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7
25 de marzo de 2011
25 de marzo de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tendría que haberlo llenado todo de lieder. Música y lieder alemán, no una música tan básica, hechos tan básicos. Que los acontecimientos no se contentaran con ser lineales, y que fuera el biopic de un camino, o de una montaña, y nada de charla trivial o humanismos. Pero los ojos de Bruno valen la pena. Y con esta lección nos vamos. Épica, nada. Pero quién quiere épica estos días. Hacedla más decisiva. Y que Kaspar en vez de ser real sea meramente un hijo de la música o de la literatura. Qué gran siglo el alemán. Lleno de anécdotas aburridas. Una historia sólo con principio. Nadie se atreve. Nadie sabe el final.

6,0
24.761
8
26 de diciembre de 2011
26 de diciembre de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oigo fantasmas en mi cantón de Suiza.
Sólo una pobre carretera sembrada de hojas llega hasta aquí.
Estudié cierta ciencia en la Universidad de mi tierra -soy un empírico-,
los años más bien felices de la escuela,
hoy los muertos me visitan.
Esta es mi historia.
Estoy en el trance de la niebla.
Creía que estaba en el trance de la vida, concepto
arquetípico inconsciente,
pero en realidad debo ser responsable de mis actos
en el siglo XX, construir un torreón,
visitar a los muertos.
Ningún hombre ha llegado tan lejos. O estado tan triste.
Hay otro mundo y no es éste, hay otro espíritu
y demonios,
y no es sólo el pasado.
Es algo más científico en el sentido de que no
lo es y causa pavor el sentimiento.
Escucho músicas lejanas en el alba de la noche.
Escribo rojos sermones para apaciguar a los curiosos
espectros.
Veo sotanas negras cubriendo decenas de ojos,
(fría intensidad en los labios)
junto al lago, afuera en plena madrugada.
Todo esto he visto, no hay una respuesta ni
las verdades llegan en lo Otro,
la Muerte no lo dice todo
no dice nada, no nos muestra el camino.
Recuerdo de pequeño,
el cielo era el espanto.
Recuerdo de pequeño,
S estaba conmigo;
aunque no había llegado.
He atrapado al duende más corrupto.
He violado un cadáver para darle paz perpetua
(había llegado a mi Orilla desde el agua).
Sigo oyendo sonidos,
los sonidos son finales.
A veces me pregunto,
¿y si todo esto es de mentira?
Y me encojo de hombros.
Y se hace de día.
Pasan las horas.
Me asomo a la ventana y aquel ruido:
¡Muertos, esperad!
Y recuerdo.
La vez que indagamos un fantasma,
S y yo,
en la buhardilla de la vieja señora Schrödinger,
porque tenía pesadillas.
"Estamos intentando alargar la esperanza, S -le dije-,
llegará un día en que todo esto ya no signifique nada"
"Tú eres el único fantasma" -contestó-.
Ahora replanto los árboles consumidos.
A cada uno le otorgo una letra;
cuando el pueblo sagrado no viene en noches sin tormenta.
Hay un anagrama que cifra el otro mundo,
hay un camino, y hay un puente.
Pero yo no los quiero.
Cuando llegue la hora todo habrá sucedido.
No habrá sido una broma, todo esto iba en serio,
pero sonreiré.
Levemente.
¡Muertos, esperad!
Ya he descubierto mi fe.
Recuerdo aquella chica,
S,
que era vecina mía,
hija de ingleses
(pero quizá sea todo mentira).
Cuando los días eran menos severos,
y la tierra estaba menos compungida;
las horas arrastraban semillas en las olas
del Leteo,
-pequeña charca que cruzar a nado-,
Y una torre blanca se alzaba construida contra el miedo,
en las espigas.
Como blanco era el vestido de S.
De noche
Yo invocaba tu nombre.
Sólo una pobre carretera sembrada de hojas llega hasta aquí.
Estudié cierta ciencia en la Universidad de mi tierra -soy un empírico-,
los años más bien felices de la escuela,
hoy los muertos me visitan.
Esta es mi historia.
Estoy en el trance de la niebla.
Creía que estaba en el trance de la vida, concepto
arquetípico inconsciente,
pero en realidad debo ser responsable de mis actos
en el siglo XX, construir un torreón,
visitar a los muertos.
Ningún hombre ha llegado tan lejos. O estado tan triste.
Hay otro mundo y no es éste, hay otro espíritu
y demonios,
y no es sólo el pasado.
Es algo más científico en el sentido de que no
lo es y causa pavor el sentimiento.
Escucho músicas lejanas en el alba de la noche.
Escribo rojos sermones para apaciguar a los curiosos
espectros.
Veo sotanas negras cubriendo decenas de ojos,
(fría intensidad en los labios)
junto al lago, afuera en plena madrugada.
Todo esto he visto, no hay una respuesta ni
las verdades llegan en lo Otro,
la Muerte no lo dice todo
no dice nada, no nos muestra el camino.
Recuerdo de pequeño,
el cielo era el espanto.
Recuerdo de pequeño,
S estaba conmigo;
aunque no había llegado.
He atrapado al duende más corrupto.
He violado un cadáver para darle paz perpetua
(había llegado a mi Orilla desde el agua).
Sigo oyendo sonidos,
los sonidos son finales.
A veces me pregunto,
¿y si todo esto es de mentira?
Y me encojo de hombros.
Y se hace de día.
Pasan las horas.
Me asomo a la ventana y aquel ruido:
¡Muertos, esperad!
Y recuerdo.
La vez que indagamos un fantasma,
S y yo,
en la buhardilla de la vieja señora Schrödinger,
porque tenía pesadillas.
"Estamos intentando alargar la esperanza, S -le dije-,
llegará un día en que todo esto ya no signifique nada"
"Tú eres el único fantasma" -contestó-.
Ahora replanto los árboles consumidos.
A cada uno le otorgo una letra;
cuando el pueblo sagrado no viene en noches sin tormenta.
Hay un anagrama que cifra el otro mundo,
hay un camino, y hay un puente.
Pero yo no los quiero.
Cuando llegue la hora todo habrá sucedido.
No habrá sido una broma, todo esto iba en serio,
pero sonreiré.
Levemente.
¡Muertos, esperad!
Ya he descubierto mi fe.
Recuerdo aquella chica,
S,
que era vecina mía,
hija de ingleses
(pero quizá sea todo mentira).
Cuando los días eran menos severos,
y la tierra estaba menos compungida;
las horas arrastraban semillas en las olas
del Leteo,
-pequeña charca que cruzar a nado-,
Y una torre blanca se alzaba construida contra el miedo,
en las espigas.
Como blanco era el vestido de S.
De noche
Yo invocaba tu nombre.

7,5
12.874
8
12 de agosto de 2010
12 de agosto de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jules y Jim son dos amigos entrañables. Auguran y encarnan la Belle Époque de una manera algo ingenua -Truffaut, más bien-, la de los 20, la de los 60; se intercambian los sombreros, la mujer, juegos, carreras, otra vez ingenuos o deliberadamente mal trazados ejercicios literarios, sonrisas, obuses..., sin derrota ni cansancio apenas. De un modo ágil, risueño, verdadero, por qué no.
Podrían ser Bouvard y Pécuchet en ligero o Sancho y Quijote, pero no, porque prácticamente no son literarios y corren por la campiña.
Visto desde hoy, Oskar Werner, si no quema libros se dedica nostálgicamente -desde hoy- a escribir otros sobre libélulas, con su rostro de Mozart, con su hija en el regazo, en un pueblo que no conoce la Historia -venga esa mayúscula- ni se ve, sólo conoce el Amour, el amour truffautiano -yeah.
Pero lo cierto es que la Nouvelle Vague y alrededores, caso de que exista -que existe- y que sea lo que sea y tenga vallas electrificadas o no, es un soplo de aire fresco -no digo para el Cine, digo para el espectador, sobre todo de hoy, a través del Cine-, es una delicia o es un descanso, un pensamiento sin trabas, que sí, aire megafresco, luz natural diurna en este caso pero también nocturna siempre libre etcétera.
No digo nada original ni nuevo.
Da gusto ver estas cosas. Francia te ensancha el pecho. Sean como sean los finales o los argumentos -a veces hasta casi es lo de menos. Francia es eterna.
Podrían ser Bouvard y Pécuchet en ligero o Sancho y Quijote, pero no, porque prácticamente no son literarios y corren por la campiña.
Visto desde hoy, Oskar Werner, si no quema libros se dedica nostálgicamente -desde hoy- a escribir otros sobre libélulas, con su rostro de Mozart, con su hija en el regazo, en un pueblo que no conoce la Historia -venga esa mayúscula- ni se ve, sólo conoce el Amour, el amour truffautiano -yeah.
Pero lo cierto es que la Nouvelle Vague y alrededores, caso de que exista -que existe- y que sea lo que sea y tenga vallas electrificadas o no, es un soplo de aire fresco -no digo para el Cine, digo para el espectador, sobre todo de hoy, a través del Cine-, es una delicia o es un descanso, un pensamiento sin trabas, que sí, aire megafresco, luz natural diurna en este caso pero también nocturna siempre libre etcétera.
No digo nada original ni nuevo.
Da gusto ver estas cosas. Francia te ensancha el pecho. Sean como sean los finales o los argumentos -a veces hasta casi es lo de menos. Francia es eterna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En esta película en concreto y en bastantes otras de este aéreo estilo marino como Tirez sur le pianiste, A bout de souffle -ésta va aparte-, desde mi punto de vista el guión da lo mismo en el sentido de que no hay que interpretarlo ni tomarse nada en serio. Que si el amor es tal, que si cual. Igual en la fecha de su estreno importaba más, no sé.
Por ahí se lee:
"Jules et Jim exhala un contundente halo de clasicismo que, en más de una ocasión, puede remitir al mismísimo Max Ophüls. Y este puede ser, sin ningún género de dudas, uno de las mayores problemas de la película de Truffaut: la imposibilidad de conjugar los parámetros transgresores de la Nouvelle Vague [(contradicciones de Truffaut con su "Una cierta tendencia del cine francés")] con la mirada puesta en el clasicismo. O, incluso, su inversa. Truffaut construye un puente entre la ortodoxia cinematográfica tradicional y la heterodoxia destructiva del movimiento francés. El resultado queda oscilante entre ambos, sin adherirse a ninguno de ellos, perjudicando el resultado de una pieza arriesgada pero no totalmente complaciente." [Fuente: http://www.miradas.net/2005/n35/estudio/julesetjim.html]
¿Movimientos? Se puede comprender hasta cierto punto... Aunque yo creía que cada película era una sola. Luego ya los espectadores y las filmotecas y la Fnac las juntábamos. En packs y eso...
¿Pero de qué narices estamos hablando?
Por ahí se lee:
"Jules et Jim exhala un contundente halo de clasicismo que, en más de una ocasión, puede remitir al mismísimo Max Ophüls. Y este puede ser, sin ningún género de dudas, uno de las mayores problemas de la película de Truffaut: la imposibilidad de conjugar los parámetros transgresores de la Nouvelle Vague [(contradicciones de Truffaut con su "Una cierta tendencia del cine francés")] con la mirada puesta en el clasicismo. O, incluso, su inversa. Truffaut construye un puente entre la ortodoxia cinematográfica tradicional y la heterodoxia destructiva del movimiento francés. El resultado queda oscilante entre ambos, sin adherirse a ninguno de ellos, perjudicando el resultado de una pieza arriesgada pero no totalmente complaciente." [Fuente: http://www.miradas.net/2005/n35/estudio/julesetjim.html]
¿Movimientos? Se puede comprender hasta cierto punto... Aunque yo creía que cada película era una sola. Luego ya los espectadores y las filmotecas y la Fnac las juntábamos. En packs y eso...
¿Pero de qué narices estamos hablando?

6,6
8.663
7
13 de abril de 2010
13 de abril de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe una motivación. En este caso es rubia; pero podría no ser así. Podría ser morena.
Las estrellas. Las estrellas quedan para el final.
---------------------
¡Oh impetuoso!
Yo también la soñé, y soñé que soñaba una jaula.
Y luego un cielo oscuro, cielo abierto. Pero el cabello...
---------------------
Los vagos y presentes dioses vigilan y tejen sus designios.
No es una cuestión de extenderse, todo eso ya está en el VIAJE, u odisea, pero aquí es nuevamente hermoso.
Hay un principio grave, jocoso, hay un final menos grave, menos jocoso, pero sumamente importante.
Es ir hacia el templo. Las alas. Los relinchos blancos, y las ciénagas oscuras, y los bichos y las bichas desmesuradas, los reflejos, el brillo de ciertos metales bajo el cierto influjo de la aurora o la piel de una serpiente.
Bueno, esto son los símbolos -y además los símbolos aumentados y, por qué no, eternizados, ya que es del 81 y ya es vieja-. Aquí es todo mucho más ligero, obviamente, pero es nuevamente hermoso.
Baste el final. Porque el final es la culminación de un viaje, y un viaje: una historia, la más grande, digamos.
Como la isla de la Medusa y el óbolo de Caronte, los riscos y los riesgos, la llanura (-Nada -¿Y más allá? -Nada), los montes lejos.
La celebración de la celebración de la aventura tras la cámara, las palabras del Dios -único Dios, Zeus-, palabras de conjuro finales:
"Perseo y Andrómeda will be happy together. Tendrán bellos hijos... gobernarán sabiamente... Y para perpetuar la historia de su coraje, ordeno que de aquí en adelante él será fijado entre las estrellas y constelaciones. Él, Perseo, la adorable Andrómeda, el noble Pegaso, e incluso la vana Casiopea.
Dejad a las estrellas de tal modo ser nombradas después de ellos por siempre.
Mientras un sólo mortal camine por la Tierra y busque por entre el cielo nocturno con asombro, ellas recordarán el coraje de Perseo eternamente.
Incluso si nosotros, los dioses, somos víctimas del abandono o el olvido, las estrellas nunca apagarán su resplandor. Nunca.
Brillarán hasta la consumación de los siglos."
---------------------
Zeus antes: "Será recompensado"
¡Bubo!
---------------------
¡Oh! Las arenas del reloj del tiempo.
Las estrellas. Las estrellas quedan para el final.
---------------------
¡Oh impetuoso!
Yo también la soñé, y soñé que soñaba una jaula.
Y luego un cielo oscuro, cielo abierto. Pero el cabello...
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Los vagos y presentes dioses vigilan y tejen sus designios.
No es una cuestión de extenderse, todo eso ya está en el VIAJE, u odisea, pero aquí es nuevamente hermoso.
Hay un principio grave, jocoso, hay un final menos grave, menos jocoso, pero sumamente importante.
Es ir hacia el templo. Las alas. Los relinchos blancos, y las ciénagas oscuras, y los bichos y las bichas desmesuradas, los reflejos, el brillo de ciertos metales bajo el cierto influjo de la aurora o la piel de una serpiente.
Bueno, esto son los símbolos -y además los símbolos aumentados y, por qué no, eternizados, ya que es del 81 y ya es vieja-. Aquí es todo mucho más ligero, obviamente, pero es nuevamente hermoso.
Baste el final. Porque el final es la culminación de un viaje, y un viaje: una historia, la más grande, digamos.
Como la isla de la Medusa y el óbolo de Caronte, los riscos y los riesgos, la llanura (-Nada -¿Y más allá? -Nada), los montes lejos.
La celebración de la celebración de la aventura tras la cámara, las palabras del Dios -único Dios, Zeus-, palabras de conjuro finales:
"Perseo y Andrómeda will be happy together. Tendrán bellos hijos... gobernarán sabiamente... Y para perpetuar la historia de su coraje, ordeno que de aquí en adelante él será fijado entre las estrellas y constelaciones. Él, Perseo, la adorable Andrómeda, el noble Pegaso, e incluso la vana Casiopea.
Dejad a las estrellas de tal modo ser nombradas después de ellos por siempre.
Mientras un sólo mortal camine por la Tierra y busque por entre el cielo nocturno con asombro, ellas recordarán el coraje de Perseo eternamente.
Incluso si nosotros, los dioses, somos víctimas del abandono o el olvido, las estrellas nunca apagarán su resplandor. Nunca.
Brillarán hasta la consumación de los siglos."
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Zeus antes: "Será recompensado"
¡Bubo!
---------------------
¡Oh! Las arenas del reloj del tiempo.

7,9
36.721
9
29 de noviembre de 2009
29 de noviembre de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hemos estado en tantos sitios.
La guerra de los siete años. La intrepidez por el camino.
(Nosotros fuimos entre verdes asaltados.)
Los pagos ejecutados, y los pagos recibidos.
Dijimos: bueno, si es que ya fue,
es que ya ha sido,
pero a nadie se le ocurrió grabar nuestra derrota,
en Europa, -siempre en Europa-,
o en Reino Unido.
Los polvos blancos en el rostro consumados,
y las cartas lánguidas y los años consumidos.
La muerte y la doncella,
los misterios del alto cielo y las palomas
-y los hombres, y los hombres-;
yo no he estado nunca en Roma, pero sé su credo.
La verdad, la pierna,
me importa un bledo.
(Vanidad de vanidades, todo es vanidad.)
Hasta tal punto que, junto a la música,
todo es tan duramente hermoso que todo
fue verdad.
-------------------
(Salí de Irlanda con dudas y tropiezos
pero sin gran cosa y sin apellido.)
La guerra de los siete años. La intrepidez por el camino.
(Nosotros fuimos entre verdes asaltados.)
Los pagos ejecutados, y los pagos recibidos.
Dijimos: bueno, si es que ya fue,
es que ya ha sido,
pero a nadie se le ocurrió grabar nuestra derrota,
en Europa, -siempre en Europa-,
o en Reino Unido.
Los polvos blancos en el rostro consumados,
y las cartas lánguidas y los años consumidos.
La muerte y la doncella,
los misterios del alto cielo y las palomas
-y los hombres, y los hombres-;
yo no he estado nunca en Roma, pero sé su credo.
La verdad, la pierna,
me importa un bledo.
(Vanidad de vanidades, todo es vanidad.)
Hasta tal punto que, junto a la música,
todo es tan duramente hermoso que todo
fue verdad.
-------------------
(Salí de Irlanda con dudas y tropiezos
pero sin gran cosa y sin apellido.)
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