Estupenda comedia centrada en una especie de fábula, sustituyendo animales por comida. Diversión 100%, grosería 100%, irreverencia 100%, incorrección política 100%.
Esto es lo que pueden esperar de esta ruidoso film que no para desde el minuto 1 hasta el final.
Muy recomendable pero importante, NO ES PARA NIÑOS.

Pese a lo divertido del planteamiento, francamente mala, de las que te invitan a cambiar de canal. Te ríes con uno de cada veinte gags y son continuos los momentos en que uno debería plantearse que hace viendo ésto, aunque, no nos engañemos, nadie deposita grandes expectativas en éste tipo de films más allá del entretenimietno y unas risas. Pues eso, para ver 5 minutos como mucho.

Me imagino que es la calificación por edades que debía tener en su país de origen.
La película parte de una buena idea, pero esta se va por el retrete con el abuso de situaciones muy grotescas, y es que lo breve gusta y lo repetitivo cansa (esto es lo que le sucede a Seth Rogen y su tribu en sus films).
Mi opinión es que esta película se gestó en una sesión de drogas, o algo parecido, porque si no, no encuentro explicación alguna. Las aventuras de las salchichas, el bollito y toda su maldita colección de amigos tienen un problema: se preocupan demasiado por los dioses, cuando su problema es que tendrían que ir todos a un frenopático a solucionar sus problemas, y si de paso los desintegran a todos, mejor que mejor.
En una sola palabra: Abominable.

Película vulgar, ordinaria, soez, grotesca, escatológica y de muy mal gusto que pretende ser graciosa como todas las de este estilo y no lo son.

Le doy un 3 en lugar de un 2 por el trabajo que requiere la animación y por cierta originalidad en la idea de que unos productos de supermercado decidan escaparse. La idea loca y disparatada podría haber sido graciosa y simpática si no se basara en el mal gusto y le hubieran dado otro enfoque.

Que hay vida más allá de Pixar en esto de la animación es toda una realidad con películas como ésta. Casi tanto como que los únicos a los que se les podía ocurrir tanta barbaridad junta era a Rogen, Hill y compañía. Ahora este tipo de animación adulta tiene un nuevo ejemplo en el que mirarse, uniéndose a los famosos personajes de South Park para llegar a lo más alto.

Porque este género sólo para mayores tiene complicada distribución a gran escala, y la película ha logrado hacerse un hueco en la cartelera haciendo grandes números. ¿Su secreto? Se atreve a representar en pantalla un montón de barbaridades que resultan originales en un primer momento, pero que pierden fuerza a medida que se repiten. No se esconde para poner en boca de los dibujos todo tipo de improperios, haciendo que algunos padres hayan tenido que abandonar las salas con sus hijos lo antes posible. El que se haya quedado ha podido disfrutar de una película transgresora pero repetitiva.

En su comienzo tiene algunos toques soeces pero nada de otro mundo teniendo en cuenta lo acostumbrados que estamos a los dobles sentidos. Algunas referencias sexuales, bastante sutiles y tímidas dan lugar a una historia de aventuras en la que los productos del supermercado sueñan con esa maravillosa vida que les aguarda más allá de las puertas de salida. Esta ilusión inicial se vuelve en horror y en ese momento el núcleo de la película es irreverente y deslenguado, pero que en el fondo se trata de una aventura ambientada en ese establecimiento (también fuera, pero eso sería de spoiler) con una colección de personajes variopintos y llenos de matices. Todo resulta curioso y con mucho juego.

Sin embargo a la película le falta algo de mano izquierda, esa mezcla de ironía y de humor negro que harían del conjunto algo más memorable y disfrutable, sin la necesidad y la presión que la propia película se pone en esa secuencia final que resulta obvia y esperada por el camino recorrido cuando finalmente uno ya ha disfrutado de todo y no le hace falta que esto sea tan explícito.