Por fin, una película sobre el monstruo del lago Ness, que es una auténtica gozada, está narrada con un ritmo vertiginoso, con unos magníficos efectos especiales, un guión bastante resultón y unas actuaciones más que convincentes. Como dijo no sé quien, refiriéndose a no recuerdo cual película, es emocionalmente manipuladora, pero cuando está tan bien hecha, me encanta que me manipulen. Absolutamente recomendable para el papa, la mama, el nene y la nena.

Si tomamos como referencia, Jóvenes ocultos, efectivamente no le llega a la suela de los talones, pero si la vemos como un homenaje, a ese ya clásico de Joel Schumacher, tiene su punto, sale Corey Feldman como referente y el inclasificable hijo de Kiefer Shuterland, en el papel de jefe de los vampiros, que hacia su padre en la primera. Si con estos alicientes, estas dispuesto a ver una, por lo demás, mediocre película, bienvenido al club.

Para los que hemos crecido con la saga, nos costó ruedas de molino, comulgar con el nuevo James Bond de Casino Royale, aunque algo a regañadientes, me pareció una buena película, con un Bond, a mi juicio, demasiado trascendente y alejado de la socarronería inherente a la saga, que tan bien representaba Pierce Brosnan. Por lo que no trago, es por este confuso popurrí de escenas de acción mal filmadas, en el que no se sabe quien dispara a quien y quien cae, hasta que no le ves fugazmente en el suelo, además del sacrilegio que cometen los, se supone molones responsables de esta película de arrogarse la facultad de suprimir el santo y seña característico de, -mi nombre es Bond, James Bond. Miedo me da, que este director sea el que va a llevar a cabo el rodaje, de la esperada adaptación del libro de Max Brooks, World War Z.

A un pequeño supermercado de un pueblo de Arizona, llegan un grupo de hombres fuertemente armados, liderados por Carlos Bernard, (Almeida, el entrañable amigo de Jack Bauer en 24, dieciocho los ojos que lo ven), entre los que se encuentra un tipo, que cogiendo entre sus manos la cabeza de todo el que se va encontrando , tanto empleados, como clientes, percibe unas vibraciones, eliminando ipso facto al que se las transmite negativas, así como a un cliente policía que se pone bravo, entretanto la policía toma posiciones, produciéndose las típicas situaciones entre policías, asaltantes y rehenes. A partir de aquí y hasta bastante avanzada la película se crea una más que digna tensión, que va in crescendo hasta el final, pues no sabemos que buscan, aunque por el titulo lo imaginemos. Estamos ante un buen producto de terror, que sin renegar de las pautas del genero, aporta a este, una original visión, véase sección bichos alienígenas, (subseccion, moradores de cuerpos humanos), con su correspondiente toque zombie. Muy entretenida y con sus gotas de humor negro, sabiamente distribuidas, buenas actuaciones, buen guion, bien dirigida y con un final por su camino. Más que de Mist, (Frank Darabont), con la que solo tiene en común, que la acción se desarrolla en un supermercado, (que no te confunda la sinopsis), bebe de esas dos joyas que son, La cosa de Carpenter y The Hidden, del irregular Jack Sholder. Absolutamente recomendable para los maltratados aficionados al género. Atentos a este director.

Esta es una de esas películas, que a la hora de juzgarla, no se puede ser todo lo objetivo que uno quisiera, a mi juicio entran en juego las vivencias personales de cada uno, lo que para unos es, una preciosa historia sobre las aspiraciones satisfechas, o no, de una pareja al decidir juntar sus vidas y ver que esta no les llena por completo, en una época y una sociedad, que irremisiblemente define los roles, (marido currante, esposa ejemplar criadora de niños y eficiente ama de casa), marginando a quien se sale de las pautas, para otros, puede ser la historia de dos cantamañanas, que, (al menos en el caso de ella han leído demasiados folletines decimonónicos), creyendo que su reino no es de este mundo y que saliendo de la jaula en la que se sienten, por fin el mundo será recompensado por su hasta hora oculto potencial, pero que mientras llega ese momento tienen derecho a hacer de su capa un sayo, ya que la sociedad a la que pertenecen/emos, está en deuda con ellos. Desde la noche de los tiempos, todas estas insatisfacciones han estado presentes, tanto en la vida real, como en el cine y la literatura. Independientemente de la empatía, o no, que sientas por los personajes, Leonardo DiCaprio esta inmenso, a Kate Winslet, no la acabo de coger el punto y qué decir de la poderosa todoterreno Kathy Bates. Sam Mendes sabe contar muy bien este tipo de historias, aunque para mí, hasta la fecha le admiro como el tipo responsable de la excepcional Camino a la perdición.