Nada más terminar la peli, he pensado lo de siempre: estos americanos y su moral prehistórica ya me tienen hasta los webs; eso sí, para rodar acción son únicos.

Al ver que era francesa y sin embargo
- no hablan de sexo libre
- no hablan de sexo como herramienta de comunicación social
- no hablan de las consecuencias del sexo en el devenir de la especie humana

ya que tan sólo retratan
- la idea de sexo juvenil americano
- la consecencia criminal del sexo en manos de la Europa del Este

y puesto que Liam Neeson, cual Ethan Edwards, busca y rebusca a su hija, pasando del resto de humanas en la misma situación, destrozando París a su paso, poniendo en peligro la vida de otras tantas hijas de familia bien (pero europeas), conduciendo a 180 su coche por la acera y volando barriles de crudo en plena calle, entre otras barbaridades, se me ocuren dos conclusiones bien distintas:
- Pierre Morel es práctico y sabe que la moral nos la trae floja a todos los habitantes del mundo occidental
- Pierre Morel se ayuda de esto último para criticar a los Estados Unidos de América como quiste entumorizado y reivindicar la moral europea, muerta en gran parte por culpa del cine de Hollywood, que ha ido minando nuestras sensaciones vitales poco a poco.

Antes de resolverme este interrogante, me ha asaltado otra pregunta: ¿porqué me empeño en pensar que nuestra sociedad europea, por más vieja, es más moderna en lo moral que cuualquier otra? Realmente, más salvajes que nosotros ha habido pocos. Y vuelvo a preguntarme ¿porqué afirmo esto si no tengo ni puta idea de Historia Universal, ni tan siquiera Nacional? Así que para responder todas las incógnitas de un plumazo, pues andaba con algo de prisa, me he dicho: el ser humano es un animal de malas costumbres, que aún no sé muy bien lo que quiere decir, pero me sirve de excusa para pasar de todo lo anterior y bajar a la calle tranquilo a pegar socialistas.

Ya estoy en casa otra vez. ¿Qué me ha quedado de la peli para el recuerdo?
En realidad, tan sólo me ha marcado la forma de correr de Liam, tan cómica y ridícula. Eso sí que no se me va a olvidar.