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5,9
153
8
20 de diciembre de 2024
20 de diciembre de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un concurso, una fila de personas que, cual oruga, hacen senderismo a ciegas, una pensión, La Parra, que acoge al que llega aunque este no sepa a qué ha venido.
Todo surrealista y a la vez de un realismo atroz, el mismo que desprende Ferrol, una ciudad donde lo más vivo que su protagonista encuentra es la planta que lleva a la casa, semiabandonada, de su padre muerto.
En los ojos de sus habitantes, principalmente de La Parra, está el caos cotidiano, la chapuza, las bagatelas y picarescas a las que deben enfrentarse a diario.
"Lo que más pesa es lo que sobra" dice uno de ellos a Damián, bien interpretado por Alfonso Míguez, que vive en un estado de perplejidad permanente.
No es película para contar mucho de ella, sino dejarse llevar hacia el puerto, el agua remansada o el depósito de coches clandestino.
Una película donde sus habitantes parecen dibujos, incapaces de salir de sus viñetas, donde todo es de cartón y plástico pero a la vez parece cubierto de plomo.
La fotografía es sucia, adecuada por tanto a lo que se ve; los diálogos de sus personajes, lentos, repetitivos, como si les faltara la cuerda y también ellos se hubieran impregnado de la falta de ritmo del lugar donde (mal)viven.
Todo va ralentizado menos el concurso, un impasse anacrónico en este devenir.
¿Qué hacer en una ciudad que se muere a bocanadas de petróleo día tras día, una ciudad, en resumen, sin salida?
Sin duda, esta es una película inesperada y sorprendente, que irrumpe con valor en la cartelera y en este mes de luces y felicidades anunciadas.
Todo surrealista y a la vez de un realismo atroz, el mismo que desprende Ferrol, una ciudad donde lo más vivo que su protagonista encuentra es la planta que lleva a la casa, semiabandonada, de su padre muerto.
En los ojos de sus habitantes, principalmente de La Parra, está el caos cotidiano, la chapuza, las bagatelas y picarescas a las que deben enfrentarse a diario.
"Lo que más pesa es lo que sobra" dice uno de ellos a Damián, bien interpretado por Alfonso Míguez, que vive en un estado de perplejidad permanente.
No es película para contar mucho de ella, sino dejarse llevar hacia el puerto, el agua remansada o el depósito de coches clandestino.
Una película donde sus habitantes parecen dibujos, incapaces de salir de sus viñetas, donde todo es de cartón y plástico pero a la vez parece cubierto de plomo.
La fotografía es sucia, adecuada por tanto a lo que se ve; los diálogos de sus personajes, lentos, repetitivos, como si les faltara la cuerda y también ellos se hubieran impregnado de la falta de ritmo del lugar donde (mal)viven.
Todo va ralentizado menos el concurso, un impasse anacrónico en este devenir.
¿Qué hacer en una ciudad que se muere a bocanadas de petróleo día tras día, una ciudad, en resumen, sin salida?
Sin duda, esta es una película inesperada y sorprendente, que irrumpe con valor en la cartelera y en este mes de luces y felicidades anunciadas.
8
28 de agosto de 2024
28 de agosto de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
⁷Como casi todo el cine oriental esta película contiene, es, una pequeña gran fábula.
Rodada de manera sencilla, costumbrista, alerta sin embargo, desde un principio sobre el fin que quiere dar a esta historia.
Un lama que pide un par de rifles a su monje ayudante y este se dispone a buscarlos sin objeción ni cuestionamiento alguno.
Detrás de esa "anécdota principal" se nos dibuja la geografía de un pueblo, unas personas, que le dan a todo el valor prescindible de lo que no es vital para ellos.
Sienten curiosidad por los adelantos pero no se aferran a lo que contienen o acarrean tras sí.
La felicidad se refleja en lo que no se dice, en los actos del devenir diario; tan solo cuando la comunidad se ve alterada por las primeras y próximas elecciones, se cuestionan los principios sobre los que han vivido tantos años.
De ahí, con la irrupción de la primera ministra y su funcionario para censar y hacer un simulacro de votaciones, que la historia se convierta en una encrucijada donde lo interior se cruza con lo del exterior: el visitante extranjero, con su apego e importancia hacia lo material, ese rifle, se topa con lo perdurable, el sentido de la lealtad, de quien posee "el bien" que ese extranjero con sus miles de dólares, anhela.
A nadie del pueblo le importa el rifle en sí, sino la voluntad de quien consideran sabio, y es por ello que entienden sus actos en base a esta premisa.
La fotografía es naif, como aparentemente es todo en la película. Los planos resaltan principalmente el rostro tranquilo, pero no exento de preocupación, de la madre, del monje, de los que con su mirada serena o inquieta tienen algo que decir.
Aquí viene mi conclusión, puesta en zona spoiler...
Rodada de manera sencilla, costumbrista, alerta sin embargo, desde un principio sobre el fin que quiere dar a esta historia.
Un lama que pide un par de rifles a su monje ayudante y este se dispone a buscarlos sin objeción ni cuestionamiento alguno.
Detrás de esa "anécdota principal" se nos dibuja la geografía de un pueblo, unas personas, que le dan a todo el valor prescindible de lo que no es vital para ellos.
Sienten curiosidad por los adelantos pero no se aferran a lo que contienen o acarrean tras sí.
La felicidad se refleja en lo que no se dice, en los actos del devenir diario; tan solo cuando la comunidad se ve alterada por las primeras y próximas elecciones, se cuestionan los principios sobre los que han vivido tantos años.
De ahí, con la irrupción de la primera ministra y su funcionario para censar y hacer un simulacro de votaciones, que la historia se convierta en una encrucijada donde lo interior se cruza con lo del exterior: el visitante extranjero, con su apego e importancia hacia lo material, ese rifle, se topa con lo perdurable, el sentido de la lealtad, de quien posee "el bien" que ese extranjero con sus miles de dólares, anhela.
A nadie del pueblo le importa el rifle en sí, sino la voluntad de quien consideran sabio, y es por ello que entienden sus actos en base a esta premisa.
La fotografía es naif, como aparentemente es todo en la película. Los planos resaltan principalmente el rostro tranquilo, pero no exento de preocupación, de la madre, del monje, de los que con su mirada serena o inquieta tienen algo que decir.
Aquí viene mi conclusión, puesta en zona spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De este modo confluyen en un final sorprendente, vecinos, políticos, visitantes, policías, para comprobar que realmente Bután es el país de la felicidad, aunque este lema para ellos no signifique más que vivir su vida.

6,4
896
7
4 de abril de 2023
4 de abril de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de Un paso adelante me recordó a una película de los años 70 llamada Paso decisivo, con Shirley Maclaine.
No creo que tuvieran mucho más que ver entre sí que el tener como telón de fondo el ballet.
Aquí todo empieza por un desequilibrio; el fallo en el cerebro, la conmoción emocional sufrida momentos antes de salir a escena le provoca a la prima donna un accidente, que a su vez lleva a una inflexión en varios aspectos de su vida.
En primer lugar se resalta la obsesión de algunos médicos por inmovilizar, operar... sin tener en cuenta la vida en su totalidad de cada persona.
En segundo lugar, el fisio, alguien con empatía, que comprende a la perfección el daño físico y moral de la protagonista, se siente también atraído por ella. ¿Y qué hace? Irse de vacaciones a Goa sin que ella pueda intuir siquiera esa atracción.
Así como están las cosas, la alternativa es cambiar radicalmente de vida...manteniendo un fino hilo con la danza. No se trata de detallar más esta parte.
Al final, la redención, su rehabilitación como persona y artista llega porque la vida tiene alternativas pero también muchas formas de ser vivida sin golpear el fondo.
Las relaciones familiares, emocionales, van a la par que su curación física y llega el momento de rehacerse y demostrarse a sí misma que un punto de inflexión puede ser un punto seguido, nunca un punto final.
Película positiva, optimista y con la imaginación justa para no derivar en un cuento de hadas.
Por cierto, la mayoría de los padres quieren a los hijos sin tener que verbalizar tan manidas palabras. Y eso un hijo debería saberlo.
No creo que tuvieran mucho más que ver entre sí que el tener como telón de fondo el ballet.
Aquí todo empieza por un desequilibrio; el fallo en el cerebro, la conmoción emocional sufrida momentos antes de salir a escena le provoca a la prima donna un accidente, que a su vez lleva a una inflexión en varios aspectos de su vida.
En primer lugar se resalta la obsesión de algunos médicos por inmovilizar, operar... sin tener en cuenta la vida en su totalidad de cada persona.
En segundo lugar, el fisio, alguien con empatía, que comprende a la perfección el daño físico y moral de la protagonista, se siente también atraído por ella. ¿Y qué hace? Irse de vacaciones a Goa sin que ella pueda intuir siquiera esa atracción.
Así como están las cosas, la alternativa es cambiar radicalmente de vida...manteniendo un fino hilo con la danza. No se trata de detallar más esta parte.
Al final, la redención, su rehabilitación como persona y artista llega porque la vida tiene alternativas pero también muchas formas de ser vivida sin golpear el fondo.
Las relaciones familiares, emocionales, van a la par que su curación física y llega el momento de rehacerse y demostrarse a sí misma que un punto de inflexión puede ser un punto seguido, nunca un punto final.
Película positiva, optimista y con la imaginación justa para no derivar en un cuento de hadas.
Por cierto, la mayoría de los padres quieren a los hijos sin tener que verbalizar tan manidas palabras. Y eso un hijo debería saberlo.

5,6
6.262
4
5 de octubre de 2022
5 de octubre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parto de que la idea es buena, no tan original como podría parecer, pero interesante al menos.
Bien rodada, imágenes impactantes, buenas interpretaciones... pero todo es una apuesta a que el espectador sienta repugnancia ante la dureza de lo que ve; que se repliegue ante lo crudo de cada órgano, de cada sutura, y eso haga olvidar que detrás apenas hay una sugerencia: ¿puede el humano mutar a un organismo artificial que soporte la decrepitud del planeta, la degenación de una especie condenada a su autodestrucción?
Cronenberg basa su juego en lo inhóspito de las relaciones humanas, en insólitas alianzas y en conspiraciones entre facciones gubernamentales y otras disidentes enfrentadas a la nstitucionalidad.
Kristen Stewart, al contrario del papel de Lèa Seydoux, una "perfomancer" sin prejuicios pero con una clara moral de lo que debe ser la interpretación del arte, interpreta a una funcionaria reprimida, con una dualidad obsesiva y contradictoria, tan ávida de emociones como de difícil asunción.
La erótica que parece querer transmitir la película con su morbosa exposición de órganos puede excitar en un primer momento, hasta ver qué nueva morcilla sale del interior de quien las genera, pero tal rareza se vuelve una sucesión de embutidos que quita el apetito sexual y del otro.
En resumen, Cronenberg busca impactar y ampliar con imágenes cuando la historia no da más de sí, o, lo que es lo mismo, las fotos siguen cuando el relato se agota.
Bien rodada, imágenes impactantes, buenas interpretaciones... pero todo es una apuesta a que el espectador sienta repugnancia ante la dureza de lo que ve; que se repliegue ante lo crudo de cada órgano, de cada sutura, y eso haga olvidar que detrás apenas hay una sugerencia: ¿puede el humano mutar a un organismo artificial que soporte la decrepitud del planeta, la degenación de una especie condenada a su autodestrucción?
Cronenberg basa su juego en lo inhóspito de las relaciones humanas, en insólitas alianzas y en conspiraciones entre facciones gubernamentales y otras disidentes enfrentadas a la nstitucionalidad.
Kristen Stewart, al contrario del papel de Lèa Seydoux, una "perfomancer" sin prejuicios pero con una clara moral de lo que debe ser la interpretación del arte, interpreta a una funcionaria reprimida, con una dualidad obsesiva y contradictoria, tan ávida de emociones como de difícil asunción.
La erótica que parece querer transmitir la película con su morbosa exposición de órganos puede excitar en un primer momento, hasta ver qué nueva morcilla sale del interior de quien las genera, pero tal rareza se vuelve una sucesión de embutidos que quita el apetito sexual y del otro.
En resumen, Cronenberg busca impactar y ampliar con imágenes cuando la historia no da más de sí, o, lo que es lo mismo, las fotos siguen cuando el relato se agota.

6,7
883
9
14 de julio de 2022
14 de julio de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha resultado muy grato ver una película iraní sin sustraerme todo el tiempo a que su acción se desarrollara en ese país.
Es cierto que, sobre todo, te das cuenta de que se trata de un país islamico en cuanto ves a sus mujeres. Pero la película destila acción, modernidad... y, ojo, esto lo digo porque la masificación de las cárceles, la miseria de sus barriadas... la pena de muerte, no solo está en Oriente, a ver cuándo alguien se mete en el corazón profundo de América e incluso de la culta y refinada Europa.
El comisario es una persona eficaz, irreductible e insobornable. Para él oír hablar de millones a los corruptos y mafiosos narcos es como vender arena en el desierto. Y tiene que lidiar también con las trabas administrativas, la burocracia de las instituciones para salvar al menos un gramo de dignidad de su ojetivo, desmontar la red del gran narco, lo que sabe que no podrá hacer. Aun así cumple con su deber, esquivando zancadillas propias y ajena, hasta que finalmente se da cuenta de que su misión no redime a nadie, y aún menos a sí mismo.
Los actores están perfectos, la dirección y ambientación, estupendas. Te metes hasta el fondo de lass cloacas que sugiere
Se reparte estopa por igual a los traficantes, policía y jueces, que en sí mismos son un arma que a su vez esclavizan y son esclavizados por un poder mayor.
El juez, que trata de aplicar correctamente la ley, sabe que no está haciendo justicia con el chaval frente a su padre. Pero es lo que hay.
El narco, noble e incluso tierno con los niños, es otro eslabón más del mecanismo que se activa, una vez pulsado el botón del "todo vale", a cambio de una casa mejor y una vida más cómoda para sus padres a costa de la vida de otros miserables como lo fue antes la suya.
Hay lugar para compadecer y para odiar a cada uno de ellos.
No deja indiferente y además interesa, entretiene sin fuegos de artificio, tan habituales como fatuos últimamamente.
Provoquemos que esta gente, director, actores... sigan con su trabajo, nos sigan haciendo disfrutar con todas sus consecuencias... y a pesar de la ley.
Es cierto que, sobre todo, te das cuenta de que se trata de un país islamico en cuanto ves a sus mujeres. Pero la película destila acción, modernidad... y, ojo, esto lo digo porque la masificación de las cárceles, la miseria de sus barriadas... la pena de muerte, no solo está en Oriente, a ver cuándo alguien se mete en el corazón profundo de América e incluso de la culta y refinada Europa.
El comisario es una persona eficaz, irreductible e insobornable. Para él oír hablar de millones a los corruptos y mafiosos narcos es como vender arena en el desierto. Y tiene que lidiar también con las trabas administrativas, la burocracia de las instituciones para salvar al menos un gramo de dignidad de su ojetivo, desmontar la red del gran narco, lo que sabe que no podrá hacer. Aun así cumple con su deber, esquivando zancadillas propias y ajena, hasta que finalmente se da cuenta de que su misión no redime a nadie, y aún menos a sí mismo.
Los actores están perfectos, la dirección y ambientación, estupendas. Te metes hasta el fondo de lass cloacas que sugiere
Se reparte estopa por igual a los traficantes, policía y jueces, que en sí mismos son un arma que a su vez esclavizan y son esclavizados por un poder mayor.
El juez, que trata de aplicar correctamente la ley, sabe que no está haciendo justicia con el chaval frente a su padre. Pero es lo que hay.
El narco, noble e incluso tierno con los niños, es otro eslabón más del mecanismo que se activa, una vez pulsado el botón del "todo vale", a cambio de una casa mejor y una vida más cómoda para sus padres a costa de la vida de otros miserables como lo fue antes la suya.
Hay lugar para compadecer y para odiar a cada uno de ellos.
No deja indiferente y además interesa, entretiene sin fuegos de artificio, tan habituales como fatuos últimamamente.
Provoquemos que esta gente, director, actores... sigan con su trabajo, nos sigan haciendo disfrutar con todas sus consecuencias... y a pesar de la ley.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay una parte que se me escapó de la película. Por si alguien me la quiere resolver.
En las primeras escenas, cuando el policia persigue al camello y este tira la droga, que el policía a su vez recoge, e inmediata y literalmente al traficante se lo traga la tierra, por qué luego le imputan el haber cogido la droga... qué tenía que haber hecho.. o es porque el comisario no quiere refrendar su informe? no me queda claro.
En las primeras escenas, cuando el policia persigue al camello y este tira la droga, que el policía a su vez recoge, e inmediata y literalmente al traficante se lo traga la tierra, por qué luego le imputan el haber cogido la droga... qué tenía que haber hecho.. o es porque el comisario no quiere refrendar su informe? no me queda claro.
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