Soñadores

...este tipo de películas. A Bertolucci le suelo aguantar poco, pero suelo entenderlo más o menos. Pero el rollito intelectual mayo del 68 que se tira aquí es insufrible. ¿Alguién de verdad puede considerar creíbles esos personajes? ¿El dinero mezclado con el hippismo puede volver tan idiota a alguien? Lo único que me hace gracia es el personaje de Michael Pitt, una especie de yankee guarro cinéfilo (sólo a el se le ocurre mear en esos sitios). Por lo demás, siento discrepar, pero me parece un bodrio insufrible. En mi humilde opinión, ese bello final (por lo único por lo que le pongo un 3), no se corresponde con el resto del metraje del film.

La película es tan horrenda que a veces da vergüenza, repugnancia y asco.
El director trata laboriosamente de crear un intenso ambiente sexual, pero todo resulta tonto y poco plausible. La desnudez contribuye muy poco. Las insinuaciones de bisexualidad e incesto y los embarres con fluidos corporales sólo sirven para excitar al público.

Cierto es que no se mucho sobre al revolución socio-político-cultural (o lo que fuese)de 'Mayo del 68' y que Bertolucci tiene todo el derecho a recordar los sucesos a su manera. Pero uno también tiene el derecho a señalar no sólo la trivialidad de la película, sino también como ésta trivializa la historia.

El director sostiene que los tres chicos son jóvenes inmaduros cuando entran al apartamento y adultos cuando salen. Pero las razones de esta conclusión no están muy claras. La experiencia sexual es muy importante, pero no es el único criterio que define a la persona adulta. La visión del director en cuanto a lo que ser adulto significa es muy atractiva: mucho sexo, jugar a juegos acerca del cine, tomar el vino más caro de papá y pasar horas conversando "seriamente" (excesiva y superficialmente) acerca del arte y de la política mientras se permanece aislado del mundo.

En fin, el amigo Bertolucci nos presenta un bodrio asqueroso muy a su 'estilo'.

Me la recomendó el (¿primer?) gran amor de mi vida, y la vi poco después de que me rompiera el corazón. En ese momento, recuerdo que me gustó bastante, aunque lo que escribí luego en mi diario íntimo sobre la película trataba más de "él" que de ella. Ya sabéis, lo típico de "me ha gustado porque me he acordado de ti", y blablabla.

Han pasado algunos años, y decididamente "Soñadores" no ha calado en mí. Un detalle que en el momento me había fascinado, el del plátano siendo dividido en no sé cuántas partes, vuelve a mi memoria de forma vaga (como se habrá visto, ni siquiera soy capaz de recordar el número de partes en que se divide). ¿Qué más recuerdo? Nada, a excepción del tono pastel (mucho mejor tratado en "El último tango en París", a dónde va a parar) y soporífero (supongo que, dado el título, se ha hecho aposta) de la película y las charlas interminables entre jovencitos pretenciosos y perezosos.

Y mira que me gusta y me da mucha curiosidad ver mujeres hermosas tal como han venido al mundo, pero es que, macho, la película es tan mala que, con tal de olvidarla, incluso obvias los desnudos de su actriz principal, Eva Green.

La risa que me entra ahora cuando recuerdo a mi ex gran amor diciendo que esa peli le flipaba porque los jóvenes hacían cosas taaan transgresoras sexualmente hablando... Uf, mi imaginación da para más.

En fin, mejor no hacer demasiado caso a los pretenciosos, tanto fuera como dentro del celuloide.

La verdad es que escribo esto llorando de la risa recordando las críticas que he leído aquí. Algunas de ellas ni si quiera mencionan la película, sino que te cuentan su vida en plan Proust de marca blanca, y muy filocomunistoide, que para los nostálgicos de los genocidios que nunca vivieron, sigue siendo muy cool, igual que las coderas, la pana, y fumar en pipa. Algunos hasta se afeitan la coronilla para dejarse barba con rodapié (o lo que es peor: calvos con cola de caballo) mientras se pasean con orgullo por la línea 6 con el diario público bajo el brazo porque son mejores que tú.

Aquí hay un campeonato por ver quién suelta la mayor cantidad de tonterías vacías camufladas entre halagos empalagosos al director, y nadie menciona, ni si quiera de pasada, lo trastornado de este bodrio que recurre al morbo porque sin eso, no hay pijoprogre por muy gorda que sea la pasta de sus gafas, que se trague tremenda bazofia.

Me asombra la admiración del personal progre por tres degeneraos, como si fueran el epítome de la sociedad perfecta y sana.

Para finalizar diré que los diálogos aquí son lo más pretencioso e irreal (al igual que sus personajes) que he visto jamás en una película.

Madre mía, me asusta imaginar lo que os pegaron en el cole.

A estas alturas,escandalizarse porque Bernardo Bertolucci es un provocador no tiene mucho sentido. No cuando hablamos de alguien que ha filmado El último tango en París o Novecento.
El realizador, fallecido en 2018, parecía despedirse del cine en 2003 con Soñadores (aunque después llegaría Tú y yo, su última cinta como director), una propuesta transgresora que se ambienta en el Mayo del 68. ¿Cuál es el problema? Pues que la revuelta estudiantil por excelencia le importa tres pepinos a Bertolucci, a pesar de que le dedique algunas escenas y el final, sin duda lo mejor de una cinta enfermiza y manifiestamente desagradable. La historia, los personajes, la dimensión supuestamente social, todo queda supeditado al festival de sexo a tres, fluidos de diversas procedencias e imágenes directamente asquerosas que aparecen por la pantalla. Y no se trata de ser puritanos, no me entiendan mal. Hay multitud de películas y series que han demostrado que se pueden poner en pantalla escenas de sexo muy buenas, bien filmadas y, sobre todo, con un sentido dentro de la narración. Pero l oque hace Bertolucci en Soñadores es sencillamente desagradable, y cuando nos quiere vender que supuestamente nos está contando una historia y desarrollando unos personajes, ya no cuela. Ni siquiera por mucho que se esfuercen los actores, y en especial una hipnótica Eva Green en su debut como actriz.