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RatatouilleAnimación

Ratatouille
2007 Estados Unidos
Animación, Voz: Patton Oswalt, Lou Romano, Ian Holm ...
7,3
101.959
Animación. Comedia. Infantil Remy es una simpática rata que sueña con convertirse en un gran chef francés a pesar de la oposición de su familia y del problema evidente que supone ser una rata en una profesión que detesta a los roedores. El destino lleva a Remy a las alcantarillas de París, donde su situación no puede ser mejor, ya que se encuentra justo debajo de un restaurante que se ha hecho famoso gracias a Auguste Gusteau, una estrella de la nouvelle cuisine. A ... [+]
Críticas 247
Críticas ordenadas por utilidad
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1 de octubre de 2007
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aficionada como soy a la cocina y a todo lo que sea exploración de los sentidos (en este caso es el del gusto) me llevé una sorpresa más que agradable al ver la película. A veces creo que nos falta algo del espíritu aventurero de esta ratita, que superando todos los osbtáculos trata de pasar al "saborear" y "disfrutar" más allá del simple "alimentarse" en el que se encuentran los de su especie. Precisamente por eso no encuentra hueco entre sus semejantes. Al fin y al cabo, la pelicula viene a ser una metáfora de la vida sin pretensiones de trascendencia, lo cual es un acierto; está narrada con humor y "salero", si se me permite el término culinario.
Lo que nos cuentan es que la diferencia siempre es rechazada, siempre se margina al diferente. Sin embargo TODOS podemos ser ese diferente, porque "cualquiera puede cocinar". Al final ni siquiera es una cuestión de talento, ni de inteligencia, ni de belleza... Es una actitud ante las cosas: cambiar la perspectiva con la que se mira, con la que se está en el mundo.
Se agradece la lección de optimismo y de "savoir vivre".
6
20 de agosto de 2007
28 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
La factura técnica de "Ratatouille" es portentosa, la animación es buenísima, visualmente es exquisita, el dibujo que pinta de París es primoroso... pero el contenido es vacuo. Vamos, como la Nouvelle cuisine.



La historia es más floja que "Ratas a la carrera". No tiene ni interés ni emoción. El sobrino de 4 años que iba conmigo se despistaba cada dos por tres, y eso que es fácil de contentar. Y encima no hay los toques de humor irónicos que agradecemos siempre los adultos. Lo único resaltable es la crítica gastronómica de ese Draculín que parece ideado por Tim Burton. Me hizo gracia ese guiño-trampa para que hagas una buena crítica de "Ratatouille". Pero a mi sobrinito no le coló, que al salir dijo: "Las ratas son feas y no pueden estar en la cocina... y Ratatouille (dijo señalando el cartel a la salida) tampoco"



Pero bueno, si el carísimo restaurante de Ferràn Adrià tiene una lista de espera de 2 años, con platos con una factura perfecta pero con contenido desigual es por algo. Yo prefiero unos garbanzos con chorizo de esos con pinta asquerosa pero que te relames de gusto. Aunque bien mirado... ¿qué hay más asqueroso que una rata?
8
19 de julio de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Octavo film de animación digital producido por Pixar. Lo dirige Brad Bird (“Los increíbles”, 1984), con la colaboración de Jan Pinkava. El guión, de Brad Bird, Emili Cook, Kathy Greenberg y Jan Pinkava, desarrolla un argumento de Jan Pinkava, Jim Capoblianco y Brad Bird. Se rueda en los Pixar Animation Studios (Emeryville, CA), con un presupuesto estimado de 150 M USD. Nominado a 5 Oscar, gana uno (mejor película de animación). Producido por Brad Lewis para Pixar/Disney, se proyecta por primera vez en público el 28-VI-2007 (preestreno, Hollywood).

La acción dramática tiene lugar en Paris, donde residen Rémy, su padre Djang y su hermano Emil; los empleados del restaurante de Auguste Gusteau, Skinner (Chef), Alfredo Linguini (lavaplatos), Colette Tatou (cocinera y novia de Linguini), Mustafá (camarero); el crítico gastronómico Anton Egon; y otros personajes. Brigitte Bardot (Colette), Serge Gainsbourg (Egon), Charles De Gaulle (Linguini) y otros personajes reales o históricos sirven de inspiración para la creación de los personajes de ficción. Rémy, la rata protagonista, tiene muy desarrollados los sentidos del olfato y el gusto, es graciosa y simpática, siente pasión por la cocina y desea trabajar en el mejor restaurante de la ciudad. Linguini es torpón, inseguro, ingenuo y de buen corazón.

El film suma animación, comedia y familia. Desarrolla una historia sencilla y entretenida, llena de encanto, a partir de un guión liviano, dinámico y equilibrado (1). Los personajes se presentan bien construidos y perfilados. Los personajes son realistas: se enfrentan a dificultades, no les ayuda ninguna hada madrina, corren peligros, son víctimas de denuncias y de prejuicios excluyentes, han de aprender a superarse y a colaborar. El relato contagia optimismo y alegría de vivir. Rémy y Linguini por separado no destacarían en nada, pero si colaboran y se complementan pueden alcanzar metas elevadas. Entre ellas, la de llegar a ser los chefs más prestigiosos de la ciudad.

El relato se desarrolla a un ritmo muy intenso, que no admite pausas. Los personajes ofrecen un derroche de gestos, guiños y expresiones corporales, que constituyen una delicia para la vista (2). Se emplean las imágenes para decir cosas con mayor brevedad que con palabras (cuando Egon prueba la ratatouille sus recuerdos le trasladan a la casa familiar de su infancia y a los guisos de su madre en la casa de campo). Son escenas destacadas la reunión de roedores convocados por Djan, su líder, para sacar a Rémy de un apuro, la breve arenga que les dirige diciéndoles: “no somos cocineros, pero somos su familia”, la eficaz distribución de tareas entre los roedores y su disciplina en la cocina, la inimaginable capacidad de los roedores para ocultarse en el almacén de productos alimenticios, la persecución y retención del inspector de sanidad, etc.

(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El título de la película corresponde a un plato campesino francés, originario de Niza, consistente en freír en aceite de oliva verduras diversas, como tomates, ajos, pimientos, cebollas, calabacines, berenjenas, zanahoria, etc. Se suele servir solo o como guarnición. Se presenta frío o caliente.

El film gira en torno de unas pocas ideas centrales. La más importante es la afirmación de que “no todos pueden ser artistas, pero el artista puede surgir en los lugares más insospechados” (3). Todos tenemos la obligación moral de reconocer su talento y condiciones. Por lo demás glosa el valor de la buena cocina, las delicias de buen yantar y los resultados imprevisibles de la combinación de sabores. La buena cocina no es un tema cerrado y acabado, sino abierto a nuevas experimentaciones y nuevos descubrimientos.

También elogia el valor del amor, la amistad y la camaradería, la necesidad de derribar prejuicios y apostar por la tolerancia, rechazar el racismo en todas sus formas, impulsar el espíritu de superación, el trabajo en equipo y la adaptación permanente al cambio (facilitar la aceptación de las cosas nuevas).

La banda sonora, de Michael Giacchino (“Los increíbles”, 2004), ofrece una partitura orquestal vibrante y festiva, de 23 cortes, a los que añade el canto coral de “La marsellesa” (inicio) y de la canción “Le festin” (final) a cargo de la voz de Camille. La fotografía, de Sharon Callahan y Robert Anderson, en technicolor, es clara, muy dinámica y colorista,. La cámara se sitúa en ocasiones a ras del suelo para que el espectador pueda mirar con los ojos subjetivos de Rémy. El trabajo de cámara es variado, intenso, imaginativo y eficaz.


(1) Wikipedia, “Ratatouille” (película), julio 2009.
(2) Sergi SÁNCHEZ, “Somos dibujos animados, ¿y qué?”, ‘Cahiers du Cinema España”, nº 4, pág. 58, septiembre 2007.
(3) Esteban HERNÁNDEZ, “Ratatouille. Ratas que aspiran a ser ejecutivos”, ‘Dirigido por’, nº 370, pág. 14, septiembre 2007.
9
12 de agosto de 2007
21 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
ANIMALES PERSONIFICADOS

Todo el mundo se queja de esas pelis con animalitos parlanchines que inundan el cine de animación, que nos hablan siempre de la amistad y el rechazo. Sin embargo, resulta irónico que ese tipo de películas, que aún hay quien considera que sólo son para niños, sean las que mantienen el listón del cine a una altura decente. Y "Ratatouille", en especial, es una de esas historias que, sin ser novedosas, consiguen colarse en el corazón de uno, y no desaparecer. Una sencilla obra maestra.

Recuerda al cine de Chaplin, en el que se alternan momentos cómicos con un torpe protagonista (de hecho, Linguini me recordó en más de un momento a Charlot), con el drama más tierno, y con un texto final que desde luego, sorprende por su buen hacer y su capacidad de emocionar al más pintado. Si es tan comentado, desde luego no es por nada. Una crítica tan aplicable a la propia película, como sincera en sus palabras. Unas verdades como templos pronunciadas con el corazón, que quizá no haga que la gente cambie, pero que, desde luego, hará que se mire con otros ojos.

Aparte de eso, tenemos una animación portentosa, que posee un grado de realismo bastante alto, pero conservando aún el aspecto caricaturesco, como obra de dibujos animados que es. Una banda sonora a la altura, con temas bastante melancólicos compuestos por Michael Giacchino, unos personajes entrañables, y que no importa que en algún momento se caiga en el extremismo o en el tópico. Sinceramente, tal y como está tratado, sigue fascinando, y cada momento que vemos al personaje de Remy mudo, dan ganas de buscar por todo el universo una ratita como esa. Un carisma casi imposible. Un ritmo lo suficientemente alto para no poder aburrir en ningún instante, con sus momentos cómicos, dramáticos y de aventuras genialmente resueltos (sobretodo estos últimos).

Total, que es una delicatessen. Es un plato que podrías probar una y otra y otra vez, y aunque su sabor siempre te resultara familiar, tendrá un toque que lo hace mejor todavía, que te trae magníficos recuerdos, y los invoca en el presente. Una maravilla, en la que el último bocado es aún mejor si cabe. Una buena muestra de lo que el cine de animación tiene que enseñar a la mayoría del cine actual: a realizar la película con la cabeza, y también con una gran parte del corazón. Y yo, de corazón, doy las gracias a Brad Bird por este diamante en bruto, que me ha dejado los ojos al borde del lloro, y el corazón encogido.

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PERSONAS ANIMALIZADAS

Si existe una razón por la que cada vez acuda menos al cine, aparte del precio de las entradas, que como te falle la intuición y veas un truño puedes acabar reventando alguna pared, es la incomodidad que se puede sentir en tal lugar. Me explicaré (En el spoiler, por el espacio):
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Decides la peli, te sabes el horario, y acudes al cine en consecuencia. Es fin de semana, la cola es kilométrica, y el avance mínimo. Como la pantallita donde te ponen los horarios de las distintas pelis y el precio de las entradas apenas es grande, pues te encuentras con que la gente está preguntando en las taquillas la hora a la que echan tal o cual comedia española de sal gorda, o rebuscando entre sus carteras calderilla para pagar los 7 eurazos de la entrada, con monedas de 20 céntimos. Para cuando llegas y tardas en recoger tus entradas y las vueltas en un tiempo mínimo, te empiezas a descolocar y acabas como en un partido con lluvia: echando humo.

Confieso ser un aficionado de las palomitas, pero procuro comerlas únicamente en secuencias en las que el sonido es tan atronador que el crujido del maíz ni se note. Al ir a comprar, te encuentras de nuevo con la gente calderilla, sacando en esta ocasión la artillería pesada, incluyendo en ocasiones monedas de 5 céntimos y todo, o bien con un billetaco de los que te preguntas si no será la primera vez que ves uno de esos tan de cerca. Y aparte los que se preguntan qué van a pedir cuando ya les toca... Porque ahora, además de palomitas, hay patatas, nachos... e incluso gofres he visto. De nuevo, eres tú el que menos tarda en pedir y pagar.

Entras con la hora encima, buscas tu butaca en tinieblas, y como es una peli familiar, tienes a tu lado críos gritones: de hecho, aunque llenarais entre tú y tus amigos tres filas, y decidieras ponerte en pleno medio, tendrías críos maleducados al lado. Para colmo, hay problemas con el proyector, y ya tienes a los chavalines gritando, dando patadas, etcétera. Cuando por fin empieza la proyección, se quejan en alta voz de los anuncios, del corto de Pixar, etc. Y cuando empieza la peli, tan pronto comentan con el volumen puesto en 'tasca', que si eso molaba porque ya lo vio en el anuncio, te cuentan la escena, se ríen de forma que eclipsa el sonido de la cinta, y durante varios minutos, pensando que vale, era gracioso, pero no para tanto, y que si eso, te puedes tapar la boca con las manos para no molestar. Pero modales no han debido enseñarles demasiado, posiblemente, oyes el ruido de las bolsas de patatas, de los sorbos del refresco a todas horas, empiezas a pensar que tendrás insomnio. Encima, delante tuyo está el que con sus pelos de superguerrero no te deja ver nada, y con un poco de mala suerte, el yoni y la yeni, que como bien diría Kingo, van al cine a merendar.

Y de repente, algo sucede. Comienza ese monólogo, la sala entera queda en silencio. Ese silencio se mantiene hasta que comienzan los créditos, en donde se rompe con un estruendoso aplauso. Es entonces cuando realmente te das cuenta, de que el momento que acabas de presenciar es realmente mágico. Digno de enmarcar por los siglos de los siglos, y que, en parte, consigue que no te importe todo el suplicio anteriormente sufrido y que se habría evitado en casita, con el DVD.
5
4 de noviembre de 2007
21 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante semejante aluvión de valoraciones positivas, uno no puede evitar ir a ver la película “del momento”.

Pues me la han colado. Supongo que eso de que una rata cocine debe tener mucha gracia y ponerle en la pata-mano una espumadera es el colmo del ingenio y originalidad desencadenado incontenibles arrebatos de hilaridad.... Pero a mí me parece una trapallada (lo siento pero no conozco ningún vocablo que pueda sustituir la inmensidad semántica de trapallada). Aceptable como recurso para enganchar al público infantil, pero nada más, anda que no hemos visto ratones animados, de Mickey Mouse a Rasca y Pica...

Tendrá su gracia para los chavales, no digo que no. Defiende valores socialmente bien considerados (aunque no me extrañaría que alguien le encontrara alguna referencia sexual como lo hicieron con Aladino o El rey león) como para que los papás puedan tener a los críos callados un par de horas sin sentir que los están mal criando.

Por lo demás, ya sabemos que los ordenadores son la leche, que hacen unos gráficos que te cagas y ¡oye!, la rata está de oscar, ¡qué humanidad en sus gestos!. Pero vamos a ver, ¿es eso suficiente para valorar una película?, ¿nos da igual que nos cuente EXACTAMENTE la misma historia de siempre, la ñoñería de Disney de hace 60 años?. Para mí esta receta es un plastón de melaza que no lo arreglas ni metiéndolo en una fondue de mostaza.
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