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Críticas 662
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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19 de diciembre de 2020
37 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por si le faltara poco a Warner/DC después del fracaso que ha supuesto el universo de la Liga de la Justicia, y el retraso del estreno de su último título por la pandemia… resulta que la apuesta ha sido todo un fiasco: cuando la primera parte de Wonder Woman nos descubría un fascinante universo de las Amazonas, una historia de amor, el nacimiento de una superheroína… ahora todo se reduce a fuegos artificiales con bastante poca enjundia (eso sí, muy bonitos), postureo de salón (Gal Gadot -como no podía ser de otra forma- sale guapísima y seductora…) y el claro intento de rentabilizar la nostalgia ochentera en toda su expresión.

A su guión manifiestamente ridículo, que tiene aproximadamente el nivel intelectual de un niño de primaria, se salpican algunas secuencias de acción muy vistosas (especialmente el teaser inicial en una olimpiada amazónica... y otra en un desierto -por cierto, ambas se pueden ver en el tráiler-) y poco más. Es que no hay más, señores. Y es una lástima, porque muchos hemos vuelto a los cines después de esta tremenda situación que vivimos con el covid19 acechando, y deseamos resarcirnos con ese espectáculo maravilloso que es el cine. Y como tal, al menos desde mi modesto parecer, ha resultado decepcionante.

Esa decepción nace, desgraciadamente, por el mismo error que ha cometido DC cómics en sus inicios -aunque luego lo subsanó con el tiempo…-, que es supeditar todo a los superpoderes y olvidarse de un buen trabajo en el guión. Ese fue el acierto desde el principio en los cómics Marvel (aunque luego con la compra de Disney se han invertido las tornas), y de hecho así pasó en la primera parte de Wonder Woman. Pero ahora todo gira en torno a que Diana Prince, alias Wonder Woman, tiene unos poderes fantásticos, y toda la historia -parca historia- se articula alrededor de enseñar esos maravillosos poderes: de buenas, en departamento de arqueología donde Diana trabaja, aparece una reliquia ancestral que tiene la propiedad de conceder el deseo que se le pida, y un siniestro personaje luchará para conseguirla y llevar a cabo sus planes, que pueden acabar con la humanidad misma.

Como sucede en todas las películas fantásticas, hay que guardar una escrupulosa coherencia en las bases que se sientan en este tipo de películas: si resulta que un personaje puede volar, pues tendrá que volar siempre, y no puede dejar de volar de buenas a primeras y sin explicaciones. Si no tiene superfuerza, pues no puede tenerla de repente, porque entonces la ya comprometida credibilidad de la historia, se va a hacer puñetas, y desconectamos con la historia. Está bien que el espectador tenga unas grandes tragaderas y consienta un universo de licencias fantásticas. Pero si encima empezamos a cambiar esas licencias, pues apaga y vámonos.

Es descorazonador que una de las películas más esperadas por la industria y público, aquella que podría hacer que medio se recuperara la industria del cine, tal y como la hemos conocido, resulte ser claramente un artificio con poco calado, un juguete muy lustroso y llamativo, pero de muy poca calidad. Porque entre la "seriedad" y "negrura" que DC intentó imprimirle al ecosistema de películas de La Liga de la Justicia y el desfase chillón y vacío de esta segunda entrega de Wonder Woman, podría haber habido un término medio. De hecho, creo que la fórmula de esa primera entrega de la superheroína era la adecuada, propia para todos los públicos desde los niños a los adultos. Pero ahora, en un vano intento de captar desesperadamente el cine familiar, al estilo Disney, se ha optado por aligerar tanto la historia, hacerla tan simple y obvia, que ha perdido muchísimo interés.

Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que Patty Jenkins, la directora, ha creído poder replicar el buen hacer del guión de la primera parte -de Allan Heinberg- pero no ha sido así: a pesar de meter elementos clásicos del personaje -como el famoso avión invisible o la famosa archienemiga de Wonder Woman, la peligrosísima Cheetah…, o incluso un guiño nostálgico a la mismísima primera Wonder Woman televisiva, - es una sucesión demasiado infantil de sucesos previsibles e intentos tópicos de ridiculizar a la década de los 80 del pasado siglo. Todo ello, además, bañado con una ingenuidad tan naïf, que resulta bochornosa en muchos momentos, cuando además existen momentos en los que los actores quedan reducidos a verdaderos mamarrachos -y ahí podemos incluir desde la preciosa Robin Wright hasta el sólido y exitoso Pedro Pascal -que ha arrasado con la serie The Mandalorian, aunque no se le vea la cara-.

Un enorme paso atrás de DC, que parecía que iba a levantarse de la mala aceptación de sus últimas propuestas en cine, pero que se ha quedado corto con esta nueva incursión super heroica, que definitivamente no ha sido lo que todos esperábamos. Qué pena.
12 de septiembre de 2018
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran valentía que ha tenido Arantxa Echevarría a la hora de hacer esta película ha sido impresionante por tres motivos: el primero por volver a rebuscar en el tema del lesbianismo en el cine reciente, después de la impresionante "La Vida de Adèle" de Abdellatif Kechiche, que nos dejó a todos maravillados por su narrativa y por la originalidad al tocar el tema; el segundo, por acercarse a una etnia y grupo social tan cerrado como el de los gitanos, que mantienen sus tradiciones al precio que sea y que no suelen ser precisamente bienvenidos los extraños a este universo -aunque recientemente se ha aireado bastante en los reality shows con "Gipsy Kings", por ejemplo...-; y para rematar el riesgo creativo, utilizar a actores no profesionales para contar su historia. Y lo que es mejor: todo ello contado con una sensibilidad exquisita, con un buen gusto que maravilla desde el primer plano, que te desarma ante cualquier prejuicio que pudieras tener en cualquiera de los sentidos, y es capaz de acercarte a una preciosa historia de amor, simplificando todos los condicionantes secundarios y quedándonos con lo más importante: con los sentimientos que provoca ese amor.

Se nota bastante lo muy curtida que está esta directora a la hora de acometer su primer largometraje, ya que además de haber participado en mil y un documentales para varios programas televisivos, también se ha ganado un laureado nombre en el mundo del cortometraje de ficción, especialmente con su primer trabajo "De noche y de pronto", donde define un asfixiante entorno de lo cotidiano, que podría incluso ser heredero del mismísimo Polanski en "El quimérico inquilino". Además también ha participado en un proyecto norteamericano de carácter internacional "7 from Etheria" en el que siete directoras realizan siete interesantes visiones sobre el terror. Este bagaje se transmite en una narrativa tan fluida "que parece de verdad", algo inusualmente visto en el cine de ficción, y que solo genios como Truffaut han conseguido con filmes como "Los 400 golpes" o "La noche americana".

En esta clave, Echevarría tiene la capacidad de asomarse desde una óptica neutra, sin llegar a tomar partido ni en un sentido ni en otro, lo que aún pudiera tener más mérito, ya que sitúa al espectador en la casilla de salida para un verdadero muestrario de emociones, que en una progresión excelente, llega a un clímax que si bien podría haberse resuelto algo mejor, si que contiene una gran carga lírica. Todo un logro para un primer film, que además de haber costado la ridícula cifra de 750.000 €, ha conseguido competir por la cámara de oro en la quincena de jóvenes realizadores del Festival Internacional de Cannes.

La protagonista del film, una jovencísima gitana que fantasea con su sexualidad y que no tiene claro nada, se encuentra fortuitamente con otra chica de su edad que está a punto de ser prometida. En ese entorno de clanes familiares, de matrimonios casi concertados, de una inercia social casi imparable de detener, es donde empieza a crecer una relación clandestina pero irrefrenable, que intentará por todos los medios salir adelante a pesar de tener todos los factores y condicionantes en contra, con la amenaza de enfrentarse a todo lo que significa ese mundo tan estático y condicionado.

Además de la sutil narrativa y del -repito- excelente gusto a la hora de tratar este tema, lo que verdaderamente me ha maravillado de esta primera película -lo vuelvo a recordar porque merece la pena resaltar la madurez de la directora- es la dirección de actores: es verdaderamente complicado realizar una película de ficción con actores noveles y que no resulte ridícula o poco creíble. Pero en este caso, es un trabajo impecable el que se ha realizado, y no solo con las dos actrices protagonistas -que están realmente bien- sino con todos los actores secundarios que dan vida a todos esos personajes en el extremo, casi al margen del mundo que no sea el suyo propio e incapaces de admitir que pudiera existir otro modo de vida. El torbellino dramático que el espectador está previniendo desde el principio de la historia se va desencadenando a un ritmo pausado pero imparable, y es otro de los elementos que está muy bien dosificado en la cinta.

Una verdadera maravilla, un claro caso de "sleeper" -películas de las que nadie espera nada, pero que se convierten en poco tiempo en grandes éxitos de público y crítica- que ha funcionando realmente bien en su estreno y que auguro un gran éxito en todos los niveles. Resulta realmente gratificante cómo el cine, además de entretener -y esta película lo hace en todo su metraje- puede aportar visiones que dinamicen y hagan avanzar a la sociedad.
25 de julio de 2008
39 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos que hacer una película sobre el apocalipsis de la humanidad. Bien, pues nada, vamos a ello. Lo primero los ingredientes: arranque tipo "28 semanas después", con un extraño virus supercontagioso que convierte a la gente casi en zombies. Luego el gobierno estilo "V de Vendetta" recluta a un clon de Kate Beckinsale en "Underworld", y lo manda a la zona de cuarentena al igual que Plissken en "1997, rescate en Nueva York", pero con la diferencia que irá acompañada de un equipo militar como el que llevaba Ripley en "Aliens, el regreso". Allí se encontrará un follón de padre y muy señor mío, al estilo de "Mad Max, más allá de la cúpula del trueno" y más tarde con reminiscencias a toda la tradición medieval, Robin Hood y leyenda de Camelot incluida.... Así, como lo oyes: ver esta pelicula es como hacer un doctorado acelerado de cine apocalíptico, todo en uno. Pero lo más divertido es la imaginación del guión -hasta cierto punto, respetuoso con las referencias- para conjugar todas esas fuentes, estableciendo una notable complicidad cinéfila en todo momento, y con las dosis justas de salvajismo, "gore" y aventuras que ya tenían las anteriores películas ("The Descent" y sobre todo su excelente primera película, "Dog Soldiers", una de las más inteligentes revisiones contemporáneas de los hombres lobo) de este realizador, convertido ya en la gran esperanza blanca para la renovación del cine fantástico europeo. Hay una clara, honesta y lícita vocación de entretenimiento en esta cuidada producción, que cuenta además con unos excelentes efectos especiales, y un reparto que selecciona lo más florido del panorama británico actual, desde la bella Rhona Mitra al estilo de la más pura Sarah Connor, hasta a Malcolm McDowell, Bob Hoskins o Alex Siddig ("Deep Space Nine", "Syriana"). No se le pueden pedir exquisiteces a una película que busca -casi exclusivamente- el divertimento del espectador, y debemos tragarnos varias licencias algo difíciles de digerir -como que el director haga aparecer, por el morro un pedazo de deportivo Bentley, con el que la protagonista escapa de los maníacos en clave Mad Max, o todo el jueguecito con el ojo biónico de la protagonista, ríete del que llevaba Schwarzenegger en "Terminator". No obstante, a veces cuesta realmente trabajo tomarse la cinta en serio, y a pesar del disfrute inherente de la misma, se podía haber alcanzado un tono más comedido y dejar, a veces, a un lado el despelote que supone, concebida en todo momento para fans del cine fantástico que se saben de memoria todos los referentes y que seguro que van reconociendo, plano a plano, todas las cómplices bromas que realiza el director. Seguro que se lo ha pasado tan bien como cualquiera de nosotros haciendo su personal visión de todas estas películas, y eso ha sabido transmitirlo de sobra en este bien estudiado producto que es como las lentejas, si quieres las tomas, y si no las dejas. Creo que todos las tomaremos gustosos.
5 de julio de 2014
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Western es un género que como el Guadiana, aparece y desaparece de la producción de Hollywood. A veces hay un paréntesis más largo o más corto, pero irremisiblemente vuelven las películas con los cowboys, los pioneros, los pistoleros… como si fuera una parte indeleble de la historia del cine –que lo es, ya que en “Intolerancia” de Griffith ya aparecían historias del lejano Oeste…-.
El caso es que después de que Tarantino desempolvara el género con “Django Desencadenado” actualizándolo a las tendencias Spaghetti y a las de su propia filmografía, ahora llega a las pantallas una revisión de la mano de unas de las personalidades más singulares de la industria audiovisual norteamericana, el animador y creador de la serie “Padre de Familia”, Seth McFarlane, con la clara vocación de desmitificar todos y cada uno de los tópicos del género, cuando no de la época; ¿Romanticismo, idealismo, heroicidad o buenas intenciones en el oeste? McFarlane parece responder a todas estas preguntas con una sola palabra, en mayúsculas y gritando: ¡Y UNA MIERDA! Si el gran Sergio Leone revisó las edulcoradas visiones que realizaran cineastas como John Ford o Henry Hathaway a esa época, dotando a los personajes de sudor, suciedad, polvo y hasta incluso mal aliento… con esta película nos metemos de lleno en la realidad más pura y dura que nos podamos imaginar, dibujando una época que nada tiene de bonita y donde la supervivencia casi puede ser un milagro: un pastor de ovejas ve cómo su vida se desmorona cuando su novia le abandona por ser un cobarde y abandonar en un duelo, pero aunque las cosas parecen mejorar cuando una guapísima forastera llega al pueblo, en realidad sólo es un espejismo, porque en realidad quien está por llegar es el más despiadado asesino de todo el Oeste…
Todos y cada uno de los personajes más icónicos del género (la puta, el sheriff, el ladrón, el buscador de oro, el médico, el pastor…) son puestos en la picota, desmontando todas las ideas preconcebidas que tengamos al respecto de ellos y mostrándolos con toda la ironía y el sarcasmo que el guionista y animador ha puesto siempre en sus series, y por supuesto en su anterior film “Ted” (del que llegará la segunda parte en 2015). Lo primero que tenemos que tener claro de este cineasta es que es muy particular, y argumentalmente tiene un estilo tan propio que prácticamente no se parece a nada de lo que hayamos visto anteriormente. Es como una extraña mescolanza del trío Zucker-Abrahams-Zucker (“Agárralo como puedas”), los Hermanos Farrelly (“Algo pasa con Mary”), los Monty Python (“La vida de Brian”) y Judd Apatow (“Virgen a los cuarenta”): mordaz, escatológico, irreverente, guarro, para algunos facilón, original, sorprendente y brutal. Vamos, que si recordamos el revuelo que se formó cuando Mel Brooks hizo “Sillas de Montar Calientes”, esto le da como veinte vueltas. En todos los sentidos, talento incluido (cada vez que repaso la filmografía de Brooks, viendo lo mal que han envejecido todas sus películas, me pregunto ¿quién le dirigiría “El Jovencito Frankenstein”, que es la única que demuestra verdadero talento y que aún sigue vigente?).
Si conocemos las claves de este cineasta a través de su famosa serie “Padre de Familia”, seguro que disfrutaremos con este tipo de humor, pero si no es así, seguro que estaremos desconcertados ante tan salvaje forma de ver las cosas, a las bravas. Esa complicidad es imprescindible para que entremos en la película, porque de otra forma, todo parece una fantasmada. En ese sentido el tráiler juega una doble baza, ya que aunque por un lado destapa buena parte de los mejores chistes de la película, por otra parte nos prepara para la montaña rusa a la que vamos a montarnos en este delirante viaje al Lejano Oeste. Aún así, está claro que este sentido del humor salvaje, inesperado, que te explota en las narices cuando menos te lo esperas, funciona la mayoría de las veces (aunque otras tantas resulte algo burdo).
Lo que está claro es que si con “Ted” consiguió que cambiáramos la idea que teníamos de un tierno osito de peluche, a partir de ésta película veremos a todos estos personajes y a la propia época del Lejano Oeste de una manera diferente. Vamos, ha conseguido en clave de comedia desmadrada lo que hace años (y salvando las distancias) logró Clint Eastwood con “Sin Perdón” (por cierto que el cachondo de MacFarlane ha llamado al pistolero malvado de la película “Clinch Eastwood”…)
Un auténtico tour de estrellas (Liam Neeson, Charlize Theron, Amanda Seyfried, Sarah Silverman, Giovanni Ribisi, Neil Patrick Harris... y otros tantos cameos de lujo que no voy a desvelar, pero que seguro que te van a sorprender –atención: no levantarse hasta el último letrero de los créditos finales-) para arropar a este singular personaje, que ha dado una vuelta de tuerca más salvaje oeste, que ahora es más salvaje (y delirante) que nunca.
4 de noviembre de 2013
77 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que este personaje tiene la negra en cuanto a las adaptaciones cinematográficas se refiere. Lo primero, la revisión del aspecto del personaje: de momento Thor siempre llevaba casco, un casco monísimo con alitas a los lados, que tenía mucho que ver con la mitología nórdica a la que pertenece el personaje (los vikingos, ya sabes...); después la "deconstrucción" del resto del traje, que ahora es una especie de armadura metálica con su correspondiente capita colorá; por lo menos le dejaron el martillo, que ya es algo. Y de toda la vida, Thor no llevaba barba -salvo en la evolución del personaje en el cómic, que por cierto no llegó a triunfar-. Seamos sinceros: casi ningún personaje de "Los Vengadores" llegó a triunfar por separado y precisamente por eso la Marvel hizo el supergrupo, para así poder vender mejor a cada uno de estos superhéroes cuya historia personal interesaba más bien poco.

Además de todo ello, la primera adaptación al cine de Thor fue un completo fracaso, a pesar de tener a un antaño valorado director británico, Kenneth Branagh, al mando. Insípida, aburrida (en serio, he intentado verla por lo menos 4 veces, y todas las veces he terminado durmiéndome, sea en el cine, en DVD, en la televisión...) y ni siquiera la estimulante presencia de Natalie Portman, o del guaperas Hemsworth (que en realidad no es tan guaperas, sencillamente tiene encima muchas horas de gimnasio y esteroides, porque su cara no es precisamente la de Paul Newman...) hacía mantener el interés. Y aquí ya se pasaron por el forro toda la tradición nórdica y los personajes de cómics (¿Dioses nórdicos de raza negra o china?). En fin...

Pero en vez de corregirlo ¡¡resulta que lo han empeorado!! Dejando a un lado la completa incoherencia de tecnología entre los personajes (sinceramente, creo que se han hecho la picha un lío con la mística, los ordenadores, los lásers, espadas, hachas, y lo han intentado mezclar todo en un incomible gazpacho que no tiene ni pies ni cabeza...) resulta que el guión es un completo desastre, que no hay quien se lo trague: resulta que el ser que desencadena la batalla de los nueve mundos, es ¡¡la enamorada de Thor!! O sea, de todos los planetas de los nueve reinos, el nexo de unión está en la Tierra. Pero ojo, no es sólo que esté en la tierra, sino que está en la misma ciudad donde ahora vive este personaje. Y, claro, como la ciudad donde vive es tan pequeñita (ejem, hablamos de Londres, con ocho millones y medio de habitantes, aproximadamente...) resulta que -¡¡qué casualidad!!- es ella quien se encuentra con todo el pastel. Muy creíble, vamos.

Por si faltara poco a este desmán de guión -en el que podemos ver a Thor cogiendo un coche o el metro para llegar a un sitio (pero ¿no volaba con su martillo?)- resulta que tienes que saberte de memoria toda la mitología nórdica, con Yotungheim, Asgard y la madre que los parió para poder entender medianamente la trama. Porque ahora resulta que los Elfos oscuros han estado ahí toda la vida, y es el abuelo de Thor y padre de Odín quien los frenó en la batalla de.... o sea que para entender algo tienes que haber hecho un master en mitología nórdica; demasiado agotador. Son demasiadas licencias las que hay que dar por supuestas para entrar en la historia, que no es más que una fanfarria cada vez más grande de efectos visuales, explosiones y fuegos artificiales que no llevan a nada. Un completo desastre, que para colmo, aburre hasta la desesperación.

Y duele mucho ver, como un realizador de talento que ha formado parte de series tan importantes como "Los Soprano", "Roma", "Deadwood", "Mad Men", "Boardwalk Empire" o "Juego de Tronos" ahora estoy seguro que se ha visto completamente relegado por los ejecutivos de Disney, que querían hacer un producto comercial sin aspiraciones, un caro anuncio de merchandising de casi dos horas de duración, con todo tipo de parafernalia visual para impactar a los espectadores. Pero se confunden de parte a parte, porque un espectador, sea de la edad que sea, que haya visto "Avatar", que haya jugado a cualquier videojuego reciente, o visto una gala de premios de la MTV no es fácil de impresionar. Mejor dicho, es casi imposible de impresionar. Por eso deberían trabajar bastante más los guiones, hacerlos creíbles, sólidos, para así poder comunicar lo que quieren. A ver ¿Thor no es un superhéroe retórico, barroco, lleno de clichés clásicos? Pues hay que hacer que la gente lo vea desubicado, con códigos de honor que le hacen caer, en vez de convertirlo directamente en un imbécil que no se entera de nada. Un completo desastre, que no sirve ni para entretener.
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