El día de la ira
1967 

6,5
1.122
Western
Scott es un pobre vagabundo que malvive limpiando las calles de un pueblo desértico y tranquilo, donde todos se ríen de él por ser hijo de una prostituta. Su vida cambiará con la llegada de Travis (Lee Van Cleef), un veterano pistolero al que todos temen.Travis le enseña a Scott a usar las armas para que pueda defenderse. Por desgracia, todo el odio y el resentimiento que el chico albergaba empieza a salir a la superficie. (FILMAFFINITY) [+]
18 de marzo de 2024
18 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un 'eurowestern' italo-germano rodado en Almeria del que por su fama y prestigio esperaba algo más y que me ha parecido decepcionante. No es que esté mal rodado, en absoluto, ni que la historia no tenga vuelo y cierta originalidad, que tampoco. Lo que ocurre es que el guión es a mi juicio bastante esquemático en cuestiones tan básicas como el arco vital del protagonista.
Y que por resultona que sea la peli a veces en apariencia con todo lo relativo al aprendizaje como pistolero del protagonista Scott Mary (Giulianno Gemma) de manos del veterano Talby (Lee van Cleef) con detalles como el del enunciado de "las lecciones" que éste da al discípulo, y que luego le devuelve, le parece a uno que la metamorfosis que acaece en el primero debiera estar más explicada, mejor justificada. Y sin que sus motivos, aunque esbozados con brocha gorda, sean nunca expuestos con un pincel más fino.
Tal como si a ese nivel, pese a la brillantez de lo que vemos, y más allá de los valores del filme en el plano formal, la profundidad fuese la propia de una función de teatro, no sé si me explico. Y no se hubiesen aprovechado todas las posibilidades que el cine ofrece para hacer algo más que un juguetón espectáculo de acción.
Eso sí, la parte inicial del filme es bastante brillante y tiene interés, alcanzando su culminación en las secuencias de la cantina atendida por Ricardo Palacios.
(sigo en Zona spoiler)
Y que por resultona que sea la peli a veces en apariencia con todo lo relativo al aprendizaje como pistolero del protagonista Scott Mary (Giulianno Gemma) de manos del veterano Talby (Lee van Cleef) con detalles como el del enunciado de "las lecciones" que éste da al discípulo, y que luego le devuelve, le parece a uno que la metamorfosis que acaece en el primero debiera estar más explicada, mejor justificada. Y sin que sus motivos, aunque esbozados con brocha gorda, sean nunca expuestos con un pincel más fino.
Tal como si a ese nivel, pese a la brillantez de lo que vemos, y más allá de los valores del filme en el plano formal, la profundidad fuese la propia de una función de teatro, no sé si me explico. Y no se hubiesen aprovechado todas las posibilidades que el cine ofrece para hacer algo más que un juguetón espectáculo de acción.
Eso sí, la parte inicial del filme es bastante brillante y tiene interés, alcanzando su culminación en las secuencias de la cantina atendida por Ricardo Palacios.
(sigo en Zona spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y la conclusión no deja de tener también cierta emoción. Pero da la sensación de que Scott Mary pasa de pobre timorato que se deja humillar por todos a tirano vengativo, merced a su empoderamiento, en pocas horas y sin solución de continuidad, un tránsito que para ser verosímil se debía haber. trabajado más y que otras películas hubieran abordado de otro modo, siquiera fuera con una elipsis temporal de cierta duración. Y no creo que se trate de una limitación impuesta por el género o el subgénero.
El protagonista está asimismo bastante desdibujado en el guión en cuestiones como sus intereses afectivos, que solo se apuntan levemente y sin que haya apenas presencia femenina en el filme, pese a ser un tipo que se crió de niño entre mujeres. E igual ocurre en su relación con el resto de personas por las que a lo largo del filme tiene afinidades y no lo desprecian: sea el fracasado exsheriff encargado de la cuadra,,el vagabundo interpretado por José Calvo, e incluso su propio mentor encargado por van Cleef.
Y lo cierto es que lo que pasa en realidad pr la cabeza de Scott Mary es un misterio casi todo la película y uno no sabe si achacárselo a que Giulianno Gemma no da más de si o a que la cinta nunca se lo plantea.
El protagonista está asimismo bastante desdibujado en el guión en cuestiones como sus intereses afectivos, que solo se apuntan levemente y sin que haya apenas presencia femenina en el filme, pese a ser un tipo que se crió de niño entre mujeres. E igual ocurre en su relación con el resto de personas por las que a lo largo del filme tiene afinidades y no lo desprecian: sea el fracasado exsheriff encargado de la cuadra,,el vagabundo interpretado por José Calvo, e incluso su propio mentor encargado por van Cleef.
Y lo cierto es que lo que pasa en realidad pr la cabeza de Scott Mary es un misterio casi todo la película y uno no sabe si achacárselo a que Giulianno Gemma no da más de si o a que la cinta nunca se lo plantea.
13 de marzo de 2012
13 de marzo de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como amante del western, no, como fanático del western llevo una buena temporada dedicándome a recuperar SW, a los cuales despreciaba salvo los del maestro Leone y alguno de Sollima. Claro, el recuerdo de Siete pistolas para los McGregor, una de las peores películas de la historia del Cine (sí, ya lo sé, podríamos encontrar bodrios todavía más descacharrantes) me producía sudores fríos y me alejaba de estos manjares cimematográficos, pero poco a poco he ido descubriendo perlas entre la basura. Ayer le tocó el turno a El día de la ira. Seco, conciso, sin barroquismos innecesarios (sólo un zoom, y está justificado), retrato despiadado de las clases dirigentes (el juez y el banquero en comandita, el sheriff como perro fiel de los poderosos; fijaos que el banquero utiliza a su hija cuando quiere deshacerse de Gemma..., con la connivencia de ésta, digna seguidora de la estirpe depredadora), las interpretaciones de todos los secundarios (ver a Pepe Calvo disfrazado de Fernando Arrabal me hizo dar un bote del sofá), Lee Van Cleef... ¿Qué decir de LVC? Pues... que es él y con eso basta. Giuliano se defiende, y Riz Ortolani da un poco la matraca, si queréis que os diga la verdad, pero en conjunto un excelente divertimento.
16 de agosto de 2013
16 de agosto de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco conocido, pero notable Spaghetti western, que recoge el espíritu y las leyes básicas para sobrevivir en el oeste.
Presenta una historia sencilla y eficaz, donde un joven vagabundo aprende de un experto pistolero, a manejar con destreza el revolver y a tener nociones de las lecciones para seguir con vida en el polvoriento y sucio oeste, donde un hombre debe cuidarse de todos, incluso de su mejor amigo.
El argumento capta la atención del espectador desde un primer momento, el director toma las riendas del ritmo y galopa con buen ritmo por un camino plagado de dificultades y plasma con sencillez el cambio radical que vive el personaje principal a medida que se desarrolla la trama.
La relación de amistad y camaradería que surge entre los dos protagonistas, se hace patente a medida que van compartiendo vivencias, hasta el momento en el que la la traición y las malas artes, hagan que deban enfrentarse en un duelo fatídico.
En el reparto destaca la presencia de Lee Van Cleef, figura y símbolo del Spaghetti Western, que logra ofrecer las dos caras de la misma moneda, en un papel notable.
La película cuenta con una banda sonora que posee un ritmo dinámico y pegadizo, compuesta por Ortolani, que sirve como sello de presentación, otorgando personalidad y fuerza a todo el relato.
Ofrece un enfrentamiento llena de garra y destreza, donde el manejo con el revolver y lo aprendido serán armas infalibles.
Apasionante relato de amistad, aprendizaje, traición y venganza, que presenta las lecciones para sobrevivir a un mundo violento y cruel.
Presenta una historia sencilla y eficaz, donde un joven vagabundo aprende de un experto pistolero, a manejar con destreza el revolver y a tener nociones de las lecciones para seguir con vida en el polvoriento y sucio oeste, donde un hombre debe cuidarse de todos, incluso de su mejor amigo.
El argumento capta la atención del espectador desde un primer momento, el director toma las riendas del ritmo y galopa con buen ritmo por un camino plagado de dificultades y plasma con sencillez el cambio radical que vive el personaje principal a medida que se desarrolla la trama.
La relación de amistad y camaradería que surge entre los dos protagonistas, se hace patente a medida que van compartiendo vivencias, hasta el momento en el que la la traición y las malas artes, hagan que deban enfrentarse en un duelo fatídico.
En el reparto destaca la presencia de Lee Van Cleef, figura y símbolo del Spaghetti Western, que logra ofrecer las dos caras de la misma moneda, en un papel notable.
La película cuenta con una banda sonora que posee un ritmo dinámico y pegadizo, compuesta por Ortolani, que sirve como sello de presentación, otorgando personalidad y fuerza a todo el relato.
Ofrece un enfrentamiento llena de garra y destreza, donde el manejo con el revolver y lo aprendido serán armas infalibles.
Apasionante relato de amistad, aprendizaje, traición y venganza, que presenta las lecciones para sobrevivir a un mundo violento y cruel.
8 de marzo de 2016
8 de marzo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando el buen momento del spaghetti-western en general y el de Lee Van Cleef en particular ('La muerte tenía un precio', 'El bueno, el feo y el malo', 'El halcón y la presa'), Tonino Valeri ('Mi nombre es ninguno') tuvo a bien dirigir la adaptación de la novela alemana 'Der Tod ritt Dienstags' de Ron Baker. Coproducción italo-germana, 'El día de la ira' se acabará convirtiendo en una obra de referencia dentro del género. No hay más que ver los créditos iniciales, creados por Iginio Lardani, para darnos cuenta de que estamos ante algo distinto. Una sucesión de imágenes en saturados tonos monocromáticos nos irán mostrando la cara de los protagonistas así como distintas escenas del film. Como acompañamiento contaremos con la música de Riz Ortolani, que compondrá un tema central magnífico, que el propio Tarantino acabará utilizando en la banda sonora de 'Django Desencadenado'. La película nos contará la historia de Scott Mary (Giuliano Gemma), un huérfano que hace las veces de chico para todo en el pueblo de Clifton. Scott sueña con convertirse, como Doc Holliday, en un famoso pistolero. Su oportunidad le llegará de manos de Frank Talby (Lee Van Cleef), un extraño que llegará al pueblo intentando saldar una vieja deuda. Frank tomará a Scott como su pupilo y, a base de palos, le irá dando una serie de lecciones para que éste se convierta en el fiero pistolero que desea ser. Pronto, tutor y pupilo acabarán haciéndose con el control de todo el pueblo y nos daremos cuenta de que Talby no es el buen samaritano que pretendía ser. Estamos ante una adaptación far west del patito feo, con un Gemma convirtiéndose en cisne bajo la supervisión de su hada madrina, Van Cleef. El film cuenta con todos los elementos clásicos del género, incluyendo un par de guiños para deleite de los fans del eurowestern. El primero de ellos será el nombre de la mula de Scott Mary, Sartana, que homenajeará a uno de los héroes más clásicos del spaghetti western. El segundo homenaje será la aparición de un trasunto de Django, contratado para encargarse de Frank Talby. Ambos protagonizarán un duelo a caballo con carabina que, para mi, es la mejor escena del film. Estamos ante un clásico menor, que si bien no puede competir con los grandes del género, si que destaca, y de que manera, sobre la ingente cantidad de producciones almerienses de la época. Muy recomendable.
Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com.es/2016/03/i-giorni-dellira.html
Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com.es/2016/03/i-giorni-dellira.html
21 de diciembre de 2020
21 de diciembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El día de la ira (1967), dirigida por el italiano Tonino Valerii, es probablemente uno de los mejores eurowesterns que hay, prácticamente a la altura de la primera película de Leone en el género. Cuenta con un guion muy maduro, que a diferencia de otras películas spaghetti, no solo muestra tiroteos y violencia a raudales, sino que incluye una interesante reflexión sobre el propio género. La película fue un gran éxito de taquilla en Italia en su momento.
Giulano Gemma interpreta a un joven que no tiene nada, y por no tener no tiene ni siquiera apellido, porque es un "bastardo". Todo el pueblo le humilla y él no hace más que tragar con las vejaciones que le provocan todos los habitantes del pueblo. Sin embargo, un buen día aparece un misterioso personaje, interpretado por Lee Van Cleef, que no tolerará que en su presencia humillen al joven personaje y le enseñará un par de trucos...
A priori podría parecer que nos encontramos ante un Spaghetti más. Se rodó como tantas otras en Almería, se contrató a una estrella norteamericana en horas bajas como es Lee Van Cleef, que justo había despegado con las películas de Sergio Leone, y que estaba acompañado por una estrella local, Giuliano Gemma. Para la banda sonora no se contó con Ennio Morricone, sino con Riz Ortolani, que sin embargo compuso un gran tema principal, igual de pegadizo que las películas en las que aparecía Clint Eastwood (De hecho, el tema sería reaprovechado por Tarantino en Kill Bill).
El elemento que hace que la película destaque por encima de otras obras del mismo subgénero es la consciencia que demuestra. El día de la ira analiza los troppos del Spaghetti y los pone bajo la luz de la consciencia y la ética moral. Uno de los rasgos distintivos es el personaje amoral, antiheroico, que solo piensa en su propio beneficio y al que no le importa dejar una ristra de cadáveres tras de sí para conseguir sus propios objetivos. Una visión casi de superhombre Nietzscheano, que quedaba plasmada en la trilogía del Dolar de Leone.
Este personaje aparece en nuestra película interpretado por Lee Van Cleef. Él es el "Clint Eastwood" de El día de la ira. Es un personaje que deja tras de si una ristra de cadáveres y es él quien enseña al personaje de Frank, interpretado por Giuliano Gemma, a disparar y lo convierte en un hombre que no tolera que lo humillen. Realmente hace de él un superhombre, con una moral superior. ¿Pero dónde queda la humanidad en esta transformación? La película es lo suficientemente madura como para mostrar, con cierta denuncia, que la evolución del personaje, comporta un traspaso de corrupción, y los personajes que antes vejaban a Giuliano Gemma son los que ahora son vejados. Nada ha cambiado, solo el nombre del maltratador y los maltratados.
Por esto, podemos decir que nos encontramos ante de uno de los Spaghetti más maduros de la filmografía italiana. Tiene aspectos de profundidad que ni siquiera las películas de Leone tenían. Porque mientras que la mayoría de películas muestran al vaquero protagonista con un perfil unidireccional (es bueno mientras consiga matar cuantos más enemigos mejor), aquí hay un perfilamiento mucho más humano.
A pesar de que quizá la dirección no es demasiado llamativa, nos encontramos con algún plano muy interesante, como es el caso de la paliza que le dan a Van Cleef atándolo a un caballo, o algunos duelos que explotan como siempre en un delirio de violencia propio de un comic, o fumetto, para adultos.
Conclusión
El día de la ira es una gran película sepultada por otros millares de eurowesterns que sin embargo no se acercan a su nivel en ningún aspecto. Contiene una gran reflexión sobre el género que quizá es única, porque ni siquiera en los filmes de Leone hay un debate sobre la violencia intrínseca al eurowestern.
Crítica escrita para Cinemagavia.es
Giulano Gemma interpreta a un joven que no tiene nada, y por no tener no tiene ni siquiera apellido, porque es un "bastardo". Todo el pueblo le humilla y él no hace más que tragar con las vejaciones que le provocan todos los habitantes del pueblo. Sin embargo, un buen día aparece un misterioso personaje, interpretado por Lee Van Cleef, que no tolerará que en su presencia humillen al joven personaje y le enseñará un par de trucos...
A priori podría parecer que nos encontramos ante un Spaghetti más. Se rodó como tantas otras en Almería, se contrató a una estrella norteamericana en horas bajas como es Lee Van Cleef, que justo había despegado con las películas de Sergio Leone, y que estaba acompañado por una estrella local, Giuliano Gemma. Para la banda sonora no se contó con Ennio Morricone, sino con Riz Ortolani, que sin embargo compuso un gran tema principal, igual de pegadizo que las películas en las que aparecía Clint Eastwood (De hecho, el tema sería reaprovechado por Tarantino en Kill Bill).
El elemento que hace que la película destaque por encima de otras obras del mismo subgénero es la consciencia que demuestra. El día de la ira analiza los troppos del Spaghetti y los pone bajo la luz de la consciencia y la ética moral. Uno de los rasgos distintivos es el personaje amoral, antiheroico, que solo piensa en su propio beneficio y al que no le importa dejar una ristra de cadáveres tras de sí para conseguir sus propios objetivos. Una visión casi de superhombre Nietzscheano, que quedaba plasmada en la trilogía del Dolar de Leone.
Este personaje aparece en nuestra película interpretado por Lee Van Cleef. Él es el "Clint Eastwood" de El día de la ira. Es un personaje que deja tras de si una ristra de cadáveres y es él quien enseña al personaje de Frank, interpretado por Giuliano Gemma, a disparar y lo convierte en un hombre que no tolera que lo humillen. Realmente hace de él un superhombre, con una moral superior. ¿Pero dónde queda la humanidad en esta transformación? La película es lo suficientemente madura como para mostrar, con cierta denuncia, que la evolución del personaje, comporta un traspaso de corrupción, y los personajes que antes vejaban a Giuliano Gemma son los que ahora son vejados. Nada ha cambiado, solo el nombre del maltratador y los maltratados.
Por esto, podemos decir que nos encontramos ante de uno de los Spaghetti más maduros de la filmografía italiana. Tiene aspectos de profundidad que ni siquiera las películas de Leone tenían. Porque mientras que la mayoría de películas muestran al vaquero protagonista con un perfil unidireccional (es bueno mientras consiga matar cuantos más enemigos mejor), aquí hay un perfilamiento mucho más humano.
A pesar de que quizá la dirección no es demasiado llamativa, nos encontramos con algún plano muy interesante, como es el caso de la paliza que le dan a Van Cleef atándolo a un caballo, o algunos duelos que explotan como siempre en un delirio de violencia propio de un comic, o fumetto, para adultos.
Conclusión
El día de la ira es una gran película sepultada por otros millares de eurowesterns que sin embargo no se acercan a su nivel en ningún aspecto. Contiene una gran reflexión sobre el género que quizá es única, porque ni siquiera en los filmes de Leone hay un debate sobre la violencia intrínseca al eurowestern.
Crítica escrita para Cinemagavia.es
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