Una alucinación hecha cine; una pesadilla mal digerida; una neurosis obsesiva; y sobre todo y por encima de todo, una visión ultramoderna del cine, una quimera hecha fotogramas, donde lo que menos importa es el contenido y adonde lo único importante es el continente. Una historia postmoderna, atemporal, visionaria fruto de una imaginación portentosa, capaz de ponerlo en una pantalla.

Durísima reflexión acerca de la vida después de la muerte. Profunda metáfora medieval que se puede extrapolar a cualquier época acerca de valores como la amistad y el amor; la lealtad y el valor; la superstición y la Fé. Una honda busqueda de lo que se halla más allá del conocimiento del hombre, un descenso a las entrañas de lo inexplicable, lo inabarcable, el más allá.

Es cierto, Svevo es serio, Emilio es serio, Trieste es muy serio. Muy hermoso, pero muy serio. Riguroso, formal, austrohúngaro, serio, muy serio. Y seguramente, el amor, para ser bueno, ha de tomarse menos en serio, no ser tan riguroso ni tan formal como Emilio. Pobre Emilio, pobre Leopoldo Trieste, siempre meditabundo, siempre apesadumbrado, siempre con la pasión a flor de piel esperando un resquicio para salir a borbotones del alma comprimida...e inflamada. Qué más puedo añadir? Que es fácil escribir y pensar cuando no se está frente a frente a la carnalidad de Cardinale? Pues sí, mejor ni pensarlo, así acaban los hombres por ella, así termina el comunista labriego de la viaccia y tantos otros por culpa de su efecto magnético.
Aparte se encuentra Betsy Blair. Cuándo encontrará paz esa criatura? Desde luego en la ficción que yo he visto, siempre su frente termina perlada por los sinsabores de las emociones tanto tiempo contenidas y en tan poco echadas a volar. Si ya lo dice Emilio, Amalia, nos tomamos la vida demasiado en serio. Amalia, Emilio...fantástico este Mauro bolognini, un registro diferente de las muchas italias, ni tan oscuro como Bellochio ni tan sesudo como Antonioni, siendo él propio, su universo de amores de ida y vuelta, sus personajes atormentados y sus universos pequeñoburgueses. Me ha encantado.

El fuego fatuo es la incandescencia blanca del alma oscura; la sensación de vacío interior que ninguna experiencia ni ningún recuerdo puede llenar; el frío que derrite los huesos y los pulveriza y los convierte en humo; el fuego fatuo es la mórbida y añorada sensación de que alguna vez anduviste muerto cuando te creíste vivo. Es el camino sin retorno hacia el fondo de tus abismos interiores, ese balcón negro adonde nunca te asomas y si lo haces sientes el vértigo del final sencillo y próximo. Es la caída de un ángel herido; es el recorrido eterno de un eterno castigo. Son los ojos inyectados en sangre de quien no conoce el amor ni la pasión ni la vida ni los sueños...los sueños sí, el sueño recurrente de sentirse liberado de sí mismo. Es mirar a un lado y a otro y encontrar que la vida de los otros cobra sentido a cada paso, a cada estímulo y no sentir envidia por ello, sólo querer tener la sensación de descansar. Por siempre jamás... eso es el fuego fatuo de louis malle, un viaje casi documental al alma apesadumbrada y triste de un vividor que ha consumido su juventud en días de vino y rosas, o eran cardos? y que aquello no volverá ni debe volver y que la única vía posible es la alternativa. Luois Malle no juzga, expone y describe y cada cual que se haga sus cábalas. Un ocho

Llega Luis Buñuel con conciencia de clase y se le pone entre ceja y ceja bajoaragonesa meter al antiguo régimen en un pozo y tapiarlo con una piedra gigante de molino. No deja títere con cabeza, rebusca entre sus ancestrales manías y devora de un bocado lento y angustioso los convencionalismos y la etiqueta de la supuesta alta sociedad para dejarla con el culo al aire, salvajes desposeídos de frac y presos de sus miserias más irracionales. Peligrosamente peligrosa, el ángel exterminador supone una palada de cal sobre la cultura y las morales establecidas, con acritud, sin paños calientes ni dobles intenciones, todo está a la vista mientras la naftalina y el polvo impregnan un ambiente viciado. Me ha gustado más que viridiana, la veo más universalmente seria y severa y aun más irreverente y oscura porque envuelve a todo lo anteriormente establecido y no le asesta un golpe parcial, sino que lo hiere de muerte.