Película británica que mezcla varios géneros como la comedia (digamos cachondeo total) y el terror (light). Si los sumamos todos, estamos ante una más que decente apuesta de cine de entretenimiento, de aquel al que no le pides nada y que cambio te da algo.
Sus actores, sin ser ninguno de ellos espectaculares, cumplen. Aunque la película es del 2011, aparecen rostros muy actuales y conocidos como el de John Boyega (Star Wars 7) y el de Jodie Withaker (Broadchurch).
Quizás la película no es impresionante ni en guión ni efectos especiales, pero a fin de cuentas entretiene.

Suele decir mi mujer que soy fácil de conformar y que todo me viene bien. No lo dice como algo bueno. De hecho, le saca de quicio mi manía por buscar la cara positiva de todo, ya sea una mediocre comida en un restaurante, una elección desafortunada de destino vacacional o, lo que nos interesa, una serie o película. No sé qué pensar, no lo hago a propósito, así que puede ser que tenga una personalidad optimista - que no creo - o, lo más probable, puede que sea un ejercicio de defensa mental para evitar pensar que he perdido tiempo o dinero con algo.

“Attack the block” comparte puntos fuertes y débiles con una película que reseñé hace poco, “Francotirador”. Son películas de bajo presupuesto que no se conforman con hacer lo esperado - drama social, tragedia familiar o comedia romántica - y se lanzan a géneros como la ciencia ficción o el terror psicológico con proyectos que compensan las carencias técnicas con imaginación y esfuerzo. En ambos casos buscan abiertamente la complicidad con el espectador proponiendo historias que se desarrollan en los típicos bloques de apartamentos de bajo coste o sociales de los suburbios de Londres, esos bloques feos, macizos, pequeños, mal iluminados, donde todos los ruidos y discusiones se escuchan desde los pasillos y con protagonistas que buscan una apariencia de amateurismo para que el espectador de a pie pueda identificarse. Y en ambos casos las películas viven permanentemente por encima de sus posibilidades. Nuevamente, es de destacar el mérito que tiene sacar adelante con mucha dignidad hora y media de lucha de unos desarrapados contra, nada menos, que una invasión alienígena. Sin apenas efectos digitales, pero con un ritmo bastante regular, mucho sentido del humor sin caer en la astracanada y muchas ganas para encontrar la forma de contar muchas cosas con pocos recursos.

Pero, reconozcámoslo, “Attack the block” no pasa de las buenas intenciones, de apelar continuamente a la indulgencia del espectador para que ignore los alienígenas de trapo, la música machacona, los diálogos cliché, los continuos lugares comunes y se quede con lo bueno. Como cuando en la obra de Navidad del colegio de los niños nos imaginamos que unas cajas son ovejas y Pepito de ocho años es el niño Jesús. Se le pueden encontrar muchas cosas buenas que decir y puede resultar fascinante para alguien del mundo del cine lo imaginativo e innovador de muchas de sus peculiaridades, cómo ha podido hacer tal cosa o tal otra con cuatro duros o sin el respaldo técnico de una gran estudio. Pero no está hecha en serio y no es una película para disfrutar, recomendar, ver en familia o invertir el tiempo si trabajas de 8AM a 7PM y tienes que seleccionar cuidadosamente dónde emplear el poco tiempo libre. A lo mejor me pasé en su día poniéndole nada más que un 2, pero no pasa del 3.5.

Entretenida, graciosa y durante todo el film se respira esa magia que pensaba que ya había sido olvidada, es un film de serie B muy logrado, con unos monstruos entre critter y alien estupendamente diseñados, con actores noveles a la altura y un guión simple pero a la vez bien ensamblado. Todo un disfrute para los fans de la ciencia ficción.

Es una película 100% festival de Sitges. Cine fantástico del de toda la vida, del de los años ochenta. Sin pretenciosidad, la única pretensión de la cinta es entretener, y lo logra con un muy buen ritmo. La banda sonora muy buena, sobre todo teniendo en cuenta que no es mi estilo musical el de las canciones de la película. Aunque al principio me parecía que iba a ver una chiquillada, que no digo que no lo sea, me entretuvo durante toda su duración.
Si bien es cierto que de esta película se habla como política y precursora o visionaria de las revueltas que tuvieron lugar en Londres, me parece que eso obedece mas al marketing que a la realidad, pues si el autor quiso hacer una critica social, ésta es mas bien una anécdota en la película y no un mensaje de gran calado. Vamos, que por estar en el contexto en el que se desarrolla, suburbios, el tema sale por si solo, sin que sea, creo yo, un fin buscado. Se pueden buscar o ver metáforas, pero no es nada pretenciosa en sus planteamientos.

Película para pasar el rato, sin mayor pretensión, si la recordamos dentro de un tiempo no será por las interpretaciones, si acaso por la del protagonista principal, John Boyega, que con su rostro impasible consigue que entendamos el drama en el que vive, ésta película tiene una historia y un drama social de trasfondo que también es muy interesante de valorar. Tal vez yo la aconsejaría sobre otros bodrios americanos con muchos efectos especiales que es lo único que tienen.
Entretenida, pero para los tiempos que corren en el cine, suficiente para verla.