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Críticas ordenadas por utilidad
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6,8
2.222
6
16 de agosto de 2020
16 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La decepción mayor que produce esta superproducción es que promete mucho al principio, como si se tratara de "El día más largo" o "La batalla de las Ardenas", pero pronto vamos comprendiendo que la liberación de París no fué una gran batalla y por tanto el film no puede ofrecernos la tensión de un gran episodio histórico. Sólo una suma de anécdotas de naturaleza testimonial, desde los espías que capturaban miembros de la resistencia para los nazis hasta el cambio de alcalde en una boda, pasando por unos cuantos intercambios de tiros y cañonazos o los inútiles esfuerzos de una esposa por salvar de la deportación a su marido.
Al fin, el argumento se centra en el comandante alemán que tuvo el sentido común de no obedecer la orden de Hitler de destruir París, no por humanidad, sino porque entendió que la guerra estaba perdida y tal destrucción resultaría inútil.
Mientras que el carácter y la desesperación de los alemanes están bien descritos resulta casi ridícula la idealización de los soldados franceses y del pueblo de París. La resistencia fue muy cruel y sólo se atrevió a actuar a partir del desembarco de Normandía. Y en cuanto al pueblo quiero recordar la crítica que hace de su cobardía el film de Autant Lara "La travesía de París". También sobra en esta película el humor pintoresco en medio de la lucha con el enemigo y ese imposible norteamericano (Anthony Perkins) al que le preocupa más donde se encuentran los monumentos de París que las ráfagas de ametralladora que le amenazan.
Las verdaderas cualidades de "¿Arde París?" se encuentran más en la forma que en el fondo, es decir en la espléndida caligrafía cinematográfica de Clement y la magnífica música de Maurice Jarré. En este sentido el film es como un estuche de oro con una castaña dentro. Y alberga también la chapuza, supongo que para ahorrar presupuesto, de utilizar imágenes reales de acciones bélicas o de la liberación en vez de reconstruirlas cinematográficamente.
Francia quiso hacer una superproducción al estilo norteamericano, pero se quedó a medias.
Al fin, el argumento se centra en el comandante alemán que tuvo el sentido común de no obedecer la orden de Hitler de destruir París, no por humanidad, sino porque entendió que la guerra estaba perdida y tal destrucción resultaría inútil.
Mientras que el carácter y la desesperación de los alemanes están bien descritos resulta casi ridícula la idealización de los soldados franceses y del pueblo de París. La resistencia fue muy cruel y sólo se atrevió a actuar a partir del desembarco de Normandía. Y en cuanto al pueblo quiero recordar la crítica que hace de su cobardía el film de Autant Lara "La travesía de París". También sobra en esta película el humor pintoresco en medio de la lucha con el enemigo y ese imposible norteamericano (Anthony Perkins) al que le preocupa más donde se encuentran los monumentos de París que las ráfagas de ametralladora que le amenazan.
Las verdaderas cualidades de "¿Arde París?" se encuentran más en la forma que en el fondo, es decir en la espléndida caligrafía cinematográfica de Clement y la magnífica música de Maurice Jarré. En este sentido el film es como un estuche de oro con una castaña dentro. Y alberga también la chapuza, supongo que para ahorrar presupuesto, de utilizar imágenes reales de acciones bélicas o de la liberación en vez de reconstruirlas cinematográficamente.
Francia quiso hacer una superproducción al estilo norteamericano, pero se quedó a medias.
10
12 de noviembre de 2018
12 de noviembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un muerto recalcitrante se parece mucho a las adaptaciones cinematográficas de obras de Alfonso Paso, como Usted puede ser un asesino, aunque se rodó antes y se basa en una comedia teatral de gran éxito en Broadaway. Pertenece a un buen momento de inspiración de George Marshall, pues el guión resulta perfecto y la realización es sólida y con excelente dirección de actores.
El mayor acierto consiste en un intento de asesinato que no era necesario. Y en la genial caracterización de Glenn Ford como un atolondrado y neurótico marido que por defender a su esposa no hace más que equivocarse y acabar en el ridículo. Desde la chillona voz de la criada hasta el cadáver que se resiste a ser enterrado, pasando por puertas atascadas, grifos que sueltan el agua por donde menos se espera, plásticos que se rompen y un palomo que determina el desenlace de la historia, todo resulta ingenioso, sorprendente y divertido.
Debió tener un gran éxito, hoy olvidado, pues los franceses hicieron a principios de los setenta una nueva y muy cambiada versión de The Gazebo, es decir, El cenador, con el título de "Jo, un cadáver revoltoso" y Louis de Fünes de protagonista.
El mayor acierto consiste en un intento de asesinato que no era necesario. Y en la genial caracterización de Glenn Ford como un atolondrado y neurótico marido que por defender a su esposa no hace más que equivocarse y acabar en el ridículo. Desde la chillona voz de la criada hasta el cadáver que se resiste a ser enterrado, pasando por puertas atascadas, grifos que sueltan el agua por donde menos se espera, plásticos que se rompen y un palomo que determina el desenlace de la historia, todo resulta ingenioso, sorprendente y divertido.
Debió tener un gran éxito, hoy olvidado, pues los franceses hicieron a principios de los setenta una nueva y muy cambiada versión de The Gazebo, es decir, El cenador, con el título de "Jo, un cadáver revoltoso" y Louis de Fünes de protagonista.

6,2
315
8
21 de junio de 2022
21 de junio de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una comedia que en el fondo es un drama. Más preciso sería decir varios dramas reunidos en uno para ofrecer una imagen triste de la vida. Es triste ese ladrón de coches (Alberto Sordi) que trata de venderle inútilmente a un amigo medio tonto un auto robado. Y también ese poeta bocazas (Vittorio de Sica) que no puede pagar ni su cena. Y el ridículo fotógrafo (Peppino De Filipo) que se enamora absurdamente de un cuerpo espectacular (Sofía Loren), imposible para él.
Pero el personaje más desconsolador es la poco atractiva solterona (Franca Valeri), obsesionada por casarse y que a pesar de su astucia y su aparente bondad no consigue sino que se aprovechen de ella los pícaros que le rodean, sin darle el menor afecto porque no luce la anatomía y el rostro de su bella prima.
Así es la vida, parece decirnos la película. Y es que una mujer guapa atrae sin querer saber más de ella, mientras una fea no interesa, a pesar de sus cualidades y virtudes morales.
La comedia italiana es brillante y muy actual. En ella se satiriza tanto la sociedad como al individuo, convirtiendo en motivo amable de diversión las miserias humanas.
Sin embrgo, repito, esto no es "El alcalde, el guardia y la jirafita", ni "Pobres, pero guapos". "El signo de Venus" hace reir muy poco y deja una sensación de sordidez.
Pero el personaje más desconsolador es la poco atractiva solterona (Franca Valeri), obsesionada por casarse y que a pesar de su astucia y su aparente bondad no consigue sino que se aprovechen de ella los pícaros que le rodean, sin darle el menor afecto porque no luce la anatomía y el rostro de su bella prima.
Así es la vida, parece decirnos la película. Y es que una mujer guapa atrae sin querer saber más de ella, mientras una fea no interesa, a pesar de sus cualidades y virtudes morales.
La comedia italiana es brillante y muy actual. En ella se satiriza tanto la sociedad como al individuo, convirtiendo en motivo amable de diversión las miserias humanas.
Sin embrgo, repito, esto no es "El alcalde, el guardia y la jirafita", ni "Pobres, pero guapos". "El signo de Venus" hace reir muy poco y deja una sensación de sordidez.

4,9
27
7
4 de julio de 2020
4 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es uno más de los olvidados films de Julio Buchs, un excelente director de géneros que apenas ha sido considerado por la crítica y los cinéfilos y que sin embargo fue uno de los mejores realizadores españoles de cine de acción, aunque su talento se perdiera en westerns como "El hombre que mató a Billy el Niño". También abordó el cine negro en la muy digna "El salario del crimen". Creo que "Alta tensión" fue su último film, pues murió al año siguiente de un infarto, a los cuarenta y dos años.
La historia se centra en un mecánico que no quiere ser un don nadie (Juan Luis Galiardo) y llega a Madrid dispuesto a ganar dinero como sea. El azar le relaciona con una mujer sin escrúpulos de la alta sociedad (Marisa Mell) y así se ve implicado en un crimen. El guión tiene la originalidad de que el muerto no sea el previsto (Gabriele Ferzetti) y de que un chantaje obligue al asesino a matar a quien le ha encargado el crimen.
Con buenos diálogos y un retrato de la perversión de un cierto tipo de ricos, se llega a uno de esos desenlaces sorpresa que encierra una irónica condena moral.
Desgraciadamente la capia de VHS en que he conocido el film es pirata y está mutilada, al menos le faltan quinde minutos, por lo que algunos cortes hacen confusa la historia.
Buchs tenía estilo y una sólida narrativa, que se aprecia en otros títulos como "Encrucijada para una monja" y "Piedra de toque". Hijo de un cineasta del mudo, José Buchs, dominaba admirablemente su oficio. Y podía haber hecho films más importantes de encontrar el adecuado productor.
La historia se centra en un mecánico que no quiere ser un don nadie (Juan Luis Galiardo) y llega a Madrid dispuesto a ganar dinero como sea. El azar le relaciona con una mujer sin escrúpulos de la alta sociedad (Marisa Mell) y así se ve implicado en un crimen. El guión tiene la originalidad de que el muerto no sea el previsto (Gabriele Ferzetti) y de que un chantaje obligue al asesino a matar a quien le ha encargado el crimen.
Con buenos diálogos y un retrato de la perversión de un cierto tipo de ricos, se llega a uno de esos desenlaces sorpresa que encierra una irónica condena moral.
Desgraciadamente la capia de VHS en que he conocido el film es pirata y está mutilada, al menos le faltan quinde minutos, por lo que algunos cortes hacen confusa la historia.
Buchs tenía estilo y una sólida narrativa, que se aprecia en otros títulos como "Encrucijada para una monja" y "Piedra de toque". Hijo de un cineasta del mudo, José Buchs, dominaba admirablemente su oficio. Y podía haber hecho films más importantes de encontrar el adecuado productor.
9 de junio de 2020
9 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las mejores y más olvidadas comedias inglesas del periodo clásico. Muy superior a la previsible El quinteto de la muerte, pues aquí hasta el último segundo no adivinamos el desenlace. Un delineante con fuertes ideas propias (Jack Hawkins), tras indignarse con su jefe porque no le permite innovar en el diseño de muebles, decide despedirse y llevarse la familia a Australia para comenzar de nuevo allí. En principio, tanto su mujer como su hija aceptan el cambio, pero enseguida surgen inesperadas circunstancias que obstaculizan el sueño del protagonista. El brillante guión va frenando la voluntad del delineante, sea por culpa de su hija, de sus suegros, de su mujer, de su antiguo jefe e incluso del gato de la casa, que también se rebela contra el viaje.
Entonces comprendemos que el recalcitrante marido no sólo no tiene razón al querer dejar Inglaterra, sino que es un fiero carácter orgulloso que no perdona la menor zancadilla a su voluntad. El juego de comedia posee un ingenio nada frecuente en el cine inglés. Todo cuanto ocurre resulta verosímil, de una coherencia sin fisuras. El delineante finge ser sensato y comprensivo, pero acaba acorralado por su tozudez irracional.
Sólo he encontrado otra comedia británica tan perfecta como ésta: El hombre del traje blanco. En este último título se hace una sátira de los intereses creados contra el avance de la ciencia. En El marido propone y... logra desenmascararse a una personalidad ególatra y machista que se escuda en su integridad de conciencia para hacer la desgracia de los que le rodean.
Afortunadamente el gato negro, clave del film ,es más inteligente que él y gana la partida.
Entonces comprendemos que el recalcitrante marido no sólo no tiene razón al querer dejar Inglaterra, sino que es un fiero carácter orgulloso que no perdona la menor zancadilla a su voluntad. El juego de comedia posee un ingenio nada frecuente en el cine inglés. Todo cuanto ocurre resulta verosímil, de una coherencia sin fisuras. El delineante finge ser sensato y comprensivo, pero acaba acorralado por su tozudez irracional.
Sólo he encontrado otra comedia británica tan perfecta como ésta: El hombre del traje blanco. En este último título se hace una sátira de los intereses creados contra el avance de la ciencia. En El marido propone y... logra desenmascararse a una personalidad ególatra y machista que se escuda en su integridad de conciencia para hacer la desgracia de los que le rodean.
Afortunadamente el gato negro, clave del film ,es más inteligente que él y gana la partida.
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