El juego del miedo IV

“Saw 4” es verdaderamente muy complicada de comprender debido a la gran cantidad de saltos temporales que propone la trama, a su engañoso montaje y a la gran cantidad de personajes apenas desarrollados que interactúan en la misma.

Además como otro punto negativo hay que mencionar que su puesta en escena es demasiado alborotada, con una cámara muy inquieta que aporta más confusión y caos.

Y si tenemos en cuenta que quedan muchos cabos sueltos, más aun para el espectador que no tiene presentes las entregas anteriores, estamos frente a una alternativa muy enrevesada que deja muchas preguntas sin resolver. Por ende la insatisfacción estará presente en la mayoría de quienes quieran disfrutar de esta cuarta entrega como una cinta de terror lineal y de autónoma comprensión.

Si seguimos buscándoles defectos, otro sería que todo el tema de los desafíos y las pruebas ya están agotadas y usufructuadas al máximo. Y no me quedan dudas que cada vez se hacen más rebuscadas y alejadas de la credibilidad, por lo cual su contundencia y efectividad en la sorpresa final se ven sumamente afectadas.

A favor tenemos algunos flashbacks que escarban más en el pasado de Jigsaw, adentrándonos en situaciones que nos describen el personaje y su vida antes incluso de la primera entrega. También el ambiente sórdido y la truculencia siguen presentes como una marca registrada de la saga.

En fin, resta decir que es evidente que las ideas se van acabando y que ya la saga decae en calidad. Los giros propuestos resultan bastante redundantes y se quiere compensar la falta de originalidad con sangre y situaciones harto complejas que poco aportan.

Y va la cuarta, señores. No contentos con haber decapitado, mutilado, torturado, ejecutado, estrangulado, congelado, quemado, desmembrado y otras palabras terminadas en "ado" a multitud de actores de serie Z, los responsables de esta saga vuelven a la carga con una nueva entrega, igual o más gore que las anteriores y que aporta el mismo nivel de calidad, es decir, ninguno. Los diágolicos jueguecitos del asesino más pesado del Universo han llegado en esta última película hasta un punto de manierismo sádico tan excesivo que ya da más risa que miedo. Aquí, lo más destacable del asunto es que se cuentan algunos detalles de la vida de Jigsaw, por si a alguien le interesaban. Más allá de eso, lo mismo de siempre pero con un poco más de presupuesto (no mucho). Le pongo dos estrellas por lo entretenidilla que resulta.
Al final, una película absolutamente prescindible a menos que se sea fan de la saga y un paso adelante más en el noble arte de dar asquito.

La película es muchísimo mejor de lo que la gente cree y opina, la recomiendo a todo aquel que se considere fan de las películas de terror, suspense e intriga.
Saw IV, mantiene un ritmo trepidante a lo largo de toda la película y sin dejar que parpadees te sumerge en las fabulosas trampas del genio Puzzle; ahora muerto.
Veremos si en Saw V, Darren Lynn Bousman nos sorprende con nuevas historias y trampas que hagan las delicias de todos los fans que tiene la saga Saw alrededor del mundo.

Bousman nos ha sorprendido con la 4ª parte de Saw y ha mantenido todas las cosas y detalles fieles a la saga con un mejor guión que la 3ª y con una acción más trepidante y una mejor película además ayuda a terminar de comprender la 3ª parte y está muy relacionada. Sangre tiene la que tiene que tener, si no fuese así no sería Saw, y quien diga que es sangrienta que se vaya a ver Lobos por Corderos y nos dejen en paz de una vez y dejen de meterse con Saw que ya empieza a cansar sus críticas sin sentido. Por otra parte también quería decir que dejen de comparar Saw con Hostel porque también cansa, primero que Hostel es muchísimo peor en todos los aspectos sobre todo en el argumental y porque Hostel de sangre no tiene ni la décima parte que Saw así que no las comparen más, y si lo hacen es que no saben de cine.

La cuarta entrega de Saw nos presenta algo que más tarde se convertiría en rasgo identificativo de la franquicia: que sucesos de diferentes películas tengan lugar al mismo tiempo y acaben mezclándose.

Darren Lynn Bousman se pone por última vez al timón de Saw y lo hace para despedirse con su peor trabajo. El director es incapaz de gestionar la cantidad de situaciones que se producen en la película y eso acaba por pasarle factura en el apartado narrativo, que se convierte en un zarzal difícil de atravesar. Lo de mezclar historias que no suceden en la misma línea de tiempo (aunque casi) se convierte en un montaña que el cineasta no es capaz de escalar sin dejarse por el camino parte de la lógica que siempre ha acompañado a la saga. La ausencia de un guion escrito por Leigh Whannel supone un cambio radical en el que la película pasa a ser un thriller policíaco que solamente aprovecha de Saw su esencia. Marcus Dunstan y Patrick Melton no tienen la imaginación de Whannel a la hora de crear escenarios para la angustia, y mucho menos tienen la capacidad del anterior guionista para dar una explicación lógica a las lecciones morales que, se supone, imparte Jigsaw. Aquí las palabras de "El puzzle" no tienen la fuerza de las anteriores entregas, llegando a ser ridículas en algunas ocasiones y facilmente desmontables el resto de veces. A pesar de eso, entre tanto lío y a pesar de sus muchos errores, la película consigue aguantar hasta el final sin romperse en mil pedazos.

Tobin Bell, pese a estar muerto, cobra aquí aún más protagonismo frente a las cámaras. En los millones de flashbacks que pueblan la película podemos ver a un Bell que debe mostrar más emociones que en las tres anteriores entregas juntas y que, por suerte, lo hace. Buen trabajo el de Lyriq Bent, que tras sus pequeños papeles en las entregas segunda y tercera, se convierte en protagonista. Costas Mandylor llega directamente para establecerse en el primer plano de la saga y lo hace con un trabajo solvente del que parece disfrutar tanto como su personaje. Betsy Russell, que pareció desaparecer del planeta en los 90, encontró en Saw IV una puerta a su renacimiento y la aprovechó. La hermosa actriz (demasiado, teniendo en cuenta su edad, como para no hablar de los quirófanos) se saca de la manga una interpretación realmente buena que, al menos yo, no me esperaba. Aprobado también para Scott Patterson, con una labor muy acorde a la personalidad del personaje.

Resumiendo, que es gerundio: Saw IV continúa la labor informativa de su predecesora, pero cae en el error de abusar de la información que brinda al espectador sin preguntarse si es necesaria. Pese a que deja un hueco enorme que separa la meticulosidad de la casualidad en su desarrollo, entretiene y da las cantidades necesarias de vísceras que piden los fans de esa faceta de la saga y además aporta un (más o menos) interesante apartado policíaco.