Confieso que desde que supe de la existencia de este kdrama estuve esperando su estreno con muchas expectativas e imaginaba que podría llegar a convertirse en un gran éxito. Todo parecía apuntar a ello. La sinopsis prometía a los espectadores la historia de un grupo de tres amigos de clase baja que le plantan cara a un conglomerado y se unen para alcanzar sus propias metas personales y enfrentarse a una familia adinerada. El reparto tenia a grandes estrellas como Lee Jae-wook (del que disfrutamos mucho en ‘’Alchemy of souls’’ y que repetía como protagonista), el idol y actor Lee Jun-young (que también ha aparecido en muchos kdramas y películas actuales de gran éxito) y Lee Ji-hoon, entre otros. Incluso el formato de una sola temporada de tan solo 12 episodios parecía ideal para no aburrirnos con una trama que se alarga demasiado.


Sin embargo, el director Min Yeon-Hong (al que ya conocíamos del kdrama de maquilladores ‘’Touch’’) crea un kdrama que es imposible que guste a nadie con un mínimo de criterio. Para empezar, nunca llegamos a conocer las motivaciones y los deseos internos de los personajes para tomar las decisiones que toman y establecer relaciones tan profundas y estrechas. Sobre todo, nunca se explica el porqué de esa unión aparentemente inquebrantable y de esa amistad tan cercana entre los personajes interpretados por Lee Jae-wook y Lee Jun-young. Tae-ho es el gran desconocido durante los 12 episodios del kdrama. Ni por un solo momento llegas a comprender su afán y empeño en que su amigo In-ha tome el control de la empresa que su origen ilegitimo le arrebata desde el nacimiento. Tampoco comprendes esa actitud tan servil de su parte, al punto de convertirse en el perrito faldero de su amigo y de otros personajes con poder. In-ha no sale mejor parado. Pasa de ser un personaje mínimamente interesante a convertirse en un psicópata despiadado de la noche a la mañana. El trio protagonista lo completa la desconocida actriz Hong Su-zu (a la que vimos en la segunda temporada de ‘’Sweet Home’’ sin destacar mucho). La actriz ha recibido muchas críticas negativas por su actuación en Corea del Sur. No es para menos. Aparte del patetismo de su personaje y el retrato que este ofrece de una chica interesada y poco interesante, la actriz no estaba muy preparada para afrontar un papel como este. Apenas hay cambios gestuales en su semblante cuando interpreta diferentes escenas de gran carga dramática. Tan solo se limita a abrir mucho los ojos en una expresión extraña cuando su personaje esta disgustado, asustado o lleno de rabia. No tiene un registro lo suficientemente amplio ni la experiencia necesaria como actriz para abordar un papel protagonista como este. Cuanto más profundo es el sentimiento que parece experimentar su personaje, más abre los ojos. Creo que la actriz está un poco verde y que quizás no estaba preparada para este papel. A pesar de ello, es una actriz muy joven y con muy poca experiencia que puede mejorar en el futuro. No se merece el aluvión de críticas negativas que están vertiendo sobre ella.


En general, lo peor de la trama es la pésima caracterización que se ha realizado de todos los personajes. De nada sirve un inicio prometedor y un elenco de actores y actrices de nivel, si no apoyas todo eso en una narrativa apasionante que logre atrapar a los espectadores y hacerlos participar en la historia. Si alguien espera que al final mejore, os anticipo que no va a ser así. No perdáis vuestro tiempo viendo la serie. El desenlace es uno de los peores en la historia de los kdramas. En fin, una verdadera pena porque podría haber sido un kdrama muy exitoso de haber trabajado mejor la trama y la caracterización de los personajes. Espero que los actores y actrices protagonistas escojan mejores papeles en el futuro. Lo único bueno ha sido ver actuar a la actriz Choi Hee-jin que realiza una interpretación bastante decente, incluso llegando a resultar mejor que la de la protagonista. Estoy segura de que va a tener una gran trayectoria en el futuro.

Una de las últimas apuestas de Amazon es este magnífico biopic que rescata del olvido colectivo la historia del equipo de remo de la Universidad de Washington de 1930 quienes lograron hacerse con el oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Este grupo de jóvenes universitarios comenzó su incursión en el deporte como un medio para ganarse la vida, ya que estar en el equipo de remo les proporcionaba alojamiento y un salario. Algo que era indispensable si tenemos en cuenta la época en la que está ambientada la cinta (la Gran Depresión que trajo consigo una de las mayores crisis económicas de la historia de Estados Unidos).


El guion escrito por Jon Hartmere, Mark L. Smith y Chris Weitz adapta una novela de Daniel James Brown. La historia combina el mundo de los deportes y el drama para ofrecernos un bonito relato sobre superación personal y darlo todo por cumplir tus sueños. Y es que este grupo de jóvenes desfavorecidos hijos de una época histórica desfavorecida fueron los mejores representantes de su país poniendo a un Estados Unidos que aún ocupaba un discreto segundo plano en el mapa. La trama también nos muestra como era el panorama político en otros países, dedicando un breve espacio a relatar el inicio y el desarrollo de la Alemania nazi.


El gran acierto de la cinta de George Clooney que la diferencia de otras obras similares es que se agota cualquier atisbo de individualidad dentro de ese grupo de ocho integrantes. Aunque algunos personajes tienen claramente más protagonismo que otros, nunca el relato de uno de ellos llega a estar por encima del resto. Lo importante es retratar al equipo como un ente de un solo cuerpo y mostrar la perfecta sincronización, el compañerismo y el buen liderazgo que los llevo hacia la victoria. En eso, la cinta consigue crear grandes momentos (especialmente en las escenas de las competiciones donde pasas la misma tensión que los protagonistas).


‘’Remando como un solo hombre’’ es una de las mejores películas de George Clooney desde que decidió apostar por la dirección y dejar de lado su carrera como actor, llegando al nivel de otras de sus cintas como ‘’Suburbicon’’.


En cuanto al elenco de actores, destacan las interpretaciones de Callum Turner, Joel Edgerton, Jack Mulhern, Peter Guiness y un carismático Luke Slattery que nos regala los momentos más cómicos y desternillantes de la cinta. No es una historia inolvidable ni causará un gran impacto en quien la vea, pero cumple todo lo que promete y entretiene durante su visionado. Y eso ya es mucho más de lo que ofrecen la mayoría de las cintas actuales.

Hay un hombre muerto que se encarga de la manutención de un bloque de pisos de Boston. Limpia la suciedad de sus vecinos, aguanta sus comentarios desagradables o fuera de lugar fingiendo no escuchar nada y cuando son demasiado evidentes se enfrenta a ellos sin temor a perder su empleo. Por las noches va a deshacer su ira y su tristeza con grandes jarras de cerveza de los pubs, donde ignora los intentos de flirteo de las mujeres y busca cualquier pretexto para llegar a los puños con los hombres. Nadie sabe de dónde vino ni hacia donde va. Nadie conoce su historia, pero se intuye una gran carga y una tristeza y rabias infinitas tras su mirada perdida. Un día el hombre muerto es llamado de nuevo a la vida. Debe volver a su ciudad natal (esa que abandono cuando el peso de la culpa y los remordimientos eran demasiado grandes) para hacerse cargo de su sobrino y descubre con desagrado que la vida lo ha sometido de nuevo a otra gran prueba. El hombre muerto debe volver a vivir (aunque solo sea unos meses) lo desee o no.


La última cinta del director Kenneth Lonergan es una cinta sombría y trágica con algunos toques de humor insertados para intentar aliviar algo la gran carga dramática que la acompaña. El guion del propio Lonergan nos narra una historia donde el peso de la culpa y los remordimientos han marcado la existencia de un hombre convirtiendo su vida en una sucesión de días y horas cargados de dolor y melancolía, una existencia vacía que transita más por inercia y costumbre que por pura necesidad. Cuando nuestro protagonista recibe una llamada donde se le informa de que su hermano con una grave patología cardiaca ha fallecido, su vida da un giro inesperado. Debe volver a la ciudad donde se esconden todos sus traumas y demonios internos y enfrentarse a un doloroso pasado que le dejo una herida abierta y supurante que tal vez nunca será capaz de sanar por completo. La última voluntad de su hermano fue que cuidara de su sobrino con el que siempre tuvo una relación muy especial. Sin embargo, Lee no se ve capaz de hacerse cargo del adolescente quien también lleva el duelo a su manera desde una perspectiva totalmente opuesta a la de su tío y con el que choca constantemente. Lee enfrentara entonces un dilema. Sacar fuerzas de flaqueza y mantener una relación son su sobrino o alejarse de el para siempre y cortar el único lazo que lo mantiene unido a la vida.


Las actuaciones de Casey Affleck (normal que se llevara el Oscar ese año), Michelle Williams y Lucas Hedges son soberbias. Aunque destacan especialmente las de Casey Affleck (en una interpretación brutal y descarnada que abre en canal la desesperanza y la perdida humanas) y la de su expareja ficticia Michelle Williams (que a pesar de aparecer menos tiempo en pantalla que sus compañeros llena la escena cuando hacer acto de presencia, regalándonos algunas de las escenas más intensas y emotivas del film).


Tenía esta cinta pendiente desde hace mucho tiempo, pero hasta ayer no tuve la oportunidad de verla. Ahora comprendo el porqué de tantos premios y nominaciones tras su estreno en 2016. ‘’Manchester frente al mar’’ es uno de esos dramas colosales que te marcan y que no puedes apartar de tu mente durante muchísimo tiempo. Una cinta muy recomendable que llega a lo más profundo y te revuelve las entrañas.

La última película de la argentina Marina Seresesky nos narra el encuentro de tres amigos que han vivido millones de cosas juntos (dos de ellos incluso fueron pareja y tienen mucha historia) y se reúnen en una etapa tardía de sus vidas afrontando ya casi la vejez y tras una brusca y rotunda separación que no acabo por romper sus fuertes lazos.


La cinta cuenta con un exquisito y delicioso humor negro que nos deja grandes diálogos que convierten su visionado en una experiencia muy placentera. La trama escrita por la directora nos deja ver el carácter de la película desde los primeros momentos al mostrarnos como Carlos viaja desde España donde reside hasta Argentina para despedirse de la que fue su compañera de tango y de vida durante muchos años. Al llegar, descubrirá que Margarita no esta tan muerta como creía y que ambos tienen una misión especial que llevar a cabo y que no le permitirá marcharse a España junto a su mujer y a su hija tan pronto como habría deseado.


Esta extinta pareja sentimental y de tango tiene un último e importante baile que ejecutar antes de despedirse definitivamente. Porque la vida a veces puede llegar a convertirse en un tango nostálgico y amargo, intenso y dulce que debemos aprender a bailar aun cuando creamos haber olvidado los pasos. Su incondicional amigo Pichuquito los acompañará en esta aventura que se convierte en una divertida y dramática road movie que sabe combinar perfectamente las dosis necesarias de comedia y drama para dar con el resultado perfecto. También Pichuquito tiene algún que otro secreto inconfesable que necesita dejar salir en este viaje.


Esta es la primera cinta de Marina Seresesky que veo, pero sin duda ha demostrado que tiene un carácter especial y particular lo que unido a una visión única y singular acerca del mundo, la convierten en una directora interesante a la que habrá que seguir muy de cerca en el futuro.


Si os encanta el humor negro y los guiones inteligentes, tenéis que darle una oportunidad a esta cinta. Estoy segura de que no os decepcionara.


El desenlace es sencillamente emotivo y conmovedor. Como dice un personaje a lo largo de la cinta, las grandes historias merecen un buen cierre y podemos decir que Seresesky le da a su película el mejor cierre posible.


El elenco de actores y actrices realiza grandes interpretaciones, destacando al trio formado por Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale quienes llevan sobre sus espaldas todo el peso de la cinta (a pesar de que la actuación de Jorge Marrale es algo más breve que la de sus compañeros, no por ello es menos intensa y duradera en la memoria del espectador) formando un trio formidable al que será imposible olvidar tras conocerlos. Los tres realizan una de las mejores interpretaciones de sus respectivas carreras y logran transmitir a los espectadores los lazos tan fuertes e importantes que unieron a estos tres personajes en el pasado y no los podrán separar incluso tras la muerte. Muchos de los actores y actrices que aparecen por la cinta interpretando a los diversos personajes secundarios que se encuentran nuestros protagonistas en su viaje son actores y actrices no profesionales, lo que dota a la película de un carácter sumamente realista y natural que le viene genial a la road movie haciéndonos creer que lo que estamos viendo es algo real. En los créditos les hacen un pequeño homenaje a todos ellos.

Antes de nada, quiero dejar claro que no he leído la novela de Dickens ni visto ninguna de las adaptaciones cinematográficas que se han realizado tiempo atrás. Aunque no llegara a leer esta novela sí que conozco algo de la obra de Charles Dickens y tengo que admitir que disfrute muchísimo de la lectura de ‘’Historia de dos ciudades’’ y llego a convertirse en una de mis lecturas favoritas en la adolescencia.


Esta nueva y fallida adaptación de la novela de Dickens que vio la luz en 2019 es una obra como decía fallida y absurda que convierte una tragedia (a pesar de que no leí la novela, la historia tiene un carácter muy trágico) en una comedia surrealista.


Para empezar la novela está ambientada en la Inglaterra del siglo XIX, una época en la que resultaba inconcebible que un personaje de origen hindú fuera el protagonista de una novela ambientada en esa época y mucho menos en una obra de Dickens. El disparate no acaba en ese punto, sino que se prolonga hasta límites insospechables. La inclusión forzada (que no supone nada tan rompedor como aparenta y carece de cualquier sentido para el desarrollo de la historia) da como resultado personajes y relaciones de lo más disparatadas. Podemos ver personajes de todas las razas y nacionalidades, no falta ni uno. Una madre negra de clase alta que tiene un hijo blanco, siendo ambos muy clasistas (¿hola?, de un plumazo se borra por completo la lucha de las personas afroamericanas por hacer valer sus derechos y años y años de esclavitud) y un personaje de origen asiático con una hija negra (porque sí, porque hay que adaptarse a los convencionalismos y ser los más molones, aunque no tenga sentido). Llegados a este punto, uno se pregunta si estarán cuestionando la inteligencia del espectador o si alguna vez se han planteado que los espectadores puedan ser inteligentes y no tragarse cualquier cosa.


Pese a que no leí la novela, soy muy consciente de que Dickens es un gran narrador de historias y estoy segura de que esta trama disparatada y alocada con personajes extremadamente caricaturizados que crean el propio Lannucci y Simon Blackwell no le llega ni a la suela de los zapatos a la novela, cuya lectura seguro que será una experiencia muy gratificante.


En cuanto al elenco de actores y actrices, de nada sirve tener a genios de la actuación como Dev Patel, Tilda Swinton, Hugh Laurie, Gwendoline Christie y el siempre talentoso Ben Whishaw si les vas a obligar a interpretar papeles tan terriblemente malos en los que no pueden lucirse ni demostrar su talento.


En definitiva, no la veáis. Si Dickens resucitara y conociera la existencia de semejante esperpento volvería a la tumba de nuevo. No todo vale. No todo puede producirse. No todo es necesario y la inclusión forzada no siempre es un acierto. Este bodrio es un buen ejemplo de ello. Una muestra de que a veces es mejor quedarse con las novelas.