Comando

''Comando'' pertenece a ese grupo de películas de acción que en su época causaron furor a los amantes de dicho género. A pesar de no ser de las más reconocidas o incluso de las mejores cintas de Arnold cumple más que de sobra y nos ofrece todo aquello que prometía: Acción, disparos y muchas muertes.
Para todo aquel amante del cine de Schwarzenegger quedará más que satisfecho porque la película merece la pena verla. No se hace pesada en ningún momento y va al grano desde el principio, lo cual es un punto a favor.
Aquí que nadie espere ver un guión profundo ni diálogos trascendentales... Lo que predomina son las escenas de acción, los disparos por doquier y alguna que otra frase graciosa perpetrada por el bueno de Arnold. Hay que reconocer que cuando se estrenó ''Comando'' Arnold aún tenía ese aspecto físico impresionante al poco de haber ganado sus múltiples títulos de culturismo. Si por algo se hizo famoso dentro del mundo del cine es por este motivo, y en esta cinta se ve perfectamente de lo que está hecho: Puro músculo.
Una parte que a mí me ha dejado muy satisfecho son esas frases que, lejos de las grandes frases del cine han dejado huella. Algunas de ellas: ''¿Se acuerda de mí? Me acuerdo, tío mierda'' o ''Yo desayuno boinas verdes y ahora tengo hambre'' entre otras.
En resumen ''Comando'' tiene todos los aspectos si lo que estás buscando es cine de acción, siempre y cuando se tenga en mente que es del año 1985 y los efectos especiales no están tan mejorados como actualmente. De todos modos está más que recomendada para pasar un buen rato entretenido, porque ahí cumple a la perfección.

Lo mejor: Es entretenida y Arnold Schwarzenegger.
Lo peor: No tiene nada malo.

* Recomendada *

Arnold es John Matrix, un tipo criado en la guerra cual espartano que detecta enemigos con el olfato y todo, el se retira de esa vida áspera y difícil a vivir con su hija en el medio de las Rocosas, para que quiere la chiquilla amigos y civilización si tiene a John enseñándole a dar mamporros y seguramente a emboscar enemigos, preparar trampas, coser heridas y cosas así.

Total, que le secuestran a la muchacha para que haga el trabajo sucio de unos malhechores bananeros y John se despereza para aquello que sabe hacer mejor, matar. La cinta es un despiporre de barbaridades y escenas de acción rodadas con pulso firme por Mark L. Lester, un autentico artesano del cine macarra y violento de los 70-80. La película destila chulería, pirotecnia y testosterona en cantidades industriales, tal es así, que una sola escena la resume perfectamente, esa escena es un culmen de la hombría y gallardía de aquella época pretérita, esa escena no es otra que la del tronco al hombro y la motosierra !Listo! verla te obligaba a zamparte la película entera aun sabiendo como acabaría y que seria de los pobres idiotas que habían ido a molestar al bueno de John, tenias que hacerlo para ver más secuencias de aquel calado tan hondo... y las había, las había por docenas, cuando le da la vuelta al Porsche volcado, cuando sujeta a Sully por una pierna en un acantilado, el lanza cohetes de cuatro tubos, ¡ouh yeah! las persecuciones varias, John preparándose para una batalla final completamente insuperable con un killcount salvaje (los enemigos son muñecos que no se mueven al lado de barracones que estallan y todo eso) etc. etc.

En fin, orgía de bizarrismo ochentero a la que uno, de manera cuasi furtiva no puede desdeñarle una miradilla lujuriosa, todo sea por desconectar un poco al lado de un verdadero icono de los 80 como lo fue Arnold, más que le pese a alguno, ea!!

Antes de que Gobernator se cepillara el corredor de la muerte de San Quintín, antes de que prohibiera las bodas Gays en California (paraíso para Gays y no Gays) y con los músculos más desarrollado que su acento teutón, Suareznagger andaba por ahí, muy tranquilo. Hasta que llegó un grupo de revolucionarios comunistas y encima hispanos a tocarle la moral secuestrando a su sosita pero preparada (para la vida moderna) hijita.

Toda una parafernalia que nos enseña sus poderosos biceps mientras choricea un poste de teléfono o come un helado con su (sosita) hijita mientras esta le mancha su nariz, o aparaece tras un limpísimo hacha para ser detectada por su musculado papi.

La morenita histérica (por momentos), el general de turno y los soldados de atrezzo componen el resto.

Os recomiendo que la veais en cinta vhs, a ser posible grabada encima de un/una boda/bautizo/comunión y estropeada casi al final por el culebrón de turno o por esa película que daban de madrugada y que programamos para no perdernosla.

Fantástica comedia bélica que pasado el tiempo se me hace insoportable, pero, ¿y los gratos recuerdos que me trae? Solía comentar con mis amigos en el colegio las pifias de la misma, como las cuerdas del que sujeta en el vacío o las rampas de las explosiones.

Chuache mola, porque entre otras cosas no sólo mata a granel en Rambo, sino que lo consigue en cintas malillas como ésta. ¡El contador de Hot Shots no falla!

46 críticas de “Comando” van ya. A mí me da que pensar. No es la peor película de la historia por supuesto, pero del cine de acción de los 80 es de la tabla media-baja siendo generosos. Dicen que recaudó casi 60 millones de dólares en su momento en todo el mundo. Para que luego digan que hay que estudiar mucho para hacerse rico.

Sigo pensando que a Arnold Schwarzenegger se le desaprovechó, aquello no era un actor, en realidad ni un hombre, era como un superhéroe de carne y hueso, después de películas del nivel de “Conan” y “Terminator” no debió hacer siempre la misma basura de militronchi de fuerzas especiales dando estopa. Se podría haber hecho muchos más papeles que eran únicos para su prototipo físico que esos. Hasta que no llegó Paul Verhoeven y le rescató en “Desafío total” no hubo nada que hacer. Y en realidad ya era tarde, ya estaba viciado de mediocridad.

Decir del tal Mark L. Lester, que casi nunca aparece en las listas de peor director del cine contemporáneo, pero yo creo que hay que hacerle un hueco sin duda. Y eso que yo sepa no tiene parentesco con Richard Lester, que si llega a tener encima más enchufes nos mete media docena más de mierdecillas en su filmografía.

Lo mejor de todo es que el personaje de Arnold es coronel. Tremendo, me le imagino haciendo los cursos para ir ascendiendo en la Escuela de Guerra del Estado Mayor y me dan ganas de ponerme un whisky a palo seco. Mejor uno doble, sin hielos.