Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
You must be a loged user to know your affinity with Taylor
Críticas 702
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
24 de noviembre de 2007
119 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las premisas ineludibles que, a mi entender, debe cumplir a rajatabla cualquier peli merecedora de un 10 es que pueda revisarse con cierta periodicidad sin perder un ápice de personalidad o duende. Eso, en mi pueblo, lo denominamos magia. Y, para mi, “Casablanca” la tiene a espuertas.

Tal vez por ser un mitómano confeso, tal vez porque me dejo seducir con facilidad... qué sé yo... el caso es que la peli de Curtiz es de aquellas que me quita el aliento, que me hace soñar y que me transporta a un escenario tan legendario y embriagador como la mismísima corte del Rey Arturo para experimentar como si fuera en carne propia una amarga historia de amor con guarnición bélica incluída. ¿Exagerado? ¿ridículo?. Más de uno esbozará un cínico retozo o gemirá compulsivamente como una hiena. Me la suda, listillos. Prefiero regocijarme revolcándome como un lechón en el barro viendo “Casablanca” que entrar en trance con "Largo domingo de noviazgo" o "Lost in translation". Dios me libre.

El affaire entre Rick e Ilsa nunca dejará de ser grande por mucha inverosimilitud o topismo que se le adjudique. “Casablanca” es excepcional y sublime precisamente por la esencia ecuménica de su ADN. Vaya, que es tan universal, popular y tremenda como una buena paella. En lo que respecta a hábitos conductuales, probablemente ninguno de nosotros actuaría como lo hace Rick pero, joder, no me digáis que no flipáis con su portentosa exhibición de huevos de plomo (...perdón, de aplomo). De las que crean escuela. Yo, de mayor, quiero ser como Bogey.

Por cierto, calificar a Humphrey de paleto resulta tan disparatado como tomar un autorretrato de Camilo Sesto por un Picasso.
10 de abril de 2008
105 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
El viejo Sam rodó “Grupo salvaje” y “La balada de Cable Hogue” a piñón, sin apenas descanso. Incombustiblemente fiel a su tono crepuscular, Peckinpah añade esta vez un complemento tragicómico a su peli con el que le guiña un ojo al spaghetti-western y suaviza, hasta cierto punto, el componente violento y elegíaco de su trabajo anterior.

Se trata, pues, de un film más personal, íntimo y nostálgico. Pocos como el californiano consiguieron escanear con ese peculiar lirismo el espíritu de unos hombres tan rudos como cándidos, de unos hombres condenados a escuchar el canto del cisne del far west. Cable Hogue encarna a las mil maravillas la figura del perdedor, del desarraigado, de esa voz que clama inútilmente en el desierto ante el advenimiento de una nueva era. Pero no todo acaba ahí. “La balada de Cable Hogue” es, ante todo, una entrañable historia de amor entre un trotamundos y una furcia de buen corazón. Diálogos tan breves y contundentes como el que podéis leer a continuación constatan mis palabras.

Cable: Estás preciosa.
Hildy: Ya me has visto antes.
Cable: Hildy, a ti nadie te ha visto antes.

Tal vez la peli de Peckinpah no sea una obra maestra. Me importa un rábano. Cualquier espectador puede contener la risa ante la ingenuidad de esos zooms dirigidos hacia la generosa regatera de Stella Stevens (menudo bomboncito, por cierto) o ante esas carreras a cámara rápida tan propias del cine cómico. Pero... ¿alguien conoce a un hombre capaz de vestir unos calzoncillos largos con mayor dignidad que Jason Robards?. Yo, no.
31 de marzo de 2011
146 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás el título de esta crítica resulte exagerado, de acuerdo, pero lo que está clarísimo es que lo mío con el cine francés no tiene remedio. Lo he intentado con casi todos los grandes (Carné, Bresson, Truffaut, Godard, Malle y ahora Renoir) y lo único que he conseguido —en mayor o menor medida— es encadenar decepción tras decepción.

Obviamente, hay excepciones: H.G. Clouzot, por ejemplo, me encanta. Así como algunas cosillas de Truffaut, Malle, Rohmer, Clair, Clément y Chabrol. Pero poco más. Casi podría decirse, por lo tanto, que mi sentimiento generalizado hacia el cine francés es, en líneas generales, bastante tibio.

Mi última gran decepción ha sido, concretamente, “La gran ilusión”. Un film en el que había depositado grandes expectativas y del que, por desgracia, tan sólo puedo decir que se trata de una buena película. Una conclusión a todas luces paupérrima teniendo en cuenta que estamos hablando de la gran obra maestra de Renoir y teniendo en cuenta que la vi dispuesto a flipar con ella y a recompensarla como la mayoría de mis colegas cinéfilos han hecho previamente: con ochos, nueves e incluso dieces.

Lamentablemente, no he sabido conectar con su espíritu humanitario ni con su ferviente defensa de la igualdad entre clases. Y no porque no me solidarice con sus postulados, por descontado. No he conseguido conectar con todo ese contenido alegórico porque me parece excesivamente ilusorio, antojadizo e ingenuo. Y todo ello no me cuadra, para nada, en un drama carcelario ambientado en la 1ª GM. En un drama carcelario en el que los prisioneros degustan delicatessen y cognac añejo y en el que los soldados alemanes parecen hermanitas de la caridad. No, señores, no cuela. Como alegato antibelicista prefiero “Senderos de gloria”; como fábula, “La vida es bella” (el niño, al menos, sirve como pretexto); como drama carcelario, “Le trou” y como todo eso y más, “El puente sobre el río Kwai”. De aquí a Lima, vamos.

Aún así, debo reconocer que le debo un nuevo visionado (de Scardanelli suelo fiarme bastante), que los personajes —más que memorables— resultan entrañables y que la prodigiosa interpretación de Erich Von Stroheim ya justifica, por si sola, su visionado. Lo dicho: buena. Sin más. Y ahora, cojan sus bayonetas y apunten al NO. Lo comprenderé.
1 de febrero de 2009
100 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
Films como “La hija de Ryan” constatan porque David Lean es uno de los mejores directores de la historia del cine. Un cineasta que supo narrar como pocos y que nos dejó como testamento cinematográfico una peli soberbia. Una obra maestra que permanece fiel a su libreto de estilo original y que, lamentablemente, suscribe el ocaso expresivo de aquello que conocemos como concepción ‘clásica’ del cine.

Rodada en impresionantes escenarios naturales de la costa occidental irlandesa, “La hija de Ryan” reproduce a la perfección ese terrible estigma que se cierne sobre unos personajes sometidos a la tiranía de un entorno natural y de unas circunstancias hostiles. Así pues (recogiendo el testigo de Lawrence, Yuri o Larissa) Rose también pugnará por escapar de su propio destino. Todo ello, claro está, en el marco de una historia de amor y lujuria desatada. Una historia en la que Lean corrobora, una vez más, su vertiente romántica más exacerbada.

Y es que, por desgracia, ya no se hacen pelis como ésta. Pelis que generaban pasta y oscars a mansalva. Pelis que venían enriquecidas con lecturas a diferentes niveles para que cada espectador disfrutara del espectáculo según sus propias exigencias. Pelis que contribuyeron, en definitiva, a hacer del cine un objeto artístico tan entretenido y popular como rebosante de calidad por los cuatro costados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia del cine nos ofrece múltiples ejemplos de sobreactuaciones de todo tipo. Las hay memorables (Jack Nicholson en “El resplandor”, Al Pacino en “El precio del poder”, Kirk Douglas en “El loco del pelo rojo”) y las hay patéticas (mejor me callo). Pero si queréis asistir a un auténtico recital de contención, de parquedad expresiva, no tenéis más que disfrutar con la interpretación de Robert Mitchum en “La hija de Ryan”. Magistral.
12 de mayo de 2011
110 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascina a ratos, sí. Pero “Zerkalo” es, con diferencia, la peli más críptica, abstrusa e ininteligible de todas las que he visto de Tarko. Y eso me inhabilita, obviamente, para otorgarle mayor nota. Básicamente porque, por mucho que uno pueda flipar con el apabullante dominio formal del ruso, endiñarle un 8, un 9 o un 10 a una peli cuando no te has enterado de la misa la mitad me parece, sin lugar a dudas, un acto de hipocresía cinéfila del todo inaceptable. Máxime cuando gafapastas de solvencia contrastada como Servadac, con una capacidad de deglución intelectual muy superior a la del resto de mortales, han expresado —por activa y por pasiva— que pelis como ésta “no hay que entenderlas: hay que vivirlas”.

El problema —o mi problema, quizás— radica en que para vivir una peli debo racionalizarla. Al menos, mínimamente. Y aunque entiendo que “Zerkalo” no deja de ser una personalísima autobiografía del cineasta ruso de marras, cuando uno se ve incapaz de interpretar sus geológicas metáforas (aire, fuego, tierra y, sobre todo, agua), la leche, la gallina, la Ginebra de Benci, los poemas de Arseni Tarkovsky o la madre levitando, resulta muy difícil —por no decir imposible— disfrutar plenamente de ella.

Total, que sí, que la prota es muy mona y que todo lo demás muy poético, muy bello, muy místico, muy espiritual y muy anticonvencional. Pero quien afirme ser capaz de discernir el significado de este complejísimo puzzle emocional más allá de la especulación y del puro goce sensorial, miente. Suena tajante, lo sé, pero es mi más sincera opinión. Entre otras cosas porque no creo que Tarko tuviera ningún especial interés en que su complejo testimonio vital fuera precisamente accesible. Ni mucho menos. Es más, yo diría que su particular espejo es, en realidad, un retrovisor. O un retrozérkalo, vaya. Un instrumento de visión limitada y parcial cuyos numerosos ángulos muertos deberá intuir, deducir o recomponer el propio espectador para darle algo de sentido (si es posible) a un reflejo muy bonito pero absolutamente inescrutable.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para