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Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
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Vuelve Daniel Graig a enfundarse el traje del agente secreto británico más conocido de la historia, esta vez de la mano de Sam Mendes y acompañado de actores de renombre en la escena cinematográfica, como Ralph Fiennes, Javier Bardem, Albert Finney, Judi Dench (una vez más)..., como queriendo dar nuevo lustre y brillo al espía del MI6 creado por Ian Fleming y en el que tanto filón ha encontrado la industria del cine, quien lo explota y explota hasta la saciedad; mientras funcione en taquilla...
Desde nuestra humilde butaca contemplamos cada fotograma y se va formando en nuestra mente la idea de que se trata de un intento de reformulación del personaje desde los elementos típicos y característicos de toda la saga. Esa es, al menos, la idea que nos ronda en la cabeza, por muy contradicción que a priori pueda parecer.
Básicamente tiene todos los elementos que te esperas de este tipo de películas de acción, a la vez que se le trata de dar más calado a cada uno de los individuos que aparecen, aportándoles historia, trama y complejidad en ellos y por sí mismos. Un claro intento de darle una mayor dimensión que la mera superficie siempre mostrada. Eso es evidente, pero esa nueva aproximación se reformula con los mismos elementos, quizá algo matizados. Se nos presenta a un James Bond menos mujeriego de lo habitual, que presenta debilidades y flaquezas, y en cierto modo, alejado de esa supuesta idealidad que siempre se nos ha querido mostrar.
Este chico, Daniel Craig, nos convence como Bond. Tiene una presencia potente y feroz (mayor, aún si cabe, esta vez), sin perder la elegancia que todo agente 007 debe mantener. Junto a él, un buen puñado de actores con oficio y galones. Un Javier Bardem correcto tirando a bien (para nosotros no sobresaliente como mucha prensa española ha dado a entender; será que tira el producto patrio), pero muy afeado con la peluca rubia que no viene a cuento. Sólo justificable si se quiere seguir la senda de los villanos estrafalarios que han acompañado siempre a todo el universo "bondiano" desde sus orígenes. A Judi Dench se le dan más minutos que anteriores entregas, no obstante es parte fundamental de la trama, y aparece una grata sorpresa para este nuestro humilde espacio: la siempre agradecida sinceridad y simpleza de un Albert Finney que es capaz de "arrimarse" a cualquier papel, dándole credibilidad e importancia.
Pese a los intentos de dar brillo de nuevo a la saga y a los dólares invertidos en estrellas del firmamento del celuloide, a nuestro juicio cae en los mismos charcos de siempre: falta de credibilidad, villanos difíciles de concebir, grandilocuencia de guaridas del "malo-malísimo" (en este caso nos sobraba completamente), un super-Bond que se rehace de todo,..., bueno el mismo perro con distinto collar. ¿Entretenimiento? Sí, desde luego. Pero no le pidan nada más. Nosotros tampoco lo hicimos, la verdad.
20 de mayo de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El propio Jarecki es quién dirige un guión salido de su puño y letra para dar forma a lo que puede considerarse su ópera prima, después de culminar con relativo éxito otros guiones y alguna que otra incursión en el formato documental.
En la línea de recientes cintas como Margin Call, Le Capital o el documental Inside Job, Arbitrage vuelve a profundizar en el mundo de las finanzas y en los entresijos del capitalismo occidental, desmitificando un poco más a un Wall Street con la popularidad por los suelos. En este caso, la doble moral no sólo se plasma en el mundo profesional, también se acerca a la personalidad del individuo, encarnada por la de un protagonista que no dudará en guardar las apariencias mientras echa mano de todos sus recursos para mantener la mentira y salir indemne de sus múltiples problemas. La cinta se constituye así en un thriller mantenido por cierta tensión y suspense tratando de averiguar cómo el protagonista podrá librarse o no; ¿se mantendrá firme?¿se derrumbará? ¿tendrá una arrebato de honestidad y confesará? ¿seguirá velando por sus propios intereses? Estás cuestiones son las que te pueden mantener pegado a la pantalla esperando que el final algo se ilumine y se concrete. En caso contrario, el transcurrir es pesado y el camino se antoja largo.
Ante ese sendero de pesadez por el que parece que transcurrimos durante buena parte de la cinta, se presenta ante nosotros un aceptable Richard Gere retomando un papel de "seriedad y nivel" que, sin lograr asombrarnos, si que merece nuestra alabanza. No es sólo un reclamo para el espectador indeciso, a quien la presencia de Gere en el cartel puede convencer; ejecuta un buen ejercicio de interpretación, sin decaer en ningún momento. Bien es verdad, que le falta cierta energía en ciertas escenas, lo que le hubiese dado un toque más de realismo y convicción. Entendemos que se le quiera conferir esa imagen de frialdad, de tiburón implacable, pero en esa mezcla de frialdad profesional, templanza ante la adversidad y vigor coyuntural, no sale airoso con nota. Desde este espacio creemos que es un papel bien ejecutado y que rescata al señor Gere después de algunos productos de dudosa calidad....pero bueno, como decimos siempre; hay que trabajar para comer, y el señor don dinero justifica muchas cosas, aunque muchas veces no debiese.
Junto a Gere tenemos a tres mujeres ejecutando diversos roles. Uno. La impoluta apariencia de una esposa en el seno de un matrimonio de éxito que esconde las vergüenzas en el trastero de casa, pese a ser conocidas por ambos integrantes de la relación. Ejecutado por Susan Sarandon. Dos. La atractiva y atrayente joven artista (la elección de profesión es excesivamente tópica) que desata la pasión del maduro empresario, y a quién éste mantiene justo a la distancia entre la relación sexual y amorosa. Interpretado por Laetitia Casta. Y tres. El entusiasmo empresarial encarnado por una hija que comienza su carrera profesional con aspiraciones, pero romántica y alejada de los juegos sucios que imperan en el mundo de las finanzas; digamos que le falta "pulirse". Personaje que interpreta Brit Marling. Tres buenos complementos que ayudan a poner de manifiesto la doble moral no sólo del protagonista; también la de algún que otro personaje (y que no desvelaremos) quien no dudará en actuar en pro del beneficio propio, de los suyos o de lo que entiende por verdad, sin atender a lo que establecen las leyes o la justicia.
Pese a lo dicho, creemos que no estamos ante nada original y que se acerca mucho al terreno de lo comercial y de la fórmula práctica que trata de funcionar, lo que le resta inteligencia y frescura. A ello podemos añadir lo superfluo de alguno de los personajes que intervienen (no de los roles que hemos puesto de manifiesto anteriormente) y a los cuales todavía no encontramos justificación.
La cinta trata de provocar la sorpresa y el suspense como vehículo para enganchar al espectador, pero el ritmo y el convencionalismo la acercan más al producto televisivo (casi de serial) que a una película digna de la gran pantalla.
9 de mayo de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta comienza de forma brillante y excitante lo que te engancha desde el primer minuto, convirtiéndose en un digno producto de entretenimiento. No obstante, el ritmo decae en distintas fases de la película, lo que provoca algunos bajones, convirtiéndola en una montaña rusa de sensaciones.
Es una obra fría, como si su clima de procedencia se impusiera. Es cínica y nos habla del vacío moral y de la ausencia de escrúpulos, mostrándonos unas vidas en las que todo vale con tal de conseguir lo que se desea, ya sea profesional, como personal. Vamos, como la vida misma, pero elevándolo al máximo exponente y desarrollándolo en extremo. Esa idea conductora está muy bien desarrollada y expuesta, con buen ritmo, en general, y adornándola con acción y buenas dosis de violencia (exagerada en ocasiones). Todo ello consigue fascinarte en el tramo inicial de la cinta, pero que, como ya hemos dicho, decae en algunos tramos a lo largo de todo el metraje, lo que la rebaja a lo mundano. Finalmente, culmina de forma correcta, pero previsible y falta de chispa, con cierto tono de renuncia a la frialdad inicial y al vacío moral del que quiere hacer gala en ese tramo.
Recurre a elementos clásicos para engancharte y entretenerte, lo que no deja de ser un artificio barato y poco original. Así el sexo, los desnudos, la acción, la violencia y la sangre son recurrentes y no siempre justificados. Casi tramposos.
Los actores completan buenas interpretaciones y sus elecciones han sido todo un éxito. Nos quedamos con la impresionante puesta en escena de la hermosa Synnøve Macody Lund y la increíble planta del "mata-reyes" de la saga Juego de Tronos, el actor danés Nikolaj Coster-Waldau.
En conclusión, es un buen producto de entretenimiento, por encima de la media, que se nos pasa rápido y de forma amena. Su inicio muy prometedor, acaba pasándole factura, y pese a algunos esfuerzos, al final, te quedas con la sensación de que no era para tanto. No obstante, desde aquí se la recomendamos para pasar una buena sobremesa o para recuperarse de un día duro y frustrante.
9 de mayo de 2013 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta ocasión escogimos una película de esas llamadas apocalípticas, tan poco usuales y tan poco vistas dentro de la cinematografía española, y por contra, tan explotadas en el universo americano, al que inevitablemente tiende a recordar. Eso sí, sin contar con el presupuesto y los medios de éste, y posiblemente también sin un guión todo lo redondo que era necesario como para convertirla en la punta de lanza de un nuevo tipo de cine en nuestro país, en el cual los jóvenes talentos técnicos y artísticos pudiesen desplegar todo su potencial.
Metiéndonos algo más en harina, se trata de una cinta atípica en nuestro cine que se adentra en un futuro apocalíptico a partir de un "injustificado pánico" que aparece en la población mundial a los espacios abiertos. Injustificado porque en ningún momento se explica la procedencia de "esta enfermedad", su causa. Es, sin duda, una apuesta arriesgada; la de zambullirse en el terreno apocalíptico, a la par que brindarle un homenaje a la ciudad condal y plasmar una más que digna crítica a la sociedad actual, cual merecedora del mal que sufre, por lo que en este espacio hemos llamado "ombliguismo ilustrado"; esa falta de humanidad que reina en la impersonal sociedad actual, donde sólo cabe el interés propio y el egoísmo profesional y personal es una máxima que se cumple día a día. Donde ni siquiera somos capaces de preocuparnos, que digo, de fijarnos en lo que hay a nuestro alrededor. Hay personas, con sus problemáticas, sus necesidades... que sienten, sufren, necesitan. La película parece por momentos queremos decir que la sociedad global se merece "esta enfermedad", este pánico a los espacios abiertos, porque al fin y al cabo, y cada vez más, uno se encierra en sí mismo y es incapaz de "ver" a los demás; de ver lo que hay a su alrededor. Así, el film nos muestra el final de mundo, tal y como se conoce actualmente, y dando forma al comienzo de una nueva sociedad. Los últimos días de lo que hoy conocemos, dando paso a un nuevo modelo.
Como comentábamos al principio, el guión dista mucho de ser algo redondo y ha de recurrir a continuos "anzuelos" que tratan de engancharte y justificarte posteriores acontecimientos dentro de la historia. La falta de ritmo es también un pecado más que aparente. Los continuos flashbacks iniciales son recurrentes en exceso y algo injustificados. Pese a que en un tramo consigue engancharte, entre los túneles de metro y alcantarillas, momentos en los que se afianza la amistad y la química entre los dos protagonistas de la cinta, la sensación se va desvaneciendo, convirtiéndose en un largo transcurrir hasta un final previsible, lleno de elementos obvios, que incluso llegan a rayar lo ridículo (un poco también en las formas). En ese tramo final nos encontramos ante una llanura de lugares comunes y elementos ya repetidos hasta la saciedad en el cine, trayendo a nuestras mentes un montón de similitudes e inevitables comparaciones. Muchas de ellas poco favorecedoras.
No es un mal entretenimiento, pero no como para pagar una entrada de cine. Arriesgada apuesta que necesita mejorar en contenido y en formas para lograr su propósito y abrir brecha.
11 de mayo de 2012 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una superproducción que no escatima en gastos, en efectos y en estrellas cinematográficas. Producto para todos los públicos, con una campaña publicitaria a bombo y platillo, acaparadora de palomitas y refrescos de cola, espectacularidad en dosis abusivas y un largo etcétera de grandiosidades varias.
Un tipo de cine cargado de luz, efectos, color y sonido, el cual no requiere una excesiva atención, entretiene y hace disfrutar de un tentempié refrigerado, sin necesidad de grandes complejidades de guión, ni pretensiones didácticas o morales.
Pues dicho queda ya desde el principio, es de las películas del género que más nos ha gustado, y sin lugar a duda, la mejor dentro del proyecto The Avengers.
Era una empresa arriesgada, bastante compleja y difícil. Había que compatibilizar los egos de diversos superhéroes, con entidad propia por sí sólos (no son Los 4 Fantásticos), y los egos de diversos actores. Se corría el riesgo de caer en el más absoluto de los fracasos, en el que cada uno de los superhéroes representase un papel de espectáculo circense, enfundados en trajes de colorines cual payasos desbocados, rayando lo absurdo. No obstante, Joss Whedon ha conseguido no sólo salir airoso de todo ello, sino que ha logrado algo meritorio. Sí, en su género, pero espectacular, bastante correcto, muy entretenido y bastante apasionante... (ya se barrunta una nota alta... para lo que nosotros somos).
Una cinta todo efectos, todo asombroso, todo espectacular y que a pesar de durar bastante más de dos horas, no se hace larga y mantiene al espectador vibrante, expectante, tenso y asombrado. Todo ello, con la dosis de humor exacta, para que no ridiculizase en exceso, teniendo como su máximo exponente a ese gran actor llamado Robert Downey Jr. Sí señores, la película se titula The Avengers, pero podría ser perfecta y únicamente Iron Man o Iron Man & Co. El chico metálico y de corazón nuclear emerge como protagonista indiscutible, así se lo proporcionan los diálogos, la cuota de pantalla y el heroísmo que se le concede. Pero no sólo el personaje en sí, también el actor, que logra eclipsar a sus compañeros de reparto; está extraordinariamente soberbio. Prepotente, irónico y brillante, como es el personaje.
Destacamos también, porque así lo merecen, los efectos sonoros y los arreglos musicales. Contribuyen notablemente a la tensión y al efecto envolvente de toda la cinta. ¿Efectista? Desde luego, no podía ser de otra forma. También es efectiva. Con este envoltorio tan bonito casi no importa el contenido (en el género en cuestión, insistimos)... Lo bonito, bonito es, y en alabarlo bien haremos.
Concluyendo, no creo que decepcione a sus seguidores y creo que atraerá a otros muchos. Esperemos que sea un referente de las películas venideras en el seno de este género. Para que lo disfruten sus amantes y para que nos entretenga a todos. Es lo que es, para lo que es y en eso triunfa.
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