y te quedes con la boca abierta, como nos ocurrió a todos con Matrix. Yo no pido un argumento coherente, unos personajes profundos, para todo eso existe otro tipo de cine.
Táchenla de maniquea, de estúpida, de lo que sea, pero yo me lo pasé de puta madre viéndola; no sé, quizás sea demasiado poco exigente.
La estética es tan impactante y tan sublime que sobrecoge; la acción, que en éste caso no es lo más importante, está muy bien. Tiene ciertas reminiscencias con Ghost In The Shell, pero en casi nada se parece su estilo y su temática. Obviamente, tiene un guión sin pies ni cabeza (en verdad no tanto), pero ¿quién se enteró de algo en "Silent Hill", o, sobretodo, en "Ghost In The Shell: Innocence"?; pero ¿a quién no se le llenó el espíritu de emoción al contemplar aquella cabalgata mística al final de ésta?
Una cosa que me gusta, y que aquí encaja soberbiamente, es la incorporación del 3D, de las imágenes generadas por ordenador, al anime tradicional. El Estudio Gonzo lo hace muy bien, a Enki Bilal no le queda tan mágico, pero son otros medios. Aquí queda fabuloso.
No se la pierdan aquellos buscadores de sensaciones nuevas.

3,8
99
6
18 de agosto de 2008
18 de agosto de 2008
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya comenté en su correspondiente crónica, Andalucía se presentó como una película tan llamativa como irregular. Tiene habilidades en el guión y en la dirección, pero a medida que avanza la estructura se desmadra y va perdiendo ritmo hacia un final fuera de tono.
Destacar la actuación de Samir Guesmi, que lleva el peso de todo el film con aplomo y carácter.
Quiero aprovechar este espacio, comentada la película, para hacer un breve balance y dejar una impresión personal sobre mis vivencias en esta última 4ª edición de 2007 del Sevilla Festival de Cine 100% Europeo.
A nivel global fue un gran festival, con multitud de variadas e interesantes propuestas, multitud de sugestivos cineastas y multitud de cinematografías.
Sobre todo, fue un festival sumamente enriquecedor y satisfactoriamente aprovechado, con 27 visionados, una media de 3 por día durante 9 de ellos. Comparado con el pasado año –donde mi desastrosa organización hizo que tuviera que ver muchas películas a medias por incompatibilidad horaria, y donde el cansancio y el sueño hicieron mella en un reguero de cabezadas durante varias proyecciones–, me organicé mucho mejor y acudí a las salas descansado, fresco y listo. Y el número y naturaleza de actividades y vivencias paralelas al visionado de películas fue también extraordinario.
Quiero destacar una de las experiencias del último día, que, como no tenía mucho que hacer hasta la proyección de Alondras en el Alambre a las 18:00, me saqué entradas para El Jardín de la Fantasía a las 16:00. Se trata de animación checa clásica, de la cual era un auténtico ignorante y había oído hablar maravillas, y como sabía que había animación en la sección Focus República Checa –la República Checa fue el país invitado al festival–, aproveché ese último día para ver algo.
“El Jardín de la Fantasía” era una selección de 5 obras (desde 1959 hasta 1981) de 60 minutos del maestro de la animación y las marionetas Bretislav Pojar. Algunos graciosos, otros mágicos, otros profundamente cautivadores… fascinantes a nivel global.
También mencionar el, como poco, curioso y mínimo “Homenaje a Jirí Menzel” que rindió el festival a la figura del realizador checo, con la proyección de tan sólo tres películas de su moderadamente extensa filmografía; las tres únicas, de hecho, que están editadas en DVD en España.
Fuera del homenaje, dentro de la Sección Oficial a concurso, también se encontraba su último film tras 12 años sin dirigir (exceptuando un cortometraje).
Al ser un festival recién nacido, la inexperiencia y demás dudosos atributos conllevan una inevitable falta de organización, sobre todo en lo que respecta a la información de las películas. Lo que empezó siendo una molestia, se convirtió pronto en una nueva manera de ver y descubrir cine.
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
Destacar la actuación de Samir Guesmi, que lleva el peso de todo el film con aplomo y carácter.
Quiero aprovechar este espacio, comentada la película, para hacer un breve balance y dejar una impresión personal sobre mis vivencias en esta última 4ª edición de 2007 del Sevilla Festival de Cine 100% Europeo.
A nivel global fue un gran festival, con multitud de variadas e interesantes propuestas, multitud de sugestivos cineastas y multitud de cinematografías.
Sobre todo, fue un festival sumamente enriquecedor y satisfactoriamente aprovechado, con 27 visionados, una media de 3 por día durante 9 de ellos. Comparado con el pasado año –donde mi desastrosa organización hizo que tuviera que ver muchas películas a medias por incompatibilidad horaria, y donde el cansancio y el sueño hicieron mella en un reguero de cabezadas durante varias proyecciones–, me organicé mucho mejor y acudí a las salas descansado, fresco y listo. Y el número y naturaleza de actividades y vivencias paralelas al visionado de películas fue también extraordinario.
Quiero destacar una de las experiencias del último día, que, como no tenía mucho que hacer hasta la proyección de Alondras en el Alambre a las 18:00, me saqué entradas para El Jardín de la Fantasía a las 16:00. Se trata de animación checa clásica, de la cual era un auténtico ignorante y había oído hablar maravillas, y como sabía que había animación en la sección Focus República Checa –la República Checa fue el país invitado al festival–, aproveché ese último día para ver algo.
“El Jardín de la Fantasía” era una selección de 5 obras (desde 1959 hasta 1981) de 60 minutos del maestro de la animación y las marionetas Bretislav Pojar. Algunos graciosos, otros mágicos, otros profundamente cautivadores… fascinantes a nivel global.
También mencionar el, como poco, curioso y mínimo “Homenaje a Jirí Menzel” que rindió el festival a la figura del realizador checo, con la proyección de tan sólo tres películas de su moderadamente extensa filmografía; las tres únicas, de hecho, que están editadas en DVD en España.
Fuera del homenaje, dentro de la Sección Oficial a concurso, también se encontraba su último film tras 12 años sin dirigir (exceptuando un cortometraje).
Al ser un festival recién nacido, la inexperiencia y demás dudosos atributos conllevan una inevitable falta de organización, sobre todo en lo que respecta a la información de las películas. Lo que empezó siendo una molestia, se convirtió pronto en una nueva manera de ver y descubrir cine.
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me explico: como decía, la falta de información acerca de los directores y sus trabajos te obligaba irremediablemente a tener que guiarte exclusivamente por el género, país, título y cartel o fotograma del film; ni referencias, ni sinopsis… sólo lo básico. Esa forma de administrar tus elecciones te hacía acercarte a las películas a ciegas, vulnerable por completo y pleno desconocedor de lo que ibas a ver. De esta manera, sin prejuicios, sin expectativas, he descubierto verdaderas joyas a lo largo de los años que llevo acudiendo a esta cita.
Esta estratagema o visión del festival se ha visto un tanto truncada por la necesaria madurez del evento, que me ha llevado en esta última edición a establecer un equilibrio entre lo conocido y lo desconocido.
En cuanto al palmarés, evento al que nunca he prestado mucha atención y que para mí carece de toda relevancia dentro de la vida del festival, cabe decir que se mostró cobarde, convencional y complaciente, otorgando su máximo premio, el Giraldillo de Oro de la Sección Oficial, a It's a Free World de Ken Loach.
Yo comprendo este festival como una oportunidad única para ver cine que de otra forma nunca llegarías a ver. No merece la pena que vea una película que sé que luego acabará estrenándose en España, y por eso justamente el festival es una excelente manera de dar salida a películas que puedan ser estrenadas en el país entero a través de los premios que pueda ganar y de los añadidos que comporta, y que de otra forma no podrían. Por eso, a niveles prácticos, es absurdo que gane Loach un premio que conlleva la distribución comercial en nuestro país de la película cuando, con o sin premio, It's a Free World llegará a nuestras pantallas. Por tanto, la única utilidad del premio queda desperdiciada, no aporta nada, al margen de su nula notoriedad o simbolismo.
Otro premio con el que discrepo, aunque me sea en el fondo indiferente, es con el Premio de la Crítica, otorgado a una insulsa y descafeinada fábula con el nombre de Al Otro Lado.
La Sección Oficial aglomeraba un buen puñado de directores conocidos y buena parte del “mainstream” de la industria europea (Loach, Akin, Chabrol, Schlöndorff…); es decir, películas que podré ver más tarde en su estreno, por eso casi nunca he elegido películas de esta sección. Este año, por el contrario, ha habido una cierta armonía entre las películas de esta sección (Tarr, Rivette, Menzel…) y las demás, resaltando las más jugosas e interesantes Europa_Europa y Eurimages.
Nada más, como coda, me queda subrayar las joyas que he descubierto y con las cuales me quedo y elaboro mi palmarés íntimo e intransferible, a saber: la islandesa Börn, la rusa Izgnanie, la francesa J'Ai Toujours Rêvé D’Etre un Gangster, la checa Alondras en el Alambre y por último, a pesar de todo y por supuesto, la húngara A Londoni Férfi.
Esta estratagema o visión del festival se ha visto un tanto truncada por la necesaria madurez del evento, que me ha llevado en esta última edición a establecer un equilibrio entre lo conocido y lo desconocido.
En cuanto al palmarés, evento al que nunca he prestado mucha atención y que para mí carece de toda relevancia dentro de la vida del festival, cabe decir que se mostró cobarde, convencional y complaciente, otorgando su máximo premio, el Giraldillo de Oro de la Sección Oficial, a It's a Free World de Ken Loach.
Yo comprendo este festival como una oportunidad única para ver cine que de otra forma nunca llegarías a ver. No merece la pena que vea una película que sé que luego acabará estrenándose en España, y por eso justamente el festival es una excelente manera de dar salida a películas que puedan ser estrenadas en el país entero a través de los premios que pueda ganar y de los añadidos que comporta, y que de otra forma no podrían. Por eso, a niveles prácticos, es absurdo que gane Loach un premio que conlleva la distribución comercial en nuestro país de la película cuando, con o sin premio, It's a Free World llegará a nuestras pantallas. Por tanto, la única utilidad del premio queda desperdiciada, no aporta nada, al margen de su nula notoriedad o simbolismo.
Otro premio con el que discrepo, aunque me sea en el fondo indiferente, es con el Premio de la Crítica, otorgado a una insulsa y descafeinada fábula con el nombre de Al Otro Lado.
La Sección Oficial aglomeraba un buen puñado de directores conocidos y buena parte del “mainstream” de la industria europea (Loach, Akin, Chabrol, Schlöndorff…); es decir, películas que podré ver más tarde en su estreno, por eso casi nunca he elegido películas de esta sección. Este año, por el contrario, ha habido una cierta armonía entre las películas de esta sección (Tarr, Rivette, Menzel…) y las demás, resaltando las más jugosas e interesantes Europa_Europa y Eurimages.
Nada más, como coda, me queda subrayar las joyas que he descubierto y con las cuales me quedo y elaboro mi palmarés íntimo e intransferible, a saber: la islandesa Börn, la rusa Izgnanie, la francesa J'Ai Toujours Rêvé D’Etre un Gangster, la checa Alondras en el Alambre y por último, a pesar de todo y por supuesto, la húngara A Londoni Férfi.
3
11 de agosto de 2008
11 de agosto de 2008
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas que había pensado ver tenía las entradas agotadas, así que el jueves 8 de noviembre de 2007 vi en su lugar dos documentales, de la serie, como comentaba en mi anterior crónica, “Cinéma, de Notre Temps”.
16:00 p.m.- Le Dinosaure et le Bébé, Dialogue en Huit Parties entre Fritz Lang et Jean-Luc Godard (El Dinosaurio y el Bebé, Diálogo en Ocho Partes entre Fritz Lang y Jean-Luc Godard): Entrevista de una hora de duración que le hizo Godard a Fritz Lang bajo la realización de André S. Labarthe. Data del año 67.
El título hace referencia a que por aquella época Godard era más o menos (o en comparación) un primerizo, y Lang un héroe consagrado del cine. Cuatro años antes Lang había actuado en el célebre film de Godard Le Mépris.
La entrevista muestra a un humilde Godard, antagonista y admirador de Fritz, y a un Lang retirado, bonachón y pedante (en el buen sentido). El cine clásico frente al cine moderno, uno moribundo y el otro vencedor, representado en dos figuras que dialogan sobre los avatares del celuloide. Una realización en blanco y negro atractiva para un documento sumamente interesante.
17:30 p.m.- Tarkovski, une Journée d’Andreï Arsenevitch (Tarkovski, un día de Andreï Arsenevitch): Documental realizado por Chris Marker (sobran las presentaciones) cuando Tarkovski se hallaba en el exilio en París, ya hospitalizado.
Comienza con la visita de parte de su familia (entre ellos su hijo Andriushka) al centro donde se encuentra hospitalizado. El encuentro madre-padre-hijo sirve como detonante de un viaje inquieto y personal por la obra de uno de los mayores visionarios de la historia del cine, incluyendo la elaboración del ya mítico plano-secuencia de Sacrificio, uno de los planos más complejos y difíciles de rodar que se han hecho.
El documental, revelador y deslumbrante, concluye con una anécdota enigmática: la primera película de Andrei (La Infancia de Iván) se abre con un plano de un árbol y un niño, y la última, Sacrificio, se cierra con un plano de un árbol y un viejo.
En ambas proyecciones contamos con la presencia del, digámoslo así, personaje medular de la crítica francesa y veterano combatiente del cine de autor (entre otras cosas), André S. Labarthe, creador, junto con Janine Bazin (viuda de André Bazin, co-fundador de Cahiers du Cinema), del proyecto “Cinéma, de Notre Temps”. Junto con André vinieron dos reputados productores de la cadena ARTE: Xavier Carniaux y Thierry Garrel, hermano del director Philippe Garrel.
Tras la proyección de “Tarkovski, une Journée d’Andreï Arsenevitch”, a la salida del cine, me acerqué a Labarthe, concluido con su sempiterno sombrero, le tendí mi mano y balbucí unas cuantas frases en francés, tras lo cual me despedí preguntándome qué diablos quería decirle y qué diablos le había dicho.
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
16:00 p.m.- Le Dinosaure et le Bébé, Dialogue en Huit Parties entre Fritz Lang et Jean-Luc Godard (El Dinosaurio y el Bebé, Diálogo en Ocho Partes entre Fritz Lang y Jean-Luc Godard): Entrevista de una hora de duración que le hizo Godard a Fritz Lang bajo la realización de André S. Labarthe. Data del año 67.
El título hace referencia a que por aquella época Godard era más o menos (o en comparación) un primerizo, y Lang un héroe consagrado del cine. Cuatro años antes Lang había actuado en el célebre film de Godard Le Mépris.
La entrevista muestra a un humilde Godard, antagonista y admirador de Fritz, y a un Lang retirado, bonachón y pedante (en el buen sentido). El cine clásico frente al cine moderno, uno moribundo y el otro vencedor, representado en dos figuras que dialogan sobre los avatares del celuloide. Una realización en blanco y negro atractiva para un documento sumamente interesante.
17:30 p.m.- Tarkovski, une Journée d’Andreï Arsenevitch (Tarkovski, un día de Andreï Arsenevitch): Documental realizado por Chris Marker (sobran las presentaciones) cuando Tarkovski se hallaba en el exilio en París, ya hospitalizado.
Comienza con la visita de parte de su familia (entre ellos su hijo Andriushka) al centro donde se encuentra hospitalizado. El encuentro madre-padre-hijo sirve como detonante de un viaje inquieto y personal por la obra de uno de los mayores visionarios de la historia del cine, incluyendo la elaboración del ya mítico plano-secuencia de Sacrificio, uno de los planos más complejos y difíciles de rodar que se han hecho.
El documental, revelador y deslumbrante, concluye con una anécdota enigmática: la primera película de Andrei (La Infancia de Iván) se abre con un plano de un árbol y un niño, y la última, Sacrificio, se cierra con un plano de un árbol y un viejo.
En ambas proyecciones contamos con la presencia del, digámoslo así, personaje medular de la crítica francesa y veterano combatiente del cine de autor (entre otras cosas), André S. Labarthe, creador, junto con Janine Bazin (viuda de André Bazin, co-fundador de Cahiers du Cinema), del proyecto “Cinéma, de Notre Temps”. Junto con André vinieron dos reputados productores de la cadena ARTE: Xavier Carniaux y Thierry Garrel, hermano del director Philippe Garrel.
Tras la proyección de “Tarkovski, une Journée d’Andreï Arsenevitch”, a la salida del cine, me acerqué a Labarthe, concluido con su sempiterno sombrero, le tendí mi mano y balbucí unas cuantas frases en francés, tras lo cual me despedí preguntándome qué diablos quería decirle y qué diablos le había dicho.
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después, a las 20:30, dio comienzo la “Noche ARTE” en el Teatro Lope de Vega, donde tuvo lugar la entrega del Giraldillo de Oro como reconocimiento a la carrera del actor francés de padres gaditanos Jean Reno. Entre mucho chovinismo estúpido y ladridos del alcalde sobre el folklore andaluz y su importancia (qué manía de mezclar el arte con la política), destacaron las sinceras palabras de Reno.
Pasada la entrega del premio se proyectó Ne Touchez Pas la Hache (No Toque el Hacha), última película de Jacques Rivette, basada en una novela de Honoré de Balzac; curiosamente, en España, para ser afines a algo para variar, hemos sido afines con tal desatino al título original de la novela que hemos llamado al film La duquesa de Langeais.
De nuevo con la presencia de los tres mosqueteros, Labarthe, Xavier y Thierry, el primero nos habló un poco sobre el cine de Rivette y nos contó unas cuantas metáforas sobre el mismo y unas cuantas anécdotas sobre el personaje.
Tras su visionado, sinceramente pienso que una ambientación asombrosa, unos interiores muy cuidados y elaborados, una iluminación delicada y sublime, unas actuaciones portentosas, y, en general, una factura impecable, no son lo suficientemente capaces en este caso de elevar el sopor, la pedantería y el tedio de un película cuyo cáncer terminal es la presencia de una historia deficiente conducida por multitud de diálogos, siempre demasiados diálogos. No sé si parte de la culpa la tuvo que los asientos del teatro son incomodísimos y que la duración se extendiese hasta las dos horas y cuarto…
En cualquier caso, tras el mal sabor de boca derivado de la película, el día concluye con un agradable cóctel en el Casino de la Exposición, edificio colindante al Teatro; corriendo a cargo del festival, eso sí.
Pasada la entrega del premio se proyectó Ne Touchez Pas la Hache (No Toque el Hacha), última película de Jacques Rivette, basada en una novela de Honoré de Balzac; curiosamente, en España, para ser afines a algo para variar, hemos sido afines con tal desatino al título original de la novela que hemos llamado al film La duquesa de Langeais.
De nuevo con la presencia de los tres mosqueteros, Labarthe, Xavier y Thierry, el primero nos habló un poco sobre el cine de Rivette y nos contó unas cuantas metáforas sobre el mismo y unas cuantas anécdotas sobre el personaje.
Tras su visionado, sinceramente pienso que una ambientación asombrosa, unos interiores muy cuidados y elaborados, una iluminación delicada y sublime, unas actuaciones portentosas, y, en general, una factura impecable, no son lo suficientemente capaces en este caso de elevar el sopor, la pedantería y el tedio de un película cuyo cáncer terminal es la presencia de una historia deficiente conducida por multitud de diálogos, siempre demasiados diálogos. No sé si parte de la culpa la tuvo que los asientos del teatro son incomodísimos y que la duración se extendiese hasta las dos horas y cuarto…
En cualquier caso, tras el mal sabor de boca derivado de la película, el día concluye con un agradable cóctel en el Casino de la Exposición, edificio colindante al Teatro; corriendo a cargo del festival, eso sí.

7,3
9.008
6
7 de agosto de 2008
7 de agosto de 2008
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amanece un martes 6 de noviembre y yo tengo tres películas por delante.
Los días en los que las lagunas temporales entre película y película se dilataban mucho creo recordar que veía algún documental para matar el tiempo muerto, pero este no fue uno de esos días.
A las 16:00 tengo Ópium: Egy Elmebeteg Nö Naplója (Opium: Diary of a Madwoman), largometraje del húngaro János Szász, director de una de las aclamadas versiones de la obra teatral Woyzeck. Interpretada aquella por el famoso actor danés Ulrich Thomsen y la guapa actriz noruega Kirsti Stubø (cuyo parecido con Natalie Portman es enigmático), quién ganó el Silver St. George a la mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Moscú por la interpretación de Gizella.
En la versión que nos pusieron, que no sé si sería la original (qué desfachatez de no ser este el caso), los actores principales antes citados, ambos de nacionalidades distintas, hablaban en inglés, si mi memoria no me falla; y todos los demás, húngaros, hablaban en su idioma natal y estaban doblados al inglés (y yo que iba con ganas de escuchar ese precioso idioma que es el húngaro…).
Se trata de una co-producción entre Hungría, Alemania y Estados Unidos, y se basa en los diarios reales del psiquiatra y escritor húngaro Géza Csáth (seudónimo de József Brenner). Amoral, adicto al opio y obsesionado con los escritos de Gizella, una paciente de 28 años que reside en la institución mental a la que Brenner llega a ejercer su profesión a principios del siglo XX.
La dirección, montaje e iluminación dejan al trasluz talento y audacia, pero nada de eso es suficiente para salvar un guión demasiado interesado en mostrar un dramatismo desgarrador, que llega a ser irritante debido al reiterado empleo de tétricas y melodramáticas escenas. Es tanta la tenaz obsesión por querer plagar la cinta de truculencia y sordidez que el resultado llega a verse gravemente ofuscado, independientemente de que la historia real resulte fascinante.
En cuanto a Al Otro Lado -película que tuvo comienzo a las 18:30, y la cual contó con la presencia en la sala del actor y protagonista del film Baki Davrak-, contenía una historia relativamente interesante, dirigida y resuelta con eficacia.
El guión, predecible salvo por leves toques de originalidad (como su estructura), dejaba una fuerte sensación de déjà vu a raíz de las historias entrelazadas y las casualidades a día de hoy ya bastante manidas.
Cabría mencionar, eso sí, las actuaciones de un digno plantel de actores.
Como conclusión, digamos que lo vi todo un poco blando, con una tensión dramática algo deficiente; como con cuidado de no ofender a nadie y denunciar al mismo tiempo.
Poco más realmente. No encontré nada sublime, nada excepcional en toda la película. Eficacia, más que nada (bueno, tal vez algo más), pero eso nunca es suficiente…
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
Los días en los que las lagunas temporales entre película y película se dilataban mucho creo recordar que veía algún documental para matar el tiempo muerto, pero este no fue uno de esos días.
A las 16:00 tengo Ópium: Egy Elmebeteg Nö Naplója (Opium: Diary of a Madwoman), largometraje del húngaro János Szász, director de una de las aclamadas versiones de la obra teatral Woyzeck. Interpretada aquella por el famoso actor danés Ulrich Thomsen y la guapa actriz noruega Kirsti Stubø (cuyo parecido con Natalie Portman es enigmático), quién ganó el Silver St. George a la mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Moscú por la interpretación de Gizella.
En la versión que nos pusieron, que no sé si sería la original (qué desfachatez de no ser este el caso), los actores principales antes citados, ambos de nacionalidades distintas, hablaban en inglés, si mi memoria no me falla; y todos los demás, húngaros, hablaban en su idioma natal y estaban doblados al inglés (y yo que iba con ganas de escuchar ese precioso idioma que es el húngaro…).
Se trata de una co-producción entre Hungría, Alemania y Estados Unidos, y se basa en los diarios reales del psiquiatra y escritor húngaro Géza Csáth (seudónimo de József Brenner). Amoral, adicto al opio y obsesionado con los escritos de Gizella, una paciente de 28 años que reside en la institución mental a la que Brenner llega a ejercer su profesión a principios del siglo XX.
La dirección, montaje e iluminación dejan al trasluz talento y audacia, pero nada de eso es suficiente para salvar un guión demasiado interesado en mostrar un dramatismo desgarrador, que llega a ser irritante debido al reiterado empleo de tétricas y melodramáticas escenas. Es tanta la tenaz obsesión por querer plagar la cinta de truculencia y sordidez que el resultado llega a verse gravemente ofuscado, independientemente de que la historia real resulte fascinante.
En cuanto a Al Otro Lado -película que tuvo comienzo a las 18:30, y la cual contó con la presencia en la sala del actor y protagonista del film Baki Davrak-, contenía una historia relativamente interesante, dirigida y resuelta con eficacia.
El guión, predecible salvo por leves toques de originalidad (como su estructura), dejaba una fuerte sensación de déjà vu a raíz de las historias entrelazadas y las casualidades a día de hoy ya bastante manidas.
Cabría mencionar, eso sí, las actuaciones de un digno plantel de actores.
Como conclusión, digamos que lo vi todo un poco blando, con una tensión dramática algo deficiente; como con cuidado de no ofender a nadie y denunciar al mismo tiempo.
Poco más realmente. No encontré nada sublime, nada excepcional en toda la película. Eficacia, más que nada (bueno, tal vez algo más), pero eso nunca es suficiente…
(Sigue en spoiler por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El epílogo del día tuvo lugar en el Teatro Lope de Vega con la proyección del film Andalucía a las 21:00, inaugurando la llamada “Noche TV5 Monde”.
El director Alain Gomis nos habló un poco de la película y luego se proyectó.
Brevemente diré que me pareció interesante en la construcción de situaciones surrealistas, pero demasiado redundantes a lo largo de 91 minutos, con un final excesivamente estirado y fuera de lugar.
Eso sí, Gomis firma una realización notable con algunos planos… llamémoslos evocadores.
El director Alain Gomis nos habló un poco de la película y luego se proyectó.
Brevemente diré que me pareció interesante en la construcción de situaciones surrealistas, pero demasiado redundantes a lo largo de 91 minutos, con un final excesivamente estirado y fuera de lugar.
Eso sí, Gomis firma una realización notable con algunos planos… llamémoslos evocadores.
1
22 de marzo de 2007
22 de marzo de 2007
14 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bien, por lo general no suelo hacer críticas de películas malas, pero tras haber arrojado 2,40 Euros al retrete y haber tirado de la cadena, me veo obligado a dejar caer mis manos sobre el teclado para vociferar con toda la vehemencia que poseo que este pseudofilm es “uno de los mayores bodrios que la industria de Hollywood haya podido parir”. Catalogarla de película es casi un delito, así que siempre que hable de ella hablaré de "B" de "Bodrio".
B contiene uno de los más vomitivos alegatos pro–fascistas que me hayan echado a la cara. Este amago o parodia de excremento está, como dice el gran Mirito, orgulloso de su racismo, de su machismo y de su totalitarismo exacerbado.
A rebosar por los cuatro costados de una testosterona literalmente nauseabunda, B justifica toda su violencia en un guión hecho en cinco minutos y con prisa, con unos diálogos que rozan la vergüenza ajena.
Escenas como las de “¡Al Qaeda!” o como la del sexo en la calle dejan muy a las claras los principios morales de los creadores. Y ya quisiera B para los días de fiesta parecerse a un video clip o a un videojuego. Cualquier video clip de Chris Cunningham o Spike Jonze, por ejemplo, tienen más estilo que esto. Un minuto de cualquier videojuego tiene más arte que esta mierda multiplicada por cinco. Sí que recuerda al GTA, pero su estilo videoclipero es tan pobre y nefasto que uno lo pasa realmente mal viendo esto… y no comparar, por favor, montajes cáusticos y tan bien hechos como los de las películas de Guy Ritchie al gratuitamente mareante, cargante y ruidoso montaje de B.
Ni un atisbo de talento, ni un atisbo de inteligencia. Se diría que Mark Neveldine y Brian Taylor son los primos tontos de Uwe Boll; y no digamos ya los productores, ¿qué pandilla de subnormales ha podido creer que B tenía algo de interés?
En fin, nunca el celuloide cayó tan bajo, nunca un aborto fue tan doloroso, nunca se degradó tanto este arte llamado cine.
Todo sobra en B, todo es gratuito, menos su dichoso alquiler de 2,40 Euros… espero poder olvidar esto pronto…
P.D.: Le doy el inconmensurable regalo de ponerle un "1" no habiendo "0" como nota, que conste.
B contiene uno de los más vomitivos alegatos pro–fascistas que me hayan echado a la cara. Este amago o parodia de excremento está, como dice el gran Mirito, orgulloso de su racismo, de su machismo y de su totalitarismo exacerbado.
A rebosar por los cuatro costados de una testosterona literalmente nauseabunda, B justifica toda su violencia en un guión hecho en cinco minutos y con prisa, con unos diálogos que rozan la vergüenza ajena.
Escenas como las de “¡Al Qaeda!” o como la del sexo en la calle dejan muy a las claras los principios morales de los creadores. Y ya quisiera B para los días de fiesta parecerse a un video clip o a un videojuego. Cualquier video clip de Chris Cunningham o Spike Jonze, por ejemplo, tienen más estilo que esto. Un minuto de cualquier videojuego tiene más arte que esta mierda multiplicada por cinco. Sí que recuerda al GTA, pero su estilo videoclipero es tan pobre y nefasto que uno lo pasa realmente mal viendo esto… y no comparar, por favor, montajes cáusticos y tan bien hechos como los de las películas de Guy Ritchie al gratuitamente mareante, cargante y ruidoso montaje de B.
Ni un atisbo de talento, ni un atisbo de inteligencia. Se diría que Mark Neveldine y Brian Taylor son los primos tontos de Uwe Boll; y no digamos ya los productores, ¿qué pandilla de subnormales ha podido creer que B tenía algo de interés?
En fin, nunca el celuloide cayó tan bajo, nunca un aborto fue tan doloroso, nunca se degradó tanto este arte llamado cine.
Todo sobra en B, todo es gratuito, menos su dichoso alquiler de 2,40 Euros… espero poder olvidar esto pronto…
P.D.: Le doy el inconmensurable regalo de ponerle un "1" no habiendo "0" como nota, que conste.
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