La película es un claro vehículo de lucimiento para la Streep, que me ha gustado pero no emocionado como con otros trabajos, es una especie más bien de admiración por su labor que de emoción, eso si, gana enteros en su parte senil, Amén de ese soberbio maquillaje, y desde luego por su entrega física y emocional de Meryl dentro de este ámbito, que posee un control y dominio del personaje como si fuese propio, de aplausos claro que si.

Por su parte, Phyllida Lloyd con una dirección torpe y un irregular guión de Abi Morgan, recrean un a ratos incrédulo y caricaturesco retrato de la Ministra de fama mundial, optando por mostrar su lado humano que despierta más compasión que comprensión, y en cierto modo, atenuando el temple de hierro, sus polémicas acciones y su modo de hacer política por durante más de una década.

Dejando recaer toda la responsabilidad en sus actores, en este caso la gran Streep que ella es la película y no esta de más destacar a un cálido Jim Broadbent que consiguen lo mejor del film en las partes donde interactúan juntos.
Aunque en cierto modo, sobre todo en la etapa de Ministra, la directora a la falta de dar profundidad e intensidad al personaje opta por hacer una mezcla que recuerdan ciertas referencias de Miranda Priestly y Aloysius Beauvier, personajes magistrales de la Streep y parecidos a este, en un intento desesperado de no desperdiciar del todo a semejante actriz y a la falta de un dominio de la ejecución funcionan para sostener las escenas más que por la calidad propia del film.

Entre otros aspectos, destacaría la dirección artística, sobre todo los decorados y los colores muy relacionados al vestuario de la Thatcher.

Después de un largo intervalo de cinco años, Jean Pearre Jeunet nos ha traído Micmacs, un gran follón su última película, que se adorna con su imaginación extraña como de costumbre del mundo real, su peculiar estilo visual que hace que sus películas resulten admirablemente hermosas y cuya banda sonora melodiosa.

Micmacs es la historia sobre Bazil, cuyo padre murió a causa de una mina antipersonas y él siendo mayor recibe una bala perdida que se aloja en su cabeza. Vagabundeando por las calles, es adoptado por una familia de callejeros y con su ayuda, tratará de vengarse de las compañías armamentísticas.

La película básicamente es una sátira de las empresas fabricantes de armas que hacen negocios ilícitos sólo para hacer más ganancias y sin importar ser responsables de la muerte de millones en el mundo. Resulta divertida y cómica, con los característicos e ilimitados personajes extraños y simpáticos de la mente del francés.

El trabajo de fotografía, como siempre impecable, en esta ocasión a cargo de Tetsuo Nagata, que hace un uso exquisito de colores que resultan agradables y hermosos. La dirección artística es espléndida que hace de la película ser visualmente atractiva y la música de Raphaël Beau bastante acertada.

La debilidad de la película es que intenta la formula de Amélie, lo cual perjudica al hablar de guión y narración por que ya no sorprenden como debieran, además de apegarse más a la realidad tal cual que a la magia, pero logra mantenerse divertida y a buen ritmo durante todo el tiempo. Eso sí, se hecha de menos un mejor desarrollo, en lugar de depender completamente del estilo y del poder visual.

Otra película más que lleva al cine un drama deportivo basado en hechos reales, esta vez sobre los boxeadores Dicky Eklund (Bale) y Micky Ward (Wahlberg).

David O. Russell, plantea una aparente historia de campeones donde hay muy poco box y lo que hay es opacado por el drama absoluto, en una narración lineal y bastante descompensada que deja más bien frio, un melodrama de principio a fin, no esperen encontrar grandes peleas pero si riñas y problemones familiares entre sus personajes, el director recurre a la escandalosa vida personal que al desempeño que le dio fama sus campeones.

Ignoro la temática del boxeo, es un deporte que ni fu ni fa, pero al menos los momentos supuestamente épicos de los combates con Gotti, me parecen hechos al puro estilo de Hollywood, tan tópicos como los “asombrosos combates” de Rocky que inicia perdiendo y aguanta y más aguanta y ya cuando se ve todo perdido la súper reacción, es decir, me parece falso.
Se entiende que sea un hecho real y no ficción, pero la falta de enjundia de su director para darle realismo es nula.

Por otra lado un montón de personajes, pero solo sus caras conocidas y protagonistas parecen estar descritos para actuar, Christian Bale es The Fighter, el es protagonista tanto en el alma del filme como su rol, desde que aparece en la escena inicial hasta el final, posiblemente ofreciendo el trabajo de su carrera, metido en una transformación física y emocional en el que parece irreconocible, un personaje sumamente premiable, dotado de rebeldía, tonto, irresponsable, vicioso, fanfarrón, etc., que a ratos parece pasado de rosca pero que la usencia de el en pantalla parece perder interés el filme, eso sí, el Oscar bienvenido pero tanta unanimidad no es para tanto.

Mark Wahlberg hace un esfuerzo tremendo por encajar en su personaje y sostenerlo en los duelos de forcé, apenas logrando el correcto ante un personaje sin chispa y que resulta soso, donde el protagonismo se la va de las manos al ser devorado por el resto de sus compañeros.

Sus compañeras secundarias donde destaco en especial a Melissa Leo que funge en el rol de madre y manager, abordando su personaje con una notable entrega y dando muestras que desde Frozen River es una actriz con gran potencial y con hambre de ser reconocida por que lo vale y su trabajo lo amerita, gran secundaria. Por su parte Amy Adams que sale de novia y motivadora de Micky, esta más que correcta cumpliendo con su rol que junto al de Wahlberg se ven limitados y opacados a los excesos que tiende hacer el director con la historia.

Conclusión, una excelente ambientación y un grupo de actores en especial la gran dupla Bale y Leo salvan este tópico y correcto filme hecho a la caza de premios, donde una vez más sorprende la gran aceptación de la sobrevalorada critica americana y las academias de premios.

Película triunfadora en el pasado festival de Sundance como mejor película y guión, es una de las grandes esperanzas “inde” de este año. Esta cinta narra la historia de una adolescente que además de hacerse responsable del cuidado de su madre y sus dos hermanos pequeños, se ve obligada a buscar a su padre desaparecido, el cual, además de estar involucrado en negocios turbios, los ha implicado en una situación que pone al limite la poca estabilidad de vida que poseen.

Winter’s Bone es un relato sencillo e intenso, con una dirección correcta y narrado a ritmo lento pero efectivo para dar causa al desarrollo del relato y de las situaciones, las cuales se agradecen que sean poco dramáticas y que posean un tono oscuro más encaminado al thriller, haciendo efectivo el trabajo mayoritariamente en exteriores dándole autenticidad y viveza a la atmosfera del relato, además de hacer énfasis en sus inclinaciones al drama social las cuales resultan inclusive veraces.

Los actores interpretes todos creíbles, en especial una portentosa Jennifer Lawrence (confirmado su ascenso), metida en un personaje fuerte y de suma viveza, todos ellos están retratados de tal manera que recuerdan a los representados en el genero western, en especial ellas, mujeres audaces, valientes y que cumplen roles como los del hombre, además de que cada uno posee cierto misterio y que pese a vivir en un mismo lugar actúan como si se tratasen de desconocidos, y no solo en cuestión de personajes, si es notorio en el uso magnifico de la naturaleza para representar lo salvaje.

Ante todo esto, otra muestra más de cine “inde” del bueno, de ese que da gusto ver triunfar como Frozen River (y no Precious), del cual Debra Granik posee y demuestra que tiene talento para manejar la cámara, actores y relatos desoladores, pero le falta lo que ha muchos, la enjundia y garra para hacer redonda su propuesta, tiene los medios, pero falta pulirlos mejor.

“The Artist” cumple bien en el modo de homenajear físicamente al cine mudo de la década de 1920. La película en sí luce hermosa, sobre todo en la adecuada selección de colores y texturas tanto en el vestuario como en el diseño de la producción para dar las tonalidades correctas al emplear el B/N y por el uso ingenioso de los demás elementos a la falta de sonido, como la música y la imagen.

De esta forma, consigue sus mejores momentos cuando juega con el concepto del cine mudo, donde destacaría un par de episodios; el inicio y la secuencia del sueño de George, que resume gran parte de la esencia y gracia del cine mudo.
Así mismo, el elenco logra enteros, sobre todo Dujardin y Bejo que tienen gran química en pantalla que hacen que te enamores de ellos, cumpliendo con las marcadas expresiones faciales, movimientos mímicos y exagerados, expresando todo lo no verbal.

Por desgracia, la película sufre de uno de los principales defectos del cine actual que encima resulta crucial para una cinta muda; Debido a la falta de diálogo, en última instancia, “The Artist” tiene una historia simple y además resulta bastante estereotipada.

La película emula al cine mudo de forma muy convencional. Hazanavicius pudo tomar un poco de las películas más experimentales que caracterizaron los primeros años del cine mudo, como el expresionismo alemán o el cine D. W. Griffith o como mínimo a las obras de iconos de casa como Chaplin, Keaton, Vidor, Marx, etc., y no enfocarse a un solo estilo.
Teniendo en cuenta que la película, por cuya naturaleza, debería tener un conjunto de referencias de estas. Además “Es un homenaje a las glorias del cine mudo”, si, pero yo no logro captar ningún homenaje y ni esas glorias que son muchas y algunas producto de los autores anteriormente señalados.

Sin embargo y en gran medida, me da la sensación de que la trama imita más no homenajea a grandes clásicos del cine sonoro, tales como “A Star is Born” y “Singin' in the Rain”, que en mi caso hacen que la película pierda el interés por lo predecible y en lugar de añoranza, me provoque cierta indignación por esta parodia.

Se destaca el merito y los aciertos de hacer una película muda en estos tiempos, pero su éxito se me escapa por completo y más por la pasión que levanta (seguro que ni los críticos y académicos han revisado las obras de sus leyendas). Por su parte, la Academia injustamente no valoro a grandes cineastas y obras cumbres del cine mudo en su tiempo y todo indica que este año trata de enmendarse, pero tendremos a otra “Alas” derrotando a “Y el Mundo Marcha”, "El séptimo cielo" y “Amanecer”.

Lo más curioso de todo, es que un francés rinde tributo a la época dorada del cine mudo o más bien dicho a “Hollywood” y por el otro, un norteamericano declara su amor a los precursores del cine, los hermanos Lumière y al pionero Georges Méliès. El final de esta historia creo ya lo sabemos...