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Críticas 215
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
5 de diciembre de 2013
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las obras más desconcertantes, enigmáticas, rompedores, complejas y brutales que he visto luce el nombre de 'Primer'. Ciencia-Ficción, realidades paralela, máquinas del tiempo y un montaje aparentemente caótico forman uno de los mayores puzzles que puedas ver en el séptimo arte, ni si quiera después del segundo visionado fui capaz de entender por completo el entramado de la historia que subyace en lo más profundo de ella. Pero me impactó tanto que marcó mi atención. Aquello fue obra de Shane Carruth, un físico e ingeniero que se atrevió a todo con escasos 7.000$, siendo él mismo el encargado de prácticamente todo, en especial los dos años de montaje. El trabajo fue recompensado, consiguió una de las películas que bien podrían definir el cine experimental. Nueve años después este polivalente hombre de ciencias ha vuelto para hipnotizarnos de nuevo, esta vez la culpa recae sobre UPSTREAM COLOR.

La calidad estética y acústica de su obra ha mejorado considerablemente, ha aparcado a un lado los 16mm de 'Primer' para utilizar las últimas técnicas de saturación, tratado y digitalización de la imagen, además de la captación y el tratado del sonido para lanzarnos hacia una experiencia sobrecogedora y extenuante. Esto se convierte en su principal atracción de cara a un público que pueda parecer reticente al cine de corte independiente. Carruth promete estimular tus experiencias sensoriales con un juego audiovisual sutil aunque desordenado. La película puede llegar a trasmitir tanto desde tantas variantes de una misma escena que nos vemos obligados a centrar la atención en alguna de ellas hasta empaparnos, dejando a un lado la propia trama de la película, lo cual termina siendo un apunte secundario que acapara la última fila de intereses.

No es tanto lo que cuenta, si no cómo nos hace llegar esa historia. El guión, aunque complejo, es más breve de lo que podamos pensar a simple vista y no resulta demasiado trascendental, puede que incluso defraude. Es el juego de silencios, cortes de cámara, montaje redundante y la historia paralela de ese creador de sonidos lo que nos aturde en una nauseabunda espiral de sensaciones, creemos perder la orientación dentro del guión (recordando a su primera obra) hasta que enlazamos fragmentos dispersos y cerramos un círculos extraordinario, diferente y sensacional. ¿Una posible explicación a la película? Más abajo, pero solo es apta para aquellos que la hayan disfrutado previamente ya que no contiene spoiler, si no que es un SPOILER en sí misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
NO CONTINUAR LEYENDO SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA. CONTIENE UN INTERPRETACIÓN DE LA MISMA, UN SPOILER EN TODA REGLA.

En los primeros compases de la fantástica composición de Carruth se nos muestran las asombrosas propiedades que unos extraños gusanos (habitantes de cierta orquídea) poseen y sus efectos sobre nosotros. Dos niños crean un vínculo asombroso tras consumirlas, su sincronización es casi perfecta y nos sirve de explicación para lo que estamos a esperas de ver. Así dan paso a la historia de un ladrón que saca cierto dinero vendiendo esos gusanos encapsulados como droga pero cuya principal fuente de ingresos son los robos utilizando dicha droga. El individuo consigue que Kris tome el gusano y comienza a ser una especie de esclavo para él. Cuando se ha asegurado de que es totalmente sumisa a sus deseos, comienza a hacer que pida préstamos que le entregará sin ningún impedimento,más tarde desaparecerá con el dinero y Kris se quedará aturdida, arruinada y con un gusano en su interior.

El gusano marcará ahora su destino, consiguiendo que camine hasta un misterioso personaje que atrae a criaturas en situaciones similares. Este hombre se dedica a captar sonidos, alterarlos y buscar sintonías en ellos, pero cuando la gente como Kris llega a él, los atiende creando una transfusión (gusano incluido) con cerdos. Esto vinculará al animal con la persona en concreto y marcará sus vidas sin que ellos lo sepan.

Ahora el destino es el que uno a los protagonistas y juntos comenzarán a indagar sobre sus extrañas experiencias. El 'creador de sonidos' continua cuidando a sus cerdos, ya que estos consiguen crear puentes directos hacia las experiencias de las personas y le hacen adentrarse en sus sentimientos. Cuando Kris descubre la trama, mata al misterioso individuo, consigue contactar con las personas que se encuentran en la misma situación que ella y comprenden que ahora sus vidas están ligadas a las de esos animales, por lo que deciden cuidar de la granja.

No se si es realmente lo que nos pretende mostrar la película, es una interpretación surgida de repasar la película tras un primer vistazo. A pesar de ello, me reafirmo en la opinión anterior, lo que cuenta no es tan importante como las sensaciones, la angustia, la belleza, lo onírico y el sobrecogedor mareo mental que produce.
18 de octubre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto de decir algo sobre un película puede convertirse en una ardua tarea cuando la propia película es incapaz de decirte algo a ti, cuando el único sentimiento que despierta es el de levantarte e irte de la sala, cuando la comunicación con el espectador se pierde en un laberinto que parece no tener salida y comienza a dar vueltas en círculo esperando su hora final -triunfante o no- en la que los carroñeros se llevarán los rastros que de ella queden. Rastros que, en este caso, se van en forma de dólares invertidos y recompensados por y para una nueva saga adolescente de estas que hace tiempo que huelen al rancio de una taquilla explotada por superproducciones que ni si quieran respetan el propio entretenimiento. Porque no nos vamos a engañar, la intención se huele a la legua y su gran similitud con "Los Juegos del Hambre" desde un principio delata sus intenciones como filón comercial para un espectador más bien joven al que, en más de una ocasión, parecen tratar como si no contaran más de dos neuronas al crear sin sentidos como el que plantea esta misma película.

En la medida de lo posible, otras sagas adolescentes intentan plantear ideas refrescantes o mostrar distopías que puedan llevar cierto motivo oculto, intrigante o simplemente interesante por los debates que pueda hacer surgir. En este caso no es así, la estructura de la película se basa en un mundo posapocalíptico que no busca comprensión ni significado en ningún momento, y que infecta el resto de la película hasta un final que se muestra podrido antes de que puedas llegar a verlo; un final que conoces desde el primer momento -y ya no digo desde el primer trailer- que, por supuesto, nos dará pie a esperar (o no hacerlo en mi caso) una nueva entrega de basura de este calibre. A pesar de ello, podré destacar una cosa entre tanto despropósito, Wes Ball tiene buena mano para la cámara cuando de persecuciones o movimientos rápidos se trata, como ya demostró en un corto animado llamado 'RUIN'. No digo que sea un espectáculo, pero al menos salva algún momento que nos permite continuar sin dormirnos en el intento...

Todo ello se convierte en un conjunto de errores tras otros, así como engaños al espectador que busca una acción fresca o un entretenimiento con pretensiones sanas y no puramente comerciales. No estoy en contra de este tipo de cine, es igual de necesario que un dramón de Haneke, una comedia de Allen o un telefilm de los domingos, pero sí estoy en contra de que intenten tomar el pelo al espectador, de que creen sagas marcadas por el dólar sin que éstas sean capaces de contarnos nada, estoy en contra de que pierdan incluso su propia intención de entretener y no demuestren ni un ápice de valor para crear algo con sentido... En este caso, el sentido y el buen hacer de las cosas ha sido olvidado. Que no nos cuenten historias porque el mundo que han imaginado -por no hablar del final de la película- no tiene ni pies ni cabeza.

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
Cosmos (Serie de TV)
SerieDocumental
Estados Unidos2014
8,6
10.913
Ann Druyan (Creadora), Steven Soter (Creador) ...
Documental, Intervenciones de: Neil deGrasse Tyson, Seth MacFarlane
10
29 de julio de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A modo de reedición o continuación de la mítica serie de Carl Sagan, Neil deGrasse Tyson estira el camino que Sagan nos mostró para acercarnos un poquito más a las estrellas y hacernos partícipes de uno de los viajes más alucinantes que podamos ver en la televisión. Muestra detalles de todo lo que nos rodea y todo lo que alguna vez ha estado, está o estará ante nosotros; desde la biología más esencial, los seres unicelulares, la creación de las primeras plantes, los primeros 'homos', el hombre y la carrera espacial, hasta la creación del propio universo, su expansión o su flexión, pasando por la composición básicas de los átomos y las ondas que componen todo aquello que conocemos...

Este tipo de cosas fascinan a cualquiera. En particular, creo que desde niño he sabido que me gustaría dedicarme a la ciencia en algún aspecto por descubrir todas aquellas dudas que me surgían, siguiendo por esa curiosidad siempre he visto documentales sobre ciencia e investigación, y creo que esta es la mayor obra de divulgación que se pueda haber creado para la televisión. No hay ningún trabajo comparable en cantidad de conocimientos, calidad a la hora de mostrarlos y sencillez para hacerlo accesible a personas que no les parezca tan interesante esta materia. Enganchará por igual a iniciados en la ciencia, a aquellos que sientan curiosidad e incluso a gente que no se vea atraída por ella pero le de una oportunidad.

Es magnífica. Más si cabe cuando Alan Silvestri está al cargo de la música (recordemos que es culpable de melodías como las de Regreso al Futuro o Forrest Gump). Una pasada audiovisual de 13 capítulos que no dejará indiferente a nadie. Una reflexión sobre nuestro sello en el planeta, nuestra responsabilidad con él y nuestro lugar en el universo. Ahora sólo me queda deciros que no temáis a la hora de mirar a las estrellas, pero tampoco a la hora de mirar a nuestra propia historia, aspecto que destaca durante toda la producción al contarnos cómo se han desarrollado grandes descubrimientos a lo largo de los siglos en los que los detalles de unos científicos han determinado los descubrimientos de siglos posteriores, en los que la ciencia ha luchado contra las religiones y el miedo del hombre para saciar sus dudas.

Aseguro horas de conocimiento de la mano del entretenimiento, sabiduría aplastante junto a emoción y devoción por la ciencia. Recomendar Cosmos es recomendar un enlace con una pequeña parte del conocimiento humano que nos hará ver lo infinito (y lo infinitesimal) de una manera más sencilla. ¡La ciencia es maravillosa y no sólo cuando es ficción!

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
8 de julio de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque ya había aparecido en 1986 (interpretado por Brian Cox en 'Manhunter'), hasta 1991 no llegó realmente a las pantallas de todo el mundo uno de los personajes maquiavélicos y endemoniados que haya dado el cine. Basando el guion de la película en los libros escritos por Thomas Harris, Jonathan Demme consiguió que 'El Silencio de los Corderos' fuera la mejor presentación de Hannibal Lecter que pudiéramos tener. La película es un thriller policíaco creado con una intención que oscila entre el entretenimiento del espectador con un suspense continuo y la creación de una bestia entre nosotros mismos; una bestia culta, inteligente, elegante, lujosa y terrorífica, que daría juego para muchas más películas. Anthony Hopkins se metió en nuestras cabezas con apenas 16 minutos de metraje y nos ha hecho seguir al personaje allá donde fuera, crearan una secuela o una precuela, y fueran éstas mejores o peores...

Así mismo es como llegamos a la serie de televisión de la que hemos venido a hablar. Su guion surge de 'El Dragón Rojo', la misma novela que la fue llevada al cine por Brett Ratner, pero crea un propio hilo argumental para alejar al personaje en el mundo televisivo y el cinematográfico, a pesar de los inevitables guiños y paralelismos. Se nutre así de su propio hacer y no del legado hollywoodiense, ganando terreno a favor de la sorpresa del espectador al crear nuevos personajes o desarrollar aquellos de los que sólo conocíamos matices. Su creador, Bryan Fuller, consigue ahuyentar las dudas de los escépticos respecto a la serie -como yo mismo fui al empezar a verla-, para crear cada vez más seguidores aportando una mejora sustancial en la creación de contenidos, personajes y situaciones, así como en la manera en la que éstos están tratados.

La primera temporada se convierte en un continuo vaivén de asesinatos, sospechas y trastornos, pero lo que es más importante; presenta un guion bien estructurado en el que existen flechas en direcciones indefinidas que no intentan más que engañarnos y jugar con lo que se nos muestra y lo creemos ver. Su propia idea de juego macabro es un libro abierto a la hora de plasmar asesinatos y fallar en las decisiones de los que juegan en un tablero de ajedrez en el que ellos mismos son los peones; en el que el espectador se convierte en una pieza más que intenta adivinar la estrategia de cada jugador. Quizá lo que más destaque dentro de unos capítulos que en ocasiones parecen demasiado turbios -aunque sea con un fin justificado-, es la espeluznante interpretación de Mads Mikkelsen; uno de los mejores actores europeos de la actualidad. Su versión de Hannibal Lecter no tiene nada que envidiar a la de Sir A.Hopkins, más bien reinterpreta el personaje y se amolda a cada uno de sus detalles. Misterioso y distinguido, incapaz de levantar sospechas a pesar de ser un despiadado psicópata, sino más bien arropando a la gente que está a su alrededor con sus muestras de gratitud, su buen hacer y su inteligencia sin igual.

Un año hemos tenido que esperar para continuar degustando este maravilloso pastel casquería; para ver que ocurría una vez Hannibal había abierto las puertas de la mente de Will Graham. Tras dejarnos con un sabor a sangre maravilloso, aparece la segunda temporada y, lejos de defraudarnos, nos muestra que la primera temporada no era más que un aperitivo o, más bien, una preparación de ingredientes para cocinar lo que venía. A su vez, Laurence Fishburne sigue aportando un porte espectacular intentando mantener los pies del agente Jack Crawford en el suelo, mientras Hugh Dancy eleva su interpretación de Will Graham a un nuevo nivel, llevando a la serie a nuevos límites de psicodelia, tensión, fuerza y los giros inesperados. No recuerdo ningún capítulo sin tensión gracias, en gran parte, a los actores que forman parte del reparto. Los personajes y sus relaciones comienzan a distorsionarse a mostrarse como otros desean, a caer presas de la manipulación o simplemente a desmontar aquello que se ha cargado sobre sus hombros, el contexto parece más difuso que nunca, pero cada pieza va tomando su lugar determinado en un baile tenso, oscuro y atractivo. Hannibal sigue abriendo mentes para ayudarnos a ver más allá y nosotros no podemos dejar seguirle en una mezcla de admiración y miedo que los guionistas manejan para embaucarnos.

Si a todo esto le sumamos una elegante puesta en escena, una fotografía cuidada al detalle (ingeniosas escenas en la cocina o el comedor), una dirección que en más de un capítulo juega con la perfección y una continua sensación de que todo va montado en un tren sin retorno al que no pusieron frenos... Sólo nos queda esperar que en la tercera temporada no se estampe contra un muro, que sepan manejar como hasta ahora este tren y que nos hagan degustar capítulos tan cuidados, regados del mejor vino tinto color sangre. Es tan escalofriante como maravillosa. Es una de las mejores series actuales, si me permiten decirlo.

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
3 de octubre de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llegada de septiembre nos recuerda cada año que las vacaciones no son eternas: todo tiene un ocaso y las obligaciones siguen esperando ese primer y fatídico lunes. También anticipa, en cambio, la llegada de una estación muy bella, más caduca que ninguna otra, y especialmente esperada por los cinéfilos. El mes que dejamos atrás llena nuestras carteleras de las primeras películas que durante largas semanas han inundado festivales y muestras de cine alrededor del mundo, dejando paso a una nueva temporada de filmes que nos devuelven a un lugar que nos encanta: la acogedora penumbra de un cine otoñal. Una de las primeras propuestas en llegar viene respaldada por su victoria en la Quincena de Realizadores de Cannes y sus tres galardones en la Semana internacional de cine de Valladolid: Espiga de plata, Mejor nuevo director y actor.

The Rider (2017) nos adentra en un mundo estático, anclado en la tradición del western clásico cinematográfico y el cowboy americano, con la condición de las nuevas realidades que poco a poco participan en este rodeo dramático. La delicada dirección Chloé Zhao consigue generar una extraña atmósfera de tranquilidad y complicidad que conecta con el espectador en tan sólo dos escenas, dejando que las imágenes hablen por sí solas: la belleza de un caballo de raza, su pureza y temperamento, se contraponen metafóricamente a las imágenes del cráneo desfigurado y la ira congelada de Brady (Brady Jandreau), protagonista absoluto de una cinta que cabalga sobre el documental dramatizado por sus altas dosis de realismo. Desde este punto el conjunto crece siguiendo un estilo de sensibilidad y poesía subyacente a un storytelling visualmente espléndido. Su naturalidad formal surge al apoyar con valentía la fuerza de la ficción en la propia realidad de sus protagonistas, actores no profesionales que abren su espacio vital a la producción para que ésta que confirme como parte de su proceso de normalización, pero también para contar desde dentro una historia en un contexto concreto, aunque con una ética universal.

El resultado es sencillamente precioso, detallista y evocador, colindante en ocasiones con lenguajes visuales utilizados por Terrence Malick o la integridad sensitiva de David Lynch en Una historia verdadera (The Straight Story, 1999). Por el contrario, también es uno de esos casos en los que el continente desarrolla a través de la imagen todo lo que el contenido no consigue relatar en sus textos, en ocasiones tan rudimentarios como la vida misma, pero sin una trascendencia que pudiera aportar una capa de mayor complejidad. Así, el trabajo de Joshua James Richards en la fotografía ensalza el lirismo visual donde los ocasos antes dominados por nombres como John Ford se funden con la filosofía de un joven buscando la armonía en un lugar al que ya no puede pertenecer. Nacido por y para el mundo del rodeo, Brady (tanto el real, como el ficticio) deberá aceptar su nueva condición mientas su impulso natural le lleva a volver a lomos de caballos, lo que siempre había entendido como libertad, adrenalina y vida. Redefinir la identidad y reinventar los valores en un entorno árido serán sus retos; la honestidad, madurez y el afecto, sus amuletos.

CarlosDL - Colaboración con http://redrumblogdecine.com/
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