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España España · Somewhere Far Beyond
Críticas de Richy
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Críticas 1.322
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
8 de mayo de 2024
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Primera entrega de la antología “Electric Dreams”, basada en relatos del prolífico y laberíntico Philip K. Dick, uno de los autores de ciencia-ficción más adaptados en la gran pantalla, dando títulos clave del género como “Blade Runner” (1982) o “Desafío total” (1990), y series como “El hombre en el castillo” (2015).

“The Hood Maker” está basado en el relato corto del mismo nombre. Se trata de una sociedad distópica en una ciudad oscura y decadente, en la que conviven ciudadanos comunes con telépatas mutantes que tienen poderes comunicativos. Pero alguien ha conseguido aislarse de estos poderes gracias a unas capuchas que inhiben el poder de estos telépatas, por lo que dos detectives se ponen tras la pista (Richard Madden y Holliday Grainger).

Este primer mediometraje está repleto de elementos comunes a la narrativa de Philip K. Dick. Mutantes, héroes detectivescos y trasfondo pesimista que engloban una historia bien ambientada (muchos recordarán la imaginería de “Blade Runner” en más de una escena), pero se pierde a la hora de intentar dar cierta coherencia a lo que cuenta. Esta vez no se trata del guion, sino del relato original, algo en lo que Philip K. Dick solía caer en algunas de sus obras.
Richy
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6
7 de mayo de 2024
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Película de ciencia-ficción distópica que retoma por enésima vez el tan deseado sueño del ser humano de buscar la eterna juventud. En este caso, lo que nos propone Damir Lukacevic es la posibilidad de transferir nuestro ser, conciencia o personalidad a un cuerpo más joven y saludable.

Los decrépitos y enfermos protagonistas, Hermann (Hans-Michael Rehberg) y Anna (Ingrid Andree), se ponen en manos de una clínica especializada en esas transferencias, encargada de buscar individuos en situaciones desesperadas, sobre todo entre los más desfavorecidos por culpa de conflictos y pobreza. Les ofrecen una salida a sus vidas condenadas a cambio de ceder sus cuerpos y sus mentes para los clientes del laboratorio, por lo que ya tenemos servido en bandeja el debate ético y moral.

Las condiciones impuestas para esas transferencias ponen ciertos límites y condiciones tanto para los usuarios como para los cedentes, con lo cual el filme juega con las posibilidades que dejan los múltiples huecos de esas condiciones. De esta forma, nos encontramos con un cuarteto de personajes que conviven con sólo dos cuerpos, los de B.J. Britt y Regine Nehy, dándose situaciones de cierta complejidad dramática muy bien plasmadas por Lukacevic. El ritmo sosegado del filme dota de un lirismo especial a la narración, dándole un toque melodramático que viene muy a tono con el mensaje que se quiere transmitir.

Como toda buena distopía, el filme denuncia algunos problemas muy presentes hoy en día y, por lo visto, todavía presentes en el futuro en el que se desarrolla la historia, como la falta de escrúpulos de las megacorporaciones, el racismo, o la pobreza y el hambre en los países del mal llamado tercer mundo.
Richy
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6
6 de mayo de 2024
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Nueva apuesta de terror de la mítica Blumhouse, adaptándose a los nuevos tiempos de la inteligencia artificial para llevar la extrapolación de sus peligros al límite.

La cinta de Gerard Johnstone explora la relación entre una niña (Violet McGraw) huérfana de padres con una nueva compañera de juegos que a la vez sirve también como tutora: una muñeca llamada M3GAN que en realidad es un robot de alta tecnología con el angelical rostro de Amie Donald, movido por una inteligencia artificial en continuo aprendizaje. Para más inri, y para que todo quede en familia, la diseñadora de M3GAN es la tía de la niña (Allison Williams). Esta robot-niñera recordará a más de uno a los bienintencionados robots de Spielberg de "A.I. Inteligencia Artificial" (2001), pero las similitudes acaban ahí.

“M3GAN” cumple todos los requisitos para ser un buen filme de terror sin arriesgar mucho. La historia es muy correcta, se mueve por terrenos conocidos y resulta predecible, pero el guion contiene elementos más interesantes de lo que se podría esperar a priori. Es notable la importancia que se le da al enfoque psicológico de la niña, traumatizada por la muerte de sus padres y la falsa felicidad que produce la excesiva dependencia a su nuevo juguete. Johnstone también da algunas pinceladas sobre bullying, y por otro lado plasma acertadamente el “todo vale” de las megacorporaciones, entes deshumanizados autoproclamados los adalides del bien común, cuando son verdaderos monstruos sin escrúpulos que se alimentan de emociones e ilusiones para luego defecar los beneficios.

En las actuaciones, destaca el papel de la joven Violet McGraw, dotando de fuerza dramática a su personaje. El resto del reparto cumple sin alardeos, incluyendo la digitalizada Amie Donald, cuyo personaje probablemente es el que se ha llevado la mayor parte del ajustado presupuesto de la película.

La notable rentabilidad alcanzada por el filme ha llevado a su responsable a plantear una inevitable secuela para dentro de unos años.
Richy
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6
30 de abril de 2024
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Lo que uno espera de un musical infantil en la gran pantalla es que las canciones sean alegres y pegadizas, el ritmo sea adecuado para que no aburra a nadie, la historia contenga elementos conocidos por toda la chavalería, y sobre todo que estimule la imaginación. Roy Rowland sigue a pies juntillas todas las instrucciones y realiza una deliciosa obra con “Los 5.000 dedos del Dr. T”, toda una oda a ese dulce período de la infancia en el que un niño todavía no se apercibe de la frontera entre la realidad y la imaginación.

El filme se centra en Bartholomew Collins (Tommy Rettig), el joven alumno de un estricto y extravagante profesor de piano, el Dr. Terwiliker (Hans Conried). Éste se empeña en tener al chiquillo esclavizado enfrente del piano para que practique sin descanso. Esta presión provoca unos sueños inquietos en el pobre chaval, donde Rowland muestra acertadamente una representación de lo que es la peor pesadilla para un niño: el profesor que le echa broncas por no hacer bien los deberes y, para colmo, se mete en su casa con pretensiones de quedarse para siempre, casándose con su madre.

La película hace buen uso del technicolor para mostrarnos los surrealistas escenarios en los que se desarrollan las pesadillas de Bart, ofreciendo un vistoso espectáculo de coreografías y canciones. Si bien el pobre diseño de producción refleja el bajo presupuesto de la película, lo compensa con originalidad y los siempre positivos mensajes propios de la época en este tipo de cintas.
Richy
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8
26 de abril de 2024
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El hecho de que los avatares de la corona británica hayan sido siempre un filón para cualquier guionista, alcanza todo su sentido en esta ambiciosa y cuidada apuesta de Netflix. “The Crow” ha estado encumbrada en lo más alto tanto a nivel de crítica como de público desde sus inicios, llevándose todos los premios habidos y por haber en el género televisivo.

Basada en una obra de teatro de notable éxito, “The Crow” explora el largo reinado de Isabel II y analiza tanto la vida personal de la reina y sus relaciones familiares, como las vicisitudes relativas a su reinado dentro y fuera de Buckingham. La serie recrea muchos de los momentos más importantes en los que ella ha participado, basándose en decisiones que han afectado al devenir del pueblo británico y han tenido gran influencia sobre el resto del mundo. Aunque conceptualmente es un trabajo serio y elegante, la serie no trata de ser un escaparate publicitario para ensalzar las virtudes de la institución, sino que también se critican varios aspectos y decisiones impopulares, haciendo hincapié al descontento general que produjeron ciertos momentos concretos. El caso más trascendente y llamativo fue el de la tragedia de la princesa de Gales, arco argumental de toda la temporada 5 y parte de la temporada 6, tragedia que la serie trata de forma excelente y muy respetuosa.

La serie ha mantenido en todo momento un tono de neutralidad, lo cual se agradece. Hay que tener en cuenta de que, aunque se base en hechos reales, sigue siendo una ficción, y hay que analizarla como tal. Siendo así, podemos decir que se trata de un trabajo especialmente cuidado técnicamente, con una excelente fotografía y ambientación, transmitiendo toda la esencia “british” que demanda.

Lo que más destaca de cualquier aspecto es el alto nivel interpretativo. Las tres actrices que han encarnado a la reina Isabel II en varias etapas de su vida han sido elegidas de manera muy acertada, no sólo ya por el parecido físico, sino por sus buenas dotes actorales. Si hubiera que elegir entre alguna, sin duda Olivia Colman se llevaría la palma, pero no muy lejos del estupendo trabajo de Imelda Staunton, encargada de los últimos años del reinado. En cuanto al resto del reparto, entre los responsables del rol de Felipe de Edimburgo merecen mención especial Matt Smith y Jonathan Pryce, encarnando al consorte real en sus primeros y últimos años respectivamente.

Respecto al príncipe Carlos, cabría nombrar al ya veterano Dominic West, sin desmerecer a los demás. Es realmente difícil quedarse con alguno, el elenco de la serie es de lo más espectacular, pero si hay una actriz que ha llegado a eclipsar incluso a la mismísima Olivia Colman ha sido Gillian Anderson en su papel de Margaret Thatcher: en los episodios de la cuarta temporada, la maestría de Gillian a la hora de encarnar a la primera ministra británica dejaba fuera de juego al resto del reparto. Su forma de elaborar el personaje, imitando sus gestos y hasta su timbre de voz, le llevó a ganar el Globo de Oro en 2020.

Como en todas las series más o menos longevas, hay altibajos entre las temporadas, y dentro de cada temporada, no todos los capítulos presentan el mismo interés. Hay episodios excelentes que se mezclan con otros sumamente tediosos y aburridos, siendo estos últimos la tónica común de las dos últimas temporadas. Con todo, “The Crow” ya ha hecho historia y se encumbra dentro del panorama televisivo de los últimos años.
Richy
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