7 vírgenes

A veces hay razones para que uno se sienta bien con una película que nada tienen que ver con la historia o el guión. Es el caso de 7 vírgenes (por cierto, el significado de dicho título deja mucho que desear). Si hablamos de lo que cuenta... no podemos destacar mucho; es una típica y sencilla historia sobre adolescencia marginal y supervivencia suburbana. Algo previsible, en donde los diálogos destacan por encima de la trama. Es una opción y un estilo cada vez más extendido en el cine de este país. Lo más curioso quizás es la historia del hermano; cuyo silencio habla por si solo.

Por eso lo que más me atrae del film es un contexto magníficamente recreado y unas actuaciones tan naturales que invitan al espectador a viajar por este mundo de calles sin ley. Juan José Ballesta tiene la difícil tarea de sacar adelante un personaje inseguro pero firme, rabioso pero tierno... y consigue una correcta actuación sobretodo gracias a su mirada y su sonrisa que tanto transmiten. Es injusto el no destacar el gran trabajo de Jesús Carroza que le da a la película toda la frescura y carisma que necesita. Un elenco de secundarios auténticos y muy bien elegidos regalan a la película la salsa y el ritmo ideal para no aburrirse.

Un film notable, donde el ritmo y el contexto dejan más buen sabor de boca que la historia.
ibg

Que se quedan en nada, pero no porque la película me haya parecido buena, sino porque es una historia desaprovechada desde todo punto de vista. Como pseudo-biopic de la vida de unos teen-agers marginales que van por la vida sin norte, es buena. Pero nada más. Todo lo demás es predecible, y nos quedamos queriendo saber qué pasará con Tano.
El guión es correcto, sin pretenciones. Las interpretaciones, correctas, sin grandes aspavientos (el secundario del sevillano, eso sí, es entrañable, esperemos que le contraten en otras), pero a mí me gustaría haber visto más.
Madera había para hacer una gran película, sólo que con esto del miedo a caer en "falsas pretensiones", o en el tópico -dos temores muy ibéricos- del "esto ya se ha hecho", nos quedamos con una película... tibia. Y yo creo que daba para caliente en frío.
Una lástima.

Verano en un barrio obrero y marginal de una ciudad del sur. Tano, un adolescente que cumple condena en un centro de reforma, recibe un permiso especial de 48 horas para asistir a la boda de su hermano Santacana. Durante el tiempo que dura el permiso, Tano se reencuentra con su mejor amigo, Richi, y se lanza a vivir esas horas con el firme propósito de divertirse, de hacer todo lo que le estaba prohibido en el centro: se emborracha, se droga, roba, ama y, fundamentalmente vuelve a la vida. Se siente libre y ejerce esa libertad con toda la fuerza y el atrevimiento de la adolescencia. Pero, a medida que transcurre su estancia fuera del centro, Tano también asiste al desmoronamiento de todos sus referentes: el barrio, la familia, el amor, la amistad, todo ha cambiado. Más allá de un permiso de 48 horas, la libertad de Tano se convierte en un viaje impuesto hacia la madurez.

No sé cómo expresarlo, porque cuándo terminas de verla es cómo si realmente no hubieras visto nada, ya que es demasiado pausada y sosita.
Lo único que llama un poco la atención es el final, porque lo demás te de más o menos lo mismo.
Es un retrato bastante acertado de la adolescencia en nuestros días, los actores están bien (en especial Jesús Carroza)... pero le pasa cómo a la mayoría de las películas españolas: Les falta fuerza, garra, conectar con el público, tener carisma... Y en todo eso, 7 vírgenes patina estrepitosamente.
Mi nota: 2,3/10.

Pasable y punto.
7 Vírgenes no es realismo urbano, sino realismo forzado y superficial. De mentira, y eso se nota en el resultado final. Quiere ser una obra notable y aprueba por los pelillos.
No entiendo, vista dos años después, la magnitud de su éxito crítico. El guión es muy flojo, la emoción (o ternura) destaca por su ausencia y los actores pasaban por ahí.
¿En qué estaría pensando el jurado presidido por Angelica Huston en San Sebastióan cuando le otorgaron la Concha de Plata al mejor actor a J.J. Ballesta? ¿Y peor aun, a que vino el Goya revelación a Jesús Carroza?... Si casi hacían falta subtítulos para entederle algo. Tampoco la nominación a Alba Rodríguez por sus 10 minutos en pantalla me parece justificada.

En fin, una decepción con mayúsculas y un nuevo cine español que espero no vaya encaminado por esos derroteros tan simploides.