Perdiendo el norte
2015 

5,0
19.684
Comedia
Hugo y Braulio, dos jóvenes con formación universitaria, hartos de no encontrar ni trabajo ni futuro en España, deciden emigrar a Alemania siguiendo los cantos de sirena de un programa de televisión tipo "Españoles por el mundo". Pero pronto descubrirán que sobrar en un sitio no significa ser necesario en otro, y que perseguir el sueño alemán puede tener mucho de pesadilla. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2015
7 de abril de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El que olvida su historia está condenado a repetirla", y aquí, esta historia no es nueva, ni original, ni grandiosa, es puro tópico de "Vente a Alemania, Pepe" pero tiene la habilidad de la modestia, del encanto y la lindeza, de dejarse sentir con facilidad sabrosa y dejar recuerdo apetecible con placer y delicia, cariño y gratitud pues su huella y estela provocan los efectos deseados, sonrisa relajada, muecas alegres y más de una risa inesperada pero recibida con entusiasmo y gusto; observada con sencillez y armonía destaca por ser cotidiana, corriente, de los nuestros y ser, agradecidamente, lo que esperas, fortuna de un humor sincero y natural, nada forzado ni exagerado que funciona con cordialidad instantánea gracias a sus personajes cómicos que sustentan el menor redondeo de la pareja romántica más, un veterano abuelo -protagonista espléndido en la referencia mencionada- que los respalda de forma magnífica.
Guión fresco y ligero que alcanza su nivel rápidamente para mantener, sus constantes vitales, a buen ritmo durante todo el trayecto, diálogos medios e insignificantes, de gags y bromas conseguidas sin alarde, que provocan la gracia y alegría con avidez y soltura, escenas cliché de argumento prototipo, no importa, pues distrae, divierte y entretiene con firmeza y resolución y, un elenco de actores -encabezado por el brillante Julián López quien, sin ruido, despacio y con mucho mérito, va logrando hacerse un sitio respetado en nuestro cine, apoyado por Miki Esparbé, necesario lelo intermediario entre el drama y la comicidad y, rematado por un, siempre increíble, José Sacristán que ya lo tiene todo demostrado-, que forman una famiia avenida, acorde y estupenda, que sabe captar al espectador y conseguir su afecto y aplauso, aprobación y disfrute, fácil simpatía que se concede con voluntad y nada de esfuerzo.
"La generación perdida..., generación que iba a vivir mejor que sus padres y a acabado peor que sus abuelos", donde se repite que "...emigrar y engañar a la familia viene a ser lo mismo", pero cuya máxima intenta ser "...vive la vida que quieras, no la que puedas", todo ello envuelto con papel de antaño, de un himno no oficial, recitado por la, nunca olvidada para amantes de tiempos lejanos, Cecilia, memoria de una querida España, esa España mía, esa España nuestra, a quien despierta versos de poeta de su santa siesta buscando sus ojos, sus manos, su cabeza para, eternamente, seguir siendo mi querida España, esa España mía, esa España nuestra cuyo centro y eje, siempre será, el revivir un espíritu añejo de identidad y cultura que parece nos hechiza y acompaña allá donde vamos.
Aquí, no caben medias tintas, o Nacho G. Velilla consigue endulzar tu espíritu, calmar tu reprobación y reposar a una razón que sabe la necedad tópica que está observando pero no puede evitar la carcajada y comodidad de su goce o, tomas el camino de la rigidez severa y la condenas por floja, vulgar y boba; la determinante pregunta, a tan simple incógnita, es..., ¿te has reído o preguntado de que se reían los demás?
Perdiendo el norte..., aunque lo intenta, no da para tanto pero sí lo suficiente para acomodarse, pasar un buen rato, salir contento y grato, tiempo muerto bien empleado de donde sales más complacido que cuando entraste y, donde se confirma que lo mejor de su herencia es hablar bien de ella a conocidos y amigos pues, es el fidedigno boca a boca, su mejor aliado y veredicto.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
Guión fresco y ligero que alcanza su nivel rápidamente para mantener, sus constantes vitales, a buen ritmo durante todo el trayecto, diálogos medios e insignificantes, de gags y bromas conseguidas sin alarde, que provocan la gracia y alegría con avidez y soltura, escenas cliché de argumento prototipo, no importa, pues distrae, divierte y entretiene con firmeza y resolución y, un elenco de actores -encabezado por el brillante Julián López quien, sin ruido, despacio y con mucho mérito, va logrando hacerse un sitio respetado en nuestro cine, apoyado por Miki Esparbé, necesario lelo intermediario entre el drama y la comicidad y, rematado por un, siempre increíble, José Sacristán que ya lo tiene todo demostrado-, que forman una famiia avenida, acorde y estupenda, que sabe captar al espectador y conseguir su afecto y aplauso, aprobación y disfrute, fácil simpatía que se concede con voluntad y nada de esfuerzo.
"La generación perdida..., generación que iba a vivir mejor que sus padres y a acabado peor que sus abuelos", donde se repite que "...emigrar y engañar a la familia viene a ser lo mismo", pero cuya máxima intenta ser "...vive la vida que quieras, no la que puedas", todo ello envuelto con papel de antaño, de un himno no oficial, recitado por la, nunca olvidada para amantes de tiempos lejanos, Cecilia, memoria de una querida España, esa España mía, esa España nuestra, a quien despierta versos de poeta de su santa siesta buscando sus ojos, sus manos, su cabeza para, eternamente, seguir siendo mi querida España, esa España mía, esa España nuestra cuyo centro y eje, siempre será, el revivir un espíritu añejo de identidad y cultura que parece nos hechiza y acompaña allá donde vamos.
Aquí, no caben medias tintas, o Nacho G. Velilla consigue endulzar tu espíritu, calmar tu reprobación y reposar a una razón que sabe la necedad tópica que está observando pero no puede evitar la carcajada y comodidad de su goce o, tomas el camino de la rigidez severa y la condenas por floja, vulgar y boba; la determinante pregunta, a tan simple incógnita, es..., ¿te has reído o preguntado de que se reían los demás?
Perdiendo el norte..., aunque lo intenta, no da para tanto pero sí lo suficiente para acomodarse, pasar un buen rato, salir contento y grato, tiempo muerto bien empleado de donde sales más complacido que cuando entraste y, donde se confirma que lo mejor de su herencia es hablar bien de ella a conocidos y amigos pues, es el fidedigno boca a boca, su mejor aliado y veredicto.
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25 de abril de 2015
25 de abril de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director zaragozano Nacho García Velilla, nos presenta una nueva comedia de las que muy bien sabe hacer, con un elenco de actores muy conocidos, que para él son fetiche como son Javier Cámara y Carmen Machi, que una vez más aportan al espectador el toque de risas veteranas. La historia con un gran trasfondo de drama, es volcada en una alocada y romántica comedia que refleja el panorama actual del trabajo en España y el problema de la emigración de los jóvenes de nuestro país. Este largometraje deja muy claro que tanto Julián López como un menos conocido Miki Esparbe, se asientan como actores cómicos dando frescura a Perdiendo El Norte. José Sacristán aporta un sentimiento de cordura y serenidad vista en una enfermedad mezclada con unos sentimientos rotos, que muestran una idea de Alemania lejos de lo que la mayoría pensamos. No hay que olvidar el tema musical de la mano de Rozalen, dando un toque especial con esa voz entre tristeza y brillantez que deja la escena romántica de la película con una calma inusual. Visto como estamos haciendo las cosas en el cine, seguir insistiendo y trabajando hará que los españoles no tengamos que emigrar, y si lo hacemos, que sea para exportar productos de calidad como este.
25 de junio de 2015
25 de junio de 2015
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Desde que saltara a la fama con 7 vidas, Nacho no ha dejado de trabajar en comedia, al principio con algo más de acierto pero según han ido pasando los años, su humor sigue siendo el mismo y no termina de llegar a ninguna parta. Perdiendo el norte es un claro de ejemplo, de intentar avanzar pero al final es mejor no arriesgar.
Con un reparta que a más de uno se le antoja decente, es un reclamo absoluto para verla, ya que en sus carreras nos han hecho pasar grandes momentos, perdiendo el norte, ha intentado ser la ocho apellidos vascos de ahora, pero claro está que no lo ha podido conseguir.
La trama no arriesga nada desde el inicio, está llena de momentos clichés para los cuales además nos preparan , por lo que no nos sorprende nada, por otro lado tenemos una historia de principio a fin llena de tópicos de género Españoles, es decir, el humor que hacemos aquí se caracteriza por ser absurdo, casi sin sentido y algunas ocasiones hasta bochornoso, es un humor de batalla para salir del paso y provocar la carcajada a aquellos que esperan oir lo que ellos mismo dirían en ciertas circunstancias. Según van transcurriendo los minutos, la película se estanca y entramos en el círculo dramático, para el cuál nos vienen preparando durante un buen rato y llegado el momento volvemos a bostezar. Su tramo final es otra vez lo obvio y lo absurdo, todos sabemos como acabará todo sin necesidad de haber visto nada.
Los actores están más flojos que otra cosa,sus protagonistas están demasiado estandarizados como para poder sacar algo positivo de ellos, y los secundarios que son los que mejor afrontan sus papeles se echa de menos algo más de participación que haga algo más llevadera la cinta.
Como conclusión podemos decir que estamos ante la típica película Española, cumple con los objetivos de aquellos menos exigentes, pero acumula una larga de peros para los que buscan algo más.
Lo mejor: Miki Esparbé
Lo peor: No saber hacer otro tipo de cine.
https://www.facebook.com/groups/18162448741/
https://www.facebook.com/groups/523450181107453/
Con un reparta que a más de uno se le antoja decente, es un reclamo absoluto para verla, ya que en sus carreras nos han hecho pasar grandes momentos, perdiendo el norte, ha intentado ser la ocho apellidos vascos de ahora, pero claro está que no lo ha podido conseguir.
La trama no arriesga nada desde el inicio, está llena de momentos clichés para los cuales además nos preparan , por lo que no nos sorprende nada, por otro lado tenemos una historia de principio a fin llena de tópicos de género Españoles, es decir, el humor que hacemos aquí se caracteriza por ser absurdo, casi sin sentido y algunas ocasiones hasta bochornoso, es un humor de batalla para salir del paso y provocar la carcajada a aquellos que esperan oir lo que ellos mismo dirían en ciertas circunstancias. Según van transcurriendo los minutos, la película se estanca y entramos en el círculo dramático, para el cuál nos vienen preparando durante un buen rato y llegado el momento volvemos a bostezar. Su tramo final es otra vez lo obvio y lo absurdo, todos sabemos como acabará todo sin necesidad de haber visto nada.
Los actores están más flojos que otra cosa,sus protagonistas están demasiado estandarizados como para poder sacar algo positivo de ellos, y los secundarios que son los que mejor afrontan sus papeles se echa de menos algo más de participación que haga algo más llevadera la cinta.
Como conclusión podemos decir que estamos ante la típica película Española, cumple con los objetivos de aquellos menos exigentes, pero acumula una larga de peros para los que buscan algo más.
Lo mejor: Miki Esparbé
Lo peor: No saber hacer otro tipo de cine.
https://www.facebook.com/groups/18162448741/
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30 de junio de 2015
30 de junio de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si muchos jóvenes españoles en esta crisis actual a la que no termina de vérsele el final, tienen que irse a Alemania a sobrevivir con trabajos basura, más vale tomárselo con un poco de buen humor.
Eso es lo que han debido de pensar al hacer esta película. Es una comedia del montón en la que se explotan las situaciones tragicómicas de estos jóvenes de gran currículum que tienen que compartir piso en tierras germanas para terminar trabajando de camareros.
Hay muchas situaciones divertidas, en las que participan el típico gracioso que siempre cuenta chistes verdes, o bien el veterano José Sacristán, representando a los antiguos emigrantes de los años 60. La verdad es que algunos diálogos son tópicos y previsibles.
Tiene gracia y entretiene, pero comete uno de los fallos más comunes del género. Y es que llegado un punto, cuando se terminan los chistes, la cosa se intenta poner seria y romántica, derivando en un pasteleo que estropea todo el conjunto final. Esto se podría evitar reduciendo un poco la duración para mantener el tono y nivel de los chistes.
Muy gracioso el “cameo” de Alberto Chicote. Entre los actores principales la mejor es Malena Alterio, curtida ya en este género. El genial Javier Cámara sale demasiado poco para mi gusto.
Se le puede achacar que quizás la emigración y la enfermedad de Alzheimer son más apropiadas para el drama que para la comedia, pero en el fondo tampoco creo que se haga demasiada burla de esos temas.
Es una comedia entretenida en la media del producto español, ni más ni menos.
Eso es lo que han debido de pensar al hacer esta película. Es una comedia del montón en la que se explotan las situaciones tragicómicas de estos jóvenes de gran currículum que tienen que compartir piso en tierras germanas para terminar trabajando de camareros.
Hay muchas situaciones divertidas, en las que participan el típico gracioso que siempre cuenta chistes verdes, o bien el veterano José Sacristán, representando a los antiguos emigrantes de los años 60. La verdad es que algunos diálogos son tópicos y previsibles.
Tiene gracia y entretiene, pero comete uno de los fallos más comunes del género. Y es que llegado un punto, cuando se terminan los chistes, la cosa se intenta poner seria y romántica, derivando en un pasteleo que estropea todo el conjunto final. Esto se podría evitar reduciendo un poco la duración para mantener el tono y nivel de los chistes.
Muy gracioso el “cameo” de Alberto Chicote. Entre los actores principales la mejor es Malena Alterio, curtida ya en este género. El genial Javier Cámara sale demasiado poco para mi gusto.
Se le puede achacar que quizás la emigración y la enfermedad de Alzheimer son más apropiadas para el drama que para la comedia, pero en el fondo tampoco creo que se haga demasiada burla de esos temas.
Es una comedia entretenida en la media del producto español, ni más ni menos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Boda interrumpida, viaje rápido y bonito beso en pleno maratón. ¿Habrá algo más pasteloso, típico e irreal?
9 de julio de 2015
9 de julio de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias (o por desgracia) al éxito de “Ocho apellidos vascos” se ha vuelto a poner de moda el tema de las comedias españolas que juegan con los tópicos de chocar las distintas culturas. A principios de 2015, nos llegaba un nuevo filme de estas características que se planteaba la dramática situación de dos licenciados que se ven obligados a emigrar en buscar de empleo. Su destino es Berlín, y allí empezarán una nueva vida. ¿Será esta una comedia inteligente o mas de lo mismo?
Pues lo de siempre, la película pese a tener una premisa argumental muy atractiva y que podía haber dado mucho de si. Pero todo este interés desaparece cuando empiezan a aparecer las verdaderas tramas de la películas, que son una ridícula historia de amor, un subtrama absurda sobre embarazos y una poco cuidada historia de vejez. El principal problema de la cinta es que bebe demasiado de las series españolas, producciones cutres y zafias donde predomina la sobreactuación y las cutre-tramas amorosas. Esa es la principal influencia de “Perdiendo el norte” y es lo que hace que estemos ante un producto deficiente.
En el apartado actoral la cosa no mejora. Siempre había creido que Yon Gonzalez era un actor competente pero aquí está muy forzado, casi repitiendo sus diálogos de memorieta sin interpretar, Julián López igual, muy desubicado en su papel y completamente forzado, Blanca Suárez puede ser de las peores actrices de la actualidad y aquí lo demuestra. Miki Esparbé lo intenta pero poco puede hacer con un tipo de personaje que se ha sobreexplotado en cine. Carmen Machi horrible. Ursula Corberó en un papel caricaturesco que no logra llevar adelante. Malena Alterio y Javier Cámara intentan llevar su profesionalidad a la actuación con resultado fallido. El único que destaca es el gran José Sacristán pero eso es algo que no sorprende.
Una horrible banda sonora, una fotografía de telefilme y una serie de chistes que a pocos harán gracia son otras de las “virtudes” que nos han vendido como la comedia española más inteligente del año.
Para finalizar, estamos ante otro producto menor, un intento por salirse de lo original pero que acaba cayendo en lo de siempre. Lo peor de todo es que vais al cine y os gusta y os reis con estas cosas. No entiendo este mundo.
Pues lo de siempre, la película pese a tener una premisa argumental muy atractiva y que podía haber dado mucho de si. Pero todo este interés desaparece cuando empiezan a aparecer las verdaderas tramas de la películas, que son una ridícula historia de amor, un subtrama absurda sobre embarazos y una poco cuidada historia de vejez. El principal problema de la cinta es que bebe demasiado de las series españolas, producciones cutres y zafias donde predomina la sobreactuación y las cutre-tramas amorosas. Esa es la principal influencia de “Perdiendo el norte” y es lo que hace que estemos ante un producto deficiente.
En el apartado actoral la cosa no mejora. Siempre había creido que Yon Gonzalez era un actor competente pero aquí está muy forzado, casi repitiendo sus diálogos de memorieta sin interpretar, Julián López igual, muy desubicado en su papel y completamente forzado, Blanca Suárez puede ser de las peores actrices de la actualidad y aquí lo demuestra. Miki Esparbé lo intenta pero poco puede hacer con un tipo de personaje que se ha sobreexplotado en cine. Carmen Machi horrible. Ursula Corberó en un papel caricaturesco que no logra llevar adelante. Malena Alterio y Javier Cámara intentan llevar su profesionalidad a la actuación con resultado fallido. El único que destaca es el gran José Sacristán pero eso es algo que no sorprende.
Una horrible banda sonora, una fotografía de telefilme y una serie de chistes que a pocos harán gracia son otras de las “virtudes” que nos han vendido como la comedia española más inteligente del año.
Para finalizar, estamos ante otro producto menor, un intento por salirse de lo original pero que acaba cayendo en lo de siempre. Lo peor de todo es que vais al cine y os gusta y os reis con estas cosas. No entiendo este mundo.
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