Sin duda es la mejor película colombiana de todos los tiempos, es de una plástica y una estética tan modesta pero que no demuestra su falta de medios sino mas bien una belleza natural.

Se trata de una mujer sicorìgida y controladora, un hombre apocado y su vecina,una mujer aturdida por su pasado y mas que todo por su soledad.
Durante los eventos de abril del 48 (un toque de queda ordenado por el gobierno,después de que el asesinato de un líder político muy popular, provoque una oleada de disturbios que amenazan con hacer colapsar la ciudad), el tipo, o mas bien, Don Santiago,se queda confinado en el apartamento de Laura, su vecina, cuando iba a llevarle una torta de cumpleaños enviada por su esposa,a partir de ahí, Laura Y Santiago se quedaran encerrado, ganándose para ellos toda una velada de confesiones,remordimientos y añoranzas que se prolongara hasta la madrugada.

La fotografía sencilla, muy nostálgica, el dìa va avanzando desde las primeras luces de la mañana,pasando por la melancolía de la tarde, el crepúsculo,la noche y ese maravilloso desenlace al clarear el alba, todo se reduce a ese pequeño departamento con pocas escenas de exteriores o al apartamento de enfrente donde se encuentra Josefina la esposa.

Es en la tremenda dirección de Jaime Osorio, su manejo del ritmo narrativo y llevando a los actores a donde el quiere, lo que hace crecer a cada paso esta pequeña gran película.

Gustavo Londoño, pedazo de actor, modesto, pequeño, apocado, tratando de capotear la tensión sexual que desprende Laura, un señoron interpretado por Vicky Hernandez, el hombre derrotado, controlado por su mujer pero que aun guarda la esperanza de volver a ser el hombre, el amante, aquel hombre que fuma.

El personaje de Cristina Galvez,no se queda atrás, controladora, psicorìgida, manipuladora, castrante, contradictoria y neurótica, Osorio construye un gran personaje, pero solo a la actriz la vemos hablar un par de veces por teléfono, y asì el personaje funciona, y desprende toda esa mala leche, suficiente para ponernos de lado de Santiago y de Laura.

Y finalmente, Vicky, sola, encerrada en su apartamento y en su vida, no sabemos las razones de su soledad,pero le ha de pesar mucho, las pocas horas con Santiago hace pensar que hace muchos años no se sentía tan feliz, tan alegre y tan amada, un erotismo soterrado, a través de miradas y soliloquios a medias,porque hay cosas que queremos decir, pero no podemos,pero el otro... en la oscuridad entiende.

Una maravilla,exquisita.

Michelle pfaiffer enseñaba karate y poesía,Williams enseñaba mas o menos lo mismo,Edward James Olmos matematicas y creo que Sidney Poitier tambien hizo de profesor,ahora este profesor enseña musica.

Es lo mismo de siempre,el profe que se convierte en una figura inspiradora para sus alumnos,es decir un profesor que en la vida real nadie tuvo nunca.Todas comienzan igual,se desarrollan igual y terminan igual...

Bueno aunque esta no,lo unico que recuerdo y creo que lo unico que sobrevive de la cinta es el final con el personaje de pepinot,me cogio fuera de base y me hizo llorar como un becerro...

!Es sabado pepinot¡

Apocalipsis, tiene muy buenas escenas, cuando uno la esta viendo, admite que tuvo que ser algo realmente difícil de rodar, hay mucho garbo visual, hay una imponente fotografía y un aire malsano en toda la cinta.

El problema es de fondo y no de forma, el protagonista, el coronel Willard es un personaje que ya está destrozado desde antes de comenzar la peli, todo le da lo mismo, asume una misión que no tiene el mayor sentido de la manera más estoica, y por lo tanto no hay una evolución del personaje que te haga simpatizar con él, es un tipo mentalmente despedazado, así comienza y así termina. No desciende a la locura porque ya está en ella. Su búsqueda del tal coronel Kurtz, disfrazada como una " misión que debe cumplir", lo confirma y lo demuestra.

Quienes si cambian son sus compañeros de viaje río arriba, de felices y joviales, estos se van desmoronando. Tal vez entendí la película mal, y kurtz no es más que una manifestación del podrido subconsciente de Willard, y es él villano quien realmente arrastra a sus compañeros al fondo del barril.

El otro problema es el ritmo de la peli, por una escena buena te tienes que tragar dos o tres escenas lentas y confusas, que ralentizan la película. Es demasiado oscilante, puede ir de lo épico hasta lo disperso, en un abrir y cerrar de ojos, yo le hubiera quitado la escena del puente, ( la verdad yo no entendí ni coño de lo que pasaba, es decir a Willard va preguntando quien es el comandante, y quien va apareciendo le dice que es él, o que no hay nadie al mando, en fin, es alucinante pero un desorden bárbaro ) y la escena del helicóptero de la Playboy, (innecesaria, para el público, pero necesaria para Coppola, pues supongo que por esa publicidad le habrán aflojado bastante dinero para terminar su película ).

Es buena a ratos, pero es demasiado lenta y muy, pero muy dispersa.

No veáis la versión Redux, si es difícil terminar esta, aquella tiene 50 minutos mas ( como veinte de ellos se dedican a charlar con unos hacendados franceses que se encuentran en el camino ,colmando hasta el límite ,la paciencia del espectador)

Esta película está hecha en dos partes. La primera es una estupidez tras otra, con personajes repelentes y básicamente es aburrida e insultante.

Porque me gusta mas esta película que Annie Hall, si Annie es mas divertida, tiene más chistes y creo que más historia?

Porque según veo, a pesar que me desesperen las peroratas interminables del personaje de Allen, y que el personaje de Diane Keaton no puede ser mas repulsivo porque no es mas esnobista, hay una buena razón : Mariel Hemingway.
Es la que a la final demuestra más cerebro que todos los personajes juntos.

Isaac, desprecia a Tracy y cree que está lo perdonará cuando le pida que vuelvan, cree que su ingenuidad la hará vulnerable a sus ruegos, pero no es así, la Tracy del final es otra chica, que ya se ha secado las lagrimas, luce fuerte, y manda a Isaac a donde sabemos.
Al personaje de Keaton le va peor, porque no solo engatusa a Isaac con sus conocimientos culturales, lo deslumbra con su intelecto, pero es un intelecto que oculta su verdadero desequilibrio mental: tanto saber de escultores, arte y películas, pero que prefiere seguir siendo plato de segunda mesa del mejor amigo de Isaac.