Nunca me abandones
2010 

6,5
20.103
Drama. Ciencia ficción. Romance
Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine (James Ivory, 1993). Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se acercan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2011
25 de marzo de 2011
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había muchas ganas de conocer los entresijos de Never let me go. Le sobraban atractivos: protagonizada por tres de los actores jóvenes más importantes (las británicas Knightley y Mulligan, el norteamericano Garfield), un reparto que incluye caras como Sally Hawkins y Charlotte Rampling, un guión que es la adaptación de una novela muy apreciada por la crítica... Pero Never Let Me Go ha acabado como una acuarela un tanto aguada. Amor juvenil, pasado de azúcar, en un contexto rocambolesco. No queremos desvelar el secreto de la trama, pero Never Let Me Go, más que la Expiación que se esperaba, ha acabado como un melodrama bastante digno que adolece de algunos tics propios del telefilm más facilón. Porque eso es Never Let Me Go: una historia televisiva de lujo, inconsistente, pero con el genial trabajo de sus intérpretes. Hay algo forzado y postizo en un romance que el guión recuerda cada dos por tres, aunque nunca se trabaja para que el espectador viva esa pasión que hora y media después sólo funciona a medio gas. Never Let Me Go, aunque apreciable, es bastante predecible, y como han corroborado los Oscar recientes (a los que no estuvo nominada tras ser una de las favoritas de primera hora) queda lejos de los mejores dramas de regusto british. Aun así, no recuerdo una película que ensamble de una forma tan curiosa el melodrama de toda la vida con la oscuridad de un fantastique desangelado. ¿Y si la película hubiera sido un cortometraje? ¿Y si la hubiese dirigido Joe Wright (para potenciar la personalidad melancólica de la trama) o Park Chan-wook (para convertir la película en un terror adolescente de nivel)? Sea como sea, siendo como es, Never Let Me Go alegrará tardes de domingo e incluso hará derramar alguna lagrimilla. Suficiente.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
24 de mayo de 2011
24 de mayo de 2011
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se realmente porque tiene una buena calificación esta película, no se la merece, es aburrida simplemente aburrida, su guion es tan copiado a otras dos películas del mismo tema que si esta la hubiera visto primero, no viera nunca mas otra de la misma temática. Un ejemplo. Pídanle a Woody Allen que haga un re-make de Pearl Harbor ( por supuesto hablo de la que es interpretada por Ben Affleck ) y se encontraran con una cinta convertida , es decir, de algo medio entretenido a un motivo para dormir.
Para acabar, tengo que decir que mi hermano me la recomendó con emoción, no entendía porque, hasta que recordé que una de las protagonistas tenia un parecido a su ex novia holandesa. RAZÓN.
Para acabar, tengo que decir que mi hermano me la recomendó con emoción, no entendía porque, hasta que recordé que una de las protagonistas tenia un parecido a su ex novia holandesa. RAZÓN.
23 de marzo de 2011
23 de marzo de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me abandones prometía una atractiva combinación de ciencia ficción y drama romántico. Tres niños cuyo destino ha sido marcado de por vida con una sórdida intención logran conformar un triángulo amoroso plagado de ingenuidad y de inocencia. El problema es que la película juega con polos tan diametralmente opuestos de manera más aventurada que la novela original de Kazuo Ishiguro, autor de Lo que queda del día. La intriga y el romance imperaban en el libro. En cambio, la sugerente premisa de ciencia ficción se descubre tan pronto en el filme que termina eclipsando todo lo demás.
Condiciona, digo, porque sabiendo el destino de los protagonistas no degustamos con la misma intensidad la historia de amor y de amistad que se detalla al milímetro en el libro. El guión es tan meticulosamente fiel, que sucesos destacados de la novela se convierten en meras anécdotas en la pantalla. El director no termina de profundizar en la etapa infantil, donde se fragua el misterio y el romance, el origen de lo que se podría haber convertido en un clásico del cine romántico.
Aunque los acontecimientos se suceden sin descanso, la sensación que desprende Nunca me abandones es la de que avanza a un ritmo lento, un tanto frío, sin tiempo para empatizar con la protagonista. A esto último tampoco ayuda la elección fallida de la actriz que interpreta el papel de Carey Mulligan de niña. Los sentimientos de Kathy hacia su amigo Tommy se despiertan en esa etapa y, sin embargo, la frialdad de la pequeña intérprete no permite acercarnos a ellos tal y como lo plantea Ishiguro. No es hasta bien entrado el metraje, con la aparición de un trío de ases británico inigualable, que el espectador comienza a interiorizar el dolor.
Nunca me abandones emprende el vuelo demasiado tarde, bien entrado el final del trayecto. Con Mulligan, Kathy adquiere la expresividad perdida y la llegada de otros dos valores seguros como Keira Knightley y Andrew Garfield contribuye sin duda a elevar el nivel de interés de la cinta. Aunque por el camino se han perdido matices indispensables, aunque el paso no ha sido el más acertado, con un pésimo empleo de la banda sonora, la película deja para el recuerdo varias escenas.
Una la protagoniza Sally Hawkins (Happy go lucky) cuando les explica a los alumnos de Hailsham los verdaderos motivos de su estancia en el centro. Las respuestas, como decíamos, llegan demasiado pronto pero, aún así, logran consternar. La misma sensación que provocan las imágenes que cierran Nunca me abandones. El espectador abandona la sala triste y compungido, evitando imaginar con qué estado de ánimo saldría si la película hubiese sido igual de intensa de principio a fin.
Condiciona, digo, porque sabiendo el destino de los protagonistas no degustamos con la misma intensidad la historia de amor y de amistad que se detalla al milímetro en el libro. El guión es tan meticulosamente fiel, que sucesos destacados de la novela se convierten en meras anécdotas en la pantalla. El director no termina de profundizar en la etapa infantil, donde se fragua el misterio y el romance, el origen de lo que se podría haber convertido en un clásico del cine romántico.
Aunque los acontecimientos se suceden sin descanso, la sensación que desprende Nunca me abandones es la de que avanza a un ritmo lento, un tanto frío, sin tiempo para empatizar con la protagonista. A esto último tampoco ayuda la elección fallida de la actriz que interpreta el papel de Carey Mulligan de niña. Los sentimientos de Kathy hacia su amigo Tommy se despiertan en esa etapa y, sin embargo, la frialdad de la pequeña intérprete no permite acercarnos a ellos tal y como lo plantea Ishiguro. No es hasta bien entrado el metraje, con la aparición de un trío de ases británico inigualable, que el espectador comienza a interiorizar el dolor.
Nunca me abandones emprende el vuelo demasiado tarde, bien entrado el final del trayecto. Con Mulligan, Kathy adquiere la expresividad perdida y la llegada de otros dos valores seguros como Keira Knightley y Andrew Garfield contribuye sin duda a elevar el nivel de interés de la cinta. Aunque por el camino se han perdido matices indispensables, aunque el paso no ha sido el más acertado, con un pésimo empleo de la banda sonora, la película deja para el recuerdo varias escenas.
Una la protagoniza Sally Hawkins (Happy go lucky) cuando les explica a los alumnos de Hailsham los verdaderos motivos de su estancia en el centro. Las respuestas, como decíamos, llegan demasiado pronto pero, aún así, logran consternar. La misma sensación que provocan las imágenes que cierran Nunca me abandones. El espectador abandona la sala triste y compungido, evitando imaginar con qué estado de ánimo saldría si la película hubiese sido igual de intensa de principio a fin.
8 de junio de 2011
8 de junio de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede, y sea lo más probable, que el libro sea mil veces mejor que la película, pero no he tenido ocasión de leerlo. Y de hecho no se si hacerlo, porque si ya de por sí, me ha conmocionado, el libro tiene que ser...
Raras veces nos encontramos con algo así, una película con clase, casi diría yo británica (me sorprendió que fuera americana), una historia que no deja de ser surrealista pero que termina enganchándote con una fuerza sobrecogedora. Los actores son sencillamente expléndidos, atormentados, infelices dentro de esa burbuja que se han creado... Esa chica llamada Carey Mulligan es espectacular, enamora en cada escena y plano que interviene, es un 'miss universo' del panorama cinematográfico. Andrew me parece un chico con mucha carisma, sabe lo que hace y lo hace de verdad, te lo crees, al igual que Keira que hace un buen trabajo. Y he de destacar también la actuación de Sally Hawkins, que a pesar de ser breve, es cautivadora, me encanta esa chiquilla también.
El desenlace de la película es cautivador, muy sutil, muy muy emocionante. Sólo puedo desear que sintáis lo mismo que sentí yo, entregando y rindiendome ante los pies de la que creo es una de las mejores películas del 2010...
Raras veces nos encontramos con algo así, una película con clase, casi diría yo británica (me sorprendió que fuera americana), una historia que no deja de ser surrealista pero que termina enganchándote con una fuerza sobrecogedora. Los actores son sencillamente expléndidos, atormentados, infelices dentro de esa burbuja que se han creado... Esa chica llamada Carey Mulligan es espectacular, enamora en cada escena y plano que interviene, es un 'miss universo' del panorama cinematográfico. Andrew me parece un chico con mucha carisma, sabe lo que hace y lo hace de verdad, te lo crees, al igual que Keira que hace un buen trabajo. Y he de destacar también la actuación de Sally Hawkins, que a pesar de ser breve, es cautivadora, me encanta esa chiquilla también.
El desenlace de la película es cautivador, muy sutil, muy muy emocionante. Sólo puedo desear que sintáis lo mismo que sentí yo, entregando y rindiendome ante los pies de la que creo es una de las mejores películas del 2010...
8 de agosto de 2011
8 de agosto de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una trama dura y cruel, "Nunca me abandones" retrata un (ficticio?) caso de donantes (ahí lo dejamos) provenientes de remotos centros de acogida. La trama se pierde por su falta de credibilidad y la manipulación del guion, llegando a un sin sentido. Por contra la reacción de los actores es muy sólida y, por momentos, aguanta el tibio papel peliculero... pasable.
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