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Críticas ordenadas por utilidad
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6,0
24.930
9
18 de junio de 2009
18 de junio de 2009
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El aclamadísimo director Danny Boyle ''Slumdog Millionaire'' nos regala una sensacional película que narra como un grupo de astronautas encabezado por Cillian Murphy deben salvar a la humanidad de la explosión del sol. El film muestra como todos sus aspectos secundaríos sobresalen, en cúanto a interpretaciones la única que merece mención es la de Cillian Murphy y nos muestra como tiene capacidad para desboradar los papeles que interpreta. A parte de todo esto la película se apoya únicamente en la banda sonora compuesta por John Murphy, que no deja de sonar en toda la película con resultado bastante satsfactorio.
A FAVOR: Casi todo, los aspectos secundarios sobresalientes sobretodo la banda sonora, la interpretación de Cillian Murphy la tensión que existe durante todo el film y el final que es espectacular.
EN CONTRA: Únicamentes encontramos unas interpetaciones bastantes flojas (sobre todo Rose Byrne) y largometraje predecible.
A FAVOR: Casi todo, los aspectos secundarios sobresalientes sobretodo la banda sonora, la interpretación de Cillian Murphy la tensión que existe durante todo el film y el final que es espectacular.
EN CONTRA: Únicamentes encontramos unas interpetaciones bastantes flojas (sobre todo Rose Byrne) y largometraje predecible.

5,9
5.247
4
13 de abril de 2009
13 de abril de 2009
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film de Shepard, que se enmarca claramente en el subgénero de dramas de "chicos de la prensa", no acaba de funcionar, es un quiero y no puedo. Ello a pesar de la crítica mordaz a las autoridades internacionales (OTAN, Estados Unidos, Unión Europea, Naciones Unidas...) por el poco empeño que ponen en detener a ciertos criminales de guerra, motivado a su entender por una especie de pacto no escrito que siguió al final del conflicto. Falta un punto de socarronería que se promete, y no acaba de llegar. Hay cierta torpeza en el guión, que se entretiene demasiado en describir y reiterar la decadencia en la profesión periodística de Simon; también resulta algo tópica su trágica historia de amor y el modo en que le ha traumatizado, o las vacaciones de ensueño con "tía buenorra" que se había preparado Duck, sugeridas al más puro estilo Mariano Ozores, que dan una imagen bastante superficial del personaje.
No obstante, también se descubren pasajes logrados, sobre todo cuando entramos "en harina", con el tema más interesante de la cinta, el de la confusión sobre la supuesta identidad de espías de los tres periodistas; allí está la entrevista preparada por un militar de Naciones Unidas, con una mujer que les podría reunir con el Zorro, el criminal de guerra al que buscan, momento que depara más de una sorpresa, y donde se luce el poco conocido Jesse Eisenberg, además de ser la única escena de Diane Kruger. Y por supuesto, Richard Gere y Terrence Howard dan sobradas muestras de su calidad interpretativa.
No obstante, también se descubren pasajes logrados, sobre todo cuando entramos "en harina", con el tema más interesante de la cinta, el de la confusión sobre la supuesta identidad de espías de los tres periodistas; allí está la entrevista preparada por un militar de Naciones Unidas, con una mujer que les podría reunir con el Zorro, el criminal de guerra al que buscan, momento que depara más de una sorpresa, y donde se luce el poco conocido Jesse Eisenberg, además de ser la única escena de Diane Kruger. Y por supuesto, Richard Gere y Terrence Howard dan sobradas muestras de su calidad interpretativa.

4,6
28.400
6
12 de abril de 2009
12 de abril de 2009
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El alemán Roland Emmerich es uno de los reyes del blockbuster, desde que se instaló en Hollywood a principios de los 90. Algo tendrá este director cuando le bendicen, pues lo cierto es que no ha tenido ningún batacazo y alguno de sus trabajos ha sido todo un acontecimiento para las taquillas. Y lo que tiene Emmerich es una habilidad innata para vender lo que rueda, y un sentido del espectáculo que compensa bastante sus defectos narrativos y sus frecuentes momentos surrealistas, estilo presidente de los Estados Unidos al frente de sus tropas en un caza -en su mayor éxito, Independence Day-, o el movimiento de emigración de Estados Unidos a México de El día de mañana.
Así debe tomarse 10.000, un cómic de lujo que irritará a quienes se lo tomen demasiado en serio, pero que ofrece momentos muy vistosos, al jugar la baza de los efectos especiales de vanguardia, que ofrecen unos mamuts que parecen de carne y colmillos. El título español resulta confuso, pues no se sabe muy bien si hace referencia a 10.000 guerreros, como en 300, pero a lo bestia. En realidad se refiere al año 10.000 antes de Cristo. Uno se pregunta si la obsesión por el laicismo en la España actual ha provocado que los distribuidores tengan miedo de que aparezca la palabra Cristo en el título, y ése es el auténtico motivo de que rebautizaran así un film que originalmente se llama 10.000 B.C.
Tiene muchos puntos en común la película con la mucho más redonda Apocalypto, que debió estrenarse cuando el propio Emmerich y el hasta ahora compositor Harald Kloser, ya tenían cerrado el guión y el proyecto estaba muy avanzado. En ambos filmes, un grupo de indígenas lleva una existencia idílica, dedicados a la caza. Hasta que unos guerreros de una civilización superior asolan su aldea y capturan a varios de los habitantes. En este caso, D'Leh, joven cazador, encabeza una expedición de rescate, pues los captores se han llevado entre otros a su amada Evolet, una joven que presenta un rasgo inédito entre los suyos, pues tiene los ojos azules.
Se aprecia un esfuerzo del director -y coguionista- por darle cierto fondo a un relato, que gira en torno al sacrificio en aras del amor, y que acierta al plantearse que los avances técnicos mal utilizados no dan lugar a una civilización mejor necesariamente, sino que eso depende de la finalidad con la que se utilicen. En cualquier caso, que el público sepa que lo que va a ver son secuencias tan apabullantes como la cacería inicial.
Así debe tomarse 10.000, un cómic de lujo que irritará a quienes se lo tomen demasiado en serio, pero que ofrece momentos muy vistosos, al jugar la baza de los efectos especiales de vanguardia, que ofrecen unos mamuts que parecen de carne y colmillos. El título español resulta confuso, pues no se sabe muy bien si hace referencia a 10.000 guerreros, como en 300, pero a lo bestia. En realidad se refiere al año 10.000 antes de Cristo. Uno se pregunta si la obsesión por el laicismo en la España actual ha provocado que los distribuidores tengan miedo de que aparezca la palabra Cristo en el título, y ése es el auténtico motivo de que rebautizaran así un film que originalmente se llama 10.000 B.C.
Tiene muchos puntos en común la película con la mucho más redonda Apocalypto, que debió estrenarse cuando el propio Emmerich y el hasta ahora compositor Harald Kloser, ya tenían cerrado el guión y el proyecto estaba muy avanzado. En ambos filmes, un grupo de indígenas lleva una existencia idílica, dedicados a la caza. Hasta que unos guerreros de una civilización superior asolan su aldea y capturan a varios de los habitantes. En este caso, D'Leh, joven cazador, encabeza una expedición de rescate, pues los captores se han llevado entre otros a su amada Evolet, una joven que presenta un rasgo inédito entre los suyos, pues tiene los ojos azules.
Se aprecia un esfuerzo del director -y coguionista- por darle cierto fondo a un relato, que gira en torno al sacrificio en aras del amor, y que acierta al plantearse que los avances técnicos mal utilizados no dan lugar a una civilización mejor necesariamente, sino que eso depende de la finalidad con la que se utilicen. En cualquier caso, que el público sepa que lo que va a ver son secuencias tan apabullantes como la cacería inicial.

7,6
111.444
7
11 de abril de 2009
11 de abril de 2009
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Hoover son cualquier cosa menos una familia normal. A no ser que 'normal' en los tiempos que corren signifique gente con serios problemas personales. Richard, el cabeza de familia, se cree un lince de los negocios, pero una de sus iniciativas puede que sea mera quimera y termine frustrándole; su esposa Sheryl es bastante equilibrada, pero las taras de los que tiene alrededor le afectan; Frank, hermano de Sheryl, homosexual estudioso de Proust con ínfulas de intelectual, está roto por dentro y ha intentado suicidarse; el abuelo, padre de Richard, tiene una mentalidad infantil y gamberra algo pasada de rosca; Dwayne, el hijo adolescente, ha hecho la promesa de no hablar hasta que ingrese en una academia de pilotos. Todos compartirán un fin de semana viajando en furgoneta con motivo de que Abigail, la hija pequeña, es finalista de un concurso de misses.
Esta tragicomedia es un pequeño milagro, porque maneja material explosivo: un estupendo guión de Michael Arndt, que el matrimonio novato en la dirección de ficción, Jonathan Dayton y Valerie Faris, sabe llevar a buen puerto, sin que les estalle en las narices. Hay un delicado equilibrio a la hora de tratar temas serios -la muerte, el fracaso, la explotación infantil, la familia.- con una óptica humorística y tierna. El film retrata las miserias de los componentes del clan -atinadísimo reparto- sin aprobarlas; simplemente dice que están ahí, que todos tenemos defectos, y que al igual que esa vieja furgoneta con problemas para arrancar, debemos aprender a convivir con ellos y luchar por superarlos. Hay momentos hermosos en su emotividad, y puestos a destacar uno, el modo en que se resuelve la cabezonería de Dwayne en un momento dado, que no quiere subir a la furgoneta, resulta sobresaliente en su concepción.
Esta tragicomedia es un pequeño milagro, porque maneja material explosivo: un estupendo guión de Michael Arndt, que el matrimonio novato en la dirección de ficción, Jonathan Dayton y Valerie Faris, sabe llevar a buen puerto, sin que les estalle en las narices. Hay un delicado equilibrio a la hora de tratar temas serios -la muerte, el fracaso, la explotación infantil, la familia.- con una óptica humorística y tierna. El film retrata las miserias de los componentes del clan -atinadísimo reparto- sin aprobarlas; simplemente dice que están ahí, que todos tenemos defectos, y que al igual que esa vieja furgoneta con problemas para arrancar, debemos aprender a convivir con ellos y luchar por superarlos. Hay momentos hermosos en su emotividad, y puestos a destacar uno, el modo en que se resuelve la cabezonería de Dwayne en un momento dado, que no quiere subir a la furgoneta, resulta sobresaliente en su concepción.

4,4
7.029
7
11 de abril de 2009
11 de abril de 2009
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una mujer a una tárjeta de crédito pegada, érase una compradora compulsiva... Esto podríamos decir, parafraseando a Quevedo, de Rebecca Bloomwood, una joven periodista, despierta y agradable, pero que no puede resistir la tentación de comprar todo tipo de trapitos y calzado 'ad hoc'. Hasta tal punto que sus múltiples tarjetas empiezan a estar agotadas, y un especialista en impagados la acecha con tesón. En tal tesitura, mientras intenta ver cumplido su sueño de ser fichada por una revista de moda, se produce la ironía de que donde acaba yendo a parar es a una revista de finanzas, donde sus columnas firmadas por "La dama del pañuelo verde" se convierten en un inesperado éxito; en efecto, con un lenguaje popular, Rebecca da consejos sobre cómo gastar responsablemente, algo que ella no huele ni de lejos. Tampoco su jefe, el apuesto Luke, se baja del guindo, y cree que Rebecca es toda una experta en economía doméstica.
Simpática comedia que se basa en las populares novelas de Sophie Kinsella, que en su retrato de los apuros de una mujer de nuestros días conecta con otros éxitos recientes filmados a partir de libros, como El diablo viste de Prada y El diario de Bridget Jones El australiano P.J. Hogan, que despertó muchas esperanzas con sus comedias iniciales La boda de Muriel y La boda de mi mejor amigo, pero cuya carrera luego se ha ido desinflando, retoma el tono del segundo film citado, con un ritmo ágil, repleto de gags ocurrentes, y traslada a Nueva York la acción londinense del original.
La película se ve con una sonrisa todo el tiempo, pues se juegan con inteligencia las cartas de la historia amorosa, la relación de las dos amigas, el suspense del cobrador, la adicción a las compras y las reuniones de personas que quieren dejar tal vicio... Isla Fisher y Hugh Dancy son dos actores jóvenes en alza, que aguantan bien la película, y cuentan con el respaldo de secundarios solventes, algunos -Krysten Ritter, Kristin Scott-Thomas, Robert Stanton- mejor aprovechados que otros -John Goodman, Joan Cusack, John Lightow-. Si se quiere, el film intenta ser una crítica al consumismo exacerbado, pero tampoco debería ser tomado demasiado en serio en tal aspecto, pues pesa mucho más su condición de divertimento, y lo cierto es que al verlo dan unas ganas locas de irse a comprar algo. En la puesta en escena hay alguna idea ingeniosa, como la de la animación de los maniquíes que invitan a comprar las prendas que lucen.
Simpática comedia que se basa en las populares novelas de Sophie Kinsella, que en su retrato de los apuros de una mujer de nuestros días conecta con otros éxitos recientes filmados a partir de libros, como El diablo viste de Prada y El diario de Bridget Jones El australiano P.J. Hogan, que despertó muchas esperanzas con sus comedias iniciales La boda de Muriel y La boda de mi mejor amigo, pero cuya carrera luego se ha ido desinflando, retoma el tono del segundo film citado, con un ritmo ágil, repleto de gags ocurrentes, y traslada a Nueva York la acción londinense del original.
La película se ve con una sonrisa todo el tiempo, pues se juegan con inteligencia las cartas de la historia amorosa, la relación de las dos amigas, el suspense del cobrador, la adicción a las compras y las reuniones de personas que quieren dejar tal vicio... Isla Fisher y Hugh Dancy son dos actores jóvenes en alza, que aguantan bien la película, y cuentan con el respaldo de secundarios solventes, algunos -Krysten Ritter, Kristin Scott-Thomas, Robert Stanton- mejor aprovechados que otros -John Goodman, Joan Cusack, John Lightow-. Si se quiere, el film intenta ser una crítica al consumismo exacerbado, pero tampoco debería ser tomado demasiado en serio en tal aspecto, pues pesa mucho más su condición de divertimento, y lo cierto es que al verlo dan unas ganas locas de irse a comprar algo. En la puesta en escena hay alguna idea ingeniosa, como la de la animación de los maniquíes que invitan a comprar las prendas que lucen.
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