El día de los muertos

Tercera parte de la supuesta trilogía zombie de Romero (sus producciones posteriores sobre el tema, como la que da título a esta crítica o "El diario de los muertos", ¿qué son, parte de un sesudo estudio sobre la insoportable levedad del ser?), mucho menos interesante aún que la segunda -no digamos ya que la primera-, tan casposa y artesanal como aquella, horrorosamente interpretada..., pero, oye, igual de entrañable, y lo cierto es que a mí me produce cierta ternura.

Por lo demás, salvo alguna de otra idea aislada y disparatada, interesante, si acaso, para los fanáticos del género, no hay mucho donde hincar el diente.

Mejor que su paupérrima (económicamente) "La Noche de los Muertos Vivientes".
Mejor que su fea y descuidada (estéticamente) "Zombie".
Mejor que la muy comercial "La Tierra de los Muertos".
Mucho mejor que cualquiera de sus tres últimas películas, que ni recuerdo como se titulan.
Hay media docena de escenas en esta película que valen lo que toda la puñetera serie de "The Walking Dead". A saber:
- El inicio, con dos de los protagonistas en mitad de una calle desierta.
- La plataforma que baja.
- Cualquiera de las dos escenas en la que cogen a los zombies.
- La tremenda sequedad de una amputación y posterior cauterización.
- En general, el aire enrarecido del lugar, no por los zombies de fuera, sino por la soledad y tensión que se masca entre los militares, los científicos y los técnicos (sabes que entre ellos no van a acabar bien)... Muy conseguida esa metáfora socio-política.
- Planos míticos como el de la portada del periódico ("Los Muertos Caminan"), en mitad de la calle, miles de billetes barridos por el viento entre decenas de bípedos que no les hacen el menor caso, un perturbado que arrodillado que reza a su dios mientras los zombies se acercan...
- La muerte del jefe de los militares, la decapitación en plano fijo de uno de sus hombres, el zombie que se levanta de la camilla y deja caer sus tripas...
Lo dicho, si hay una obra maestra del género zombie, es ésta.

En Hotel Transylvania se ve a los zombis como la mano de obra del hotel: botones, camareros, portamaletas.

Al contrario que los vampiros, con el conde Drácula a la cabeza, forman parte de la nobleza, Frankenstein podría identificarse con el profesional liberal: médicos, abogados, etc y el hombre lobo es un artista bohemio, los zombis son la clase obrera del mundo de los monstruos.

No hay más que leer Un mundo feliz de Aldoux Huxley para comprobar como lo individuos gamma drogados con el soma, se comportaban como zombies en su trabajo diário.

En esta película del creador de las películas de zombis, vemos mucho antes que en The Walking Dead, como se les trata de domesticar. Lo que no saben los aguerridos cient´ficos y militares, es que los zombies ya salen indignados de serie, y enseguida te montan una manifestación. Su consigna, claro está, es: No nos mires o te unirás, quieras o no quieras

Un turista americano vino a México
Y simplemente no pudo creer lo que aquí vio
Sintió un trueno y la tierra firme se le abrió
Salieron muchos esqueletos de ese hueco


¿Por qué? Te diré
Dia de los muertos, el calacas vio
oh-oh-ohh
Y el gringo se asusto
Dia de Los Muertos, el cabron se arrugo
oh-oh-ohh Aqui en México

Un esqueleto apestoso e inquieto
Robó el burrito del blanquito y se lo tragó
La piñata rompieron y salieron los murciélagos
El pobre americano en los pantalones se ensució



Le dijimos: "No tengas miedo, chico"
Pasa una vez al año
Cuando el infierno está lleno de muertos
Suben aquí a beber y a bailar



Day of the Dead
Did you hear what I just said?
Oh-oh-ohh
I didn't even know
It was the Day of the Dead!
I tried not to lose my head
Oh-oh-ohh
Way down in Mexico

CORRE CARAJO QUE LOS MUERTOS ESTAN EN LA CALLE!