Los niños de San Judas

Esta película me ha hecho sentir fatal. Me ha provocado sensaciones parecidas a Funny Games.
Probablemente hubiera sido más eficaz sugerir que mostrar tan crudamente el maltrato a los niños, esa exhibición tan desinhibida de la violencia roza lo morboso y macabro.
Se hace muy desagradable verla. No quiero decir que no quiera ver en el cine la denuncia de situaciones injustas, pero sí de una manera más elegante y cuidadosa.
Al final lo que consigue es despertar en uno unas ganas de partirle la cara al cura malo, que es justamente lo que se presupone que se intenta evitar: la violencia.

Me eduqué en un colegio de frailes, Corazonistas para más datos. Se por lo tanto de lo que voy a hablar. Vi propinar palizas de todo tipo. Vi “educadores” fuera de si.
No se si el culpable de lo que sucede en los tres momentos que cito en el spoiler, es el autor de la novela, los guionistas o la directora. Sin querer pecar de machista, no me parece una buena idea que esta película la dirija una mujer.
En líneas generales no me parece una mala película pero os invito a leer el spoiler para conocer los momentos en que a la directora se le va olla.
Por lo demás la película está bien dirigida, destacando la dirección de actores. Muy bien Aidan Quinn y la colección de frailes que pueblan la residencia. Buen casting para hacerse con el grupo de alumnos.
Lo peor sin duda las ganas de sacar a la luz los traumas de alguien que vivió algo parecido en una institución regida por frailes. Que conste que le entiendo porque las actividades de algunos "educadores" marcaron, en el sentido físico y psicológico, a unas cuantas generaciones que tuvimos la desgracia de pasar por sus manos.
Para terminar. Es maravilloso la capacidad que tienen algunos profesores en el cine para ganarse el cariño de sus alumnos a base de enseñarles poesía. Quizás en Irlanda, si es verdad el tópico de la propensión de los irlandeses a la melancolía, sea verdad. En este país ni harto de Shakespeare y García Lorca me lo creo.

He podido ver varias veces esta magnífica cinta al que no puedo más que reprocharle de que aunque sea basado en un hecho real está relatada dentro de su crudeza, de una forma un poco light ya que se demostró que en estas escuelas en Irlanda ocurrieron cosas mucho peores de forma continua. Creo que el autor debió arriesgarse más en la historia por que acaba recordándonos irremediablemente a otras películas como "Los niños del coro", "El club de los poetas muertos", "Adiós muchachos" entre otras muchas americanadas de éste tipo en escuelas de negros, de baile, etc, etc. Pudiendo haber sido una obra maestra y pudiendo llegar a mover los cimientos de la iglesia, se queda en el narrado de un solo hecho, eso sí, de una forma habil, cruda y sobre todo, muy sentida. La magnifica actuación de los muchachos y profesores junto a una bella, fría y oscura fotografía, te envuelven por completo en ese cerrado mundo de los horrores y abusos cometidos por la iglesia hacia los niños pobres y huerfanos.

Buena película con un correcto protagonista.
La historia la hemos visto muchas veces pero hay que denunciar estos comportamientos hasta que no ocurran más.
Está bien contado la historia, me gustan las interpretaciones en general, nuestro amigo Iain Glen (Jorah Mormont en Juego de Tronos) hace un gran papel de malo.
Es una película dura que intenta mostrar la realidad tal y como ocurrió (o como dicen que pasó).
Buena película en todo caso, buen metraje y recomendable.

Irlanda (2003) Cine de 4.7 estrellas de 5

Ganadora de numerosos galardones, en festivales como el Amiens Internacional Festival, Festival of Irish & British Film, Copenhagen Internacional Film Festival, Flanders Internacional Film Festival, IFTA Awards, Ljubljana Internacional Film Festival, Seatle Internacional Film Festival, Woodstock Film Festival.

También presentada como Los niños de San Judas, Song for a raggy boy, o Padre nuestro, es una muy emotiva propuesta, una muestra genuina de buen cine, una gran película, muy buena, basada en una historia real, cuenta la historia de William Franklin un profesor exiliado de la guerra civil española que se va a Irlanda a dar clases a un reformatorio de 1939 custodiado por prefectos Católicos, perversos, crueles y dogmáticos.

Me pareció sorprendente, conmovedora, la historia de un héroe verdadero, de los muchos que hay pero que nadie cuenta, de uno creíble, de carne y hueso, un hombre que luchó por sus convicciones en el exilio, un soñador que soñó un mundo mejor aun sabiendo que no eran buenos tiempos para los soñadores, y trato de cambiar el pequeño mundo que le circundaba ganándose la admiración de todos los niños a quienes daba clases, tiene momentos muy emotivos, a veces crueles, dramáticos, esperanzadores, los actores son geniales, se les puede creer todo lo que actuaron, los malos y los buenos, y las escenas son de un realismo profundo, de lo mejor que he visto en la gran pantalla.

Sabemos que las historias basadas en hechos reales pueden ser manipuladas para lograr efectos en la pantalla que no necesariamente fueron así en la realidad, muchos directores hacen eso, pero pocos salen airosos en su propuesta, Aisling Walsh presenta un cine que justifica esas posibles variaciones para dar voz a muchos héroes anónimos como el que interpreta Aidan Quinn, quien resulta en una actuación muy valiosa que lo hace ver que difícilmente otro actor podría interpretar ese papel del profesor que se pone a favor de los alumnos.

Una propuesta notable, imprescindible con un matiz mesurado de denuncia que sin duda debe verse.


(2005-2019)
Por: Godofredo Oscós-Flores