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Titanes del Pacífico

Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
Críticas 281
Críticas ordenadas por utilidad
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8
18 de agosto de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apabullante entretenimiento mastodóntico que obra el milagro de dejar visibles los rasgos reconocibles de su autor: brillo visual, humor, intrascendencia, amor por el género.

Quien busque la absurda y ridícula trascendencia de Nolan en unos seres de hojalata, que no la vea. La mirada moral del héroe oscuro ha traumatizado a una generación entera de púberes y frikis que son incapaces de disfrutar como niños de films como este, llenos de fantasía, intrascendencia y buenísima acción. Está mucho más cerca de la filosofía, del imaginario cinéfilo, de la realidad creativa tradicional y del buen gusto esta historia imposible de megarobots que un solo fotograma de esa pedante trilogía de Batman, llena de consejos de autoayuda para tontos y sin un atisbo de ilusión romántica por el cine. La cito no por analogía, sinó por el destructivo alcance de su cosmovisión, que lastimosamente ha logrado que el público objetivo de este 'Pacific Rim' no sintonice en general con sus luminosas y lúdicas intenciones por hallarse aún en la órbita del vacío filosófico.

Dicho esto, el film de Del Toro resulta un regalo para los que nos mantenemos con espíritu infantil y creativo, y nos devuelve la confianza de que este cine y estos cineastas libremente divertidos aún existen. El cine siempre estará vivo mientras exista un robot analógico y nuclear que luche contra megamonstruos salidos de una brecha en el océano. Rebátanlo.
7
19 de agosto de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fuera prejuicios y ¡hola! al niño que llevamos dentro, con esas premisas ya podemos ir a ver el nuevo trabajo de Guillermo del Toro, en el que nos adentra de nuevo en su propio universo. En un verano lleno de propuestas atractivas como El hombre de acero, Lobezno, Guerra Mundial Z, Red 2 y a la espera de Elysium y El llanero solitario; Pacific Rim nos ofrece uno de los mejores entretenimientos de esta época estival. Su séquito de Transformers humanizados o Iron man gigantes harán de las delicias de un público que busque retroceder en el tiempo hasta su niñez.

La larga espera que Guillermo del Toro nos ha hecho pasar ha merecido la pena, compitiendo directamente con El hombre de acero de Zack Snyder y el escuadrón de zombies de Marc Forster por ser el blockbuster del verano, a la espera de la westerniana aventura de Johnny Depp. El mejicano se ha acompañado de actores casi desconocidos en la gran pantalla como Charlie Hunnam (Hooligans e Hijos de la anarquía) o Rinko Kikuchi (nominada al Oscar por Babel), actores más conocidos como Idris Elba, amigos como Santiago segura o Ron Perlman para pequeños papeles y su comitiva de super robots titánicos para hacer un espectacular homenaje al mundo nipón y su cultura. Con mucho corazón y cariño ha creado un mundo propio, pero mirando de refilón al país del Sol naciente, para aportar algo diferente a lo que se nos propone habitualmente en la gran pantalla. Pacific Rim puede parecer a primera instancia una película más de robots contra alienígenas, y a simple vista es así, pero según nos adentramos en el metraje de la película nos damos cuenta de que esa chapa y esos monstruosos aliens son colocados con inteligencia y sentido, y que de no haber sido por su director probablemente estaríamos hablando de un gran descalabro tipo Transformers 3. Del Toro demuestra que dentro de sus colosales máquinas hay calidez y alma, la que aportan sus inquilinos humanos. Su toque distintivo y la peculiar marca de la casa Del Toro invitan al disfrute de su extraño y atractivo film.

Teniendo en cuenta que es el jalisqueño el que está tras la cámara sólo podemos saber que nos sumergirá en su película como si de su propio mundo se tratase, realizando una jugosa y audaz dirección de lo que a priori es un guión simple. Los actores cumplen todos perfectamente con sus roles, el serio aporta seriedad, el gamberro risas y el atlético músculo, equilibrando un film que de por sí no requiere una gran dote interpretativa. Los efectos digitales empleados en la cinta son punteros, muy buenos, cojonudos, pero algo por detrás de los de Cameron o Snyder. Si juntamos todo eso lo que tenemos es un trabajo ameno, unos espectaculares fuegos de artificio que alegrarán a nuestras retinas cansadas de productos repetitivos.

El espíritu del Guillermo del Toro niño se apodera del de el adulto, para dirigir un blockbuster cuyo resultado final es un grato film sin pretensiones, con el claro objetivo de entretener. ¡Volvamos a esos veranos donde nos divertíamos en la piscina peleando con corchopalos contra nuestros amigos!, ¡Llenemos salas de cine con productos que hagan crecer de nuevo nuestro joven espíritu! Porque si algo tan simple y alocado como Pacific Rim lo consigue, es posible que el resultado se vuelva a repetir de manera más frecuente.

Más y mejores críticas en la revista digital ojocritico.com
3
21 de agosto de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo si soy friki, fan de Mazinger Z. Me pude imaginar un producto malo, con la coña del tributo a pelis de ese estilo. Pero la podrían haber hecho un poco menos mala, la verdad. Me aburrí cosa mala. Los efectos eran buenos pero los defectos eran para mear y no echar gota.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-Los combates con de palos no eran necesarios. Supongo que pensarían: una japo repartiendo, les gustará a los frikis.
-¿por qué siempre a los científicos son los personajes tontos de la peli?
- la gracia de la película queda explicada en los primeros 5 minutos
7
25 de agosto de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película proporcionará una alegre regresión a la infancia a todos aquellos que con unos cuantos juguetes y mucha imaginación pasaban incontables horas haciéndolos batallar, inventándose sus ataques y personalidades. Podría definirse como "Godzilla vs Mazinger Z". Puedes sacarle sus reflexiones a la película, como la constante lucha entre dos fuerzas o la competitividad nos hacen evolucionar con el objetivo de vencer a una némesis, pero por aburrido que parezca son robots contra alienígenas. Y por vacío entretenimiento que parezca, simplemente recuerda cuantas veces te has aburrido ante insulsas reflexiones o historias que son lo mismo de siempre con algún cambio: aquí no te aburrirás.
7
26 de agosto de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pacific Rim es lo que es. Una película fantástica/ ci-fi que se inspira en el kaiju-eiga (cine de monstruos japonés, Godzilla, etc.) y en el anime (Neon Genesis Evangelion, por ejemplo). Es magia blanca. y no va más allá, ni en el desarrollo de personajes, ni en el de la narración, en una cinta que parece beber de toda subcultura (cómics, manga, anime, videojuegos) con un propósito: fascinar y entretener.
La producción artistica, muy cuidada, está enfocada al diseño de jaegers y kaijus variados, distintos y diferenciados; coleccionables, como cromos de un album a completar. Se valora especialmente la originalidad en el diseño de los Kaijus, convirtiéndolos en una turbadora, extraña e incomprensible amenaza. A estoy hay que sumar todo el trabajo de diseño tanto de decorados, ambientación, máquinas (la cabina de control de los Jaegers), concept art, ciudades y los “paisajes” interdimensionales.
Respecto al guión, el montaje y los personajes: muchos están valorando la habilidad de Del Toro para situarnos en medio de la acción con un “prólogo relámpago”, eludiendo un patrón típico. Lo cierto es que en Pacific Rim se sitúa en un momento en que la humanidad ha asimilado la amenaza constante de los Kaijus, alrededor de los cuales se ha generado incluso un fenómeno “fan” y productos merchandising; así mismo, los pilotos de jaeger son un reclamo mediático, con un ranking de victorias y cierta actitud competitiva cercana a la que se plasmaba en Robot Jox (Stuart Gordon 1989), cinta de peleas entre gigantescos robots y a mi modo de ver, un ineludible referente más.
Tal vez lo que lastre algo la cinta de Guillermo Del Toro no sea la rápida contextualización de la historia, si no la falta de énfasis en los daños colaterales, la escasa presencia de multitudes en peligro, de conciencia de una catástrofe repetitiva y desoladora que amenaza a incontables vidas humanas. Los personajes están construidos de forma icónica; destinados a ser grandes héroes y a cometer grandes sacrificios por grandes razones, tan planos como intensos. Arquetípicos, pero no menos simpáticos por eso, pertenecen a la dimensión del anime o de los relatos legendarios. Al contrario de lo que ocurre en el film, a nivel narrativo, los personajes son meros vehículos para soportar una trama destinada a ofrecer el espectáculo de la lucha de gigantescas bestias contra robots en medio del océano, destacando de forma excepcional la “deriva onírica” que la aspirante a piloto Mako Mori (Rinko Kikuchi) tiene al conectarse mediante un “puente neuronal” al que será su compañero Raleigh Becket (Charlie Hunnam). El director sabe cómo inquietar al espectador, consiguiendo una sensación de desprotección que no vuelve a alcanzar en toda la película.
Junto a Mako y Raleigh, protagonista con el que arranca la historia, será el personaje de Idris Elba, el militar Stacker Pentecost, quién complete el trío protagonista, aunque no consiga despertar toda la admiración o intensidad una vez más por lo estereotipado del personaje.
Completando el elenco, tenemos a los distintos pilotos de jaeger, clasificados por nacionalidades y que apenas tienen alguna que otra línea de texto, junto con los dos científicos (uno nerd y otro hipster), secundarios cómicos que adornan la trama, aportan explicaciones y, llegado el momento, realizan su particular “enroque”.
Y para terminar, el regalazo mutuo que Del Toro y Ron Perlman se hacen con el personaje de Hannibal Chau (“I got the name from my favorite historical figure and my second-favorite Szechuan restaurant in Brooklyn” como explica de sí mismo), traficante de restos de kaiju, digno de alguna travesura estilo Robert Rodríguez o como trasunto del propio Hellboy con el que se alcanza la mayor cantidad de desafectación, caricatura y humorismo en la cinta. Acompañando a este, aparece Santiago Segura, interpretando a un esbirro sin más, simpático y en la misma línea.
Pacific Rim tiene miga, conceptos y planteamientos interesantes –el puente neuronal, la deriva, “perseguir ranas”...- ,desarrollos narrativos por explorar - posibilita perfectamente la precuela y ya se está desarrollando una segunda parte- también partes flojas, soluciones de última hora, y cierto aspecto de realización televisiva en las secuencias de interior. Todos los elementos están supeditados a poner en pantalla grande los combates, pero la película despierta una simpatía y honestidad que convence. Concesiones al fan, al manga, al anime, al kaiju-eiga y como decíamos a toda subcultura (el propio compositor de la banda sonora ha realizado trabajos para videojuegos como Medal of Honor).
A destacar el esfuerzo por diseñar monstruos originales y apostar por el entretenimiento. He de confesar que no vibré como esperaba en la sala de cine, aunque el espíritu de la película es cautivador. Resaltar nuevamente el acierto de la secuencia onírica que protagoniza la joven Mako.
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