Tiempos modernos
1936 

8,6
64.453
Comedia
Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
20 de enero de 2021
20 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película harto conocida y comentada. Siempre que veo esta cinta, disfruto mucho de los MIMOS de los que hace alarde Charles Chaplin . Este autor gustaba mucho de adquirir conocimientos, mejorarlos y ponerlos en práctica en sus creaciones y obras.
Tuvo que hacer un viaje a islas lejanas para adquirir el saber y la práctica del arte del mimo, y lo consiguió, vamos que si lo hizo. Esta cinta es la prueba de ello.
Toda la obra está llena de esos momentos, en la fábrica, su actuación en la cadena de montaje. Al final de la cinta en el restaurante, es todo un prodigio de su dominio en el lenguaje del mimo, la tarta, el baile y canción.
Son momentos de esta gran creación, que merecen ser vistos y disfrutarlos, una y otra vez.
Tuvo que hacer un viaje a islas lejanas para adquirir el saber y la práctica del arte del mimo, y lo consiguió, vamos que si lo hizo. Esta cinta es la prueba de ello.
Toda la obra está llena de esos momentos, en la fábrica, su actuación en la cadena de montaje. Al final de la cinta en el restaurante, es todo un prodigio de su dominio en el lenguaje del mimo, la tarta, el baile y canción.
Son momentos de esta gran creación, que merecen ser vistos y disfrutarlos, una y otra vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No menciono otros aspectos ya conocidos y comentados por otros, únicamente ese final, alejándose él y su com-pañera por en medio de la carretera hacia esos nuevos horizontes infinitos, cierra esta obra maestra del gran autor que fue Chaplin.
28 de agosto de 2022
28 de agosto de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que Chaplin tenía conciencia social no es nada novedoso. Decir que su infancia le marcó a la hora de sensibilizar con las injusticias sociales, creo que tampoco. Que era un humanista, tampoco es novedoso. Y decir que el cine es Chaplin y que Chaplin es el cine y que ésta película es la quintaesencia de Chaplin y por lo tanto es lo más de lo más en el cine, creo que tampoco es novedoso.
No estoy seguro de las cronologías, pero por algún sitio leí que antes de empezar a plantear esta película maravillosa Chaplin visitó la primera fábrica de montaje en cadena de Henry Ford e hizo su famoso viaje a Bali.
No sé qué haría primero, si visitar la fábrica y después el viaje a Bali o al revés. Viendo cómo le quedó la película entiendo que primero visitaría la fábrica, vería lo que es capaz de hacer el hombre con el hombre y lo que es capaz de dejarse hacer el hombre por el hombre y después, con su viaje a Bali, descubriría que “otro mundo es posible”, con más harmonía con uno mismo, con la naturaleza y con los demás, que se puede ser feliz con lo justo y que se puede sonreír sin más.
Los mimbres que utilizó, para mí son claros: Ford y Bali. Ahora, cómo los unió y lo que logró, sólo está al alcance de un genio y un humanista. Ése final que une lo mejor de la tradición humanista occidental y lo mejor de la filosofía y el poso de vida oriental está ahí para deleite de los que disfrutamos con las películas de este genio incontestable del séptimo arte.
Recuerdo que una vez le preguntaron a Billy Wilder sobre su maestro “Lubitsch”, en referencia a cómo el cine actual trataba el sexo, y éste contestó “Lubitsch mostraba más con una puerta cerrada que la mayoría de los directores actuales con una bragueta abierta”. Esto que parece que no tiene mucho que ver con Chaplin, para mí sí que tiene mucho sentido; primero porque uno de los maestros de Lubitsch fue Chaplin, que reconocía el influjo que tuvo en su cine “una mujer de Paris” y segundo, porque siempre he visto “El apartamento” de Wilder, como una vuelta de tuerca de “Tiempos modernos” con Lemmon como Charlot, MacLaine como Goddard y pasando de la fábrica a la oficina.
Y viendo la interconexión entre los tres genios, a mí me encanta hacer un juego con la frese de Wilder y decir: “trasmite más Charlot con un movimiento de bastón (o de hombros, o de cejas, o de bigote), que la mayoría del cine actual con cuarenta movimientos de cámara” . Y es que Chaplin, y en concreto esta película, deja en pañales a la mayoría de las películas, pero hablando del cine actual la comparación es imposible…Es otra categoría, tiene algo que la mayoría del cine actual ha perdido: “duende” y “humanidad”.
No estoy seguro de las cronologías, pero por algún sitio leí que antes de empezar a plantear esta película maravillosa Chaplin visitó la primera fábrica de montaje en cadena de Henry Ford e hizo su famoso viaje a Bali.
No sé qué haría primero, si visitar la fábrica y después el viaje a Bali o al revés. Viendo cómo le quedó la película entiendo que primero visitaría la fábrica, vería lo que es capaz de hacer el hombre con el hombre y lo que es capaz de dejarse hacer el hombre por el hombre y después, con su viaje a Bali, descubriría que “otro mundo es posible”, con más harmonía con uno mismo, con la naturaleza y con los demás, que se puede ser feliz con lo justo y que se puede sonreír sin más.
Los mimbres que utilizó, para mí son claros: Ford y Bali. Ahora, cómo los unió y lo que logró, sólo está al alcance de un genio y un humanista. Ése final que une lo mejor de la tradición humanista occidental y lo mejor de la filosofía y el poso de vida oriental está ahí para deleite de los que disfrutamos con las películas de este genio incontestable del séptimo arte.
Recuerdo que una vez le preguntaron a Billy Wilder sobre su maestro “Lubitsch”, en referencia a cómo el cine actual trataba el sexo, y éste contestó “Lubitsch mostraba más con una puerta cerrada que la mayoría de los directores actuales con una bragueta abierta”. Esto que parece que no tiene mucho que ver con Chaplin, para mí sí que tiene mucho sentido; primero porque uno de los maestros de Lubitsch fue Chaplin, que reconocía el influjo que tuvo en su cine “una mujer de Paris” y segundo, porque siempre he visto “El apartamento” de Wilder, como una vuelta de tuerca de “Tiempos modernos” con Lemmon como Charlot, MacLaine como Goddard y pasando de la fábrica a la oficina.
Y viendo la interconexión entre los tres genios, a mí me encanta hacer un juego con la frese de Wilder y decir: “trasmite más Charlot con un movimiento de bastón (o de hombros, o de cejas, o de bigote), que la mayoría del cine actual con cuarenta movimientos de cámara” . Y es que Chaplin, y en concreto esta película, deja en pañales a la mayoría de las películas, pero hablando del cine actual la comparación es imposible…Es otra categoría, tiene algo que la mayoría del cine actual ha perdido: “duende” y “humanidad”.
24 de marzo de 2024
24 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que define a los grandes clásicos de la historia del cine es su capacidad para perdurar en el tiempo y no envejecer. Aunque sea una película -casi- previa al sonido en el cine, al color, a los guiones, a los métodos de actuación, los planos modernos, los giros argumentales y arcos de personajes y en definitiva a prácticamente todos los avances de la historia de éste arte, uno se sienta en el sofá a ver esta película y disfruta. Se ríe, se emociona y se siente identificado con Charlot, una oveja negra que trata de sobrevivir en un mundo loco del que apenas entiende nada.
Hace casi 100 años que Chaplin nos lanzaba éste mensaje sobre la importancia de mantener el Yo, la inocencia y la ternura en un mundo que amenaza con volvernos locos. Y la esencia de ésta película sigue gozando de plena actualidad.
Una obra maestra que sigue entreteniéndonos y haciéndonos reflexionar y que sin duda seguirá haciéndolo por muchos años.
Hace casi 100 años que Chaplin nos lanzaba éste mensaje sobre la importancia de mantener el Yo, la inocencia y la ternura en un mundo que amenaza con volvernos locos. Y la esencia de ésta película sigue gozando de plena actualidad.
Una obra maestra que sigue entreteniéndonos y haciéndonos reflexionar y que sin duda seguirá haciéndolo por muchos años.
30 de julio de 2005
30 de julio de 2005
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un excelentísimo actor, que con 46 años, realizó a la par que dirigió esta excelente película con un fondo sensacional, una gran actuación y una película que siempre será recordada. Realmente es de las mejores películas de la historia, solo mencionar que es imprescindible verla.
Pros:Charles Chaplin
Contra:Muy escasos.
Pros:Charles Chaplin
Contra:Muy escasos.
29 de mayo de 2007
29 de mayo de 2007
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algunas personas que centran la maestría de Chaplin en introducir historias de amor (como en luces de la ciudad) o crítica social (como en esta tiempos modernos) e incluso política (como en el gran dictador) en sus películas; yo soy de la opinión que estas facetas de sus films son lo menos lustroso de los mismos, y que la verdadera genialidad de Chaplin, su inimitable calidad artística se centra en la capacidad para crear secuencias graciosas, en la capacidad para hacer reir, en la grandiosidad de que su mera presencia en pantalla baste para generar una sonrisa. La escena mas antologicamente recordada de "tiempos modernos" es la de charlot tragado por el engranaje de la maquinaria; sin embargo mi favorita es el baile final, cuando improvisa el texto cantado, que después de vista innumerables veces consigue volver a hacerme reir con solo rememorarla.
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