Si vas a ver esta película no te aburrirás porque quienes la hicieron no te dejan; empiezas en persecuciones, sigues en persecuciones y terminas igual, agotad@.
El fundamento es absurdo, ridículo y queda fuera de todo entendimiento racional.
Se puede aducir que otros films, como los de Indiana Jones tienen ese estilo. Es cierto pero la realidad es que intentan llevar, y lo hacen, un comic a la pantalla, de una manera divertida sin tratar de darle aires de intriga seria, con visos de investigación complicada que sólo los grandes prebostes de la informática van a sacar adelante.
Lo que sí llama la atención es la recreación de las manifestaciones en Atenas y de su grado de violencia; duele pensar cómo ha luchado el pueblo griego y el resultado que ha recibido por parte de las autoridades económicas globales.
No merece la pena pagar para verla, ya la echarán por televisión.

Teniendo detrás una historia cargada de valores y emociones humanas, esta película se pierde en poco más que un film de aventuras, bien hecho, eso sí, con paisajes muy bellos pero falto de todo contenido; ni siquiera cuando se acerca al aspecto político cuenta nada de cómo se forja el ataque comunista al Tibet y en qué se basa, por muy en contra que se pueda estar de él.
Los personajes son seres vacíos o poco menos, desde el Lama a los escaladores pasando por todos los demás secundarios; lo dicho, aunque entretenida en la mayor parte del metraje no pasa de ser una aventura.
Absolutamente prescindinble

Estamos ante una película totalmente sobrevalorada cuando leemos las críticas y las valoraciones de profesionales y de espectadores.
Es aburrida, muy aburrida, lenta en la puesta en escena de las vivencias de los protagonistas, con interpretaciones encorsetadas en las que no encuentras encarnación de sentimientos ni emociones. Tras más de dos horas deseas fervientemente que termine, si bien estás aguardas algo con lo que al menos salvar la parte final y que adquiera un mínimo sentido vital; pues te quedas con las ganas.
Es un relato hueco y vacío que no se fundamenta en nada. Nada.
VERDADERO TOSTÓN.

Un eslabón más, y no de los más destacados, en la cadena de contrastes entre dos mundos distintos, norte y sur que se desarrollan explotando los tópìcos que conducen a la risa ocasionalmente.
Introduce un factor nuevo en el desarrollo de la historia que la salva de una crítica completamente severa a través de la condición de algunos tipos de trabajo.
Si te la encuentras vela, pero no la busques.

Una historia que en sus comienzos te hace sentir que vas a ver una película difusa, qué te está queriendo contar. Cuando nos ha situado frente a unas gentes y sus vivencias momentáneas, aparentemente con escaso interés, comienza la construcción del puzle a través de la que nos vamos a encontrar con la verdadera figura final, aquella que nos ha mostrado sin que llegáramos a entender en toda su dimensión; todo lo difuso, lo plano desparece y el espectador se ve totalmente enganchado por la historia de la que va descubriendo los recovecos junto a personas entrañables y frente a otras bastante más desagradables.
Un canto a la vida, al encuentro entre personas, al perdón por los errores.
Buena de verdad.