88 minutos

Un thriller sin pretensiones, sobrio, austero, elegante, con el grandísimo Al Pacino, con final sorpresa... y va la crítica y se lo carga. ¿Por qué, señores críticos? ¿Por qué? ¿No os han dado los de la jodida productora vuestra ración de sobres con caridad y tostadas? Pues os jodéis, que a mí no me podéis chantajear y voto lo que me sale de los huevos (que para algo tengo una personalidad forjada a base de kilotones de angustia, sangre, sudor y estiércol). Hala, a mamarla.

"88 minutos" es al thriller lo que "Scary movie" al terror, ó "Superhero movie" a la de los cómics; ni más ni menos que una burla al género. Lo grave del asunto es que "88" no pretendía satirizar en ningún momento; lo cual la convierte en un producto que no llega a ser bochornoso pero sí ridículo.

La voz distorsionada por teléfono del asesino da un desafortunado toque fantasmón con su reiterado "Tic, tac; Jack". Si había posibilidad de seriedad, el risible tic-tac la tira por la borda. Al otro lado del aparato tenemos a un Al Pacino que como ser humano que es, demuestra que todos nos podemos confundir alguna vez en la vida. Su equívoco fue el de aceptar un papel ideal para principiantes en esto del cine; ¡que pareces nuevo, Alfredo!. Inclusive da la sensación de que él mismo es un actor cómico parodiando a Pacino.


Estos guionistas, por otro lado, dibujan una serie de personajes que parecen todos ellos bondadosos angelitos incapaces de romper un plato. Ya ahí te das cuenta que los únicos propósitos de la cinta son dos. Primero; que flipemos con el engreimiento de Al; y segundo; que cuando se descubra al psicópata, nos quedemos todos en plan; ¡Ahí va, el que menos me esperaba!. Con ello lo único que se consiguen, por si no lo sabían los guionistas, es el efecto totalmente contrario al pretendido. No asombra nada ya. Para la próxima, el asesino que sea el de peor pintas. Quizás así sorprenderéis al personal.

Siempre habia pensado que Al Pacino era un actor que escogía muy bien sus papeles, por tanto ir a ver una peli suya era mas o menos ir sobre seguro. Pues no, ya no.

88 minutos parte de una idea y planteamiento originales que hasta puede enganchar en un principio, en especial por su formato. De hecho si antes de verla me dicen: "vas a ver un thriller de asesinatos que se desarrolla casi todo en tiempo real" lo último que se me ocurriría pensar es que va a ser aburrida. Y es que 88 minutos falla en lo que nunca debe fallar un thriller: es muy previsible, se sabe el final antes de llegar a él, y se sabría aun mucho antes de no ser porque se nos intenta engañar con infinidad de pistas falsas.

De verdad, si no fuera porque sale Al Pacino hubiera ido directamente al domingo por la tarde en antena3. Infumable.

La verdad es que me esperaba menos de esta cinta, pero al final me ha terminado entreteniendo durante dos largas horas.

El argumento esta bien hilado, y los personajes están bien construidos, toda la historia se va entretejiendo creando un puzzle en el que al final todas las piezas encajan. Tal vez la única pega está en que a lo largo del metraje este puzzle se convierte en demasiado enrevesado y llega un momento en el que lían todo de una manera que el espectador queda aturullado ante tanto cambio de guión., pero esto se solventa cuando al final de la película todo lo visto anteriormente encaja a la perfección.

Como peculiaridad mencionar que la película esta narrada en tiempo real (88 minutos) desde que el protagonista recibe la llamada del “malo” de la película.

En fin, estamos ante dos horas de puro entretenimiento y una buena película de suspense que no aburrida a nadie.

Auténtico pufo que parece escrito y dirigido con un manual de "Cómo hacer cine comercial sin devanarse las neuronas en el intento", la última de Pacino sólo supone una sensación de pérdida de tiempo considerable, porque no aporta nada, absolutamente nada al género o al cine. Es aburridísima por previsible, le sobra metraje y giros de guión por todos lados, los actores lo hacen lo peor que pueden (destacando el odioso Pacino y la cada vez más patética Leelee Sobieski), la fotografía parece de anuncio de Corporación Dermoestética y lo mejor que se puede decir de la historia es que se olvida rápidamente.

No es más que una chapuza engañabobos para saquear al espectador incauto: parece mentira que esta basura pase por una sala de cine y no se vaya directamente al lugar donde le corresponde, es decir, a las sesiones melodramáticas de Antena 3 en la sobremesa. O mejor aún, a la papelera de la sala de montaje, todos y cada uno de sus 105 (no 88, por desgracia) desperdiciadísimos minutos.