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Voto de Erizio:
6
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28 de enero de 2007
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El siempre extraño Takashi Miike dirige el episodio más bestia de "Masters of Horror". Crea un ambiente enfermizo en torno a un Billy Drago sin idea de actuar, buscando al amor de su vida en un burdel. Ya desde la llegada al lugar, con cadáveres flotando, te imaginas que los tiros irán por lo grimoso (también es que de Miike algo así te tienes que imaginar). Una historia contada por una prostituta de aspecto deforme sobre su pasado y la relación con el amor de Billy.
Una historia macabra y gore, con momentos de casi tener que apartar los ojos por lo insano que resulta lo que estás viendo (a pesar de ello, me parece ridículo que no lo emitieran... es gore y cumple su objetivo de escandalizar...). La escena de la tortura es mucho más fuerte que la de "Audition", aunque marca un mismo contraste con el ritmo general, es decir, de una historia más o menos convencional, saltar a un momento de enorme crueldad y violencia gráfica.
Es una historia llena de mentiras, y quizá por ello, muy lenta, siendo este uno de sus puntos flacos, ya que la historia acaba por resultar pesada, con tanta repetición con ligeras variaciones. Su otro punto flaco es el final, ridículo entre los ridículos, te deja boquiabierto de lo penosamente finiquitado que está.
Aun así, es una buena forma de acabar la primera temporada de forma efectiva, con una historia no apta para sensibles (como todo lo que hace Miike).
Una historia macabra y gore, con momentos de casi tener que apartar los ojos por lo insano que resulta lo que estás viendo (a pesar de ello, me parece ridículo que no lo emitieran... es gore y cumple su objetivo de escandalizar...). La escena de la tortura es mucho más fuerte que la de "Audition", aunque marca un mismo contraste con el ritmo general, es decir, de una historia más o menos convencional, saltar a un momento de enorme crueldad y violencia gráfica.
Es una historia llena de mentiras, y quizá por ello, muy lenta, siendo este uno de sus puntos flacos, ya que la historia acaba por resultar pesada, con tanta repetición con ligeras variaciones. Su otro punto flaco es el final, ridículo entre los ridículos, te deja boquiabierto de lo penosamente finiquitado que está.
Aun así, es una buena forma de acabar la primera temporada de forma efectiva, con una historia no apta para sensibles (como todo lo que hace Miike).