K-19
2002 

6,0
11.981
Thriller. Drama
El Capitán Mihhail Polenin (Liam Neeson), además de contar con la confianza y el cariño de sus hombres, es considerado y respetado como el capitán de submarinos con mayor experiencia de la Marina soviética. Sin embargo, es destituido del mando del K-19 porque sus superiores juzgan que no está en condiciones de ponerlo a punto para la hora y fecha previstas. Su sustituto es el Capitán Alexei Vostrikov (Harrison Ford), un oficial con una ... [+]
14 de marzo de 2010
14 de marzo de 2010
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ví en el cine el día del estreno y me pareció una buena película histórica, Kathryn Bigelow hace los deberes y consigue una cinta amena y entretenida, a veces muy tensa, con unas cuantas dosis de acción y con grandes papeles de Indiana Jones y Oskar Schindler, sólo que esta vez no tendrán que hacer frente a los nazis, sino a la guerra fría y a las múltiples averías que el submarino nuclear ruso sufre en el reactor.
El personaje de Ford es duro pero es justo, y en todo momento está en tensión con el personaje de Neeson, cosa que sucedió en realidad durante el rodaje; Harrison Ford y Liam Neeson casi se llegaron a matar durante el rodaje, ya que Ford no quería que Neeson le robara el protagonismo.
En cuanto a la escena de las víctimas de la radiación me pareció un poco exagerada.
Me sigue sorprendiendo que una mujer haya dirigido este tipo de película. Harrison Ford también es el productor ejecutivo, y se mete tanto en su personaje que en ciertos momentos hasta se le pone cara de ruso (no hay que olvidar que los ancestros maternos de Harrison Ford procedían de Rusia).
La película está bastante bien, no hay que olvidar que está basada en hechos reales.
Está injustamente infravalorada, sobre todo en los Estados Unidos, donde el público quedó decepcionado al ver al héroe americano Ford convertido en un ruso.
Por curiosidad: es la única película en la que Harrison Ford aparece fumando.
El personaje de Ford es duro pero es justo, y en todo momento está en tensión con el personaje de Neeson, cosa que sucedió en realidad durante el rodaje; Harrison Ford y Liam Neeson casi se llegaron a matar durante el rodaje, ya que Ford no quería que Neeson le robara el protagonismo.
En cuanto a la escena de las víctimas de la radiación me pareció un poco exagerada.
Me sigue sorprendiendo que una mujer haya dirigido este tipo de película. Harrison Ford también es el productor ejecutivo, y se mete tanto en su personaje que en ciertos momentos hasta se le pone cara de ruso (no hay que olvidar que los ancestros maternos de Harrison Ford procedían de Rusia).
La película está bastante bien, no hay que olvidar que está basada en hechos reales.
Está injustamente infravalorada, sobre todo en los Estados Unidos, donde el público quedó decepcionado al ver al héroe americano Ford convertido en un ruso.
Por curiosidad: es la única película en la que Harrison Ford aparece fumando.
21 de julio de 2009
21 de julio de 2009
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción de National Geographic que narra las aventuras y desventuras del más ambicioso submarino soviético jamás construído. Lo que en principio solo parecía una misión de prueba de misiles para los protagonistas, acaba en un cúmulo de catástrofes ilimitadas dentro de un submarino gafado desde antes de su salida al mar (en algunos puntos resulta poco creíble y casi imposible que puedan suceder tantas desgracias a la vez... de no ser porque está basada en hechos reales).
Ya sé que su trama poco tiene que ver con la cinta a la que hago referencia en el título, pero es que K-19 goza de una ambientación magnífica del submarino que es la mejor baza de la cinta. Como en la superproducción de James Cameron, en K-19 se nos enseñan todos los recovecos del claustrofóbico aparato, cada rincón se recrea con una fotografía excepcional y unos efectos logradísimos y asombrosos que te hacen sentir dentro del sumergible.
Las actuaciones también son correctas en todo momento, y la narración apenas deja un solo momento de respiro. La verdad es que en su conjunto, K-19, sin llegar a resultar excesivamente emotiva o grandilocuente, se hace entretenida en casi todo momento y envolvente gracias a esa recreación excelente (a veces impactante).
Lo mejor: La recreación del submarino (sobre todo su fotografía).
Lo peor:...
Ya sé que su trama poco tiene que ver con la cinta a la que hago referencia en el título, pero es que K-19 goza de una ambientación magnífica del submarino que es la mejor baza de la cinta. Como en la superproducción de James Cameron, en K-19 se nos enseñan todos los recovecos del claustrofóbico aparato, cada rincón se recrea con una fotografía excepcional y unos efectos logradísimos y asombrosos que te hacen sentir dentro del sumergible.
Las actuaciones también son correctas en todo momento, y la narración apenas deja un solo momento de respiro. La verdad es que en su conjunto, K-19, sin llegar a resultar excesivamente emotiva o grandilocuente, se hace entretenida en casi todo momento y envolvente gracias a esa recreación excelente (a veces impactante).
Lo mejor: La recreación del submarino (sobre todo su fotografía).
Lo peor:...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... ¿por qué se empeñan en usar la cámara lenta cuando entran en zona radiactiva? (ni que salieran el espacio).
16 de junio de 2009
16 de junio de 2009
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inquietante, tensa y opresiva, pero no por eso deja de ser conmovedora y elegante. Impactantes imágenes, bellamente musicalizadas. Suspenso y emoción, se te hará un nudo en la garganta en más de una ocasión. Neeson, subyuga. No te dejará indiferente. No te la pierdas.
8 de mayo de 2015
8 de mayo de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo, he de reconocer mi debilidad por las películas de submarinos y sus constantes temáticas recurrentes dentro del subgénero bélico, la claustrofobia, el enfrentamiento de caracteres opuestos, la angustiosa tensión y los largos “travellings” por el interior de la nave se han convertido en algo familiar para los aficionados. Esta historia basada en hechos reales, recrea un tiempo en el que los americanos y los soviéticos eran las dos grandes potencias armamentísticas mundiales, sumidas en la paranoia, la desconfianza y la sorda agresividad, que jugaban la baza de la disuasión mediante el equilibrio del miedo. El K-19, es la nave, el submarino, erigido en protagonista absoluto del film con sus recovecos y serpenteantes pasillos angostos, escotillas y cuadros de mando, con un tétrico reactor nuclear averiado y un ronco gemido del metal bajo la presión de las aguas marinas.
Era el 18 de Junio de 1961, cuando la nave zarpaba desde Leningrado, la “guerra fría” alcanzaba su cénit, Nikita Kruschev lo había bautizado con prisas, pues los americanos presumían de un sofisticado submarino con 16 misiles nucleares y los soviéticos no estaban dispuestos a quedarse atrás. En aquel ambiente triunfalista nada hacía presagiar que el viaje inaugural acabaría convirtiéndose en la primera tragedia nuclear de la historia, de consecuencias imprevisibles, silenciada durante décadas por el régimen soviético. 139 hombres formaban una tripulación que arriesgaron sus vidas, 22 de ellos fallecieron, el resto sufrió las secuelas toda su vida, a causa de la radiactividad que combatían con chubasqueros, máscaras anti gas y aspirinas. Esos marinos son para mí, los verdaderos héroes anónimos que evitaron con su sacrificio una tercera guerra mundial, esta vez nuclear.
Los nombres originales de la tripulación fueron cambiados por respeto a las familias de las víctimas a quien está dedicada la película. El segundo oficial también es ficticio como contrapeso dramático del film. Así pues, el Capitán Alexei Vostrikov (Harrison Ford), tras su férreo sentido del deber, esconde un enfermizo deseo de limpiar la memoria de su padre – héroe de la Revolución soviética que falleció en el “gulag” estalinista – mediante un estricto cumplimiento de las órdenes, aunque ello implique arriesgar la vida de sus hombres, en cambio el Capitán Mikhail Polenin (Liam Neeson), tan pragmático como humano, ha sido relegado del mando por no garantizar la puntualidad de la partida, sin las obligadas pruebas de seguridad, pues él considera a la tripulación como “una familia” en la que se necesitan unos a otros.
“K-19… ” es un dinámico y emocionante film de aventuras marinas gracias al excelente pulso narrativo de su directora Kathryn Biguelow, junto a su guionista, su impecable factura técnica, logra crear un grupo de personajes creíbles y desarrollados de manera escueta pero nunca esquemáticos, siendo capaz de dar ritmo y entidad dramática a un relato enclaustrado en las entrañas de un laberíntico sumergible – resulta espeluznante ese “travelling” imposible que se inicia en el camastro de un marinero y, atravesando el casco de acero hasta el exterior de la nave, revela la mortal oscuridad del fondo oceánico –, un emotivo canto al heroísmo entendido no como una irreflexiva acción de lucimiento personal, susceptible de ser instrumentalizada por el poder, sino como un sincero acto de solidaridad hacia nuestros semejantes. Los estragos de la radiación en los cuerpos de los voluntarios que desesperadamente intentan reparar el reactor averiado, tienen la rara virtud de conmovernos y angustiarnos por igual.
Era el 18 de Junio de 1961, cuando la nave zarpaba desde Leningrado, la “guerra fría” alcanzaba su cénit, Nikita Kruschev lo había bautizado con prisas, pues los americanos presumían de un sofisticado submarino con 16 misiles nucleares y los soviéticos no estaban dispuestos a quedarse atrás. En aquel ambiente triunfalista nada hacía presagiar que el viaje inaugural acabaría convirtiéndose en la primera tragedia nuclear de la historia, de consecuencias imprevisibles, silenciada durante décadas por el régimen soviético. 139 hombres formaban una tripulación que arriesgaron sus vidas, 22 de ellos fallecieron, el resto sufrió las secuelas toda su vida, a causa de la radiactividad que combatían con chubasqueros, máscaras anti gas y aspirinas. Esos marinos son para mí, los verdaderos héroes anónimos que evitaron con su sacrificio una tercera guerra mundial, esta vez nuclear.
Los nombres originales de la tripulación fueron cambiados por respeto a las familias de las víctimas a quien está dedicada la película. El segundo oficial también es ficticio como contrapeso dramático del film. Así pues, el Capitán Alexei Vostrikov (Harrison Ford), tras su férreo sentido del deber, esconde un enfermizo deseo de limpiar la memoria de su padre – héroe de la Revolución soviética que falleció en el “gulag” estalinista – mediante un estricto cumplimiento de las órdenes, aunque ello implique arriesgar la vida de sus hombres, en cambio el Capitán Mikhail Polenin (Liam Neeson), tan pragmático como humano, ha sido relegado del mando por no garantizar la puntualidad de la partida, sin las obligadas pruebas de seguridad, pues él considera a la tripulación como “una familia” en la que se necesitan unos a otros.
“K-19… ” es un dinámico y emocionante film de aventuras marinas gracias al excelente pulso narrativo de su directora Kathryn Biguelow, junto a su guionista, su impecable factura técnica, logra crear un grupo de personajes creíbles y desarrollados de manera escueta pero nunca esquemáticos, siendo capaz de dar ritmo y entidad dramática a un relato enclaustrado en las entrañas de un laberíntico sumergible – resulta espeluznante ese “travelling” imposible que se inicia en el camastro de un marinero y, atravesando el casco de acero hasta el exterior de la nave, revela la mortal oscuridad del fondo oceánico –, un emotivo canto al heroísmo entendido no como una irreflexiva acción de lucimiento personal, susceptible de ser instrumentalizada por el poder, sino como un sincero acto de solidaridad hacia nuestros semejantes. Los estragos de la radiación en los cuerpos de los voluntarios que desesperadamente intentan reparar el reactor averiado, tienen la rara virtud de conmovernos y angustiarnos por igual.
31 de agosto de 2010
31 de agosto de 2010
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
+2 kudos porque sale Harrison Ford.
+2 kudos porque es de submarinos.
+2 kudos porque la tripulación es de la roja ( lo siento, amigos, el chiste era muy fácil. Prometo perfeccionar mi humor en la secuela).
+1 kudo por la escena en la que se sumergen hasta que la carcasa del submarino empieza a crujir ( por favor, no me hagan más películas de submarinos sin esta escena clave. Cualquiera que se haya subido a un submarino sabe de sobra que lo primero que hay que hacer es bajar a toda máquina hasta familiarizarse con los ruidos y superar así definitivamente el trauma del aplastamiento).
+1 kudo por la escena en la que no pueden nivelar el ascenso ( por favor, no me hagan tampoco más películas de submarinos con ascensos ortopédicos. El submarino a veces se te va de vareta y esa es una realidad que hay que reflejarla).
+1 kudo porque los altos mandos, comparados con la valiente marinería, aparecen como lo que son: unos malditos burócratas. Y una película de héroes sin un millar de burócratas detrás , pues no se sostiene. Por eso desde aquí, queremos dedicar este kudo a todos los burócratas del Kremlim , del Pentágono y del M16. Sin ellos, nuestras películas favoritas apestan.
+2 kudos porque es de submarinos.
+2 kudos porque la tripulación es de la roja ( lo siento, amigos, el chiste era muy fácil. Prometo perfeccionar mi humor en la secuela).
+1 kudo por la escena en la que se sumergen hasta que la carcasa del submarino empieza a crujir ( por favor, no me hagan más películas de submarinos sin esta escena clave. Cualquiera que se haya subido a un submarino sabe de sobra que lo primero que hay que hacer es bajar a toda máquina hasta familiarizarse con los ruidos y superar así definitivamente el trauma del aplastamiento).
+1 kudo por la escena en la que no pueden nivelar el ascenso ( por favor, no me hagan tampoco más películas de submarinos con ascensos ortopédicos. El submarino a veces se te va de vareta y esa es una realidad que hay que reflejarla).
+1 kudo porque los altos mandos, comparados con la valiente marinería, aparecen como lo que son: unos malditos burócratas. Y una película de héroes sin un millar de burócratas detrás , pues no se sostiene. Por eso desde aquí, queremos dedicar este kudo a todos los burócratas del Kremlim , del Pentágono y del M16. Sin ellos, nuestras películas favoritas apestan.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here