You must be a loged user to know your affinity with KingOfGoblings
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
1
4 de junio de 2022
4 de junio de 2022
334 de 495 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo que me hace estallar la cabeza. Y no son sólo las críticas entusiastas que defienden este estreno como algo rompedor y estimulante, sino que me desconcierta por completo que alguien haya podido tragarse entero este sinsentido de vergüenza ajena. Yo no he sido capaz, la verdad. Pero con una hora que he logrado mantener la vista en la pantalla (más ya me hubiera provocado daños neuronales irreversibles), creo que me hallo capacitado para comentar esta absurda excursión al Multiverso. Después de todo, no haber sido capaz de verse la película entera ya dice bastante sobre la misma. Lo dice todo. A la vez y en todas partes.
Para empezar, que alguien me explique dónde están la originalidad e innovación que se le atribuyen. Lo que es el Multiverso lleva relativamente poco siendo explotado por las productoras cinematográficas, pero yo siendo un chaval ya leía sobre él en los cómics, y me estoy remontando a unas cuantas décadas atrás. Lo de descubrir de repente que tu realidad no era la realidad que pensabas ya lo experimentamos a través de los ojos de Neo en el Matrix de finales del siglo pasado. Echemos más mano de los Wachowski con Sense8, donde los personajes iban intercambiándose las habilidades de los otros. Y lo de desplazar tu mente entre los otros “yoes” de realidades alternativas lo vimos en X-Men: Días del Futuro Pasado. Incluso Jet Li se metió en un embolao donde iba eliminando sus versiones alternativas en otros universos para adquirir sus poderes. Aquí, en esta producción supuestamente revolucionaria, se hace un mal refrito de todos esos elementos, se agita de mala manera y la gente se flipa como si le estuvieran presentando algo nuevo e inesperado. Asombroso y decepcionante.
Pero dejemos la presunta originalidad al margen. Respecto al tono y ritmo de la película ahora. Es una cosa tan cansina, tan redundante en su planteamiento y tan enquistada en su avance agónico, que si te vas saltando tramos de diez o quince minutos, ni te enteras. Yo la dejé a los sesenta minutos, y seguía prácticamente igual que a los veinte… Ahora soy el marido de tu yo de otro universo / ahora soy yo de nuevo / ahora vuelvo a ser el otro / ahora tú desplazas tu mente a otro yo / ahora vuelves / ahora soy yo el que me piro / idem idem idem. Pasito palante, pasito patrás, zapateo sin ir a ningún lado. Porque no hay ningún lado al que ir, no hay propósito ni sentido alguno.
El guión, o bien es un disparate sin coherencia alguna, o es que directamente no hay guión y es la necesidad que tiene nuestra mente de hallar una estructura lo que da apariencia de historia detrás de todo ello. Los supuestos gags cómicos son de tal falta de gracia y tan irritantes que te hacen llevarte la mano a la frente y cubrirte los ojos para no seguir pasando bochorno.
Y podría seguir así, ¿pero para qué? Ya he dedicado bastantes palabras a algo que merece bien pocas.
Para empezar, que alguien me explique dónde están la originalidad e innovación que se le atribuyen. Lo que es el Multiverso lleva relativamente poco siendo explotado por las productoras cinematográficas, pero yo siendo un chaval ya leía sobre él en los cómics, y me estoy remontando a unas cuantas décadas atrás. Lo de descubrir de repente que tu realidad no era la realidad que pensabas ya lo experimentamos a través de los ojos de Neo en el Matrix de finales del siglo pasado. Echemos más mano de los Wachowski con Sense8, donde los personajes iban intercambiándose las habilidades de los otros. Y lo de desplazar tu mente entre los otros “yoes” de realidades alternativas lo vimos en X-Men: Días del Futuro Pasado. Incluso Jet Li se metió en un embolao donde iba eliminando sus versiones alternativas en otros universos para adquirir sus poderes. Aquí, en esta producción supuestamente revolucionaria, se hace un mal refrito de todos esos elementos, se agita de mala manera y la gente se flipa como si le estuvieran presentando algo nuevo e inesperado. Asombroso y decepcionante.
Pero dejemos la presunta originalidad al margen. Respecto al tono y ritmo de la película ahora. Es una cosa tan cansina, tan redundante en su planteamiento y tan enquistada en su avance agónico, que si te vas saltando tramos de diez o quince minutos, ni te enteras. Yo la dejé a los sesenta minutos, y seguía prácticamente igual que a los veinte… Ahora soy el marido de tu yo de otro universo / ahora soy yo de nuevo / ahora vuelvo a ser el otro / ahora tú desplazas tu mente a otro yo / ahora vuelves / ahora soy yo el que me piro / idem idem idem. Pasito palante, pasito patrás, zapateo sin ir a ningún lado. Porque no hay ningún lado al que ir, no hay propósito ni sentido alguno.
El guión, o bien es un disparate sin coherencia alguna, o es que directamente no hay guión y es la necesidad que tiene nuestra mente de hallar una estructura lo que da apariencia de historia detrás de todo ello. Los supuestos gags cómicos son de tal falta de gracia y tan irritantes que te hacen llevarte la mano a la frente y cubrirte los ojos para no seguir pasando bochorno.
Y podría seguir así, ¿pero para qué? Ya he dedicado bastantes palabras a algo que merece bien pocas.

5,8
17.552
3
22 de octubre de 2021
22 de octubre de 2021
163 de 258 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de malgastar dos horas de mi vida y 6 euros en ver este truño almodovariano. Los 6 euros los perdono, pero las dos horas se las voy a pasar a cuenta al manchego hasta el día en que me muera, reprochándole que podría haber disfrutado mi vida dos horas más.
Porque estas han sido dos horas sufridas. Dos horas de un director que ya no tiene nada que contar y que se dedica a darnos cansinas lecciones de historia manierista sobre la guerra civil y las fosas comunes. Sí, parece que a priori la peli no va de eso, pero es que al final no va de nada en realidad. Se limita a cruzar tramas inconexas, a las que no saca ningún jugo, mientras recorre el inventario progre: el feminismo mal entendido, la maternidad uniparental, la sexualidad ambivalente, la equiparación de pijos y falangistas, la simplona división de buenos y malos. Una ensalada que ha salido incoherente, de ritmo irregular, sin tensión dramática, y ya en la recta final, tediosa y tendenciosa.
Tomates manchegos para Pedro.
Porque estas han sido dos horas sufridas. Dos horas de un director que ya no tiene nada que contar y que se dedica a darnos cansinas lecciones de historia manierista sobre la guerra civil y las fosas comunes. Sí, parece que a priori la peli no va de eso, pero es que al final no va de nada en realidad. Se limita a cruzar tramas inconexas, a las que no saca ningún jugo, mientras recorre el inventario progre: el feminismo mal entendido, la maternidad uniparental, la sexualidad ambivalente, la equiparación de pijos y falangistas, la simplona división de buenos y malos. Una ensalada que ha salido incoherente, de ritmo irregular, sin tensión dramática, y ya en la recta final, tediosa y tendenciosa.
Tomates manchegos para Pedro.
3
19 de octubre de 2024
19 de octubre de 2024
111 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almodóvar ha perdido definitivamente la conexión con la gente de la calle. Sus protagonistas son escritores de best-sellers, reporteros de guerra, directoras de orquesta, lo que hace que su historia resulta fría, distante y muy lejos de conmover. Sí, claro que los ricos también mueren… pero no es lo mismo morir en un cuchitril que en un casoplón con piscina y jardines. La incongruencia llega al punto de calzarnos un discurso contra el neoliberalismo desde la cuna del neoliberalismo y entre personajes de corte neoliberal.
La reflexión sobre la muerte propuesta por el director manchego no tiene sustancia, ni apenas entidad filosófica, más allá de unas cuantas palabras poéticas sobre lo efímero y la nieve que cita pero que ni siquiera le corresponden.
Por otra parte, los constantes guiños y relaciones gays intercalados en la película se sienten innecesarios y forzados. Simplente no vienen a cuento (lo dice un gay, antes de que empiecen a mentar la homofobia).
A excepción de Tilda Swinton, un total desaprovechamiento del reparto. Julian Moore está ahí sólo para escuchar de manera aquiescente, sonreir y soltar la lagrimita de vez en cuando. John Turturro, de relleno y sin trascendencia alguna. Y Juan Diego Botto, en el papel más escueto e irrisorio de su carrera.
En definitiva, la desilusión no es tan honda como con Madres Paralelas, pero yo por mi parte no pienso volver a tragarme ninguno de estos dramones mal planteados y peor resueltos con los que Almodóvar nos martiriza en su etapa otoñal. Hay que saber retirarse a tiempo.
La reflexión sobre la muerte propuesta por el director manchego no tiene sustancia, ni apenas entidad filosófica, más allá de unas cuantas palabras poéticas sobre lo efímero y la nieve que cita pero que ni siquiera le corresponden.
Por otra parte, los constantes guiños y relaciones gays intercalados en la película se sienten innecesarios y forzados. Simplente no vienen a cuento (lo dice un gay, antes de que empiecen a mentar la homofobia).
A excepción de Tilda Swinton, un total desaprovechamiento del reparto. Julian Moore está ahí sólo para escuchar de manera aquiescente, sonreir y soltar la lagrimita de vez en cuando. John Turturro, de relleno y sin trascendencia alguna. Y Juan Diego Botto, en el papel más escueto e irrisorio de su carrera.
En definitiva, la desilusión no es tan honda como con Madres Paralelas, pero yo por mi parte no pienso volver a tragarme ninguno de estos dramones mal planteados y peor resueltos con los que Almodóvar nos martiriza en su etapa otoñal. Hay que saber retirarse a tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hasta el título decepciona. No es la habitación de al lado, sino la de abajo.

7,0
20.929
3
16 de enero de 2023
16 de enero de 2023
109 de 183 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descorazonadora y desmedida parábola que he visto entre el desconcierto y el hastío.
“The Banshees of Inisherin” es exponente de ese cine que resulta mera cortada para que, mientras aún tratas de reponerte del despropósito que has visto, llegue el gafapasta de turno y te salga con que “no la has entendido”, y “pero mira, que esto es metáfora de esto otro”, y que “este personaje simboliza la neutralidad del conflicto, y cuando hace esto representa que blablabla” , y así todo un glosario de significados ocultos que él ha sabido captar mientras tú te has quedado en la superficie.
Hmmmm, no, querido gafapasta. Ya pude percatarme de que todo es un trasunto de las guerras civiles, y en particular del conflicto irlandés, y que los personajes representan diversas facciones del mismo. Pero eso no hace que la película mejore. Ser alegoría de un tema mayor no puede disculpar que los personajes tomen acciones absurdas y grotescas, o que la trama carezca de sentido o mesura. La historia que sirve de alegoría, y que a fin de cuentas es la que el espectador presencia, debe tener su propia esencia al margen de lo que simboliza. No puede ser un cascarón flotando a la deriva, a merced de vaivenes injustificables desde el punto de vista argumental y de la coherencia. Para contarnos unos sucesos reales a través de una ficción hay que construir una ficción congruente lo primero, y que se respete a sí misma como ficción y no como simple espejo. Por ejemplo, Emir Kusturica sabe componer magníficas tragicomedias cuyo trasfondo es la historia de su país, pero que a la vez resultan tiernas, amenas, llenas de realismo mágico. Está visto que Martin McDonagh no sabe.
Destacaría, eso sí, las interpretaciones, aunque sus personajes sean meros prototipos para simbolizar esto y lo otro.
“The Banshees of Inisherin” es exponente de ese cine que resulta mera cortada para que, mientras aún tratas de reponerte del despropósito que has visto, llegue el gafapasta de turno y te salga con que “no la has entendido”, y “pero mira, que esto es metáfora de esto otro”, y que “este personaje simboliza la neutralidad del conflicto, y cuando hace esto representa que blablabla” , y así todo un glosario de significados ocultos que él ha sabido captar mientras tú te has quedado en la superficie.
Hmmmm, no, querido gafapasta. Ya pude percatarme de que todo es un trasunto de las guerras civiles, y en particular del conflicto irlandés, y que los personajes representan diversas facciones del mismo. Pero eso no hace que la película mejore. Ser alegoría de un tema mayor no puede disculpar que los personajes tomen acciones absurdas y grotescas, o que la trama carezca de sentido o mesura. La historia que sirve de alegoría, y que a fin de cuentas es la que el espectador presencia, debe tener su propia esencia al margen de lo que simboliza. No puede ser un cascarón flotando a la deriva, a merced de vaivenes injustificables desde el punto de vista argumental y de la coherencia. Para contarnos unos sucesos reales a través de una ficción hay que construir una ficción congruente lo primero, y que se respete a sí misma como ficción y no como simple espejo. Por ejemplo, Emir Kusturica sabe componer magníficas tragicomedias cuyo trasfondo es la historia de su país, pero que a la vez resultan tiernas, amenas, llenas de realismo mágico. Está visto que Martin McDonagh no sabe.
Destacaría, eso sí, las interpretaciones, aunque sus personajes sean meros prototipos para simbolizar esto y lo otro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La traca final, un cúmulo de desgracias y azotes sin cuento: se larga la hermana, se muere el asno, se ahoga el simple del pueblo, se mutila la mano el violinista, su examigo le quema la casa esperando verle arder…. ¿Qué más? ¿Qué más, venga, alguna otra calamidad que pueda sobrevenir?
El broche es un final amargo, sin redención alguna y que deja por los suelos el ánimo del espectador, exhausto y desmoralizado tras semejante avalancha de infortunios. ¿Para qué?, se pregunta uno.
No la recomendaría, y mucho menos si queremos reducir la tasa de suicidios en nuestra sociedad.
El broche es un final amargo, sin redención alguna y que deja por los suelos el ánimo del espectador, exhausto y desmoralizado tras semejante avalancha de infortunios. ¿Para qué?, se pregunta uno.
No la recomendaría, y mucho menos si queremos reducir la tasa de suicidios en nuestra sociedad.

6,5
3.961
4
2 de mayo de 2025
2 de mayo de 2025
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sólo la versión cinematográfica de los Thunderbolts no respeta (o no comprende siquiera) el concepto original de los cómics, sino que ni siquiera incluye a ninguno de los miembros originales del grupo. Eso ya presagiaba poca fidelidad, y una vez estrenada la película se confirma la sospecha. La llaman “Thunderbolts”, pero se trata de la enésima historia de inadaptados que se ven obligados a formar equipo; unos perdedores de usar y tirar que participan en arriesgadas misiones a las que da igual si sobreviven o no, y que finalmente deben coordinarse a su pesar para afrontar una amenaza mayor. O sea, el Escuadrón Suicida de DC, ni más ni menos. Sobre todo, no más.
El por qué crítica y público parecen haberse rendido a una película tan mediocre, manida, con tantos fallos de guión, sólo puede explicarse a lo bajas que están ya las expectativas en cuanto a estas producciones. Marvel nos ha estado alimentando con tanta bazofia en los últimos años, que ya cualquier migaja que nos arroje la acogemos como un manjar, y excusamos sus múltiples defectos como “entretenimiento sin pretensiones”, pero yo al menos llevaba pretensiones de ser entretenido, y ni eso han logrado.
El final de la película, que no voy a spoilerear, supone ya la burla definitiva al universo Marvel. Un “me c*go en todo” sin tirar de la cadena y dejando la tapa abierta, que viene a mostrar que ya nada importa, que este universo lo han exprimido tanto como han podido y ya es hora de arrojarlo a la basura. Justo como a los mercenarios prescindibles que forman el equipo.
El por qué crítica y público parecen haberse rendido a una película tan mediocre, manida, con tantos fallos de guión, sólo puede explicarse a lo bajas que están ya las expectativas en cuanto a estas producciones. Marvel nos ha estado alimentando con tanta bazofia en los últimos años, que ya cualquier migaja que nos arroje la acogemos como un manjar, y excusamos sus múltiples defectos como “entretenimiento sin pretensiones”, pero yo al menos llevaba pretensiones de ser entretenido, y ni eso han logrado.
El final de la película, que no voy a spoilerear, supone ya la burla definitiva al universo Marvel. Un “me c*go en todo” sin tirar de la cadena y dejando la tapa abierta, que viene a mostrar que ya nada importa, que este universo lo han exprimido tanto como han podido y ya es hora de arrojarlo a la basura. Justo como a los mercenarios prescindibles que forman el equipo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Cómo puede la Chica Fantasma reconocer a sus compañeros cuando viene a recogerles con el vehículo, si van camuflados como soldados? ¿Cómo saben luego lo que ha ocurrido si se han pirado de allí a toda leche?
¿Por qué una Valentina de Fontaine comenta alegremente sus tejemanejes ante un conductor de limusina desconocido, que (casualmente) resulta ser el padre de una de las que pretende asesinar? ¿Cómo logra luego el padre saber dónde está la base secreta?
¿Cómo y por qué llega Bob a esa base? ¿Cómo es que le vemos luego aprender a reventar un simple vaso, y dos minutos después ya tiene más entrenamiento de combate que el Homelander?
¿Cómo puede haber un ejército de periodistas oculto tras aquella lona, cuando dos minutos atrás New Cork estaba en sombras y sumido en una crisis?
En fin, son tantos y tantos sinsentidos juntos que el espectador no puede ya suspender su incredulidad hasta esos extremos. Yo directamente desconecté de la película y me limité esperar a que terminara.
¿Por qué una Valentina de Fontaine comenta alegremente sus tejemanejes ante un conductor de limusina desconocido, que (casualmente) resulta ser el padre de una de las que pretende asesinar? ¿Cómo logra luego el padre saber dónde está la base secreta?
¿Cómo y por qué llega Bob a esa base? ¿Cómo es que le vemos luego aprender a reventar un simple vaso, y dos minutos después ya tiene más entrenamiento de combate que el Homelander?
¿Cómo puede haber un ejército de periodistas oculto tras aquella lona, cuando dos minutos atrás New Cork estaba en sombras y sumido en una crisis?
En fin, son tantos y tantos sinsentidos juntos que el espectador no puede ya suspender su incredulidad hasta esos extremos. Yo directamente desconecté de la película y me limité esperar a que terminara.
Más sobre KingOfGoblings
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here