‘Madoka’ me ha dado más de lo que esperaba (que era bastante poco). Tiene una de esas historias que piensas que puedes anticipar desde el primer capítulo y va sufriendo cambios (justificadamente) hasta que en el último estás viendo otra cosa completamente distinta a la inicial. La animación es espectacular, muy pocas series pueden presumir de estar tan cuidadas, y los personajes, dentro de lo que cabe, son tridimensionales y comparten reflexiones adultas e inteligentes, lejos del infantilismo habitual del anime. Aun así tiene sus pequeños fallos y un desenlace que a mí al menos no me convence (esa necesidad de cerrarlo y explicarlo todo acaba dando lugar a algunos giros muy peregrinos), aunque entiendo que a la mayoría de los fans sí. Yo he quedado satisfecho en cualquier caso.

Que una película francesa se decante por hacer los diálogos en inglés ya da una idea de la falta de personalidad de esta película, un thriller policiaco clásico al que le ponen toda clase de adornos para tapar el producto típico que es (con sus personajes más que manidos: el detective atribulado, la femme fatale, el empresario que lo controla todo malo malísimo, el doctor que inventa cosas locas…). El problema con los adornos es que tampoco es que no hacen que la película brille más. El escenario no tiene profundidad alguna: un futuro distópico que apenas destaca por cómo te avasallan con las pantallitas, los hologramas y los anuncios por todas partes (qué matraca). Y la animación tampoco es tan especial, y hace parecer que el blanco y negro se ha usado más por pereza que por convicción. En definitiva, poco aporte, ni visual ni contextual ni argumental. Yo particularmente acabé aburrido y sin interés por el desenlace. Mañana ya se me habrá olvidado.

La película combina momentos inteligentes con otros ridículos, la mayoría fruto de un montaje muy regulero. Los personajes no dan mucho de sí, demasiado fríos y sin apenas matices; la investigación aburre a ratos por su simplicidad y el clímax final deja que desear. Aun así, algo hace que la película avance y se deje ver: igual es la cara (la presencia) de Stellan Skarsgård, igual es que uno espera que en algún momento la cosa vaya a más… al final, una novela negra clásica y sin demasiada chicha.

Otra buena película de Joachim Trier, para mí (hasta donde he visto) el mejor director noruego con bastante diferencia. En ‘Reprise’, además de contar una gran historia, demuestra que sabe dominar todos los registros (hay tensión, ternura, diversión, tristeza), que sabe crear y desarrollar personajes (y dirigir a los actores) y jugar con las líneas temporales con un resultado creíble y que hace fácil la inmersión. Poco que criticar, todo bien.

Me gustaron mucho las dos películas anteriores de Roskam y Schoenaerts, pero esta última no hay por donde cogerla. El guión hace agua por todos lados, simplemente suceden las cosas una detrás de otra sin que uno sepa exactamente hacia dónde va la historia o qué nos quieren contar los guionistas, y se repiten una serie de tópicos más que trillados (¿todavía en 2017 alguien ve buena idea poner a un gangster a hacer “un último trabajo” antes de retirarse a la vida familiar?). Al final el desarrollo errático de los acontecimientos te acaba sacando de la película, yo al menos perdí el interés. Lo mejor, la interpretación de Adèle Exarchopoulos y el minuto final.