Media votos
4,8
Votos
8.642
Críticas
463
Listas
45
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de JACHi:
2
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/2.png)
4,3
11.341
Aventuras. Acción
El gran explorador y aventurero Dirk Pitt (McConaughey), que trabaja para una agencia del gobierno que protege los fondos marinos, emprende la gran aventura de su vida recorriendo las regiones más peligrosas del oeste de África en busca de un tesoro llamado "El barco de la muerte". Cuando él y su ayudante (Steve Zahn) se dan cuenta de que el barco puede estar relacionado con unas misteriosas muertes, tendrán que usar toda su ... [+]
‘¿Recuerdas aquella vez en Marruecos? – Ah, sí, cuando me obligaste a montar aquel maldito camello.’
18 de julio de 2018
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y recuerdas aquella vez en Italia? – Ah, sí, cuando me obligaste a comerme aquellos espagueti boloñesa en mitad del maldito Coliseo.
¿Y recuerdas aquella vez en Suiza? – Ah, sí, cuando me obligaste a escalar aquella montaña y meter mi dinero en una maldita cuenta secreta.
¿Y recuerdas aquella vez en Australia? – Ah, sí, cuando me obligaste a perseguir canguros tocando aquel maldito diyeridú.
¿Y recuerdas aquella vez en Noruega? – Ah, sí, cuando me obligaste a zambullirme en aquel fiordo y a cambiar mis euros por malditas coronas.
¿Y recuerdas aquella vez en Escocia? – Ah, sí, cuando me obligaste a destilar aquel whiskey, para que unos malditos gaiteros en falda se lo bebieran.
¿Y recuerdas aquella vez en Canadá? – Ah, sí, cuando me obligaste a beber aquel sirope de arce hasta que sufrí un coma diabético y la maldita policía montada me llevó al hospital.
¿Y recuerdas aquella vez en Brasil? – Ah, sí, cuando me obligaste a bailar samba, borracho de caipirinha, con aquel travelo que jugaba en la maldita selección.
¿Y recuerdas aquella vez en Japón? – Ah, sí, cuando me obligaste a interpretar aquella obra kabuki en la ladera del maldito monte Fuji.
¿Y recuerdas aquella vez en Portugal? – Ah, sí, cuando me obligaste a besar a aquella chica con bigote, cantando un maldito fado.
¿Y recuerdas aquella vez en El Vaticano? – Ah, sí, cuando me obligaste a follarme a aquel maldito niño de nueve años.
¿Y recuerdas aquella vez en España? – Ah, sí, cuando me obligaste a torear aquel lince ibérico, vestido de pelotari, bailando una sardana, al son de una bulería, tomando el sol en la soleada playa de un castillo mozárabe, poniéndome morado de vino de Valdepeñas, echándome una siesta justo antes de irme de tapas, para al día siguiente votar a un partido corrupto para que me gobierne y yo me ría cuando me entero de los millones que ha robado, pero en vez de meterlo en la cárcel le inviten a un programa del corazón, y nosotros nos consolemos llenando estadios de fúrgol, quemando fallas, y celebrando malditas procesiones.
¿Y recuerdas aquella vez en Indonesia? – Ah, sí, cuando me obligaste...
...
(Espera, miro Wikipedia...)
...
Vale, ya. Cuando me obligaste a... hacer aquella misma ruta que hizo Marco Polo en... 1292, y a comer arroz dentro de un... templo de esos del maldito Sureste asiático.
¿Y recuerdas aquella vez en Suiza? – Ah, sí, cuando me obligaste a escalar aquella montaña y meter mi dinero en una maldita cuenta secreta.
¿Y recuerdas aquella vez en Australia? – Ah, sí, cuando me obligaste a perseguir canguros tocando aquel maldito diyeridú.
¿Y recuerdas aquella vez en Noruega? – Ah, sí, cuando me obligaste a zambullirme en aquel fiordo y a cambiar mis euros por malditas coronas.
¿Y recuerdas aquella vez en Escocia? – Ah, sí, cuando me obligaste a destilar aquel whiskey, para que unos malditos gaiteros en falda se lo bebieran.
¿Y recuerdas aquella vez en Canadá? – Ah, sí, cuando me obligaste a beber aquel sirope de arce hasta que sufrí un coma diabético y la maldita policía montada me llevó al hospital.
¿Y recuerdas aquella vez en Brasil? – Ah, sí, cuando me obligaste a bailar samba, borracho de caipirinha, con aquel travelo que jugaba en la maldita selección.
¿Y recuerdas aquella vez en Japón? – Ah, sí, cuando me obligaste a interpretar aquella obra kabuki en la ladera del maldito monte Fuji.
¿Y recuerdas aquella vez en Portugal? – Ah, sí, cuando me obligaste a besar a aquella chica con bigote, cantando un maldito fado.
¿Y recuerdas aquella vez en El Vaticano? – Ah, sí, cuando me obligaste a follarme a aquel maldito niño de nueve años.
¿Y recuerdas aquella vez en España? – Ah, sí, cuando me obligaste a torear aquel lince ibérico, vestido de pelotari, bailando una sardana, al son de una bulería, tomando el sol en la soleada playa de un castillo mozárabe, poniéndome morado de vino de Valdepeñas, echándome una siesta justo antes de irme de tapas, para al día siguiente votar a un partido corrupto para que me gobierne y yo me ría cuando me entero de los millones que ha robado, pero en vez de meterlo en la cárcel le inviten a un programa del corazón, y nosotros nos consolemos llenando estadios de fúrgol, quemando fallas, y celebrando malditas procesiones.
¿Y recuerdas aquella vez en Indonesia? – Ah, sí, cuando me obligaste...
...
(Espera, miro Wikipedia...)
...
Vale, ya. Cuando me obligaste a... hacer aquella misma ruta que hizo Marco Polo en... 1292, y a comer arroz dentro de un... templo de esos del maldito Sureste asiático.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Todos los diálogos, y también las situaciones, son de una calidad similar. Así que supongo que el testarazo taquillero fue más o menos merecido. Claro que todos conocemos películas mil veces más horribles que revientan la taquilla, de modo que no creo que haya que ponerse más filosófico de la cuenta con el fracaso (comercial y cinematográfico) que fue SAHARA.