Extaña sensación que me ha dejado la película. Lo tiene todo, ritmo, grandes personajes, gran dirección, una increible banda sonora, una animación de primer nivel, un guión elaborado y estructurado, pero me ha dejado frío. No me ha transmitido nada, y es en la única película de Pixar en la que me ha sucedido. La veo claramente como la peor que han realizado hasta el momento. Y creo saber por qué.

En el resto de las películas de pixar, las relaciones entre personajes se realizaban siempre, digamoslo así, entre iguales. En Toy Story son relaciones entre los juguetes, en Nemo entre animales marinos, en Monstruos S.A. es, obviamente entre monstruos, pero con la salvedad de Buu, una niña que cree en montruos, etc. La presencia de personajes humanos es accesoria y son ignorantes de la realidad alternativa que vive la película. Aqui no, la relación básica es entre una rata (Remy) y un humano (Linguini). Un mundo de absoluta fantasía se mezcla con el mundo real, y provoca que las relaciones sean totalmente artificiales. No siento empatía y me dejan totalmente frío.

Increíble pero cierto: la película que más me ha gustado de las que he visto últimamente en el cine ha sido una película de animación para niños. Sin duda, el mejor film de animación que he visto nunca y una enorme y grata sorpresa para aquellos que vayan a verla esperando tan sólo unos dibujitos para niños. La calidad que ofrece es asombrosa. Aunque antes de verla me parecía que el argumento, una rata a la que le gusta cocinar, no era muy prometedor, cuál fue mi sorpresa cuando descubrí lo bien aprovechado que está, su magnífico guión y lo magníficamente cuidados que están todos los detalles de la película. Su recreación de París es pura poesía y la música es genial. Sin duda, lo de apta para todos los públicos no puede aplicarse mejor a esta película, ya que es disfrutable tanto por los niños como por los adultos.
Gracias Disney por crear esta joya.

Es una película muy entretenida, dejando bastante claro que los actores de "plastilina" están muy por encima de los actores de carne y hueso.
Lo que más destacaría es el ambiente en la que se desarrolla la acción. Una recreación del París sacado literalmente de "lrma la dulce" magnífica película del gran Billy Wilder. Uno piensa incluso que podría aparecer en algún momento de la cinta alguna marioneta de Jack Lemmon o de Shirley McClaine.

El domingo pasado fui a ver Ratatouille y vengo para recomendarla entusiastamente a todo el mundo, sin excepción. Entré reticente en el cine, porque yo pretendia ver El ultimatum de Bourne y porque ver una pelicula infantil, nada mas lejos de la realidad, sobre una rata parlanchina que le gusta cocinar no era la mejor manera de gastar el dinero en una entrada. Estaba equivocadísima!

Es, como he leido en otros sitios, un "clásico instantáneo", gracias a unos personajes inolvidables, merecedores de la mejor epoca Disney - ojo a Remy, el peludo protagonista, y a Mr Ego-, una BSO per-fec-ta (que delicatessen "Le festin" de Camille!) y un guión extraordinario. Tal vez no me he reido tanto en esta pelicula como en Buscando a Nemo, pero cuando me he reido lo he hecho a carcajada limpia y gracias a un humor muy puro, sofisticado, que tiene sabor a cine mudo.

Con esta pelicula, Pixar, genios, han demostrado que se puede hacer una pelicula tres veces, o trescientas, mejor que Piratas del caribe III con un presupuesto bastante menor. Que el talento ,y juro a Dios que Brad Bird tiene para regalar a bastantes directores del "cine serio", y el buen hacer son más que suficientes para deleitar cualquier paladar.

No puedo esconderlo: me he enamorado de Ratatouille; de sus INCREIBLES (no me he metido en el apartado técnico por no hacer enrojecer a otras producciones animadas) escenarios, su fotografía, sus personajes y de París. Al salir del cine todos sienten crujir el estómago y una satisfacción que se refleja en el rostro al saber que se ha presenciado algo muy especial: el nacimiento de un clásico.

En fin, sólo puedo decir a todos aquellos que no la hayan visto y planeen hacerlo: bon appétit!

Hasta unos años, la poderosa productora Disney parecía tener el monopolio casi exclusivo del cine de animación. Sin embargo las nuevas tecnologías consiguieron romper dicho monopolio con largometrajes de calidad y con temáticas muy diferentes, y adaptadas a los nuevos tiempos, a lo que nos tenía acostumbrados la Disney.

Sin embargo, cuando Disney se hizo con el control de una de estas compañías rebeldes, Pixar, parecía que las aguas volvían a su cauce. Pero esta película, evidencia que los tiempos han cambiado, incluso en el mundo del cine de animación. El film cuenta la historia de una rata que, en contra de su adn, tiene unas especiales condiciones para cocinar.

En alianza con un aprendiz de cocinero, la rata en cuestión será capaz de crear los más fabulosos y deliciosos platos. El film, a pesar de estar orientado a los más pequeños de la casa, tiene un cierto regusto a la comedia clásica americana, e incluso al cine mudo, con situaciones que sin recordar concretamente a un film determinado, si tiene ese aire que poseían las mejores comedias, lo cual será muy de agradecer por los adultos que acompañen a los peques de la casa.