Asteroid City

O te gusta Wes Anderson o lo odias, asi de simple, en este caso si te gusta su estilo de dirección estas en el lado correcto. Entre tanto cine comercial y de directores sin identidad propia, es novedad cada cierto tiempo salen propuestas interesantes que se salen del libreto actual y tienden a experimentar con diferentes facetas.
Esto es Asteroid City.

Quizás por una cuestión de estilo, o quizás porque no sea una de las mejores obras del director, la película sin lugar a dudas ha generado opiniones divididas las cuales provocaron múltiples discusiones sobre el film.

Por ello, son pocos los directores que pueden ser considerados autores hoy en día y que construyan su propia estética de manera independiente de las grandes producciones industriales. De esta manera, Anderson fiel a su estilo nos muestra su forma muy particular de filmar con una infinita obsesión por las composiciones equilibradas, colores pasteles y trabellings o paneos de cámara como recurso para revelar nueva información en sus relatos.
Una forma que para aquellos fanáticos les resultará familiar y es lo que buscaran ver en la película, pero que, quienes desconocen al autor puede serles extraño e incluso aburrido el ritmo que propone.

La historia se presenta contada en actos, y a su vez muestra distintos narradores en los que iremos profundizando, en primer lugar uno que dirige un programa televisivo en blanco y negro, homenajeando la edad de oro de los 90, quien nos cuenta la historia de un escritor, el cual, a su vez nos cuenta una historia en una ciudad ficticia llamada Asteroid City en 1955 (ahora si en color), en donde se reúnen un grupo de personas para participar en un concurso escolar dedicado a la observación de fenómenos astronómicos.

Su estilo teatral es obvio y construye un escenario y un ambiente artificial en el cual se empeña hacerlo evidente, ya que, se preocupa más en resaltar que todo lo que sucede es una comedia ficticia, antes que hacernos creer que eso que vemos realmente está sucediendo. Este recurso si bien de momentos funciona, a veces ni siquiera es creíble algunos diálogos de los personajes, los cuales parecen poco orgánicos cuando se hace reconocible el recurso del montaje de las tomas.

A su favor hay que decir que cuenta con un elenco admirable que le da vida al film, construyendo personajes interesantes los cuales no pasan desapercibidos y que ayudan avanzar la trama; solo por mencionar algunos nombres Scarlett Johansson, Tom Hanks, Margot Robbie, entre tantos otros.

En conclusión, es una película de comedia interesante de ver para quienes son fanáticos del director, aunque desde mi punto de vista, no es su mejor trabajo para ver para aquellos que desean conocerlo. Su planteamiento en principio es atrayente, aunque con el tiempo se disipa y deja lugar a lo que da la sensación de una improvisación o experimentación de un guión con altos y bajos.

Metraje extraordinariamente complejo desde lo formal y, complicado desde lo narrativo, y es que no funciona como Película del todo bien. Que la precisión de su sistema ha llegado a un nivel de prolijidad y especificidad que no parece haber nada que se asemeje a la vida real ante el teatro de marionetas en el que se convierte este genero de cine.
En un momento determinado te puede llevar a leer entre líneas a un grupo de amigos de actores famosos en un estudio, entreteniendo jugando a una función teatral para ellos mismos.
Su trama sigue los eventos transformadores que ocurren en una convención anual Junior Stargazer en la versión retro-futurista de 1955. Tiene como piso un escenario teatral, en el que un maestro de ceremonias va presentando los distintos actos como si se tratara de partes de una obra para ser grabada y exhibida por TV que allí se va a representar. Y a juzgar por la manera en la que Anderson coloca la cámara, a modo de plano general desde un proscenio, bien podría serlo. De hecho, la escenografía de esa pequeña ciudad en la que se desarrolla la acción es la más claramente falsa de todo su cine, una especie de ciudad a lo "TRUMAN SHOW" que existe en una pecera dentro de esa otra pecera.
El enfoque de su realizador disfraza con inocencia una mordaz crítica a esa identidad yanquicentrista, reivindicada una y otra vez en Hollywood a través de las décadas. Es casi como si su excentricidad fuera el resultado de un método empírico de observación, que estudia las costumbres de su propio país con la curiosidad de un alienígena. Y quizás por eso mucha gente se siente alejada de este filme. El largometraje eleva a la máxima potencia el estilo del director, al punto de que siente casi frío y “sin alma” como si se tratara de un estudio de las costumbres humanas vacío de sentimiento. Aunque debajo de su superficie, es mucho más que eso.
Llenas de detalles que hay que mirar con atención para entender la escenas, que conviven con diálogos en donde se mezcla permanentemente lo ingenioso y lo absurdo. Las conversaciones reflejan a veces en un tono naif las declaraciones más contundentes sobre la vida y la muerte, comentarios que no se podrían definir de otra manera, que simplemente peculiar.
No hay actuaciones destacables, aunque hay que reconocer que el mayor peso lo lleva Jason Schwartzman porque todo consiste en muchos planos mirando directamente a la cámara, haciendo confesiones que destacan por lo absurdo y sin gracia ninguna. Y mucho decir que "si no se duerme, no se podrá despertar", que ahí debe estar la moraleja de la historia, si es que hay una historia en esta obra.

El director Wes Anderson profundiza en su estilo visual con planos perfectos y un gran despliegue escenográfico, pero su película carece de cualquier tipo de tensión narrativa.

Por Nicolás Bianchi

Asteroid City es un film para fanáticos de Wes Anderson. Ese segmento del público puede encontrar aquí todas las principales virtudes de este cineasta. En este sentido, en la película abundan los planos diseñados a la perfección que presentan una increíble armonía de tonos y colores. Además, las formas geométricas y la disposición de los actores crean cuadros únicos de una belleza indiscutible.

Ahora bien, el problema principal de la película es que eso es prácticamente lo único que hay. Con respecto a esto, la trama carece por completo de interés, gravedad o tensión. Al mismo tiempo, ninguno de los personajes de un elenco compuesto por múltiples figuras se desarrolla de forma mínimamente interesante. Es como si fueran muñecos dentro de un gigantesco decorado.

Esto resulta explícito, ya que la película trata sobre una obra de teatro que transcurre íntegramente en una ciudad ficticia ubicada en el desierto. Por un lado, algunos segmentos del film son en blanco y negro y narran el backstage de esa obra. Aquí, Bryan Cranston es el narrador y Adrian Brody y Margot Robbie son algunos de los protagonistas de la historia.

Asteroid City también cuenta esa obra de teatro a través de una proyección a color que es lo que sucede en la mencionada ciudad ficticia. Aquí hay una gran cantidad de personajes interpretados por actores de renombre como Tom Hanks, Scarlett Johansson, Liev Schrieber, Jason Schwartzman, Jeffrey Wright, Maya Hawke, Matt Dillon, Steve Carell, Tilda Swinton, Jeff Goldblum, Rita Wilson y Willem Dafoe, entre otros.

La obra gira en torno a una convención de jóvenes observadores del cielo en un paraje desértico cerca del cual se desarrollan pruebas atómicas. Además, se desarrollan pequeñas historias de encuentros y desencuentros entre distintos personajes. Nuevamente, nada de esto importa. Estos episodios no solo resultan intrascendentes para el espectador, sino que tampoco parecen importarle al director.

Entonces, Asteroid City es un largo ejercicio estético de poco más de 100 minutos. Es también una suerte de película evento en la que desfilan todas las estrellas mencionadas. Cada una de ellas viste un atuendo a tono con el decorado o el paisaje. El resultado es por momentos soporífero, aunque se trata de un tipo de cine que tiene un núcleo duro de seguidores.

Está online. Contacto: [email protected]

Asteroid City es como si Wes Anderson decidiera autoparodiarse así mismo y llevarlo todo un poquito más al extremo. Un argumento absurdo devorado por su estética tipo hasta incluso irritante a veces. Como siempre una película coral donde lo interesante es ver a estos actores defendiendo un texto que deben flipar. Como buena autoparodia, te ríes. Tiene puntos, tiene lucimiento actoral y tiene un poderío estético incuestionable. Pero el desarrollo y el propio argumento es un empalme de sketchs sin mucho sentido, más allá de que Wes tenga ganas de reírse una mijita de sus fans acérrimos.

En definitiva un Wes menor en cuanto a historia pero con el poderío estético y de su coro interpretativo dando el nivel. Para verla cuando no tengas muchas ganas de profundizar pero estés harto de mainstream.