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Críticas 296
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
6
20 de noviembre de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grata sorpresa ha sido la última propuesta de Marc Recha (Hospitaler de Llobregat, 1970) englobada dentro de la programación de sección oficial de la 55 Edición del FICX. Un film intimista, de tono pausado -como la mayoría de la filmografía de Recha- y en el que descubrimos el día a día de una pareja de hermanos (de unos 6 y 11 años aproximadamente) que tratan de sobrevivir en la Menorca de la I Guerra Mundial

Rodada con gran acierto, la película comienza contextualizando los actos que narrará a continuación gracias a una breve voz en off de su protagonista, el personaje interpretado por la novel pero notable Mariona Gomila. 'La vida lliure' se centra en mostrarnos el paser de los días de dos hermanos menores dejados en Menorca al cuidado de su tío, un rudo payés al cargo de las tierras de un señor acaudalado. La imaginación, las ansias de libertad de los niños contrastarán con el pesimismo y hastío de un hombre mayor que día a día trabaja el campo y procura que no les afecte la peligrosa gripe que ataca a gran parte de la población. Los hermanos Tina y Bien, se distraen recorriendo los maravillsos paisajes de Menorca, alrededor de la Playa recordando con anehlos de libertad cuan felices serían con su madre, emigrada a Argel para obtener un futuro mejor. Los niños encontrarán en la figura de Rom (Sergi López), un personaje muy especial que vive en una casa de pescados en la orilla del mar, esa figura paterna que no poseen y que su tío, ocupado en menesteres mayores no puede ofrecer.

El film se recrea en los paradísiacos recobecos de la zona de la Ciudadela y de la Isla de Menorca en general. Sus playas, árboles, vientos y tormentas, todo es recreado con serena motivación haciendo de la isla y -como no- su flora un personaje más del film. La película avanza conforme la relación de los niños con Rom se va estrechando a la par que su tío desconfía de los extranjeros, traficantes de tabaco y aliados de los alemanes que van y vienen por esas orillas, posibles traedores además de la temida gripe de principios de S.XX.

Un film muy disfrutable, de tono calmado, contemplativa en ocasiones, pero que interesa por la gran efectividad de las conversaciones y asuntos que se traen entre manos esta añorable pareja de hermanos (menos brillante pero correcto está Macià Arguimbau, el hermano menor de ojos azules de la pareja), ambos muy bien dirigidos por Marc Recha. Para culminar el interesante film, marc Recha nos brinda un final animado en los títulos de crédito que embellecen aún más el resultado global. La banda sonora realizada por Pau Recha, no usada en exceso, explota en ese final que no por ciertamente predecible aminora el resultado general de la historia/narración.

Recomendable para quienes disfruten de una mirada calmada en un momento tan particular de principios de siglo veinte.

LO MEJOR: Mariona Gomila y Sergi López. La fotografía. Los títulos de crédito.
LO PEOR: Cierta previsibilidad.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 7
Fotografía: 8
interpretación: 7
Dirección: 7
Guión: 6,5
Satisfacción: 7,5

NOTA FINAL: 7
21 de noviembre de 2016
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente con mucha frecuencia contemplamos cómo el gremio de actores traspasa la línea interpretativa para agarrar con fuerza la cámara y la claqueta. Un gesto con matices que sin embargo cobra cierta curiosidad en el caso del actor norteamericano de segunda fila que nos ocupa, Nate Parker. Curiosidad que nace del hecho de llamarse Nate, haber nacido en Virginia y ser de raza negra, de igual manera a uno de los primeros iconos de la rebelión esclavista previa a la Guerra de Secesión norteamericana: Nate Turner.

En torno a esta figura y a su rebelión gira esta notable ópera prima, muy efectista por momentos y demasiado mesiánica en otros, pero eficiente y bien filmada, interpretada con garra y sentimiento y con una serie de momentos muy recordables que oscilan entre la emotividad, la sanguinolencia y dureza y la belleza de la fotografía.

'El nacimiento de una nación' se presenta como primer film proyectado -aunque no como su apertura oficial (de ello se encargará Mijke de Jong con 'Layla M.')- y a concurso en la sección oficial del 54 edición del Festival Internacional de Gijón con el notable respaldo que ofrece la consecución de su doble galardón en Sundance: el Gran Premio del Jurado y el Premio del público. El film, con una enorme carga poética y religiosa muestra la historia real de Nate Turner, un esclavo negro con ciertas habilidades innatas y alta capacidad intelectual que le llevaron a aprender a leer y a contemplar extrañas visiones que le otorgaban el carácter de profeta entre sus compañeros esclavos. Interpretado también por el propio Nate Parker (además de dirigir y protagonizar la ópera prima también la produce y escribe el guion junto a Jean McGianni Celestin tomando como inspiración la lectura -no siendo una adaptación- de las memorias escritas por William Styron en 1967, The Confessions of Nate Turner, por las que obtuvo el premio Pullitzer en el 68), la película con tan sólo 8,5 millones de dólares de presupuesto, ha recuperado con creces la inversión y está bien colocada para aparecer en varias categorías en la entrega de los Oscar del próximo año. No entraré en las polémicas que existen alrededor de ciertos problemas legales de los autores del guion -a pesar de tener su influencia sobre el film y lo que en él aparece-, sin embargo sí que es interesante constatar la nada casual utilización del título del film, 'El nacimiento de una nación'; el mismo utilizado por D.W. Griffith en 1915 para la confección de una de las películas más importantes de la historia del cine por la instauración de un lenguaje cinematográfico propio pero también por resultar una propaganda de exaltación del espíritu racista del Ku Klux Klan. Un inteligente e irónico título que pretende plasmar -una vez más- la importancia de la población negra para la construcción del país más potente del mundo (con permiso de China).

La fotografía de Elliot Davis es, como suele resultar en estos films, muy notable tanto en la noche como en el día, como en interiores y exteriores (aquí es donde busca el mayor lucimiento gracias a esas grandes mansiones siempre situadas cerca de grandes y esplendorosos campos de algodón y sauces llorones); estando además muy bien acompañada por una banda sonora magnífica con temas de música negra que varían desde el soul al rap pasando por el gospel. Interpretativamente destacan en el film tanto el propio Nate Parker, desprendiendo sentimiento y fuerza -sobre todo- como predicador y sufridor de grande penurias, como también su compañera en la ficción, la desconocida Aja Naomi King. Completan el reparto los intensos Jackie Earle Haley (el indeseable violador de 'Juegos secretos') así como los eficientes Armie Hammer ('El llanero solitario', 'J. Edgar' o 'La red social') o Penelope Ann Miller ('Despertares' o 'Atrapado por su pasado').

Un film que llegará el año próximo a las pantallas de toda España y que a pesar de tener varios puntos reconocibles y premiables quizás se vaya de vacío de Gijón al tratar quizás su jurado de destacar trabajos con menos recorrido y reconocimiento previo.

Lo mejor: Su estupenda producción global y montaje. La potencia de las imágenes combinada con la música. La habilidad de Nate Parker para abarcar casi todas las disciplinas.
Lo peor: Demasiado mesiánica. Quizás está muy cerca de '12 años de esclavitud' a pesar de sus diferentes tonos.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 8
Guión: 6,5
Fotografía: 8
Dirección: 7
Interpretación: 6,5
Satisfacción: 7

NOTA GLOBAL: 7,2
2 de diciembre de 2015
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La naturaleza española es prolija en desavenencias, envidias y confrontaciones pero también lo es en ánimo jovial, búsqueda de nexos y en un poderoso espíritu de superación. En un país de 17 comunidades donde la crisis sacude sin desaliento, la mofa y la burla sigue siendo uno de los desahogos más característicos del carácter latino y español ,favoreciendo así que películas muy limitadas en lo técnico o cinematográfico y de perfil simplón arrasen en taquilla como lo hiciera ‘Ocho apellidos vascos’ de manera impredecible e incontestable. Con esos antecedentes era obvio pensar que la secuela llegaría más pronto que tarde y que con casi toda probabilidad incluiría en el pastel a alguna que otra comunidad autónoma con cierta facilidad para la imitación y autoparodia más allá de las mostradas en la primera (Andalucía y País Vasco), requisitos que Cataluña cumple a la perfección. Máxime en el hoy de referéndums e independencias.

‘Ocho apellidos catalanes’ como era de esperar ha entrado en taquilla a lo grande, alcanzando en tan solo dos semanas el título de película española más taquillera del año e incluso alcanzando el top 5 de estrenos del año con 16 millones de euros recaudados. Unos previsibles resultados que permitirán seguir estirando el chicle con nuevas secuelas hasta que sus creadores e ingenieros dejen de sucumbir al poderoso influjo del billete y la moneda, algo poco reprochable cuando la industria y la profesión se encuentra en graves problemas surgidos de gobiernos sube-impuestos o recientes corruptelas y fraudes que implican hasta al pasado director de la academia de cine Enrique González Macho.

Con todo esto Emilio Martínez-Lázaro vuelve a dirigir la secuela contando con el mismo popular reparto que arrasó en los pasados Premios Goya (recordemos que tanto Rovira como Elejalde como Machi obtuvieron los premios interpretativos en cada categoría correspondiente -revelación y actor y actriz de reparto-) además de Clara Lago y añadiendo a Berto Romero, Belén Cuesta (curioso lo de esta andaluza residente en Madrid que interpreta a una gallega que se hace pasar por catalana) y Rosa María Sardá, próximo Goya de honor. En esta ocasión el guion de Borja Cobeaga y Diego San José presenta un escenario diferente: Amaia (Lago) y Rafa (Rovira) han roto y ésta se encuentra a escasas fechas de contraer matrimonio con su actual novio, un catalán muy hipster (Romero). Koldo (Karra Elejalde) trata de convencer a Rafa para que se presente en la boda y trate de convencer a Amaia de que debe de cambiar de parecer, un plan al que se une la buena de Merche (Carmen Machi) siempre dispuesta a ayudar.

La película es recurrente y abusa de clichés y chistes con poca gracia, algo que a pesar de todo no impedirá que reconozca lo efectiva que resulta en ciertos momentos, alcanzando en algún instante incluso la sonora carcajada. Es evidente la gracia y salero que tiene Rovira, la belleza de Clara Lago, la capacidad actoral de Karra Elejalde o Carmen Machi, por no hablar de lo divertidos que aparecen tanto Berto Romero como Rosa María Sarda, pero no es menos cierto que todo ello impide el desarrollo de un guion bien contado y con coherencia, que otros secundarios parezcan sacados de alguna deficiente serie televisiva o que el estilo fílmico recuerde al modelo cutre de las comedias facilonas que complacían a ciertos sectores en los años 60 o 70. ‘Ocho apellidos catalanes’ pierde cierta chispa pero termina cumpliendo con las expectativas, no muy altas por otra parte.

La sorna con la que trata los temas de la independencia catalana, la masculinidad vasca o la masiva ola hipster están por encima de la propia trama, la cual resulta previsiblemente de manual. Uno de los pocos puntos en los que se mejora su ya de por sí limitada predecesora es en lo concerniente a la banda sonora: si en la primera entrega era el genial Fernando Velázquez quien se hacía cargo del score ésta vez cae en manos de Roque Baños, compositor de cabecera de Emilio Martínez-Lázaro al que únicamente su cargada agenda aparto de la primera película para, ahora sí, realizar un más que notable trabajo para un modelo de film que no suele destacar en este punto.

Una comedia romántica evasiva escasa de ingenio y con múltiples defectos que logra ser efectiva en gran parte de la trama y que sobre todo trata de trivializar y aligerar la pesada carga ideológica nacionalista que arrastran muchas personas de este nuestro rico y diverso país llamado España.

Lo mejor: Karra Elejalde y Rosa María Sardá. La escena final.
Lo peor: Las líneas maestras del guion son de brocha gorda. Su previsibilidad.

Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 4
Interpretación: 6
Dirección: 4
Guion: 4
Satisfacción: 5
NOTA FINAL: 5

@hilodeseda - www.habladecine.com
25 de septiembre de 2014
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier persona, entendida o no en el mundo del cine, desea fundamentalmente que la película que visiona en su butaca sea sobre todo entretenida. Este factor es vital para que la satisfacción surja en el rostro. Aunque como es evidente han de realizarse análisis más concienzudos que valoren diferentes factores para que la película sea considerada más allá de un mero pasatiempo. "Mea culpa", película francesa injustamente maltratada por la taquilla española, cumple perfectamente con dicho cometido, a pesar de no ser una película redonda en su análisis cinematográfico. Hablamos de un thriller con pulso, correctamente realizado por el director francés Fred Cavayé (autor de otros dos thrillers más que destacados como "Cruzando el límite" o "Cuenta atrás"), recomendable en su versión original por la presencia de varios idiomas en la película y que cuenta con la presencia de dos actores solventes: Vincent Lindon y Guilles Lellouche.

La película cuenta como Simón (Vincent Lindon) y Franck (Guilles Lellouche) son dos compañeros del cuerpo de policía a los que les unen una estrecha relación. Sin embargo la carrera policial de Simón se trunca cuando tras la exitosa finalización de un caso decide conducir bajo los efectos del alcohol, impactando con otro vehículo y pereciendo los integrantes del mismo. De la noche a la mañana la vida se derrumba para él, ingresando en prisión y transformándose en una persona oscura y de carácter agrio. La separación entre su mujer y su hijo cada vez son mayores, al menos hasta el hijo de Simón es amenazado por la mafia del Este de Europa tras presenciar un ajuste de cuentas.

"Mea culpa" se trata de una película que puede gustar al gran público, donde presenciaremos persecuciones, tiroteos y escenas de acción bien realizadas. Posee cierto aire oscuro, donde el protagonista principal es un antihéroe y su compañero tampoco es un ejemplo. Cavayé presenta un thriller con aroma a serie B que apenas deja atisbo a la relajación, y en el que a pesar de que alguna secuencia es mejorable -la escena de la disco fundamentalmente-, denota cierto poso a la hora de rodar escenas de alta tensión. El guion es fundamentalmente lineal con la presencia en ocasiones de algún flashback que da sentido a la trama y no complica su visionado. La fotografía es bastante oscura y se aprecia que el director se siente más cómodo en ese tipo de escenas que en la claridad del día. Podemos pensar que la película no es del todo novedosa, sin embargo no se tiene esa sensación de hastío que en ocasiones aparecen en los visionados de películas semejantes. Además la presencia de dos actores de nivel ponen en valor la cinta, a pesar de que algún secundaria de la sensación de pretender lo contrario. Los diálogos no están excesivamente trabajados trasmitiendo más las miradas de los protagonistas que unas conversaciones más vacías.

Película más que correcta y que no se arrepentirá de ver. Si no es así, tampoco arderá París.

Lo mejor: El tiroteo del tren. El tratamiento del giro de guion.
Lo peor: Algunas secuencias protagonizadas por los mafiosos del Este de Europa.

Valoración:
Banda sonora: 5
Fotografía: 6
Interpretaciones: 6
Guion: 5
Dirección: 6
Satisfacción: 5
NOTA FINAL: 5,5

@hilodeseda - www.habladecine.com
29 de junio de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de catástrofes adereza de tanto en cuanto la ordenada vida del espectador: Cataclismo apocalípticos que fracturan, incendian o inundan el mundo entero -o al menos una parte (generalmente la norteamericana)- para deleite del público más ligero o con ganas de pasar un rato divertido en una cómoda sala de cine. ‘San Andrés’ es una más del sub género de cine catastrófico donde parte del país estadounidense sufrirá los temblores de tierra, con especial incidencia en la ciudad de San Francisco y su archifamosa falla de San Andrés. Film basado en la historia escrita por Andre Fabrizio y Jeremy Passmore.

El director canadiense Brad Peyton, apadrinado en Hollywood por el mismísimo Tom Hanks y quién cuenta con la experiencia 3d de la exitosa -comercialmente hablando- secuela de ‘Viaje al centro de la tierra’ (325 millones de dólares recaudados), ha puesto toda su experiencia previa en la creación digital y tridimensional con el único fin de mostrarnos un eslabón más del cine más palomitero y entretenido, cine que suele aprovecharse de la benevolencia y asistencia a las salas que facilita la época estival en la que nos encontramos.

En esta ocasión serán las placas tectónicas las que nos jueguen una mala pasada y provoquen que la falla de San Andrés entre en actividad para delirio de los fans del cine de destrucción masivo. Dwayne ‘The rock’ Johnson se pone en la piel de un especialista en equipos de salvamento infelizmente separado de su esposa (Carla Gugino) y que tiene en su hija a la espectacular Alexandra Daddario (deleitó al público masculino brevemente en la genial primera temporada de ‘True detective’). Tras la pertinente pobre explicación introductoria de los protagonistas y un caso de salvamente para el deleite tridimensional, conoceremos al prestigioso científico de turno en la materia requerida, todo un personaje indispensable en cualquier film destructivo que se precie. En esta ocasión dicho papel correrá a cargo de Paul Giamatti, quién hará del sismólogo Dr. Lawrence Hayes en pleno desarrollo y prueba de un sistema de predicción sísmico. Como es de esperar ni siquiera los medios predictivos evitarán que la desastre llame a la puerta y se lleve consigo una gran cantidad de vidas provocando la destrucción sin remisión de la simbólica ciudad de San Francisco (sí, de su puente también por si no se lo habían imaginado). Un relato de rancio tufo familiar y de amistad recién estrenada se desprenderá entre derrumbe y derrumbe.

La fotografía en 3d de Steve Yedlin y la música compuesta para la ocasión por Andrew Lockington cubren medianamente las bajas expectativas con las que asistía a su visionado, pero tanto su guion como sus interpretaciones distan mucho de los mínimos exigidos incluso para un blockbuster como éste. Dwayne Johnson, quién no es ni mucho menos un buen actor, no goza del presunto protagonismo que cabría esperar cediendo minutos en pantalla a la explosiva Alexandra Daddario y sus compañeros de aventuras. El personaje de Paul Giamatti está completamente desaprovechado y se limita únicamente a dar un par de charlar con contendido geológico. La única que interpretativamente cumple es Carla Gugino, quien soporta los momentos dramáticos que otros son incapaces de sostener. El guion adaptado de Carlton Cuse es en líneas generales francamente pobre, con personajes arquetípicos (el personaje interpretado por Ioan Gruffudd es de vergüenza ajena) y situaciones manidas y reiterativas que en ocasiones puede llegar al sonrojo. Sin embargo ‘San Andrés’ utiliza su gran nivel técnico y su extenuante ritmo para tratar de hacer olvidar esos otros factores tan relevantes en el arte cinematográfico y de los que tan lejos se sitúa la película. Cine consumista y sin pretensiones que a veces -solo a veces- gusta contemplar, y ésta es una de ellas. Cosas del cine. Prueba de ello son los más de 440 millones de dólares recaudados hasta la fecha en todo el mundo, multiplicando por cuatro su coste de producción.

Desde luego a quién aspire a ver un film que reinvente el género catastrófico antes de llevarse un gran chasco habría que recomendarle que revisione esos grandes clásicos del género como ‘Terremoto’ o ‘El coloso el llamas’, grandes obras que desde hace décadas no han podido ser superadas, gracias a la casi exclusiva relevancia que le concede a los avances tecnológicos y digitales y que a su vez vacían de contenido interpretativo y argumental este tipo de películas.

Para animosos fans de la destrucción que quieran olvidarse de los dramas diarios y pretendan adentrase en una aventura frenética y sin sentido que pasa realmente rápido. Distracción veraniega pura y dura.

Lo mejor: Su ritmo y espectacularidad.

Lo peor: El guion es pura basura. El cameo de Kylie Minogue.

Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 6,5
Interpretación: 4
Dirección: 5
Guion: 3,5
Satisfacción: 7
NOTA FINAL: 5,3

@hilodeseda - www.habladecine.com
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