El no ver en esta película los tópicos del cine bélico me ha descolocado en un principio pero una vez pasada esa sensación la he disfrutado. No es que me parezcan mal las que siguen lineas más ortodoxas, algunas son obras maestras, pero me ha parecido que detrás de su simplicidad esta cinta logra hacer sentir ciertas situaciones del tema que describe de forma más cruda y cercana a la realidad que cuando se recurre a maneras más espectaculares. Estar en un campo de batalla, aunque por suerte no lo pueda decir por experiencia propia, debe ser de todo menos espectacular, y uno debe sentirse cualquier cosa menos un héroe, más bien muy cerca de la inmundicia, lo de las medallas viene mucho después, lejos del campo de batalla...

De forma muy caricaturizada, como corresponde a todo buen payaso, y acentuada por un lado poético que abunda en la hypérbole, pero si se aceptan y disfrutan estas premisas desaparecen en gran medida las reticencias que puede provocar esta película y se convierte en un bello alegato a la importancia de las cosas cercanas, del amor a los seres próximos y del poder del positivismo y la acción frente a la frecuente apatía y pasividad provocadas por un mundo abrumado por las "cosas importantes" que nos enturbian el placer de lo simple y nos hacen olvidar que toda gran obra se compone de pequeñas partes.