Cónclave
7,0
20.807
Drama. Thriller. Intriga
Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia. (FILMAFFINITY) [+]
11 de abril de 2025
11 de abril de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muerte del Sumo Pontífice deja un puesto vacante (y que puesto) en la santa iglesia católica, y comienza la guerra (literal) para hacerse con el trono vacante. El cardenal Thomas Lawrence (Fiennes) es el encargado de coordinar y llevar adelante el conclave en el que se elegirá al nuevo Papa. El problema es que, en toda esa congregación de cardenales, ninguno orina agua bendita y de santo casi ninguno tiene nada.
Edward Berger se propone meterse en las entrañas del poder del catolicismo a través de los entretelones que puede haber en un conclave de cardenales. Las miserias humanas y las ansias de poder en hombres que, supuestamente, viven para llevar la palabra de Dios en la tierra quedan representadas en lo que el director alemán nos pretende mostrar en el film. Cardenales de distintos continentes y de diferentes ideologías anhelan en convertirse en el nuevo "jefe" de los cristianos, librándose un enfrentamiento entre los cardenales de tinte conservadora y ortodoxa liderados por el cardenal Tedesco (Castellito) y, por otra parte, los cardenales más liberales y de una mirada más moderna del catolicismo entre los que se encuentran el cardenal Bellini (Tucci) y el propio Lawrence.
Si algo destaca en "Conclave" es, sin dudas, la actuación de Ralph Fiennes. El actor inglés brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera, dando vida a ese cardenal que hace un tiempo viene dudando de su fe y que cuando pensaba en retirarse un tiempo para poder reflexionar, le llega la enorme responsabilidad de dirigir la elección en la que se elegirá al nuevo Papa. Fiennes domina la escena de principio a fin, hace suya la película y en todo momento realmente parece ser un cardenal.
Edward Berger se propone meterse en las entrañas del poder del catolicismo a través de los entretelones que puede haber en un conclave de cardenales. Las miserias humanas y las ansias de poder en hombres que, supuestamente, viven para llevar la palabra de Dios en la tierra quedan representadas en lo que el director alemán nos pretende mostrar en el film. Cardenales de distintos continentes y de diferentes ideologías anhelan en convertirse en el nuevo "jefe" de los cristianos, librándose un enfrentamiento entre los cardenales de tinte conservadora y ortodoxa liderados por el cardenal Tedesco (Castellito) y, por otra parte, los cardenales más liberales y de una mirada más moderna del catolicismo entre los que se encuentran el cardenal Bellini (Tucci) y el propio Lawrence.
Si algo destaca en "Conclave" es, sin dudas, la actuación de Ralph Fiennes. El actor inglés brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera, dando vida a ese cardenal que hace un tiempo viene dudando de su fe y que cuando pensaba en retirarse un tiempo para poder reflexionar, le llega la enorme responsabilidad de dirigir la elección en la que se elegirá al nuevo Papa. Fiennes domina la escena de principio a fin, hace suya la película y en todo momento realmente parece ser un cardenal.
21 de abril de 2025
21 de abril de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin emoción, por más que muestren y “destapen” a ritmo de tonada solemne las conspiraciones, secretos, y corrupción al interior del Vaticano versión siglo XXI, nada que no sepamos y se quedan cortos... Ahí por la esquinita van metiendo la propaganda LGBTI, cambios de sexo, y todo lo que se nos viene como pan diario la próxima década, la iglesia necesita modernizarse, a parte, como no hacerlo, si han sido los más pecadores, pedófilos, abusadores del sexo femenino, y que mejor que un papa que vaya se excuse de todo eso volviéndose progre... Que si, las actuaciones no están nada mal, y a punta de actores de renombre van metiendo sus mensajitos, imagínense está peli con puros desconocidos, de 4 no pasa y la llamarían truño, pero está el bueno de Ralph y el calvito... Veanla, entretiene pero hasta ahí... O mejor, si quieren ver la verdadera podredumbre véanse la serie Borgias y la pasan mejor, de entrada ya uno sabe que lo malo es malo y ya está, no se andan con disfraces engañando a una fe católica cada vez más tambaleante e indecisa, que va y lee la biblia y allá en la plaza de San Pedro proyectan está peli y les dicen otra cosa jajaja
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El nuevo papá es un transexual, pero de mujer a hombre a medias, como para no escandalizar tanto.
26 de abril de 2025
26 de abril de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este magnífico thriller papal viene con sorpresa final y su trama te mantiene y retiene en todo momento enganchado a tu butaca, sillón o sofá, las interpretaciones son excelentes, hay un buen elenco y se nota, mención especial al todo terreno Ralph Fiennes.
Ha querido la casualidad, que ahora aún esté más en boga por el fallecimiento del actual papa, así asistimos filmado con todo detalle a los principales rituales "post mortem" y se nos muestra también cómo es un cónclave y las famosas "fumatas".
Todo transcurre en el interior del Vaticano muy bien recreado. A destacar como se refleja la ambición y lucha de algunos cardenales, al igual que hacen los políticos, vendiendo a su madre o lo que haga falta, por ese puñado de votos que los lleve como en este caso, a ser el jefe supremo de la iglesia católica.
Como escribí al principio, la sorpresa empezará a fraguarse al final del metraje, ni se me ocurre por un momento contarla en spoiler, así que, si te gusta ese cine veraz, serio, y bien trabajado en el mínimo detalle, creo que este cónclave no te va a defraudar .
Ha querido la casualidad, que ahora aún esté más en boga por el fallecimiento del actual papa, así asistimos filmado con todo detalle a los principales rituales "post mortem" y se nos muestra también cómo es un cónclave y las famosas "fumatas".
Todo transcurre en el interior del Vaticano muy bien recreado. A destacar como se refleja la ambición y lucha de algunos cardenales, al igual que hacen los políticos, vendiendo a su madre o lo que haga falta, por ese puñado de votos que los lleve como en este caso, a ser el jefe supremo de la iglesia católica.
Como escribí al principio, la sorpresa empezará a fraguarse al final del metraje, ni se me ocurre por un momento contarla en spoiler, así que, si te gusta ese cine veraz, serio, y bien trabajado en el mínimo detalle, creo que este cónclave no te va a defraudar .
27 de abril de 2025
27 de abril de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conclave ofrece una atmósfera vaticana opresiva y actuaciones sólidas, pero su intriga se siente predecible y su desarrollo superficial. Cumple como thriller, pero no explota su potencial dramático ni sorprende realmente. Correcta, pero lejos de ser la joya que algunos esperaban.
4 de mayo de 2025
4 de mayo de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película ofrece una temática infalible para atraer todo tipo de público: la Iglesia Católica. Desde el primer minuto sabemos lo que se viene: enredos, mentiras, chantajes… política. Porque sí, las instituciones religiosas también son estructuras de poder. Y no es que ahora lo sean más que antes, sino que, gracias a los escándalos destapados en la última década y a la creciente pérdida de fieles —especialmente católicos—, hoy hay más espacio (y necesidad) para la crítica.
El reparto es excelente. Ralph Fiennes está impecable en su rol del cardenal Thomas Lawrence, que representa no sólo la duda, el cuestionamiento de su fe y, como él mismo menciona, de su oración, sino también el de todos quienes componen la institución. Su tarea es dirigir el cónclave para elegir un nuevo Papa, pero rápidamente se ve atrapado en un mar de sospechas, ambigüedades y verdades incómodas.
Cónclave no tiene miedo de recordarnos que esos “hombres santos” no son más que hombres comunes: débiles, vulnerables y profundamente pecadores. Cada uno es una pieza de un engranaje corroído, donde la espiritualidad ha sido reemplazada por ambición, intrigas y secretos. En medio de tanto humo negro, sin embargo, también hay destellos de luz: una posibilidad de redención, de volver a creer.
Surge entonces una figura distinta, íntegra, que encarna aquello que muchos han perdido: la fe auténtica, no manipulada por el poder. “¡No quiero tu voto!”, le grita en un momento Lawrence. “Aun así, lo tienes”. Esa frase lo resume todo: el poder de quienes aún creen, incluso rodeados de corrupción. Esa fe sencilla y firme se convierte en una especie de humo blanco, que insinúa que aún hay esperanza, aunque parezca ingenuo pensarlo.
El final es profundamente simbólico: una apertura hacia algo distinto, más humano, más real. Porque el cine también sirve para eso: para mostrarnos lo que aún no somos capaces de imaginar como posible.
Quiero cerrar con el majestuoso soliloquio de Lawrence sobre la certeza. Personalmente, sus palabras describen lo que ha sido la historia de mi fe, y quizás la de muchos que, pese a tantas decepciones, queremos seguir siendo parte de una institución profundamente cuestionable. “Incluso Jesús dudó: ‘¡Elí, Elí! ¿lemá sabactani?’”. Palabras que me inundan de profunda compasión, y que me recuerdan que somos fallidos, equívocos y tremendamente humanos. Que la duda no invalida la fe, sino que la hace más real, más encarnada.
El reparto es excelente. Ralph Fiennes está impecable en su rol del cardenal Thomas Lawrence, que representa no sólo la duda, el cuestionamiento de su fe y, como él mismo menciona, de su oración, sino también el de todos quienes componen la institución. Su tarea es dirigir el cónclave para elegir un nuevo Papa, pero rápidamente se ve atrapado en un mar de sospechas, ambigüedades y verdades incómodas.
Cónclave no tiene miedo de recordarnos que esos “hombres santos” no son más que hombres comunes: débiles, vulnerables y profundamente pecadores. Cada uno es una pieza de un engranaje corroído, donde la espiritualidad ha sido reemplazada por ambición, intrigas y secretos. En medio de tanto humo negro, sin embargo, también hay destellos de luz: una posibilidad de redención, de volver a creer.
Surge entonces una figura distinta, íntegra, que encarna aquello que muchos han perdido: la fe auténtica, no manipulada por el poder. “¡No quiero tu voto!”, le grita en un momento Lawrence. “Aun así, lo tienes”. Esa frase lo resume todo: el poder de quienes aún creen, incluso rodeados de corrupción. Esa fe sencilla y firme se convierte en una especie de humo blanco, que insinúa que aún hay esperanza, aunque parezca ingenuo pensarlo.
El final es profundamente simbólico: una apertura hacia algo distinto, más humano, más real. Porque el cine también sirve para eso: para mostrarnos lo que aún no somos capaces de imaginar como posible.
Quiero cerrar con el majestuoso soliloquio de Lawrence sobre la certeza. Personalmente, sus palabras describen lo que ha sido la historia de mi fe, y quizás la de muchos que, pese a tantas decepciones, queremos seguir siendo parte de una institución profundamente cuestionable. “Incluso Jesús dudó: ‘¡Elí, Elí! ¿lemá sabactani?’”. Palabras que me inundan de profunda compasión, y que me recuerdan que somos fallidos, equívocos y tremendamente humanos. Que la duda no invalida la fe, sino que la hace más real, más encarnada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El nombre elegido por el nuevo Papa es Inocencio, porque eso representa Benítez dentro de este juego de tronos: una figura que no entra al poder por ambición, sino por pureza. Benítez es humo blanco.
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